Tú, Mister Evasión, espejo de mi alma y hombre del alma mía.
Hombre, hombre mundano, el hombre tranquilo de mi vida
que con tan valiente alegría a tumba abierta llevas
tu tristeza,
¡osteópata tenías que ser
con tal de que tus desvelos todos
jauría de espejos fuesen!
Tecnología punta, gran tensión emocional,
una enciclopedia entera de sangre fría...
-¿y por qué al cielo le sucede siempre
infierno
en tu magnífica, leal, más que brillante (des)ilusión?
 
Sé que éstas son vengativas cuentas
de los negocios llamados guerras.
Sé que eres un pequeño gran hombre...
- admiración incondicional por ti....
Ofende, no obstante, a esta muy digna reina mora
tu constante y contra-reloj salir
a un escenario sectario, incendiario de vanidades.
(¡Osteópatas del mundo: unid vuestras tribus vanguardistas,
sumad vuestras titánicas fuerzas de mártires,
panteras en el primitivo cristianismo!)
 
Mi fanática, mórbida adhesión,
enferma de fugitivas ansias - ¡Ah cólera mía divina, don fatal!
con un trasiego tan (des)considerado como el tuyo:
pormenorizadamente pienso: la vida entera en ti creyendo,
ya no sé ni cómo poner en jaque
tu altruismo bendito,
abnegado y excelso traficante del humano,
demasiado humano, dolor.
Me das tanta paz como me quitas.
¿Haces defensa cínica acaso de la paz forzosa?
Quien espera, bien sabes tú, desespera.
Quien desespera, entiende más de la cuenta.
Se aferra a una sabiduría última:
nadie se preocupa por nadie.
 
¡Pero contigo, ah, llegó la inocencia!:
íntima respiración en un espacio exterior...
Cada loco con su tema, blá, blá, blá, cuánto ámote.
Y el servicio de inteligencia...
... esa personal, infalible traición,
como un voraz cortafuegos, avanzando borra
el camino del camino.
 
Único espacio virgen: el telepático.
 
Tras tan anhelada visita,
de nuevo quédome celando yo
tan telepático espacio.
Así que paciente tomo la página blanca,
coléricamente corto y
cambio.
Por lo sano.
Y advierto,
os advierto,
varada en ésta, la eterna telaraña mía de cera lunar:
Vosotros, bichos raros todos que trocáis en lujo el placer más simple,
mi amenaza es discreta, erudita y sideral:
1.- Negocio viene de la palabra latina negótium, Messieurs.
2.- Negótium, derivado negativo de ótium, Mesdames.
 
Caro, carísimo amor platónico - ogni amor è funesto...-,
a tu inmortal, provisional salud mi soft melodius tune.
 
Huye, sólo quien huye escapa.
Postal para Omar Ortega.
 
Tú y tu rabia contenida ferozmente
copulando con ese policía bulímico y sentimental.
La fórmula, cinco veces por noche: Presto, ho bisogno
d'un uomo cavalcante!
 
Te dije que te buscases un príncipe azul
tras el relato de esos nauseabundos lances tuyos
con un negro del Senegal,
con un traficante de drogas de poca monta,
und so weiter...
Chica loca por tu cuerpo,
partidaria ferviente del harto libre amor libre,
da igual, ¿sabes?, la escabrosidad,
la nimiedad de nuestras biografías:
el presente de la vida nunca será nuestro.
Yo estoy haciendo como que es
mío porque lo acuño, porque lo escribo.
¿A quién atribuir, pues,
la posesión última de los éxtasis todos?
El misterio está encriptado en los nombres mil
de un incognoscible caballero.
Como seguirá siendo un misterio la alegría,
la ingenuidad que derrochas
niña
disfrazada de hippy-punky
por la mirada limpia y pura
del alelado chico rotante,
andaluza líquida, lujuriosa sin igual.
¿Por qué emana tanta ternura de una incomparable hortera como tú?
Dios es amor.
El humano corazón es amor.
Pero, ¿y si el corazón es un insondable pozo de biológica
lascivia?
 
Que te quiten lo bailao, archi-
lozana andaluza, mientras conjeture yo
que los misterios todos entrañados están
en una única y misma simultaneidad,
¡dioses, tú ganas!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Juan Felipe Cifuentes Sierra.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
(Para aligerar y abreviar estas acotaciones podríamos decir: escenita típica del sofá.
Es un suponer, claro, porque no hay "él" y ella está como soñando despierta un abismado diálogo amoroso.
El amor es la nostalgia y una postal de vez en cuando.
Así pues: hipotético caballero, lánguida y soñadora adolescente, hermoso sofá de terciopelo azul de medianoche.)
 
 
 
 
LOLITA:
 
De haberte sobrevivido... culpable:
soy mujer sin sombra.
La paciencia es mi responsabilidad,
la perseverancia mi obligación.
Este hábito vegetal -no sideral, no artificial...-,
con palabras discretas trenzado, lo confirma.
¿Hubo alguna vez ternura? Mi inquietud
inquiere...
... la hospitalidad es aún insaciable.
 
Encuentro la muerte en tu rostro:
ni tiemblo como delicado instrumento de amor,
ni en mí producen las disonancias aglomeración alguna.
Trabajo como quien a Dios reza,
más y más paciencia en la desmesura implora.
Del amor pasé al diálogo con la muerte:
idéntica expresión sin secreto.
Y aunque se infieran de mi lengua los celos desatados,
te acojo con la antigua constancia,
que por cariño y no por interés servía.
Dispuesta estoy al lenguaje silencioso,
a la separación infinita.
Algo muy dulce me conmueve,
no me digno a nombrar tan metamórfico huésped.
 
 
 
 
AÑEJO CABALLERO ANDANTE:
 
¡Valiente es todo aquello que la juventud cabalga
y la locura guía!
 
¡Ay de mí, me disuelvo en una amplia fragmentación icónica!
Mi figura es inseparable del cazador que observaba...
a sí mismo se cazó.
Los pliegues de mi corazón quisieran estar sempre juntos,
habría que desgarrarlos continuamente para separarlos.
Vaga mi alma en pena, condenada a un sinfín de sensaciones
en ausencia del mórbido vehículo, c'est-à-dir, el cuerpo.
Mi pensamiento fue como el papel de plata,
se arrugó,
ya no puede volver a quedarse liso.
Como en un teatro, formo parte de un coro silencioso
presto a callar en una representación trágica
¿Puede pervivir la semilla fresca entre ruinas que arden y cenizas devienen?
¿Acaso eres tú más sutil que las demás
porque tu verdad ante la verosimilitud no se inclina?
Sé prudente: no hagas una invocación griega
que en ruedo reuna a los tontos.
Di: hay que aprender a tratar los éxtasis.
Intacta: haz como que los toreas.
El camino es largo, muy amarga la sed.
Se apagaron las luces y entre candilejas
enrrollado lleváronse el escenario...
Sólo que esto no es teatro: estoy simplemente muerto.
Y sin embargo, vuelvo a saber.
Y en esta región es saber el síntoma;
y el síntoma se llama mutismo.
 
 
 
 
LOLITA:
 
Amo porque mi tiempo nunca será tu tiempo.
¿Y de mí...? ¿Qué ha sido de mí
en un naufragio al que tanto he contribuido,
puesto que trabajo,
sin cesar para él trabajo...?
Cuando estoy sola me encuentro con aquél que siempre va conmigo.
Soy virgen automática, tierra quemada del todo ingobernable.
Me sustenta, lo sé, la común esperanza:
cuando más desvastado un paisaje está,
más plateado el verde lo penetra.
¿Quieres saber el secreto de mi eterno estar en pie de paz?
Someto el conjunto de las nubes a una intensa dramaturgia.
Muevo las personas, no los paisajes.
¡Hagámonos la ilusión de viajar por tan exóticos parajes!
Si soy tan sólo una triste silueta urbana,
pinto al menos sobre el muro el anhelado mar.
Admitámoslo: a ambos nos viene en gana
acarrear la titánica tarea artística,
subyugante es representar la mirada directa al sol.
Esa es nuestra común inocencia,
la mejor intencionada de nuestras maquinaciones.
Deseamos la vida como si fuera agua,
bebemos la vida como si fuese muerte.
 
 
 
 
AÑEJO CABALLERO ANDANTE:
 
¡Me encanta cuando los escritores se atreven a tomar aliento y ser audaces!
¡Quieres tocar lo invisible! N'est pas...?
Pinta alrededor del vacío,
como el creador crea, ex nihilo.
Joyería es sinónimo de decoración.
Mas, quien escoge a ciegas,
por el humo del sacrificio será cegado.
Así que si quieres cambiar tu arte, cambia tus hábitos.
Pinta como quien engendra un mundo:
enérgicamente.
Pero no actúes:
todo está quebrantado y como a pedacitos.
Recuerda la sabiduría única que el cuerpo
roto te enseñó:
La acción no es la vida sino una muy manera segura de echar a perder
cierta fuerza:
enervamiento.
¿Acaso las cosas no son todas
grietas y fallas?
Dame ahora tu pincel.
Has alcanzado ya la gran elocuencia:
balbuceas.
 
 
 
 
LOLITA:
 
Me ofreces muy irónica melancolía:
la más exacta pintura no es sino travesura.
Lo lejano y lleno de fuerza, sólo esbozado.
Que la imaginación en relieve proyecte
la ciudad por la que te paseas.
Sirva la intuición para con la mirada decapar
las construcciones de los siglos.
Pintor es quien desarmado pintar osa,
el presente de la vida nunca será nuestro.
 
Arte hay que hacer fuera del olor
que la edad incorporó al espíritu.
 
 
 
 
(Vanse por distintos lados.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Oscar Real Arribas.
 
 
 
 
 
 
 
 
Nocturno ovillo, abismal
decir.
Destartalado salto rítmico que va
de ti
a mí.
(Huele a azúcar quemado
-desamor.
Suena a disonancia tierna
ésta, mi voz de falsete,
Aniñada niña
tal el niño que acabo de ahuyentar....
Misera de la piedad, piedad, bondad
socavón y vicio
de la ternura en mi vida.)
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas!
 
 
 
 
Mas sólo es rítmico el salto, el éxtasis
si la fantasmagórica forma puede medirse
-metro agonista.
Only el LÓGOS diversificando unifica
only you.
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas!
 
 
 
 
Holocausto que purifica.
Holocausto, inútil sacrificio material
-sólo pudre la fruta verde.
(Cálculo de la distancia, muy azules lejanías,
mirilla telescópica, violencia cerebral, entra Friedrich
Nietzsche, y con soberbia esponja
borra
la raya del horizonte.
Superstición rítmica, dice:
Mi farsa en jaque a todos los farsantes pone, dice.
Murió la mente en el s. V a. de C., y sin embargo,
¡Viva la mente!)
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas!
 
 
 
 
El rayo gobierna todas las cosas
-elogio paradójico de la humana ruina...-.
Destino es carácter.
El daímon de Friedrich Nietzsche,
dios, ángel protector, destino, primitivo
argumento de la conciencia,
soberbio trágico Heráclito de Éfeso.
 
 
 
 
Heraklit!
Heraklit ist der dichter!
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Lur García.
 
 
 
 
 
 
 
 
Habiendo por fin salido de aquella encantada casa,
me vi obligado a cerrar los ojos.
Pensé: creer y no ver.
 
Ya en el umbral nos esperaba un hombre,
¡un mago! -¿disfrazado?-, nos hizo pasar
a un salita de estar, toda ella en cristal alzada.
Exhortábanos el mago tal
a llamar a las cosas por su nombre.
Mas cuando éstas se sentían aludidas
(¿cómo decirlo?),
desdoblánse,
nos ofrecían burlonas su sombra
(porque nada debía esa sombra a la escialítica luz del fluorescente,
luz cenital, luz sin sombra);
exhibían su aura de cromos baratos, mezquinos...
El mago dijo saber una mágica fórmula,
figura retórica...
e inmovilidad garantizada.
Dijo: "Abandono lánguido abandono"
y nada se inmutó, objeto alguno sarcásticamente
su contorno desbordó.
Pero a nosotros, mirones circunstanciales,
¿qué venturoso azar nos hubiera descubierto aquel secreto truco?
Muy decepcionado y a toda prisa, el grupo
abdicó
-de la salita de no estar.
 
Luego, un vampiro
-quiero decir un hombre que parecía un vampiro...-
nos explicó el cuento siguiente
-una versión para adultos de Pinocchio
y Pepe Grillo, claro-:
Por si sólo teníais una vaga intuición ,
ahora yo os la confirmo:
Todo el mundo habla solo.
Y de lo mismo.
La conciencia es la ajena expresión.
El diablo mantiene el hilo... interior
en nuestras cabezas,
argumento feliz de nuestras harto parlanchinas cabezas.
Por eso con tanta frecuencia son los ciegos
desalmados:
La expresión visual es instantánea.
Su comprensión, por cierto, ingenua, rutinaria... (...)
 
(...) Para encontrar en una frase la expresión,
hay que pararse en seco,
cogerla con pinzas,
observala con suspicacia extrema:
puede ser infecciosa. (...)
 
(...) En consecuencia, huyo de la luz,
ese deslumbrante vacío inexpresivo. (...)
 
(...) Nuestro interés por la conversación crece,
decrece, según las mentiras con que el otro
adorne su discurso:
admiramos embobados cómo se acicala. (...)
 
(...) El enamorado goza en alto grado
de exquisita y aguda conciencia..
Anhelante acecho el momento de hincarle el diente a uno... (...)
 
Ni que decir tiene: nadie estaba enamorado.
 
Como era previsible que a la menor oportunidad
nos diéramos a la fuga,
la salida de la encantada casa estaba custodiada
por un alma en pena -¡no puedo describirlo de otro modo,
tan triste era su aspecto!-.
Me hizo solemne entrega de un libro asaz singular:
Después de un túnel, viene la luz.
Y mientras me clavaba sus verdes ojos,
ojos que parecían querer hipnotizarme
-más inquietantes todavía,
porque eran los orificios únicos,
de par en par abiertos
en la blanca sábana que por entero le cubría-,
díjome con dulce voz
que de consuelo ser quería:
Eres uno de los pocos ejemplares de la raza humana,
aunque abundante, especie en extinción.
Mi libro y sus fábulas prêt-à-porter,
que jamás se toman la muerte en serio,
te abrirá todas las puertas (¡corazones!)
-ruido de cadenas-,
ya que, como es sabido,
quien ríe el último
-ruido de cadenas-,
a posteriori ríe , ríe mejor.
 
Encontré la realidad exterior tan anodina,
tan aburrida como siempre,
sospechosamente cromática.
Recibido hube graves, clarividentes advertencias
sobre el tamaño de la presente pesadilla presente...
¡La presente pesadilla va en serio!
 
Nunca más meteré en un lío,
por mis muertos que lo juro.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Ernesto Ayala-Dip.
 
 
 
 
 
 
 
 
I
 
Cuando era mayor -believe me, love!-,
gustaba de la ruleta rusa.
¿A una mujer hermosa, qué villano le hace ascos
cuando de una galante farra se trata?
-¡verlo para creerlo...
... la natural selección que el motu propio opera!
 
Casanova me llamo...
Los Casanova(s) oscilamos entre ciénaga y espejo.
Ahora que vuelvo a ser pequeña,
olvidar no quiero cómo la ciénaga desbordé ...
-ah!, me repugna mezclar en esto el azar ...
¿azar?, ¿suicidio?, ¿amor...?-.
La última vez que lo intenté, -believe me, love!-,
por poco nos sale bien.
Matamos a la fabulosa chica del espejo.
Con extremo cuidado recojo aún cristales
rotos en el extravagante suelo de esta rara vida mía. (...)
 
(...) El volcánico peligro seducía a James Bond...
-¿os acordáis de James Bond, agente 007,
y su indefectible, magnética licencia para matar...?
Antes de la pesadilla actual -believe me, love!-, cuerpo
seccionado, silla de ruedas, perita en dulce;
una bellísima película:
Ladies and gentlemen,
Linda flor de papel.
 
Harto añejo, el sueño éste...
mas, actualízase lo viejo...
... próximamente, en estas pantallas...
Y hay que permanecer de nuevo atento,
a esta bien exigua, relamida pantalla...
 
Las mujeres del antiguo Japón
casábanse por sórdidos litigios del clan (familiar).
Si osaban elegir ellas a quién amar,
eran ajusticiadas
-el harakiri siempre llegaba a tiempo...
Y, por supuesto, cantaban.
Cantaban a la libertad de irse a pique.
¿Libertad o fatalidad...?
Why am I so black and so blue...?
 
Estoy hablando de todas ellas y de mí.
Yo fui también una chica Bond -believe me, love!-.
Pálida rosa, negra y azul.
 
Bond jamás conoce al verdadero Bond.
No deja de satisfacer los pneumáticos
antojos de bien generosos tipos
en esta película excesiva, la vida, intriga y acción.
 
Yo era una más de esa especie real y dócil,
hasta que el buen Dios dijo:
¡Basta!
Entonces caí con gracia...
¡Oh, sí, ladies and gentlemen, la desgracia
el perpetuum mobile ilumina!
Un ángel negro recomendóme absoluto reposo.
La tierna inmovilidad que te permite saber. Me aconsejó:
Ahí, donde te apoyas, Occidente.
Te inclinas, te orientas, hacia Oriente.
El ángel negro a mi oído susurró:
Haz sólo aquéllo de lo que seas capaz.
 
 
 
 
II
 
Un calavera no es sino un bárbaro.
De qué he sido yo capaz. De qué. De qué.
De dar lumbre a las palabras, de volverme corazón.
Es mi fortaleza recordar, la luz celebrar que con amistad
auró los a mi conciencia semejantes.
¡Ah, desconocidos que una y otra vez intentaréis saltar
sobre vuestra propia sombra!
¿Creéis que con vuestra patagónica altura soslayar
podremos el tiempo prescrito...? -(the time, the time!)
Simplemente, estáis locos por las fechas.
Ésta, la mayor de las portentosas lunas de antaño, confiesa:
Quien guarda su lengua y su boca,
a sí mismo de la angustia se guarda.
Fresca mantiene su amargura.
La diosa cesante un sendero a sus pies prepara...
... para que sus deslices todos firmes sean.
Declarad, jóvenes aventureros altivos:
La tristeza es la mayor de las fuerzas.
Y a vosotros, ancianos jóvenes de dolorosas encías:
¿Por ventura no os tientan inteligencia, sabiduría...?
La tristeza de rojo sangre tiñe vuestro muy lívido olvido...
 
 
(Di: ¿Acaso me tienes miedo?
Volviendo siempre al punto de partida...
La vida es un círculo.
Si vicioso, siniestro.
Si virtuoso, ingenuo.
Ingenuidad relativa a quien contigo va.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Postal para Carmen Pardo Salgado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No sufrir compañía
- (San) Juan de la Cruz.
 
 
 
 
I
 
Ve poema mío, ve y vuela hacia esa señora funcionaria
con siniestra pinta de vieja puta,
que muy ilustradamente lleva su usura
aunque sus alhajas desvelan,
como la extraña floración de un maligno
hongo, las ajadas carnes de un cuerpo vulgar,
triste mujer del montón.
 
Ve y vuela, poema mío,
lanza al viento el amor que ya sólo es ceniza.
Saxofón delictivo, simplemente, llora
Ve y vuela hacia otro lugar, mundus
inteligibilis, donde es la historia atroz
tribunal, concatenación sin fin de tumbas negras.
Da por perdido lo que muerto ves.
Mejor resiste, hazte firme en tu indignidad.
Porque infinitamente peligrosa, la taumaturga ésa,
especializada en la materia que más al personal aterra,
o sea, el silencio,
Araña inmensa, recelosa e interesada,
calculadora, con celo consciente,
premeditado.
 
La situación es patética.
Hombres, mujeres al horror muy diferente acceso habemus.
En la naturaleza está de la mujer
amarlo todo intensamente.
A ti te cazaron por ser una de ésas típicas chicas locas
por su cuerpo, partidarias fervientes
del amor libre.
¿Sabes que cuando más brillas,
más y más crece la oscuridad bajo tus pies?
El canalla de tu marido
me hizo una vez tanto daño
cómo imaginarse pueda.
Y aquí estoy yo, haciéndome la muerta.
El mérito hendido, la vida destazada;
ensartando largos versos contra ti.
¿Con qué fin?
Producir silencio.
La rarefacción acústica aquélla que graciosamente ignoras,
de música calificas, descalificas.
Nada podrá silenciar tu escándalo:
Cazador cazado.
El zorro loco logró por fin alcanzar la gran zorra.
Si estáis en la cumbre,
sólo podéis declinar.
El tiempo es muy amargo diluvio sobre el amor que nace muerto,
cortésmente abortado.
 
Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Tus harto bien manicuradas manos, enjoyadas, en tu regazo
posando, como obscenos crustáceos
al acecho, ciega y muy obediente pupila.
Falta de tacto, lo tuyo.
Falta de sensibilidad, pues.
Sensibilidad, tienes, tienes...
-y en la copa profunda caben muchas aflicciones-.
Pero tu amor propio, tu vanidad
excede.
Y te advierto:
perfecto veo el gesto que tan talentosamente amagas.
Esa captatio benevolentiate bien singular,
halagas a aquél de quien esperas un favor.
Al filósofo de turno,
-o, ¿"al turno de los filósofos"?
 
 
 
 
II
 
¡Oh, pálido semblante taciturno! ¿Quién eres?,
enlutado retrato de tinieblas,
a ti que eres constante pactando con el diablo,
¿debo explicarte el secreto tirón turbador del mal?
¿Su eufórica embriaguez... sus viejas leyendas de lascivia?
No hay nada como la estupidez para darle sentido al infinito.
Siempre empapado, a cualquier hora,
créeme, no hubo en este mundo mayor esponja.
Los dos estábamos en el mismo infierno.
Su voz alzó entonces la derrota,
giganta con salvaje rostro,
la que blanca aferra al bravo guerrero.
 
La escena es turbulenta.
La profundidad se esconde.
¿Dónde?
En la superficie.
Los colores son la expresión de su voluntad.
Son su vida, la vida de las ideas está en la superficie.
 
Intento reproducir la estructura mediante la luz.
La textura pictórica del cuadro debe ser la misma en todas partes.
Evito cualquier referencia a la fuente pictórica.
Ha sido mas bien la modulación de los colores, su super-
posición, lo que ha sustituido a la luz.
(...)
Tridimensionalidad,
creación de una nueva bidimensionalidad,
a base de superponer horizontales, verticales.
No tengáis miedo de emplear el color...
... sólo puede a sí mismo destruirse quien vivió...
Azules y verdes se desplazan hacia el fondo,
colores cálidos se mantienen en primer plano...
 
Mister Jones tenía un montón de contactos entre los leñadores...
Nunca acaba la obra del mal...
... un encanto sin igual.
Asfalto que a quien lo lleva embadurna.
¡Qué te llore la ramera!
¡Qué te unte la coronilla con el óleo más fino!
 
Y a lo lejos, se escondía el sol,
amarillo, encendido como un adúltero dios.
 
Tanto se ausenta uno que ya no lo recuerdan.
Tanto mal puede hacerse hasta ser despreciado.
 
Y el camino se pierde entre azules colinas
como una cinta que ondula
en minúsculos pliegues.
 
Y aquí, junto a la carretera,
donde el espectáculo debe continuar,
es donde moriré.
 
 
 
 
III
 
Què poca esperança tinc!,
i potser caldrà deixar-la,
que no sigui que esperar
ens allunyi més del actes.
 
CORO DE BRUJAS:
¿Estáis los dos sanos?
¿Hacéis digestiones perfectas?
 
LADY MACBETH:
Larvatus prodeo. (Avanzo enmascarada.
Soy mala como nadie.
Algas me han hecho un manto verdoso).
 
MISTER PARADISO:
Sólo soy un bufón mecido por oscuros vapores...
 
CORO DE BRUJAS:
¡Herirme a traición y donde más duele!
Y acabar sacudida como nunca
igual que sorprendida breve nave
en alta mar por viento enajenado.
 
MISTER PARADISO:
Todos nos han abandonado.
Todo lo devora el tedio hoy en día
- no puede uno ya vender a sus muertos...-.
El buey en palacio yace,
el vil se hace caballero.
(...)
Da a la muerte licencia
si a mi amor no das, niña, aquiescencia.
 
LADY MACBETH:
Las hijas menores
en sus miedos y recelos tan envueltas....
¿Por qué despellejar a los caballeros muertos?
Poder fingir.
 
CORO DE BRUJAS:
Los goznes de la luz,
los goznes de la sombra.
¿Y los goznes de la muerte?
¿Y los goznes del nacimiento?
Conozco las puertas cretácicas
que dan al mar.
 
MISTER PARADISO:
Dioses pequeñitos, los nuestros... poco luce lo que mal se adquiere.
Hace falta un ladrón para cavar a otro,
le dijo el bufón al ladrón...
 
LADY MACBETH:
Somos canalla, estamos igualados: a tal rata, tal gato.
¡Sean fritas las lenguas envidiosas!
 
MISTER PARADISO:
La pobreza, triste y quejumbrosa,
siempre rebelde y despiadada,
palabras que escuecen usa.
Y si no las usa, sí, las piensa.
¡Ah, vejez traidora y cruel!
Ahora, ¿qué me queda?
Pues ya no tengo el rabo caliente...
¿Deshonor, pecado...?
 
LADY MACBETH:
Esta maldita rigidez mía
que nunca la elegancia suaviza...
 
CORO DE BRUJAS: (Musitando)
El chulo de turno...
A este tipo le salen más baratas las furcias que los hoteles.
 
MISTER PARADISO:
Miedo, pánico escénico.
¿Dije camino? ¿Dije "a otra parte
regreso"? Pasillos y escaleras
abajo, hacia el infierno de uno mismo.
No, no puede haber regreso alguno
al sepulcro de la afasia.
El silencio, demiurgo único.
 
LADY MACBETH:
Bufón querido: ¿Deberíamos todos vestir tus colores?
No hay nadie que quede sin llevarse a la tumba
el agravio de un amigo.
Y es en la adversidad de la fortuna
donde se demuestra lo que uno vale.
Amigo mío, el corazón es una tortura.
De tanto sollozo las piernas me tiemblan.
El terror se me ha metido en el corazón.
Mándanos un diluvio, sí, y harás restallar el látigo.
 
CORO DE BRUJAS:
¡Es el oráculo del infierno!
(...)
El orgullo lo excita, la esperanza lo agita,
su corazón no piensa sino en el poder.
 
 
 
 
IV
 
Me callo y así empiezo.
Desde la cocina de mi insomnio o estudio, juzgo:
un magífico mutis hice yo hace más de veinte años, sí señor.
Hay que amar sólo las cosas que no vuelven a verse.
(...)
Todo lo que has hecho, no existe, es puro viento ya.
(...)
Lo más difícil de aprender: El futuro es vanidad.
(...)
Más vale un puño en reposo
que dos manos llenas de fatiga y aflicción de espíritu.
(...)
Más vale espíritu paciente que arrogancia.
(...)
Más vale buena fama que buen perfume.
Pues detrás de una cara triste,
puede haber un corazón feliz.
 
AVE, DEA, MORITURUS TE SALUTAT.
 
Conocí el trabajo, el dolor,
los lazos que acaban por hacerse culebras,
pero grandeza significa soledad.
Que se selle tu sueño fluctuante,
el verso perfecto ha durar siempre:
¡Ay, del país gobernado por un muchacho
cuyos príncipes amanecen entre comilonas!
Te enfrías. Por fin, se hace inteligible
la inscripción de la espada. Dámocles
sobre tu cabeza pende:
Si el corazón te falla,
no confíes en mí.
 
 
 
 
V
 
¿Y eres algo tú, pompa vanidosa?
 
YO:
¿Puede haber dicha mayor que despreocuparse?
Escribir sin muletas, caminar sin rayas, para avanzar hay que navegar.
 
Vivir en desarmonía
con la época, en contra de los tiempos,
a favor del tempo, ésa es nuestra manía.
 
EXORCISTA:
Una exquisita fantasmagoría guarda tu memoria,
tiendes siempre a evocar un estadio antiguo, salvaje, brutal de las costumbres.
Oquedad rosada, como la herida
cicatrizada
de una lejana y misteriosa batalla,
la enésima carta que te has escrito a ti misma
-¿acaso no es siempre así?-.
Mas asimismo ése par de monstruos
esclavizados llevan sus veinte años;
de sobras conocen
el sentido de la vida -es decir, la falta de todo sentido.
Juraría que tan sólo los castigados tenéis
tiempo para pensar...
... a los monstruos no les es dado venir tras de sí.
Nunca han enamorado a los espejos.
Todo lo que desean es una vida opulenta y despreocupada
en casas grandes y lujosas.
 
Apúntate como ganancia todo lo que has perdido.
Resérvate cuando te muevas.
Golpea en el lugar adecuado y elásticamente
vuelve a tu posición.
Respiración fluida.
 
YO:
Paso de incógnito en todas partes.
Soy invisible incluso para mí misma.
I'm not there.
 
No sé de nada de lo que pueda lamentarme,
porque igualarme con los demás
siempre se me convierte en una mala jugada.
Mi melancolía es de cuño propio.
El grito. Sí. Lo contuve. Se disolvió en mí.
¿Qué sentido puede tener la tristeza,
la alegría,
en esta nada invisible?
¿Yo fragmento de mí?
Más que a mí misma, quiero, sí, mi luz.
La luz por la que es dulce vivir.
 
EXORCISTA:
Patetismo terrible el del amor burlado y vencido.
Tratamos de huir de nosotros mismos;
detrás dejamos la piel como serpientes,
la sangre, los huesos.
Vivimos solos, con dificultades
menores, en guerras menores.
Sin victoria, derrota,
con una turba de agresores, o más bien,
agresiones.
 
¿Hasta cuándo tú ocupada con la exégesis de la desgracia?
 
YO:
¿Infinitas veces infinito...?
 
EXORCISTA:
Todo lo ganas y siempre eres la que pierdes...
 
Nunca habrá cuidado salvo que apriete el hambre,
ni favor que no sea de enemigo.
 
YO:
Lo sé, todo en illo tempore
sucedió,
en un feudo medieval.
Fue "derecho de pernada", por así decirlo,
de un corazón tan duro y tan fiero,
que desprecia la voz del que suplica
en las últimas, ¡ay, alma de fiera!
Que todo noble corazón debe a un amante socorrer
en vez de atormentarlo...
 
La única forma de libertad:
el silencio, de nuevo.
¿Qué mujer efervescente e infinita con frecuencia
no tiene de su potencia vergüenza?
 
EXORCISTA:
Todos te deberían llamar madre,
aunque eres más bien tumba, legión de tumbas...
 
YO:
En los placeres no hay utilidad alguna,
pero el placer más raro es el logrado a costa de sufrir.
¡Montaña, tráeme un sueño!
Vea yo un anuncio favorable.
¿No ha pasado un ángel?
Lo que más quiero para mí es un amigo,
un consejero.
 
EXORCISTA:
Irresistible es la ira primera del diablo,
catastrófica, su rabia.
Después... también su corazón, su alma se atemperan
 
YO:
¡¿Su alma?!
¡Su "falta de alma", querrás decir!
Nunca nadie podrá eludir nada.
 
EXORCISTA:
Libre de los horrores de las sombras
nacidas del infierno...
... mucho, mucho tiempo llevamos confundidos.
¿Sube semilla de todo lo que vive?
Sobresaltado corazón,
de repente no te calmarás.
¿Adónde vas dando vueltas y más vueltas?
La vida que buscas, desengáñate,
no la encontrarás.
 
Marcadas están las huellas.
Hemos llegado a un lugar, ciertamente, donde nadie debería venir.
 
Bramaron los cielos,
la tierra rugía,
el día se pasmó,
salió la tiniebla,
cayó un rayo,
se desató un incendio,
las llamas estallaban,
llovía la muerte,
los resplandores cesaron,
el fuego se apagó,
se extinguió lentamente
se hizo brasas.
(Farsa atlética harto subida de tono)
 
 
 
 
 
 
Postal para Sílvia González González
 
 
 
 
 
Hemos salido del mayor
Cuerpo, a la luz pura que está en el cielo.
Luz intelectual llena de amor.
 
DANTE ALIGHIERI
(Paraíso)
 
 
 
 
 
 
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
¡Eres afortunada no teniendo a nadie esta noche, Venus!
 
MY FAIR LADY:
Tú todo lo ves según el color de mis ojos, prenda.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA
Muy agradable es ver lo que se va venciendo.
Siempre tenéis cara de ser muy culpables los inocentes.
El gran embarazo de tu mente:
pintar al otro para llenarse de sentido.
 
MY FAIR LADY:
Cuando ves caer ángeles a tu alrededor,
todo está blanco, vencida por fin la injuria del tiempo,
eres ya un artista.
Pareces apta para toda rebelión,
sólo despuntas, sin embargo, anotando la caída de los ángeles.
Todo es calígrafo, calígrafo, calígrafo.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
¿Quién habla de victoria?
Resistir es todo.
Pero nadie llegaría a nada si no lo intentase.
 
MY FAIR LADY:
Producir luz con el negro,
¿no es acaso ése un oficio de alquimistas?
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Tú también llevas una careta, lady.
Llámese ésta santidad.
Seré tu advocatus diaboli: todo eso está muy bien.
Punto y aparte: tienes que caminar.
 
MY FAIR LADY:
¿Es la soledad la gran verdad del cuerpo?
¿La gestualidad mínima? ¿La ostentación nula?
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
En el momento en que te ves embaucada
por las pasiones todas, la individualidad se pierde.
Nevertheless, I'm interested in truth
not in facts.
 
MY FAIR LADY:
La verdad...
Quizás no era yo sino una coleccionista
sentimental, para no tener que aceptar: fracaso continuo.
creaba a mi alrededor un "vacío"
oscuro objeto de deseo,
LA ELEGANCIA,
una cualquiera de las monacales formas que han sido...
Alternativa única: la entrega vacía.
Lyra mea inmodulata est.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Sonarás hasta el límite de tu propio ego, lady.
Vanidad y soberbia.
 
MY FAIR LADY:
Es humilde torear el silencio.
¿Es eso elegancia?
Ojalá.
Ojalá esté vacante uno de los mil nombres de Alá,
y Alá tome mi silencio como amable invitación a la ruina.
 
Aún tenemos que agotar el lance,
arrojar al silencio la agonía,
como quien tira el corazón al fuego.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
¿?
 
MY FAIR LADY:
Gamoneda. Antonio Gamoneda.
 
Alegre y hostil cuando
amor mendigo,
conmigo van mis cuidados.
Fantasma soy en penas detenida.
Pero, ¿cómo no velarlas?
Y si las velo,
¿cómo no ser sombra de aire?
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Eres la misma legendaria vanidosa de siempre.
Tal vez sabes ya mudar tu cólera en ingenio.
Sabes nadar y guardar la ropa.
Pero el mutismo de las cosas te acabará venciendo:
universal indiferencia.
La vida es un hospital,
no ese parque de temáticos juegos
que da tanto que hablar.
En fin... que nunca hay mesa para tres.
 
MY FAIR LADY:
(...)
Prestar oído a lo efímero para hacerle de espejo.
No puedo dormir,
y cuando sueño,
no puedo cerrar los ojos.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
(Insondable, inquieto, penetrante, como si estuviese haciendo el amor.)
Tu colérico orgullo, tu indómita voluntad.
Aunque, tal vez, tengas razón y no haya libertad sin sacrificio.
 
MY FAIR LADY:
Subsisto sin tiempo y como a mi sabor.
El primer amor, el único amor sensual de mi vida.
(...)
Una adolescente que leía a Pascal
(¡Qué desesperación fui niña y vieja!
Aunque volvíme de maravilla llena...
Porque si algún afecto me agita,
la sombra lo figura.)
 
Si el primer amor fue el único sensual en mi vida,
cada nuevo amor es un eclipse,
cada palabra el fuego
en el que arde esta larga noche que es mi vida arde.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
En buena selva te perdiste
antes de llegar a la edad tuya...
¿Por qué rodearse de bazofia tanta?
Mucho vicio y desafuero
que es padre del embuste y desafuero.
¡Oh, criaturas de juicio vano,
cuán grande es la ignorancia que os ofende!
(¿Lo hago bien, lady?)
 
MY FAIR LADY:
La resurrección es un acto solitario de renuncia, no de unión.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Tus antiguas heridas no tendrán forma alguna.
Languidez y tristeza. (...)
Aunque la felicidad quizásconsista en ser asimétrico: nadie te ve.
 
MY FAIR LADY:
Saber perder.
Vano galán, cabalgas
sosegadamente garboso...
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Soy trágico porque monótonamente impetuoso.
Mis crisis de cólera y amargura...
Pero ya no hay borrachuzo alguno.
 
MY FAIR LADY:
Mejor, creo que ya no me apetece volver a indignarme.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Corruptos y perversos.
Mas tu misantropía, amante de la elegancia e izquierdista...
¿Es esto un thriller?
¡Vamos, reacciona, uno de los dos acabará mal!
 
MY FAIR LADY:
Nací en un único y egocéntrico pathos:
nadie ha pedido jamás tajada alguna de mis congojas.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
El taller de tu alma...
¿De qué sirven las glorias, los encomios,
los trofeos?
No existe nada.
Ni victorias ni derrotas son nuestras.
Como los camaleones: te alimentaste de aire, te hartaste de esperanzas.
 
MY FAIR LADY:
¿Existe alguna música que no sea triste?
El amor a la euritmia verde que compartimos todos
los añejos solitarios, quizás.
Friso vital: Compañera Muerte.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Grandeza y miseria.
Grandeza y miseria humana que nos hace pertenecer a la concupiscencia.
Grandeza y miseria por haber hecho de ella una obra de caridad.
Quien ha recibido un gran golpe sin resentirse por ello, queda
abrumado de injurias, necesidades.
 
MY FAIR LADY:
Me enamoré de un loco y el loco
me dejó.
(Con gran vehemencia.)
Tomó una herramienta y
quitó las espinas,
segó la hierba,
eliminó las quejas,
purificó la ciudad,
la saneó mediante el fuego (...)
 
Sí, quien piensa mal, acierta.
 
Todos estamos enfermos de Eros,
pero los cuerpos están
separados,
por eso queda siempre algo de incomprensible en la realidad.
 
Lo mío es perder los pantalones
después de empeñarme en llevarlos en cada folie-à-deux.
 
Con astucias, con miedos, con engaños ¿hasta cuándo?
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
La peor de las coyundas desiguales es la del corazón.
Como en un sueño: somos ratones en la rueda,
pero nunca avanzamos.
Éxitos subjetivos. Ojalá, sí.
 
MY FAIR LADY:
Transformación psicótica del rostro otro.
Las peores emociones, en piel encuadernadas.
Una gran dama sólo sale de casa para mejor verterse en su abismo:
para los que en él piensan, el cielo.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Tanto más se funde,
tanto mayor el escándalo,
más violeta el epigrama.
Acabáramos: el paraíso de los positivistas está vacío.
Nos empeñamos en llevar adelante
una desvaída partida de ajedrez...
 
Euritmia de una rama que se dibuja en el vacío,
todo se enciende en verde.
 
MY FAIR LADY:
Mi pálpito está atrapado en ámbar.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Versallesca. La perla más preciosa de tu tribu.
Duerme, duerme, sin interesarte por el fin del mundo...
 
Bueno, ¿y qué?
Se sobrevivió a esto y a lo de más allá.
Nos atemperamos, las personas...
... y con ese incesante ajetreo de poeta.
 
MY FAIR LADY:
¿No es cierto que hay hechizos con propiedad
para abusar de la juventud y de la inocencia?
Esa estocada fue de muerte.
La archimofa del demonio,
para la inapropiada guerrera que yo soy.
El mundo es una cosa enorme, un gran precio
para vicio tan pequeño, por eso me morí yo.
Y por eso es la arqueología controlada destrucción :
el crimen desafina,
la dulce venganza crece disonante.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Con tu dolor, el mío se hermana
y se parece a la amistad.
¿Quién corrompió
por vez primera del amor los lazos
y los convirtió en ataduras?
No hay nada como la estupidez para dar-
le sentido al infinito.
¡Vive y hazte desdén si una diosa es lo que eres!
 
MY FAIR LADY:
El trabajo conocí, el dolor y los lazos
que acaban por hacerse culebras
 
El secreto tirón turbador que es el mal.
 
Una musica insidiosa, misógina, resentida.
Pero debo admitirlo:
el azul (adentro) brilla cuando lo desgarra la risa.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Corazón doble, corazón feroz y doble.
La aterciopelada y suntuosa carne de una rosa cultivada
y morirse de pena.
¿Qué arte es éste?
¿Cuál es el arte que calma las irresistibles pasiones?
 
MY FAIR LADY:
Taedum vitae, la mala conciencia de un espíritu
demasiado noble y delicado
ante las banalidades de la existencia.
Dejé brutalmente la adolescencia...
¡Cuán funesta puede llegar a ser la persuasión
que una persona ejerce sobre otra!
 
Naturaleza y realidad se hicieron antropormofas.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Ardiente sollozo que rueda de edad en edad.
 
MY FAIR LADY:
Ser tan sólo de risa y llanto, sombra.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Tejido melódico, tu gran ritmo
interior, tu alegría africana...
 
MY FAIR LADY:
¿Qué te pasa soñador de bagatelas?
¿Acaso eres tú también desmedido,
también tú la orgía amas,
condimentada de ironía?
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Sólo los filósofos que besan el polvo serán salvos.
 
MY FAIR LADY:
La seductora aventurera.
La ebriedad es un número.
¡Espantoso juego en que el que es necesario
que uno de los dos jugadores pierda
el dominio de sí mismo!
No hacíamos el amor.
Desvalijábamos con codicia en la casa
del cuerpo.
De ciertas cosas no se puede uno disculpar...
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
(Voz de falsete)
Amigo mío, estáis mareándome toda y esto va de mal en peor.(...)
 
MY FAIR LADY:
¿Quién traza la huella primera del cuerpo del que partimos?
¿Es el mar agente depósito o de corrosión?
En verdad, no hay enigma,
sino, con fortuna, muy mesurado epílogo:
sí, pintar al otro mejor que nadie.
La voz del silencio es plural.
Es empática y es plural.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
Oscuro sueño de realidad.
Mujer, sumérgete en el olvido:
historia de tres al cuarto.
Eres soberana única de tu tiempo.
 
MY FAIR LADY:
El olvido... con ese experimentado cazador,
mientras la risa duraba,
la broma se convertia en la guerra misma.
Yo debía morir y morí.
Me atrajo hacia él y morí.
(...)
Sí... el olvido.
Regreso de los gatos en el crepúsculo.
El olvido:
Sus ojos.
Su voz.
Todo su ser.
Después será canción:
El hombre que pudo reinar.
 
Cuando vives por la fósil radiación,
por cada ausencia, presencia cero.
 
MI HOMBRE EN LA HABANA:
¿Presencia cero?
 
MY FAIR LADY:
Sí... tabla rasa.
 
 
 
 
 
 
(Ahora se desvanecen las dos voces que conversaban, se desarrolla un película de CINE MUDO.
Una película cualquiera. El cine mudo compensa la falta de diálogos con sobreactuación afectiva.
Esto es lo único que debe recordar le lector: las palabras que siguen están como sobreimpresas a
una, o muchas y diferentes, pero, en el fondo, idénticas películas de cine mudo, exageradamente
caóticas, patéticamente diversas en su monótono frenesí afectivo.)
 
Los lamentos, sábetelo,
adorno son de los padecimientos.
(Esquilo)
 
Mi mejor amigo: el que me hace entender.
Sé que sólo podemos descender -
allí donde la mirada por formas vacías es atraída.
Gigantes o lánguidas,
así es el vacío, silencio ígneo, fuego pánico en el silente pensamiento.
El arte de enmudecer, de eclipsarse tras
prisma acústico, prisma óptico,
cuando la emoción brutal nos seduce,
cuando el sol estival al mediodía
sana,
mata.
 
¿Cómo imaginar lo inimaginable?
Como un dibujo, sombra
alrededor de la luz.
(Ruido de fondo muy intenso ahora. El sonido de la(s) película(s) es muy alto, ensordece.)
La música, espejo de mi melancolía.
La música, gótica barbaridad del contrapunto.
Galope de cálidos ruidos.
Insular armonía hecha,
contrahecha de vacantes armonías.
(¡Bach dice que las disonancias tanto más fuertes son
cuando más cerca se está de la armonía!)
 
(Pleno día.)
Clave del trágico transporte:
sabor metálico del aire viciado,
y yo semejante a un rencor y a un arrebato.
 
Recuerdo un despertador que en mi pasado repicaba el acabóse.
 
Amor, amor, fue siempre delincuente el desgraciado.
 
Amante que de tanto amarme
en marino monstruo convertísteme.
 
Figura femenina turbada bajo un sauce llorón.
 
El amor era verdad tan sólo
cuando a sangre la boca
sabía.
 
(Interior oscuro.(...) Habían llegado a no saber qué hacían juntos. No las bodas entre el deseo
y los lugares debidos para ello, sino el día cazado y reemplazado por el simulacro de noche.)
Lo más verdadero es la acústica
rarefacción.
¡Oh mundo, que ya has sonado horriblemente!
Una ternura infinita,
ostinato modulante,
en múltiples, afásicos ruidos modulada.
si el compás un tiempo pierde,
y luego otro.
Y otro más.
Por fin se modula todo
furiosa, brúscamente,
hacia un modo menor.
 
¿Hay modo menor en el amor? Fui amante mártir.
 
El silencio contiene todas las palabras,
pero sólo el vacío es capaz de hacerlas aparecer.
Démosle, pues, el timbre de nuestro instrumento:
teatro de efectos tímbricos.
 
Un hombre, una mujer, un océano de sangre derramada.
Desde la cocina de mi insomnio o estudio,
declaro:
brillar de pupilas fieras,
nunca, nunca más.
Aquí no hay más ferocidad que la mía.
 
Quemé mis mil naves.
Sé que el mío no es sino un monótono tañido
frente a la cólera mortal del volcán,
frente a sus ojos suplicantes.
 
Pobreza nos marca, pobreza no sigue.
Se afanan las gentes, ¿por qué?
Conjeturo: por rimar.
Al que no le quema la lengua,
los pies le queman.
Hacia la muerte corren sincrónicos
mientras arriba la luna fulge.
 
Las mujeres, todas, tomamos la máscara del amor.
Complácenos recordar de salón amores.
Nos confirmamos.
No nos complace recordar amores perros.
Perplejas, confesamos.
 
¡Ah vosotros que ostentáis meditaciones propias de un córvido!
¿Pensáis conmoverme?
 
La sombra da vida y forma al objeto en la luz.
En la cocina de mi insomnio o estudio siempre
llueve.
Llueve a cántaros
rotos.
La lluvia es pura paciencia.
Indiferente, inagotable vacíase el cielo
de lluvia.
 
(...) Quisiera abrazar tu sombra en la pared. (...)
(Las sombras están regularmente estriadas por las rendijas de las persianas
 
Fui una marioneta y una amante ideal: era una diosa.
 
Las famélicas jerarquías de mi inspiración.
 
El vacío significa fin de la tiranía -faz humana.
 
 
(Fundido en negro.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Martí Armengol i Puiggrós.
 
 
 
 
 
 
 
Fósil eres,
en fósil te convertirás.
(...) I've got rhythm (...)
Alegremente pierdo.
Airadamente.
Sin nostalgias, se diría.
- Cómo guiar al coro
desde las ruinas.
Cómo guiar al coro hacia la luz -
 
Escribir es sin piernas caminar.
Escribir es resistir.
Nadie podrá nunca evitar que el camino
a mí misma me camine.
Nadie podrá nunca evitar que el nonato
nazca
proliferando por doquier.
Quizá haya que dejar pasar la vida
intacta
no vivida, dirán los (redivivos) (vividores)
para que en el recuerdo sea dulce, voluptuosa.
Espacio desescombrado.
 
Pierdes el mosaico de las palabras y la risa
de las metáforas te acompaña en la huida.
 
 
 
 
La repetición habitúa
como el reloj habitúa.
Pero, I beg you pardon,
también conforma diferencias.
Diferencias conceptuales.
Deberás anhelar mucho entonces...
aprender a dejar el aire exhausto.
 
Me alimento ya sólo de espíritus.
Como ya sólo en las negras vasijas rituales.
Soy diosa paleolítca, guardando su fin.
Salir urgentemente
- ¿por la ventana, por la puerta? -
Soy caracol sin prisa
tras el color púrpura en mi ventana
tras un éxtasis botánico cualquiera
iré.
 
La tierra tiene un nuevo pretexto para alzarse:
este caminar sin piernas mío, tan civil.
 
¿Me oís?
En verdad en verdad os digo
grande es el abismo entre
nosotros,
la luz.
 
Lo único que pacifica es la voluntaria modulación.
Escribir es en silencio caminar, en silencio gritar.
(...) I've got rhythm (...)
Te doy una llave y tú no sabes aún
para qué sirve.
- El fósil es el principio de algo, no el final -
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
M. BLANCHOT, in memoriam.
 
Postal para la anónima y brava lista de asistentas
familiares que me he zampado,
negadas, más que abnegadas.
 
 
 
 
I
 
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
Bellísima persona, a mi casa el Eclesiastés traes,
como para que Anita tome conciencia,
envuelta en anillos de libresca suficiencia,
raudales mudos de tristeza,
de su muy alta y quijotesca miseria -sonrisa pagada, no. Calor prestado, menos aún-.
Por siempre más el texto sagrado ausente,
toda escritura no es sino chapuza
-ora pro nobis.
 
Y dime... ¿también consta en la Bíblia
que es la apariencia una breve aparición sorda,
que obviamos el telón...?
 
Si por ti no fuera,
por tu forma de apresurarte despacio,
tu aire de bendición, de purificación
-Haz de tu casa mi posada-,
por esa desmesura tuya -tan americana, por cierto-,
de en tótem erigir la audacia:
CRISTO, prototipo de todo.
Si por ti no fuera,
de antagonía me hubiese yo anegado:
La sima es lo que ves cuando la cima alcanzas.
También yo tengo mil años.
En antagonía me hubiese yo ya anegado
en ésta, mi locuaz agonía.
 
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
La vida es ilusoria.
No se puede vivir sin ternura.
La vida es un partido de tenis donde sin pelota jugamos.
 
Llegas a mi casa con profundo sentido religioso,
sonoro reflejo de aquél al principio
en el cuadro percibido...
Pero, tu enorme capacidad simpática,
¿no se deja fácilmente... demasiado fácilmente conducir?
-¡Si supiera usted cómo me bendicen!-,
Como cromosomas se agrupan las palabras...
Se hicieron las tinieblas, unos a otros los enemigos se mataron -¡milagro!-.
Sabes que nunca me saltaré tan venerable paso a nivel...
El sol invictus,
CRISTO:
Mi ojo no ceja.
 
 
 
 
II
 
Contigo, bellísima persona, discúlpame,
llega también un pícaro charlatán...
Con paso vacilante viene desde un tenebroso país,
maldito insecto zumbón.
La guadaña del tiempo esgrime,
bástale sopa con arsénico,
trasunto estricto de vida infernal...
¡Qué le corten la cabeza!
¡Qué aniden las bestias en su tumba entreabierta!
 
Me temo que yo sólo puedo albergar ideas de cristal.
Ninguna de humana arcilla.
No estoy hecha para la vida, no,
sino para velar sonámbula.
Siento il filo pericoloso delle cose...
Porque para mí, ya sabes,
discernir en bidemensional fotograma
la tridimensional acción, es
mayúscula exquisitez.
Te veo hipócrita, bellísima persona,
veo hipócrita ese dulce mirar tuyo de culebra murciélago contrariado.
Tu pisada, doble, fuerza rebelde al linaje ortodoxo de la diosa del sol.
No, no me cuentes nada de quien habita el centro mismo del odio.
Las personas enfatizamos de manera singularmente arbitraria...
... somos hipócritas por naturaleza.
¿Cómo reemplazar la defectuosa excelencia de la vida
hasta alcanzar la rígida quietud de la máscara mortuoria?
Pletórico trecho de dichos corremos...
(CONCOURS HIPPYQUE: viajeros que intentáis
esquivar la monotonía climática,
vuestras torvas, monótonas costumbres,
vuestro vacío nada turbio,
jamás os traerá la lluvia.)
Tu sensualidad fría y calculadora, bellísima persona,
ese tono verde venenoso para con el teléfono móvil,
el lugar de los espíritus famélicos...
 
La inconsciencia es pura mafia
por ásperos gritos de gaviota puntuada.
 
Te veo hipócrita...
... me sé hipócrta pluscuamperfecta.
Tantos desórdenes y dolores míos...
...esta disociación entre la mano derecha melódica,
y una armónica mano izquierda...
Como una naturaleza muerta, no sueno.
Tomo este pozo en llamas por doméstico paraíso.
Por fortuna, tengo un cuello que escogido martirio reclama.
Ergo, masaje al canto.
Vístase.
Que me la bendigan.
Abríguese: Idilio.
Un instante de recogimiento, doyme
a la electrónica fuga tras una carta...
... ¿no le apetecería, guerrera, ser reposo de este guerrero...?
No me preguntes nada de nada.
Podría contarte toda, toda la verdad.
 
Si vez que viene una bellísima persona,
vez que viene tan execrable charlatán,
yo soy el Espíritu Santo,
imponente mi ira como el mar.
INFIERO:
El ser más bello no existe.
Y A CONTINUACIÓN:
Todo lo existe no es más que símbolo de un tragicómico lamento.
POR TANTO:
REAL es sólo la neurológica verdad.
Es tan misteriosa la apariencia
que el trapo donde impresas están del martirio las heridas,
como telón teatral funciona,
trampantojo juego o engañifa,
cuadro dentro del cuadro
superponiendo a la faz doliente de rigor,
la enigmática representación actual.
He aquí mi galimatías polisémico.
 
 
 
 
III
 
Fuese tan bellísima persona.
Llevóse música y charlatán a más cálida parte,
-L'uccello nella gabbia canta
ma no per piacere ma di rabbia.-
Impaciente espera bajo las nubes que la página
velan...
... pasen.
Dejen al blanco del papel emerger.
 
Imaginando siempre linealmente el tiempo, Europa se ha agotado.
-Addio, signora
ritorna la tua pilota!-
Crónica de un amor que nunca existió.
Toda la vida para aprender:
A este lado del espejo sólo quepo yo.
 
Cesó el bien interprretar el mimus vitae.
Pasó el vecino trasvestido como un santo del retablo...
... ya no hay que poner un nimbo de santidad al personaje ése.
¡Buf!
La pregunta de preguntas que de contenido cualquier pregunta vacía
¿cuál es?
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
Así el Eclesiastés.
No habrá otra loca tan gentil.
¿Para qué querrá ser parte de un mundo que no existe?
Mujer es el más sutil tamiz de la realidad.
Cierro los ojos y comprendo:
No poseo sino la abundancia.
 
¡Ah, qué difícil se me hace articular palabra los días memorables!
¿Son las aves libres de las cadenas del cielo?
 
Nada de transiciones métricas,
variaciones de registro, estrofas armónicas...
Respira.
La fuerza inmóvil ya es pasión.
Las notas blancas escasean.
Lloriqueantes aparecen tras el bajo
obstinado de un tambor militar.
 
Cesó el bien interpretar el mimus vitae.
Pasó el vecino trasvestido como santo del retablo...
... deja ya de poner un nimbo al personaje ése.
La pregunta de preguntas que de contenido cualquier pregunta vacía
¿cuál es?
 
Gorgeos en basso falsetto...
Arácnida ligereza.
Cae el ultimísimo telón,
es decir, paisaje sin sentido profundo,
pero, ¿por cuánto tiempo?
Máscara y telón, Muerte,
¿me los prestas a la par?
 
La naturaleza rejuvenécese sin cesar mediante nuestra ruina.
Libélula azul.
Momentos prismáticos del color...
... sellado todo con la pasión de un alma hermética -
 
El enigma de estar patéticamente vivos, sólo Tú,
Madre Muerte lo despejas.
 
Ha llegado el día en el que la vida es una suave rapsodia.
Il mio miglior plectro.
Jardín imaginario con sapos de verdad.
 
-Se cerca, se dice:
L'amico mio dov'è?
L'amico infelice rispondi:
Morí!.-
 
La tesitura más aguda de esta liturgia.
La imagen que en mí el charco despierta:
1) No estamos integrados en el espacio sino tiritando.
2) Luz divide en claroscuro nuestros rostros, como en la pintura.
3) El interior es lo único abierto.
Fin de partida.
 
Todo es malcasamiento.
Pero, ¿por qué no contar cómo ocurrió?
En staccato resuelve la cámara tu frenética danza.
Bollirà el món com la cassola en forn...
 
Quizás sea aún mío el don de desaparecer
ante tus ojos asombrados.
Quizás sea mía aún la riqueza de riquezas.
Si así fuera,
para mí quiero, absolutamente quiero,
los secretos entre naturaleza e imaginación.
 
Mi día no tiene noche.
Mi noche no tiene día.
 
Mi escritura tensa y ríspida,
afilada y pendenciera.
 
Sólo música y poesía viven
el instante simplemente.
Repitiendo.
Retomando,
retomando,
retomando...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Fernando González Placer.
Este texto pergeña una película de cine negro, muy negro. Es decir, no es el guión de una película sino su
simulación . La acción, en un acto, mínima y dialéctica, presenta a dos personajes fríos y calculadores
pero ancianos, un poco desesperados: J.E.H. y su marido, EXTRA-JOHN. Transcurren tres escenas de
su idílica vida común en un bungalow.
Las paradisíacas circunstancias de la vida en común constituyen el verdadero Leit-Motiv del thriller.
Aunque su personaje principal es una, LA típica mujer fatal del cine negro. Tan fatal para los demás,
como para sí misma, óbviamente. J.E.H. ("la judía errante hembra", tal sería su traducción lírica), la ce-
losa mujer araña, malvada y castradora, según la percepción masculina. Poderoso y seductor
personaje, alternativa posible al rebelde sin causa masculino -EXTRA-JOHN-. Su sexualidad, su cuer-
po, su personalidad toda están en juego. "Plein-air", climatología estival.
Maravillosa fotografía expresionista en blanco y negro. (Y, por lo que hace al nivel orgánico del texto
-montaje de planos, sonidos, "racords"...-, aquí se prevé tan sólo la sucesión de los acontecimientos
-la profundidad de campo, el inmenso espacio en "off"...-. No el llamado "grado cero de la escritura
cinematográfica"... ¿acaso no es ésta una tecnología subjetiva?
Este texto está escrito para ser vivido y nada más.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
I
 
(Interior de un diminuto lavabo. La J.E.H. habla sola. Y aunque el espejo le contesta, matiza, apuntala su monólogo, ella no le hace caso.
Se diría que no lo oye. Aunque sí lo oye: lo ignora. Gradualmente, sin embargo, lo va tomando como
interlocutor, pues es su alter-ego mientras vive.
Sin luz artificial. Pugnan sombras y luces de Caravaggio o Rembrandt.
La persiana de lamas nos induce a creer que fuera transcurre plácidamente el amanecer.)
 
J.E.H.: Soy de las que ha reconciliado a Dios con el diablo,
sirviendo a medias a uno y al otro...
 
ESPEJO: Tú, mujer sin humildad.
Tú y tu eterna margarita... mártir por nadie.
 
J.E.H.: Penas y cuitas, cuitas y penas,
la noche y el día son mi problema.
Mil pliegues tiene mi pena.
Es mi melancolía un huracán muy lento...
Herido de transparencia, mi corazón...
siempre en el magma.
 
ESPEJO: Anima nuda: el corazón en contienda de cada orgulloso.
Tan alto subió tu orgullo...
mira que ahora lo habrás de bajar igual de rápido.
¿Estás triste en el cielo?
 
J.E.H.: ¿Cómo va a olvidar mi alma saltimbanqui,
si la memoria es olvido? (...)
 
(...) ¿Cómo recuerdas tú aquel perro amor que me diste? (...)
 
(...) He tenido comercio con la nada.
Ha muerto en mí la inocencia de la ira y del pecado.
No importa.
De nuevo alcanzaré el cielo con las manos. (...)
 
(...) Cuando era inocente pensaba
(y lo he sido más que tú):
"Acaso venga a buscarme un hombre.
¡Cuidado entonces con perder el juicio!"
 
ESPEJO: (Reflejando cómo la J.E.H. enarca la sangrienta media luna de sus labios.)
Yo no tiento sino con la verdad.
¿Acaso no suspiras por que llegue la noche
en que la gente desaparece de sus sitios?
No puedes aún soportar el yugo sobre tu cuello domado;.
ni aún igualar las fuerzas de tu compañero de yunta.
ni tolerar el peso del toro que corre a placer...
Te mueves al sol y pierdes.
 
J. E.H.: La vida es cosa de hombres;
la muerte, cosa de dioses.
Veo en ti como un espejo el monstruoso mar del crepúsculo,
la media luna de las naves cuyo nombre es misterio...
¡Doquiera que pongo el pie está la muerte!
 
ESPEJO: Tú y tu juventud de medio pelo,
inquieta y soñadora.
¡Más claroscuro! ¡Más y más!
reclama tu hambrienta retina.
¿Ignoras, quizás, tu perspicaz lengua de trapo?
 
J. E. H.: Quizás...
No obstante, ahí estás tú.
Ya verás cómo me sé la lección:
"Corazón obstinado,
mal acaba.
Quien ama el peligro,
en él
sucumbe." (...)
 
(...) Acaso esté ya mi antorcha deshecha y en cenizas...
¡Ansío huellas que no sean las mías! (...)
 
(...) Tengo un hombre "de principios"
que recuerda cuán acústico el silencio es.
 
ESPEJO: ¿Vas a tratar a ese feliz testigo
como un niño malcriado trata a su juguete preferido,
llevándoselo a la cama?
Tú que sujetaste tu cabello con un nido de víboras,
hagas lo que hagas, serás juguete de los vientos.(...)
 
(...) Sí, has logrado hacer un auténtico cuadro escénico,
La pasión es es una forma de teatro.
Los actos pasionales, el verdadero ridículo de la vida.
Basta un poco de lógica, sin embargo,
y el teatro representa la memoria, no la vida...
Los decorados siempre simultáneos.
Los colores, ácidos: forma cromática rapidez, velocidad...
¿Risas...? Risas epigástricas, que alegran la vida...
Risas que estremecen... -hay que elegir...
-¡Ríase, caballero, no se contenga! -.
En la infancia, apenas articulabas.
Ahora razonas... crees.
Pero mientras razonas, pasa el tiempo,
vuelve difícil la articulación.
-Par charité, ne sois si arrogant, s'il vous plaît!-.
Por él, en pareja sueñas, amaneces sola.
La costumbre nos cautiva...
... ni demasiado lejos, ni demasiado cerca de mí.
¡Qué elocuencia pide eso!
El acto trágico implora la parsimoniosa duración.
El tiempo trágico es un tiempo deportivo.
Transparencia o franqueza en las humanas relaciones...
porque consiste en sentir: tú cuentas sílabas, palabras, frases...
Trátase de conservar el movimiento que aquí reina;
de aumentarlo sin cesar.
Y no temas: tú te ocupas de la voz de un pueblo vencido y esclavizado;
cuando la necesidad presientas,
TELÓN.
En la misma unidad: lugar, tiempo, acción.
La clásica unidad no fracciona la ilusión.
Problema técnico de código:
ética es lírica, bouleversée.
 
Describir morosamente de las sospechas el acto.
El acto de los furores.
¡Qué elocuencia pide eso!
El acto del reconocimiento.
El acto del sacrificio.
Porque tan pronto como palabras, actos, conocemos,
imaginamos un rostro a quien atribuírselo,
su modo de andar, su máscara...
-palideces, tiemblas, me engañas...-.
 
J.E.H.: ¿Lección de pantomimas...?
 
ESPEJO: Lección de pantomimas.
 
J.E.H.: ¡Qué no habrá erosionado el corrosivo día...!
 
ESPEJO: Mezcla locura y prudencia...
 
J.E.H.: Soy la luz del desespero, siempre llameante.
Mis muchas y muy heladas noches de vigilia,
nunca las olvidaré...
 
ESPEJO: Las olvidarás.
Todo se olvida, anacoreta.
Deja ya tu labia a un lado;
nada que hablar..
Pantomima del amor, es decir, de dulzura y protección.
 
J.E.H.: Risas y llantos entrelazo.
¿Cómo entender tan espiritual barómetro?
 
ESPEJO: Las sonrisas de la vida.
Cumple con tan sencilla misión:
conciliar tan orgulloso poder
y la exigencia de cosas amables decir.
 
J.E.H.: ¡Ah, qué importa "cualquier cosa"
si en mí adopta todo el rostro del amor!
 
ESPEJO: Ya ves. En vano insectos cincelas, grabas caracteres,
amontonas juntos cuerdas, textos saboreados...
 
J.E.H.: La vía de la justicia es muy luminosa.
Tanta bondad, a la generosidad del cielo semejante...
Mi mirada errabunda se obtina, se obstina, con el cielo...
Por un instante, han sido mis deseos colmados... languideces...
 
ESPEJO: Una morbosidad como la tuya...
siempre cabeceando en la cuerda floja...
 
J.E.H.: El palimpsesto de la memoria es indestructible...
... en pleno invierno puedo ver qué verdes son los cipreses, los pinos...
 
ESPEJO: Monólogo de un alma a la que siempre ha sido muy fácil herir...
Amor es la expresión del rostro humano
que sangra al sentirse señalado.
 
J.E.H.: Pero el espacio entre las miradas es un infranqueable sahara...
 
ESPEJO; ¡Mujer de ordinaria contextura,
penas de un niño, obras de arte son!
Individuos infatuados que sólo a sí mismos se aman...
 
J.E.H.: En mi degarrado ser por simpatía resuena
algún temible intervalo en el túnel del tiempo...
Cortocircuito bárbaro: lo acepto, es lo humano.
 
ESPEJO: ¡Lo sabes!, ¿Eh...? ¡A ciencia cierta lo sabes...!
¡Qué perfidia la tuya!
¿Dónde estabas antes de que vinieras?
¿Acaso es anterior a ti tu propia sombra?
 
J.E.H.: Vengo del vacío.
Del cielo donde cristalino es el polvo que nos une...
 
(...) El color del archipiélago...
... la pena de tus ojos.
 
ESPEJO: ¿Llevamos antifaz?
 
J.E.H.: Llevamos antifaz.
 
ESPEJO: Montas a caballo con más elegancia que seguridad...
El teatro es vida intensificada: amor mortífero, por una parte...
... frivolidad, por la otra.
 
J.E.H.: Nadie te sigue por las huellas de pesares,
sino como a un herido, por el rastro de la sangre.
 
(Los violonchelos aúllan en clave de fa, en el extremo sobreagudo.)
 
(...) Energía es eterno deleite.
Siento que mi doloroso camino se está llenando de porvenir...
¡Sí, señor: llámase MUERTE la gran dama COMPAÑÍA! (...)
 
(...) Pasa risa y desgarra,
sin que puedas quitarme ya la pena.
Pues, piedra soy, por gemidos trabajada.
Tengo un doble deseo: un profundo olvido
y una escapada infantil...
Siento una atracción tal por las flores...
como si de mi alma perdida se tratase...
ahora mi vida es ya más teatro que vida...
... la hipocresía es nuestra patria más fecunda.
 
ESPEJO: Sientes una atracción tal por las flores,
como si de tu perdida alma se tratase...
 
(...) Cuando la ingresaron, o ella misma ingresó
en alguna parte de sí misma...
... el néctar de la inmortalidad, Hotel Memoria.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
II
 
(La sagrada cena común. Exterior del bungalow: una terracita. Luz de los contornos que revela sólo
parte del rostro. Alta tensión dramática.)
 
J.E.H.: Tapiza las paredes de un terciopelo suave,
negro como el pecado.
 
EXTRA-JOHN: Que me place, que me place,
que de buen grado me place.
 
(VOZ EN OFF narrativa, monótona y depresiva, típica del cine negro:
Aquella figura que barroca proclamábase,
ha cedido el cansino paso a un hombre más bien gótico,
marcado por las huellas del dolor.)
 
J.E.H.: Nosotros, aquí...
Más bien parece que todo el mundo anda moviéndose en círculos.
 
(VOZ EN OFF: Con desnaturalizado brillo la luz cae,
luce el trono real envuelto en ira.)
 
EXTRA-JOHN: Lo que está por encima de nosotros
nada es para nosotros. (...)
Antes de buscar una razón suficiente,
creeremos en el absurdo.
Un día te llevaré a ver un bosque de cipreses de pantano,
¿O serán "cedros del Líbano"...?
 
J.E.H.: Un bosque de temblones álamos americanos,
eso es lo que yo quiero ver.
Tal cosa le iría bien a la efervescencia de mi corazón,
a mi tristeza ática,
a mi huerto deshecho.
Creo que he vivido sólo de adversarios...
 
(VOZ EN OFF: El rostro de expresión doble. Jeroglíficos del silencio.
La muerte contenida, formada en el silencio.)
 
EXTRA-JOHN: No te lamentes de tu suerte:
El destino te manda un amigo más y una amante más.
Duerme. Dormir se supone que es
para almas cuerdas
cerrar el ojo.
Duerme, mi amor, duerme...
 
J.E.H.: No puedo dormir, no puedo...
Te me apareces en los espejos...
La luna en tu frente,
la serpiente en tu cintura,
los millones de manos de muertos en torno a tus caderas,
la boca ensangrentada,
tu cuerpo manchado de sangre,
los cadáveres de niños a modo de aretes...
 
(Súbitamente, EXTRA-JOHN se siente como ensartado por la mirada de la J.E.H., un escalofrío recorre
su espalda, penetra hasta las raíces de su pelo.)
 
EXTRA-JOHN: ¡Basta, basta, basta!
¿Pero es que has olvidado el estribillo de tu prístina canción?:
"Tú eres la crema de mi café." (...)
La realidad es siempre un número quebrado, mi niña.
Las semillas de las sonrisas se plantan con una gentileza diminuta:
un libro, un árbol, una flor.
 
J.E.H.: El viento y esta noche fría
son otra cosa que noche y viento...
 
(VOZ EN OFF: ¿Se refiere ella a lo no-pronunciado, antes,
antes, que el verbo? ¿ O acaso se refiere
con verso árduo, pie quebrado,
a aquella remota enseñanza:
"No actúes más que despojándote de toda atadura"?
o tal vez a ésta otra: "El hombre pasa con su imagen."
Imago mortis.
¿Es por eso que el mundo sublunar tras el espejo ahumado,
sólo puede entenderse en "speculum aenigmitate"?
Pero, no, él, labios apretados de los toreros de salón,
a ciencia cierta sabe que los nervios de ella están en llamas.)
 
EXTRA-JOHN: Soy y seré
alma,
hilaridad y tormento. (...)
 
(...) Tus ojos como tigres, mi amor,
en ellos no hay nada escrito.
 
J.E.H.: ¿Por qué así me desgarras?
¿Es que no tienes compasión alguna?
¿Viniste tú hacia mí,
o bien, fui yo hacia ti?
Dos otoños.
¡El mundo es un horror, por Dios, sí!
 
(VOZ EN OFF: ¿Están nadando para no llorar?
Pon de silencio el compás
a lo que oensando vayas...
Época curiosa ésta en la que ni hombres,
ni mujeres aceptan cruz alguna,
pero andan por la calle
como pura sangres preparados para la carrera.)
 
EXTRA-JOHN: ¿No dejes tu amor en un precipicio!
Sí, hay que tomar por asalto el cielo,
no te lo ofrecen gratuitamente... (...)
 
(...) Non conosce pace e non la stima
qui provato non ha la guerra prima.
 
(VOZ EN OFF: Flor de un día este hombre...
Cuando más amargo el cáliz,
con más dulzura lo apura.
Parece sugerirle él a ella, con su sesgado cinismo,
que tanto él como ella esclavos son de la intensidad.
Que son refugio uno para el otro.
¿Qué otro refugio puede haber?)
 
J.E.H.: (Implacable)
Si no me proteges,
baldía siento tu cháchara noctura.
Obras son amores,
y no buenas razones...
 
( VOZ EN OFF: Con soberbia leonina, la J.E.H. interroga:
¿Puede este escenario dar alegrías otras que
las que con el dolor se mancomunan?:
"¿Están las hondas heridas de tu alma
curadas gracias a las mías?"
Yo soy insuperable, sugiere.
Soy piedra trabajada por gemidos.
Mirad y ved si hay un dolor
como el que a mí me sobreviene.)
 
J.E.H.: La hipocresía es nuestra patria más fecunda.
(Llora con vehemencia.)
 
(VOZ EN OFF: O komm süsses Kreuz!
Incluso la aristocracia floral recuerda
que el hombre es sólo un pura sangre que corre.)
 
EXTRA-JOHN: ¡Ah, piedad, vierte menos fuego!
 
J.E.H.: Fuego avasallador contra fuego avasallado.
 
(VOZ EN OFF: Mirada de víbora lánguida.
Aire afligido por el vuelo de las aves rapaces.
Quizá sea la noche suave y caminante,
pero el alma está llena de gritos.)
 
EXTRA-JOHN: ( Profundamente herido en su misantrópica tristeza,
pero aún dulce y compasivo.)
¿Por qué despertar una lágrima dormida?
¿Acaso en el mundo sólo se puede satisfacer a un solo amo?
 
J.E.H.: ¡Sin pausa te cantará mi alma!
(Y su alma de niña irradiaba
a través de sus coquetos ojos verde-gris...
... la voz que ríe y llora,
cuando se ríe y se llora.)
 
EXTRA-JOHN: (Con su pose cínica habitual.)
La fuerza de la secuencia.
(Aparte.) En todo lo inútil,
hay que ser divino o no mezclarse. (...)
 
(...) De nuevo veo tus ojos, melancólicos peregrinos,
tu palidez de cisne...
De todas las palabras
puestas en su sitio,
nos enseñas el PODER.
Amar es mendigar.
 
(VOZ EN OFF: ¡Oh, qué gran vergüenza que todos estos héroes
no tengan nada que decir! )
 
(Un coup de téâtre, un lance imprevisto.
Porque esta mujer no es un simple ser humano,
sino el exacto corazón del mar.)
 
J.E.H.: En las tinieblas de éste,
mi corazón,
ando perdida. (...)
Cuando mi vida era como una borrachera,
siempre presente,
sin nada que olvidar, nada que anhelar
El trueno imponía su rabia.
La lluvia era pura venganza.
(Súbitamente.)
¡Cada cual tiene lo que busca!
¡Pero qué advertencia tan terrible!
 
(La cámara revela una sonrisa sádica que luce ante su gentil amante como si se hubiese quitado la máscara.)
 
EXTRA-JOHN: (Alarmado) ¿Qué puede ocurrir aún?
¿Puede ocurrirnos algo más?
Te juro que no conocerás mi gran traición.
¡Nuestra fuerza vendrá de la penuria...!
¡Hasta el néctar de la inmortalidad te traeré!
 
J.E.H.: Nuestra felicidad imaginada...
Ese Hotel Memoria tan nuestro ...
¡Todo el futuro es vanidad!
 
(VOZ EN OFF: Basta con dar una ojeada a este fresco para percibir todo su desconsuelo...
Y, sin embargo, una pausa en la emoción.)
 
EXTRA-JOHN: Que el flojo diga: soy valiente.
 
(Tiempo tormentoso de verano)
 
J.E.H.: La alegría del cobarde silbando envuelve al pobre...
 
EXTRA-JOHN: ¡Permanece a mi lado cuando me muera!
 
(Aquí el velo del templo se rasgó en dos.)
 
J.E.H.: (Mirando del seductor los ojos, intimidándolo.
La cámara adopta un ángulo insólito. La mujer se eleva del suelo.
Pero la bóveda del cielo negro y estrellado se cierra sobre ellos
paranoicamente, claustrofóbicamente.
¡Fuera de aquí los títeres danzarines y sin cerebro!
 
(Gran vértigo. Como si ojeáramos la escalera por encima de un endeble pasamanos,
o la lejana calle desde la ventana de un alto rascacielos, cámara que desliza por el jardín en sombras
revelando a su paso un gran desorden. Toma larga, calidad despiadada, funesta.)
 
EXTRA-JOHN: (Aparte, pues le es dulce y conmovedor
este infecto aire de cueva de serpientes.)
El diablo es una mujer.
 
(Frenéticos acordes de música del espanto.
La cámara evoca un paisaje urbano anónimo.
Cámara en movimiento, hay que imaginarse la siniestra metrópolis, el universo negro:
círculos de luz bajo las farolas, callejones oscuros, sombríos peatones,
calles húmedas y mugrientas. Pasos intermitentes que resuenan en el asfalto;
neones intermitentes en las habitaciones de los hoteles... ruidos ordinarios, muchos ...
y es laberíntico el espacio.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
III
 
(Interior del coche aparcado ante el bungalow. Confortable soledad para uno,
soledad portátil del individuo angustiado, fugitivo en la noche inmóvil.
EXTRA-JOHN habla solo. El espejo retrovisor le contesta, matiza, apuntala su monólogo, no le hace caso.
Se diría que no lo oye. Aunque sí que lo oye: lo ignora. Gradualmente, sin embargo, lo va tomando como
interlocutor, pues es su alter-ego mientras vive. )
 
EXTRA-JOHN: Constante sabor a miel y derrota....
Inquietante extrañeza: esa desasosegada mirada verde suya...
El universo en el piadoso trenzado de una frase oracular:
"La hipocresía es nuestra patria más fecunda".
 
ESPEJO: El corazón en contienda de los orgullosos.
El que toca la pez de mancha.
El que se junta a un soberbio
acaba siendo como él. (...)
 
(...) El sueño eterno viene como se va...
... de las ciudades quedará sólo
el viento que por ellas pasa.
 
EXTRA-JOHN: Mi corazón está vacío.
Es como un espejo puesto delante de mi rostro:
sólo me veo a mí mismo.(...)
 
(...) Amargo ritmo rutinario;
el sol brilla sin esplendor;
la luna sale sin derramar sus rayos;
noches inquietas tras días inquietos.
Mi corazón sabe a ceniza,
y con la fatiga y con el llanto,
se me anuda en la garganta...
¿Qué es un alma perdida?
Meditar, sí, ya sé, es saltar fuera del surco
repetitivo en el que nos hayamos...
Pero todos estamos condenados a la acción.
A las horribles caricaturas de nuestro yo interno,
yo externo.
¡Qué parecidos son los gemidos del amor y los de la agonía!
¡Como si siempre estuviese asesinando a una de mis mujeres
para curarla de la neurastenia!
En mi cabeza está escrito el código de un virus, sí.
Como en una estirpe de ciudades subterráneas
en las que prima la astucia del débil,
astucia contra astucia...
¡También tú morirás en mí! (...)
 
(...) Hotel Memoria, Hotel Memoria...
(Flash-back que, introducido de manera ondulante, no sólo supone un descenso al oscuro pasado
que envuelve a Extra-John como una pesadilla,
sino un idílico contraste con el paisaje rural que tanto puede ser refugio como escenario del crimen.)
Esta es la ruindad de los hombres
su secreta sordidez y el miedo que los reúne
que es misterio no se tenga por la mayor de las incógnitas (...)
 
(...) Tu astucia se abría paso porque
una y otra vez la hipocresía aparecía,
en hábito escarlata.
¡Qué obscenidad la juventud!
Como la imagen negativa en la retina grabada,
una y otra vez, el hábito escarlata.
Tan provocador y agresivo,
tan seductor. (...)
 
(...) Sale un Judas y entra otro.
No dormimos;
sabemos que el enemigo vela por nosotros.(...)
 
(...) Todo el mundo me ha traicionado o va a hacerlo. (...)
 
(...) Prolongada tempestad de guerras. (...)
 
ESPEJO: tu tan áspera melancolía,
tan permanente aire de opereta...
te impiden escuchar aquel cruel, cariñoso, idéntico a sí mismo, son:
"Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va."
La variedad no es sino el océano de la nada absoluta.
¡Extraordinaria mujer corriente esa J.E.H.!
Velos que cubren secretos, secretos que velan tristezas...
 
EXTRA-JOHN: (Concediendo)
La demoníaca dialéctica de la vida
se bebería la sangre de cada uno de nosotros...
Sexo en su plenitud o doloroso,
para el joven semental de nuestro esfuerzo
a su paso viene y va devorante...
Su desesperación deja de ser humana,
como esta lumbre que el aceite aviva...
La cruel y reptante espuma,
cada latido de vida mata un poco más...
... la magia convierte al canalla en virtuoso caballero.
Agarraos y escupid sobre mí.
 
ESPEJO: No te muestres tú duro,
vanagloriándote con petulancia...
... envanecimiento típico de todos aquellos que se acoplan....
Tú no eres más que un mortal,
esclavo del tiempo,
eres frágil como la espuma, una frágil mariposa.
¿No sabías que es el sentimentalismo
miedo a la muerte que en el propio corazón anida?
 
(La cámara pasa de una perspectiva omniscente a un enfoque particularizado:
los faros del coche barren el final de la calle, e iluminan
una pareja entrelazada de desconocidos,
imagen azarosa y minúscula, como metida en unos prismáticos
se encoge como una bolita, y todo eso,
lejano y como de pacotilla queda
enfundado en el dibujo liliáceo de un corazón, que
aparece, y acto seguido se esfuma
-dibujo en "flou" cada vez más acusado.)
 
EXTRA-JOHN: El estanque rompe los diques del alma...
... lágrimas, vanas lágrimas que no sé qué significan.
Me siento como una desvastada tierra que todos arrasan.
El húmedo desierto por el que navegan los navíos...
... este secreto precipicio mío.
Comprendo que aquel lago azul mío era una ciénaga. (...)
 
(...) Detrás de ti está la circunspecta mano del ángel
que te engaña desde siempre,
te engaña desde la Anunciación. (...)
Y es descanso lo que yo esta noche anhelo.
¡Qué vivas largos años,
oscura y vengativa noche!
 
 
(ENDE)
 
 
 
Farsa guiñolesca en acto -virtual.
 
 
 
 
Postal para Miguel Morey Farré.
 
 
 
 
 
 

 

 
 
PERSONAJES
 
DOÑA INÉS
SATÁN
LADY DEATH
 
 
 
 
El lugar es el limbo de los justos. ¿Cómo imaginarse un lugar donde el tiempo es molesta
enfermedad? Parece un sanatorio permanentemente envuelto en brumas. Nubes se ven sólo por las ventanas.
Son tres las voces. Eternamente náufragas. Pasos en la niebla de amigos que se eclipsan. Escasos muebles.
y muy funcionales. Color predominante, el blanco.
Es, efectivamente, un hospital, con ese inequívoco aire de tristeza definitiva. En el telón de fondo hay pintado,
insobornable fondo de gracia y de ironía, un versallesco jardín, vívido pero impoluto,
nadie se pasea en la pintura.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ESCENA PRIMERA
 
DOÑA INÉS. (Los ojos dirigidos al cielo, manos juntas e invocadoras) ¡Dadnos dioses, dadnos algo
más que hombres!
¡Oh, dádnoslos!
 
SATÁN. (Voz ronca, de registro muy bajo, cazallosa.) Cucha niña: ¡Me encanta tu polvo...!
(Satán tiene las cejas y los labios dorados, como un maniquí de escaparate de lujo. En la escena brilla una luz
extraña de sueño, luz de acuario...)
 
DOÑA INÉS. ¿! (Estupefacta quizás, muda de indignación. Tras unos segundos, el silencio se acentúa y los dos
personajes empiezan a dialogar.)
 
SATÁN. (Voz decidida y firme.) No tengo nombre.
Mi nombre es borrar los nombres.
Soy la informe forma que progresiva se absorbe.
Soy cualquier posición sustractiva.
Soy Satán.
 
DOÑA INÉS. (Voz deliberadamente desquiciada.) ¡¿Satán?!
¡¿Soy acaso yo aquella medusa altiva
que a todos los hombres en piedra convierte?!
¡¿Qué demonios sucede?!
¡Una pistola con silenciador y...!
(Ironizando para sí, se niega a tomarse en serio tan esperpéntica aparición.)
¿El chico de turno? ¿El turno de los chicos...?
¡Gran falso has hecho, Amor!
Spiegarte non posso...!
Veo un galán,
con menos barbas que engaños,
blasonando del arnés...
 
SATÁN. (Herido y zalamero.) ¿Ese fanfarrón soy yo...?
¿Menguado y tan escaso...?
¿Alguno de los valientes que tanto en falta echas
quedan, mueren en pie de guerra...?
(Ahora grave y amenazante.) A fugitivas sombras das abrazos.
Tú, engendradora de desgracias:
Tu empeño todo es celar tu honra.
Cuando suena la desgracia con sus hábiles dedos de peluquero...
... desviástete de tu camino -despeñástete desde una gran altura... -.
El color que vibra te fue quitado.
Esfuérzate en no ser de aquí en adelante aquélla que fuiste antes de ahora.
Sé avisada, guarda en este mundo por ti.
De aquí no sales hasta que estés bien cocida.
Un rumor de letanías es el canon de esta respiración...
... palabra te tengo, que sea ésta espina, aire frío,
te aflija y te haga humillar;
te haga volver en ti.
 
(Voz extrañamente dulce, modulada e insinuante.) Ahora que estás marchita y demacrada....
Sed non satiata...
No lo pienses más... siempre habrá un roto para un descosido tal...
¿No te apetece un breve pas de deux con el amor, la muerte...?
 
DOÑA INÉS. ¡¿ ?! (Muda, avergonzada por tan lujurioso alfilerazo, fuera de lugar, tiempo, ocasión...
Tras breves instantes de consternación inicia un solemne monólogo.)
¡Oh, mundo execrable, no es fácil obtener el bien de ti!
¡La muerte no es el mal, el mal es mecánico!
Y vivir, rehenes al destino entregar.
¿Qué me ofreces... celo por celo... y al satánico ritmo del mundo...?
Mercar lo ajeno;
tales cuentas hicimos ya por lunas.
Torearte como a un torero de salón, tal cosa quisiera yo...
mas... no sono in vena...
sé que ante tus ojos mi herida sangrará...
 
SATÁN. (Condescendiente, más y más zalamero.) Mujer, ¿qué tengo que ver yo con eso...?
¿No ves que soy tu igual...?
(Aparte: Donde pensé ganar, perdí...)
(...)
¿Percibes? ¿Percibes, tú, ardiente corazón,
cuán desconsideradamente ardiente estás?
(...)
Sí, el demiurgo es hermafrodita...
Mas, lastima el cuerpo mirar con ceño...
 
DOÑA INÉS. (Voz imperativa, dispuesta a ponerlo todo en su sitio. Principios.)
¡Satán, detente, vas hollando las cenizas de un imperio!
O remembranza si cara e fatal!
¡Tensión!
La eterna lucha entre Thanatos y Eros...
Locuras, las que quieras.
¡Oh, cuánta sagacidad ha perecido aquí!
Las verdes tinieblas de mis muy húmedos días...
Las multitudes son profundidades.
Lo natural, sobrenatural.
Páramos cuya arena es el polvo de los muertos...
 
Llevo luto desde que nací.
Llevo luto por este mundo vil...
 
(Con voluntad de recuperar el ánimo perdido.) Estoy viendo una escalinata que desciende hasta el mar...
Unos escalones palaciegos conquistados por algas y ruina...
Voy a dibujarlo.
 
 
 
 
ESCENA SEGUNDA
 
DOÑA INÉS. ( Monologando. Tan exasperada como pacientemente resignada)
Es ésta una olla más que podrida...
¡Melancólico vals, lánguido vals!
¿De dónde esta conmoción de irremediable pérdida...?
El préstamo de tiempo que me hiciste, Muerte,
es un caramelo envenenado:
Sigo siendo un corpus mixtum...
¡Ay!, ¿cómo me las maravillaría yo para esquivar la fatalidad
que el lenguaje, ese asesino desolado, me depara?
¡Un "tú" ante quien las palabras mismas retroceden!
 
(Sigue monologando, pero el monólogo se modula ahora hacia la remomeración de la experiencia presente.)
Una parte de mi vida se convierte en pálido recuerdo,
se ciega un canal...
y yo aquí luchando con mi negro humor, mi macabro humor negro...
para que de toda política se entienda, cuando menos, la revuelta...
Y sin embargo, las personas excesivas estamos perdidas.
¡Perdidas!
Lo menos andante con moto del mundo me ha tenido que suceder a mí...
¿Pues no se me acaba de aparecer el propio Satán
para proponerme una cama azarosa...?
¡Ese poco que siempre falta...!
¡La maldita, maldita, del desamor claustrofobia!
que te hace aparecer siempre como una pobre de espíritu...!
 
(Iluminándosele la cara súbitamente.)
Tendré que recurrir a la diosa omnipotente,
mi fiel Vampira de lacónicos ojos.
Son tantas las intrigas que se ocultan tras el blasfemo nombre del amor...
¡Irreductible, eterna, universal e ingeniosa humana ferocidad!
 
(Ha llegado el momento de invocar a la diosa nocturna,
al negro sol de la locura, la luna.)
 
Ven, oh, Lady Death, ven con tu reptil determinación.
Ven a recordarme:
Nunca te acompaña quien a tu lado va.
De nuevo hundido barco de uno,
pero imposible es hundir un navío fantasma.
 
Tú, Muerte, que entras simple y prodigiosa,
tutora de mi mente,
¡concédeme ser tutora de los misterios tuyos!
 
LADY DEATH. (Es un esqueleto andante, coquetón... con blanca peluca deciochesca llena de pájaros,
cintas y abalorios.) ¡Ah, niña! Esa maravilla siniestra y tan galante...
(Hablando sola) Vuelven a estar de moda las flechas largas....
(La regaña comprensiva, tierna y maternal.) En verdad es la Historia gran obra del diablo...
y tu cólera... dejasela a los dragones,
pues según los musulmanes, Dios jamás ha dirigido a nadie la palabra.
Los ínfimos dioses ordenan sin mandar.
Ya sabes: El orgullo de un dios es su silencio.
Ese Satán... fue un fantasma del mañana, un vulgar caradura.
Un hombre misterioso, inquieto, usado a mandar.
¿Te siguen halagando los trajes de época...?
¿Hasta el punto de dar crédito a la superstición?
Fue y pasó un individuo arrogante
que todo lo que dice lo ha proclamado el oráculo:
What I tell you three times is true.
La culpa es tuya:
Por ser tan resabiada.
La confianza es la mayor pérdida que pueden las personas sufrir.
Mira por ti.
Que cual tú te ves, yo me vi.
Y te verás cual yo me veo.
 
(La escena ha adquirido poco a poco luz mágica. Luz primaveral hiperrealista.
Las perspectivas están deliciosamente equivocadas y, en especial, Doña Inés
aspira intensamente allí donde Lady Death ha estado, como si aspirase aire de montaña.)
 
DOÑA INÉS.(Infantilmente animada. Un poco fanfarrona incluso.)Tan ancho, tan loco, tan avezado...
... no hay cincel que mejore un rey tal....
... la áurea mediocridad de quien no es ni amo ni esclavo.
 
LADY DEATH. (Muy grave, como para que de nuevo Doña Inés se ponga a reflexionar.)
Entierra tu dolor en la tierra mortal de lo caduco.
Nunca encontrarás más abrigo que el espacio.
De mujeres es acostarse de vacío con la muerte...
 
DOÑA INÉS. (Con paciente gravedad.) Apiádate de la desgracia de tu adicta, Lady...
Ésta es la historia de siempre:
Acorralada ropita.
Corazón, pellejo humano a la brasa.
Pues no hay tigre, ni león, ni basilisco que al hombre iguale.
A todos en fiereza excede.
Y luego, ciertamente, el fiero dolor de la pasión.
Pues él es tan invulnerable como el aire.
(...) Dandys contrahechos han violado a todas las mujeres. (....)
Tedium vitae... simpático el horror,
cum granum salis:
(...) La monstruosa carne troceó, pura maravilla.(...)
Ver en los vivos del cadáver el derecho.
(...) Sé siempre fiel y honrado hasta la tumba. (...)
TEATRUM MUNDI.
Gritan las más inaudibles gárgolas de piedra.
 
(Le detalla sus cuitas con la misma seriedad que monologa.) Y aún después, el cuento que enajena,
donde es dichoso el dolor:
(...) Las campanillas suenan de los camellos colgantes (...)
 
Y retratos de pasillos colgantes.
Atestado de batallas ya libradas.
Reloj de escenas que sonando siguen cuando yo ya quisiera estar en otra parte.
(...) Tuve frío con tu frío (...)
(...) Bebí sorbos de tu pena.(...)
Acabáramos: Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. (...)
 
LADY DEATH. (Extraña y amistosamente dialéctica.) ¡Tiempo! ¡Todo el tiempo que es tuyo!
¡Que podría ser tuyo!
 
DOÑA INÉS. (Con renovado ímpetu.) O.K., Lady, limpiemos, pues, el sotobosque del pentagrama inferior...
Olvidemos este asunto extraterrestre, brujería evocatriz.
Aunque todo en este mundo suda crimen,
¡ahí está el callado lamento de la naturaleza!
No voy a consentir que mis palabras deriven en ulcerado pathos.
Mis hijos muertos empollando,
urdamos, sí, formas tan bien tramadas que venden la rotura de la razón.
No cometamos más errores, no nos liemos con las convenciones...
(Confiadamente.) Tú, Lady Death, y sólo tú debes tener
el libro negro de las frustadas visitas,
la red de contactos de las amazonas todas que la muy humana Historia
ha hundido por pretender ser radicales...
... todas las Antígonas, Casandras, Clitemestras,
Dianas Cazadoras, Hécates, Medeas, Penthasileas...
Tú y sólo tú, tienes la llave que abre la comunicación de las amazonas todas.
Radical, feminista llamamiento a la Historia transversal.
 
LADY DEATH. (Ensartando uno de los rizos de su blanca peluca con los huesos del dedo índice.)
¿Pretendes que sea yo del diablo la abogada...?
 
DOÑA INÉS. (Condescendiente con el coqueteo de Lady Death y sin mudar ni un ápice ni de intenciones .)
No tiene prisa. Enuncia ante ella lo que piensa sin reparo alguno.)
Sé que eres espontáneamente diabólica.
Soy paciente.
El gran paroxismo... millones de años, pasó... el cretácico, quizás...
Me escondo en un río sinuoso, divagante, de lecho poco encajado.
Me rodea la selva umbrófila, el bosque denso.
Y cuando ando al descubierto, la vegetación es como la de un páramo:
permanente nubosidad, sotobosque de bambús, helechos
arborescentes, musgos, líquenes, piso frío.
 
 
 
 
ESCENA TERCERA
 
 
DOÑA INÉS. (De nuevo, monólogo absolutamente despreocupado de los posibles oyentes, e incluso, de la vanidad
de las propias palabras. Mirada neutra y ausente, ni siquiera es dramática.)
¿Debería yo de mi pensamiento expulsar el espléndido verbo de la tragedia?
No.
Mi experiencia es pensamiento que la sensibilidad modifica.
Genius vitae.
¿Qué es ese "algo" que los hombres persisten en llamar genio?
Nada más misterioso que el destino de un cuerpo humano.
Genius vitae. Genius vitae.
Un tiempo y un espacio que nos libere de la tiranía de los afectos.
El recogimiento en sueños.
La intensidad del sueño me transporta al no ser, pues
el verdadero movimiento en la inmovilidad acontece.
Me circunda, me baña, la música.
La perversa y milenaria de la música dulzura.
Tan sólo la musica agujerea el cielo.
Del menor cuerpo hemos salido ya, dirección al cielo, que es luz pura.
Decisivo: Salir fuera de los márgenes del mapa.
Bien vivió, quien bien se escondió.
Calla, razón obtusa, calla, calla. Genius vitae. El cuerpo es el poema.
¿Se ama jamás otra cosa que la sonoridad de las transparencias?
Mi orgullo visceral y el magma interior de la tierra.
Una fantástica laguna volcánica con toda su energía íntegra.
Energía motriz, letras probando una fe.
Lejos, lejos de aquí es mi objetivo.
Voluptuosidades que recuerdos parecen.
Recuerdos que voluptuosidades parecen.
Del artificio, a la naturaleza profunda, ése es mi viaje.
 
La belleza es el recuerdo anticipado de los gestos de amor callados (Baudelaire)
 
(Súbitamente, conmocionada por las propias palabras. Gran velocidad.)
La gran ferocidad de la pasión amorosa:
El bien y el mal simultáneamente,
íntegros en la fuerza del Arte.
La fiereza de la desdichada vertida en la gran fiereza del artista.
Viaje de siglos hacia la forma estricta.
 
El soliloquio del cello despliega un gran paisaje.
Una cápsula de tiempo (espacio) en treinta movimientos.
Variaciones sobre un mismo tema a modo de salmodia.
SALMODIA.
SALMODIA.
SALMODIA.
Una estructura cromática fundamental,
errática actitud,
y,
de fiesta en fiesta navegar.
Hermoso giro, noblesse oblige.
Escultura de la paciencia, escultura escultural,
DESIDERATUM: Un poema sacro que reúna cielo y tierra.
El fuego corre por mis venas,
pero son mil los espíritus, nadie sabe cómo,
que en mi verde mar transitan.
Sola, sin embargo, permanezco,
con el fuego que intenta inflamar el fuego,
todas las cosas existen conmigo.
 
Amor, que a nadie amar perdona.
Amor, que ya nunca abandona.
Pues, la verdad de un alma crece hacia cero
y el horizonte, pincelada de mi invulnerabilidad.
Pintar.
Aquí se zambullen todos los momentos.
Se invaginan uno detrás de otro.
Donde las rocas se licúan,
y una llanura parece el verde mar.
Cuando se arremolinan nieblas tardías,
¿CONCUPISTENTIA OCCOLORUM?
 
INCITAMENTUM.
No se pinta lo que se ve, o lo que se cree ver,
se pinta con las mil vibraciones del golpe recibido.
¿Quién será y de dónde vendrá, la protagonista de esta historia?
Mi cuerpo todo acusa la desesperanzada certeza.
¿Para qué menospreciar mi spleen?
Sin mi vacío, Amor, ¿quién te reharía?
Mi conciencia o mancha de vacío.
El vacío como femenina forma de estar,
de acogerlo todo.
Ausencia del sentir melancólico en este mundo de pérdidas, constato.
Como sólo tú puedes hacerlo, trabaja, cerebro mío, trabaja.
Murióse la mujer automática,
viva que viva la mujer interior.
¿Acaso retienen su aroma las flores para no marchitarse?
 
La conciencia no se percibe a sí misma.
El buen sentido es digestivo.
La conciencia superior es cuestión de entonación.
Es entonces cuando la ciudad se abre como un paisaje;
en torno a ti se cierra como una habitación.
Obra maestra nuestra es la vida privada:
La voz que habla callando dentro.
Yo, que toda una vida he avanzado sesgada...
Echa las cortinas. No enciendas.
 
Brilla y queda en tu lugar, poeta.
Aunque vivas entre límites, mueres en la infinitud.
 
Harta, y más que harta, de la espiga pendenciera,
mi sangre ha perdido su coloidal.
Mi ser entero deposita piedras.
Soberana sangre fría.
Di, silencio ¿alguien más...?
 
SATÁN. (Voz de ultratumba, pero firme y autoritaria.) ¿Hablo acaso con voz muda?
 
DOÑA INÉS. (Asustada, encogiéndose de nuevo.) ¡¿Quíén vive?! ¡ ¿Lady Death...?! ¡Satán!
 
SATÁN. (Orgulloso de ser el más maligno de los fantasmas.),
Quien soy, os diré quien fui, quien pienso ser.
 
DOÑA INÉS.(Osando ironizar.) Siempre habrá una cotorra que muy seria anuncia el carpe diem...
 
SATÁN.( Con un conspicuo gesto facial: una ceja arriba y otra abajo.)
¿Qué frío tan mortal ha soplado sobre esta bella flama?
 
DOÑA INÉS. (Espontáneamente.) ¡Ah, Satán, eres inconfundible bajo tu disfraz de cerebral clasicismo!
 
SATÁN. (Con cara de cínico penitente.) ¡No temas, niña! Adiós al galante tic de la civilización...
Y descuida, me has toreado como a un torero de salón.
Llevo ya la cola entre las piernas.
 
DOÑA INÉS. (Fantaseando humorísticamente. Relajada: ya sabe quien es su antagonista.),
¡Qué menos! Soy la fundadora de la línea real,
fruto de una mujer y de una pantera.
 
SATÁN.(Incansable galanteador, fingiendo intriga.) ¿Cómo se corresponden esa estepa y esa taiga infinitas...?
 
DOÑA INÉS. (Autoritaria y grave.) No me canses con tus eternas dudas.
Aquella extranjera, la Muerte, es fiel compañera mía.
 
SATÁN. (Impresionado por su gravedad, cita a Baudelaire.) Son tus alas de gigante lo que te impide caminar.
 
DOÑA INÉS. (Coqueteando a su vez, domina la situación.) ¡Cómo te pasas, Augusto Satán!
If you can't be free, be a mistery.
 
SATÁN.(Consmiserativo: la cara de póquer de los filósofos.) Mi ser es desaparición.
Veo al que me ve.
TEATRUM MACHINORUM.
 
DOÑA INÉS. (Esquiva y sarcástica: apagando el razonamiento.) Que rima con "SANCTA SANTORUM"...
... ojos que no ven, luz que no existe.
 
SATÁN. (Intenta poner cara de pena, pero no pasa de tartamudear.)
No, no tengas miedo. Si me buscas, me encontrarás.
 
DOÑA INÉS. (Segura de sí misma y distante.) Sí, ciertamente, la noche surge de un relámpago.
 
SATÁN . (Monologando como Doña Inés. La imita descaradamente.) Afligido contemplo la locura pasada.
Y gozoso veo ante mí el placer que espero.
De antiguo amor sentí la gran potencia.
Pero no puedo ya atravesar espejos...
L'orgoglio è quello che voglio dalla mia essenza.
Mi botín como el mar no tiene confín...
.... la muerte potencia mi Dulcinea.
Hay que convertir cada ausencia en delicia.
El alma simplecilla por delicia
se inclina a todo lo que se imagina ser delicia...
 
DOÑA INÉS. (Con cara de asco.) Satán: Me repugnas. Nada podrá evitarlo ya.
 
SATÁN. (Imparablemente irónico.) Ah, qui mi dice di mai!
El mundo y la vida estén enfrentados quizá...
fra i pensieri più funesti di morte...
mas tú eres la hermana gemela de ti misma.
tu doble póstumo.
¿Qué me dices de la visión daimónica del ser humano?
Ésta es la historia de tres fantasmas que ponen las cartas sobre la mesa.
 
DOÑA INÉS. (Tierna, concede.) ¡En eso llevas razón. Satán!
Yo he ganado en conocimiento. Mas, ¿qué es la vida sino
el lugar de las separaciones?
Nuestra ira y nuestro enojo acaba
siendo la PAZ de en medio.
Envejecemos con el corazón en reposo,
arrullados por cotidianos hábitos de dulzura y ternura,
Rey Muerte, esto es, para ti, lo sé, gran regocijo.
 
SATÁN. (Razonando imparablemente: el lenguaje es el medio del mal.) Afortunadamente, sé perder.
La pasión amorosa es pasión inhaprensible.
La llamada Folie-à-deux...
Mira con cuánto acierto desbrozaron el lío los filósofos del bien:
Primer paso: PLATÓN. El amor es exaltación de la contemplación.
Y el erotismo, natural escenificación de la imposibilidad de amar -contemplar...
Segundo paso: EL CÓDIGO DEL AMOR CORTÉS
(en el siglo XIII alcanza su clasicismo),
De de la pasión, sublimación.
Al fin y al cabo, erotismo no es sino naturalismo.
La mirada, la distancia, su natural sublimación .
Así su solución: L'AMOUR EN FUITE.
 
DOÑA INÉS . (Ironizando a su vez, tranquilamente.) ¡Estás desconocido, Satán!
¡Te contentas con sentir!
Como el vil judío arrojas una perla,
la más codiciada de las humanas perlas...
 
SATÁN. (En tono lastimero.) DELECTATIO MOROSA...
Tal vez ya ningún objeto merezca mi constancia...
¡Dejadme ir en vuestras naves!
No caerá Troya,
¿por qué tengo que quedarme...?
¡Las lánguidas cuerdas ya no vibran!
 
DOÑA INÉS. (Juguetona.) Pero abominable y cortés Satán,
¿pretendes decirme que no hubo fisura alguna?
(...)
Todo fruto tiene su secreto...
¡Por fin reconozco al diablo:
Violencia enyugando las más heterogéneas ideas!
 
SATÁN. (Fingiendo perfectamente ternura.) Tan peculiar sinceridad en un mundo tan asustado
como el nuestro, resulta terrorífica, niña...
Mas, ciertamente, el placer de la soledad se sobrepone a los abrazos.
Para el espíritu la vida no es sino batirse en retirada...
Nuestras más dulces canciones los más tristes pensamientos ilustran...
Al fin tu llanto, se mezcla con el mío,
anega el mundo...
 
DOÑA INÉS. (Con gesto cansado, como se aparta una un niño insolente y pendenciero.)
¡Satán cortés, Satán sentimental, perverso Satán...
... eres un asco, Satán!
¡Déjame sola, te lo ruego!
Entre enemigos, sólo es fecundo el diálogo mudo.
Además, yo ya ser de mí misma la ENEMIGA.
 
SATÁN. (Fingiendo sentimentalidad y vulnerabilidad.) Si fuerzas tienes tú para adiós decir,
fuerzas yo no tengo para retenerte.
Del globo terráqueo a la lágrima,
de la lágrima al diluvio...
 
DOÑA INÉS. (Completamente decidida a no dar más crédito al fantasma. Declamando.)
¡Ah, dioses, piedad, sólo me faltaba a mí un pusilánime Satán!
No, no quiero negarme por más tiempo la experiencia
de ir tras el sol de este mar sin gente.
Acorde con mi dolor.
Con mi volcánico ser acorde.
Acorde con la presteza que da el deseo o la congoja.
Con el temblor de las manchas luminosas, acorde.
¡La batalla va a durar toda la vida!
Dólares cabalgan dolores en ésta, mi fantasmal ciudad,
despiadada imaginación libre la mía.
 
( Soberamente lunática: la belleza no necesita ser pensada.
Declama como llora una plañidera en la tragedia griega arcaica,
Como quien silba al cruzar la cuerda floja, porque ser funámbulo es también pura rutina.)
 
Trabajar duro, rendirse nunca.
Un día de pereza es un mes de maldad, de infortunio o mala suerte.
Una nueva profundidad se me abre,
suficientemente justificada por el calvario del amor,
cifrando todo el orden de las cosas,
en verde pensamiento, en verde obra.
La expresión obstinada de mi rostro...
Con todo estoy a otra profundidad.
Un paisaje submarino gótico me rodea,
una arquitectura de arácnida belleza...
... la amplificación de ruidos bajo el mar.
Sin posibilidad ya de ser interrumpida,
SOY UN PEZ ABISAL.
 
Individuo intenso en las sombras él mismo, el pez.
La noche tiene color de párpados.
Que encuentres pocos temo, canto mío.
 
 
TELÓN LENTO
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Segunda postal para Acràcia Casanova Bellver.
 
 
 
 
I
 
Pájaros cantaban en la orilla...
Que no cantan pájaros, no.
¡Gemidos mudamos en melodía!
Aquí no hay elegía.
 
Nada es dulce en la vida.
Te intriga saber por qué
ni idea tienen las personas de su superfluidad:
Encajan en las ruinas que ahí están.
Muy real drama de la nada concreta
y el tiempo. Sístole,
diástole entre esperanza,
desesperación.
 
¿Qué es la verdad?
¿Acaso es muda la verdad?
¡Qué pregunta más sencilla!
Verdad es aquello que conmueve.
 
 
 
 
II
 
Es tu adolecer largo y ardiente,
efecto y causa, culpa y penitencia.
A quien te pregunte sobre la ULTIMATE REALITY:
Folie à deux, folie à deux...
Quelle folie!
 
Nubes de afecto.
 
Liturgia de la constancia:
Te acompaña siempre quien a tu lado va,
El vacío de la presencia allí donde la luz brilla.
Bien lo sabes, la holgura vendrá tras la dificultad,
como después de un túnel viene la luz.
Sí, en un planeta tan ardiente como el nuestro,
tú y tu antípoda absoluto.
Su verdad es vertical e inconmensurable
con tu horizontal verdad.
 
Naranjas artísticamente mondadas, hasta la mitad, en espiral.
Manzanas de Cézanne.
Color que rueda.
 
 
 
 
III
 
Los pensamientos vagan, enjambre indestructible.
La íntima tranquilidad es una marea alta, baja, espada
dirigida contra la muerte:
Haces como que comienza la parodia,
no ves más que tu final.
Así, pues, incipit parodia...
 
Jeroglíficos del silencio.
 
Luna de acero rojo ensangrentado.
He dejado mi cuerpo en una orilla.
Herida abierta
mi vida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Acràcia Casanova Bellver.
 
 
 
 
 
I
 
Antes, en el pasado, del presente el futuro emanaba.
Pero la vida es bodega ardiente sin pausa...
Presente y futuro están ahora juntos, revueltos.
 
También el pasado fue un ahora.
Día y noche gobernados por el ritmo de la sangre.
¿Recuerdas...?
No como un desarrollo.
No con la secuencialidad reconstruida de los sueños.
Sino con la intacta, dulce o amarga, instanteneidad de los sueños.
 
También esta instanteneidad, esta fijeza de fotografías verosímiles, es falsa.
¿Sucedió...?
¿Cómo sucedió?
Como deviene el acostumbrado espejismo, es de suponer.
Era todo brillante.
A rabiar te sigue atrayendo todo lo brillante.
Pero sientes que ya no perteneces a ello.
Al otro lado del espejo ahora, tú.
Sigue desplegándose el espejismo en la superficie cambiante del agua.
Allá fuera.
 
¡Ay, madre!
Lo esencial es olvidar.
Mas olvidar es recordar.
Cada recuerdo, muy resonante mudez.
Anónima y silenciosa la humilde ficción final.
 
I miss you! I miss you! I miss you!
 
 
 
 
II
 
Plano contrapicado de una multitud de personas, marionetas que imitan el pánico.
 
Por siempre más, sabedlo: es ridículo el tiempo baldío,
el corazón es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado.
 
Son ellos los curiosos, los transparentes, no tú.
Si marchas al mismo tiempo que tus compañeros,
¿no puede ser que oigas otra música?
¡Cómo te engañan, los insensatos!
 
¿A qué estáis esperando...?
¿A que nuestro reino salada marisma de lágrimas sea...?
Lo que vosotros llamais "pasiones",
no es armonía cósmica alguna.
Es sólo el roce del alma con el mundo.
El tiempo será eternamente ritmo.
La memoria, argumento único.
Tú, tiempo, sé tan antiguo como haga falta.
Tú que humilde emerges del viejo limbo para ser el tiempo.
 
Cuando el vacío aparece como exceso, allí aparece la eternidad.
 
Cada segundo de silencio vale lo que vale una joya sin precio.
 
Maderas preciosas.
 
¡Ay, madre!
Lo esencial es olvidar.
Mas olvidar es recordar.
Cada recuerdo, muy resonante mudez.
Anónima y silenciosa la humilde ficción final.
 
I miss you! I miss you! I miss you!.
 
Es mínimo el papel de cada uno pero espléndido el poema...
... porque la creación de túneles de nuevo sea transgresión.
Ora pro nobis.
 
 
 
 
III
 
Basta una forma sencilla de vivir el drama, llevar el duelo, superar la pérdida.
Las raíces del árbol de la paciencia son muy amargars,
dulces y muy apacibles sus frutos.
Así te hablará cualquier hijo de vecino.
Y V. van Gogh, la doma de la bravía:
Ruda tarea es dibujar terrones de tierra
y el vacío entre ellos conservar.
 
¡Ay, madre!
Lo esencial es olvidar.
Mas olvidar es recordar.
Cada recuerdo, muy resonante mudez.
Anónima y silenciosa la humilde ficción final.
 
I miss you! I miss you! I miss you!
 
 
La blanca cicatriz de la playa,
el agua como gema verde brillante.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Daniel Karabelnicoff.
 
 
 
 
I
 
Zarpé... naufragué.
Tras el hipnótico verde de mis muy épicos ojos,
mudos espejos hidrópicos, sí, yo naufragué.
Así es, hermano, el juego sacro.
¡Oh ternura!
 
Clave trágica del transporte:
Sabor metálico del aire viciado.
Y yo, semejante a un furor y a un arrebato,
viscosa y amarga en medio de la sal y la espuma...
 
Recuerdo un despertador que en mi pasado repicaba el acabóse...
 
Amor, amor, siempre fuiste delincuente, el desgraciado.
 
Figura femenina turbada bajo un sauce llorón.
Donde sea, encuentra un padre.
Una risa, unas manos, unos ojos.
 
Amante que tanto me amaste,
en marino monstruo convertísteme.
Fueronse las deidades del garbo,
quedóse esa perra deidad llamada fama.
 
 
 
 
II
 
Vendrás... naufragarás.
Tras el hipnótico verde de mis muy épicos ojos,
mudos espejos hidrópicos, sí, tú naufragarás.
Así es, hermano, el juego sacro.
¡Oh ternura!
 
¡Oh, mundo, que ya has sonado horriblemente!
¡Ah, vosotros, que ostentáis meditaciones propias de un córvido!
¿Pensáis conmoverme...?
Aglomeración de lejía y revoque.
Ahora vienen las tinieblas
y el poder de las tinieblas.
Descended, descended al pozo de Babel.
Transcended la densidad del silencio.
El vacío es el fin de la tiranía con rostro humano.
 
 
 
 
III
 
Zarpé... naufragué.
Tras el hipnótico verde de mis muy épicos ojos,
mudos espejos hidrópicos, sí, yo naufragué.
Así es, hermano, el juego sacro.
¡Oh ternura!
 
Ebria de luz,
en la cocina de mi insomnio o estudio.
tiemblo, peno, espero,
silencioso es lo verdadero...
... más verdad aún la acústica rarefacción.
 
Pasó el antiguo odio del gnóstico.
Ahora sólo veo caer
ángeles a mi alrededor.
Vencida la injuria del tiempo:
Teatro de efectos tímbricos.
-Quien abunda resta.
Truth stranger than fiction.-
Una ternura infinita, ostinato modulante...
... en múltiples, afásicos ruidos modulada.
El compás un tiempo pierde...
... y luego, otro.
Y otro.
Por fin todo se modula
furiosa, brúscamente,
hacia una nota menor.
 
(Cucha niño:
Amor es verdad tan sólo
cuando a sangre la boca te sabe...)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para Enrique Lynch Frigerio.
 
 
 
 
 
Ovillo nocturno, abismal
decir.
Destartalado salto rítmico que va
de mí
a ti.
(Huele a azúcar quemado
-desamor.
Suena a tierna disonancia,
ésta, mi voz de falsete.
Soy yo, la misma,
-tal vez.
Aniñada niña como el niño
que acabo de ahuyentar...
Miseria de la piedad, piedad, bondad, socavón y
vicio de la ternura en mi vida.
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas!
 
 
 
 
Mas sólo es rítmico el salto y el éxtasis,
si la fantasmagórica forma puede medirse
-metro agonista.
Only el lógos diversificando unifica
-only you.
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas!
 
 
 
 
Holocausto que purifica.
Holocausto, inútil sacrificio material.
Sólo pudre la fruta verde.
(Culto a la distancia, muy azules lejanías,
mirilla telescópica, violencia cerebral, entra Friedrich
Nietzsche y con soberbia esponja borra
la raya del horizonte.
Superstición rítmica, dice,
Mi farsa en jaque a todos los farsantes pone.
Murió la mente en el s. V a. C. Sin embargo,
¡Viva la mente!
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas!
 
 
El rayo gobierna todas las cosas.
-elogio paradójico de la humana ruina...
Destino es carácter.
El daímon de Friedrich Nietzsche,
dios, ángel protector, garante
propio del trágico destino, primitivo
argumento de la conciencia,
soberbio trágico Heráclito de Éfeso.
 
Heraklit!
Heraklit ist der Dichter!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para José Luís Pardo Torío.
 
 
 
 
 
-Bien se dice: No hay nada peor que el agua quieta.
Nieve cerrada sucedió a la falta de música líquida.
Buena memoria es escritura, ella conserva bien su figura...
Su exhibición consuela, pero no lo suficiente.
Lluvia fina me consuela, la entrada del museo satina.
 
Esta es la initimidad del cuadro:
Vez tras vez la estatua del vencido derribo.
Ante mí se desenvuelve la fiesta, inaccesible.
Conozco... la postura del ave cautiva.
 
Para superar las ruinas, tuvé que volar.
Volé.
He aprendido que lo más odiado por todos es aquél que vuela.
Si os parezco a vosotros superior, es porque
Muerte, como a los dioses, la vida me perdona.
Sabed: En muy raras ocasiones.
Creo... es un favor maldito.
 
¡Muy flaco es el favor, sí, lo sé!
Lady Death es mucho más cruel con los dioses que con los humanos,
y mi obra no puede sino rememorar tan olímpico crimen...
 
Y de nuevo, proliferan los enigmas:
Con cada melodía que tú tocas, yo gimo.
Maestro de ceremonias, que lo sepas:
Este tango va por ti.
Porque nada se refleja en el espejo claro,
si no está oscura la otra parte.
La materia, ¿no es acaso condensada luz?
¿Qué dirá mi ferviente conciencia al espectro que anida en mi camino?
Soy aquella mítica heroína que siempre retorna:
Mi corazón es un cristal a la intemperie,
vibra al menor suspiro del mundo.
Pero, a ti... a ti, mortal delicioso,
Muerte te atará con fidelidad
al reloj jurada.
 
 
 
 
-Discrepo, pierdo, aquí me las den todas.
Acaricia mis labios hablando muchas lenguas: Sueña eso.
La luz que buscas, el engaño luz te hará lucir.
Tú y tu investigación de dramaturgias plásticas:
En caja de resonancia se te convierte el mar.
Tango que no es tango, cristalización de fragmentos,
cristalizaciones fragmentarias.
Que no te sacie ya la escritura.
Sabes crear con los colores.
Crea, pues, calidades de color.
Distingue: Nocturna Pesadilla / Dichoso Sueño Diurno.
¡Es tal la cantidad de sugerencias que inundan tu espíritu!
Música no es sino saber el orden de las cosas.
(Suena música de bandoneón, piano, violín...
Es una melopea muy lenta y solemne.)
Deja ya tu lengua, las almidonadas palabras.
El artista DEBE, no ha de discutir, la cosa se impone.
Halla el punto de transformación
por el que el sol da a la materia sombría
fuerza transformadora.
Más allá de la tristeza ondulante,
más allá del sedimento de la creación
que siempre el diablo ronda...
-¡muy, muy sutil ese Satanás...!-,
(Mueca al estilo Rembrandt.)
explícame cómo componer órdenes figurativos,
descomponer tensiones anímicas.
Enúnciame las leyes, Perspectiva Ilusionista de los Techos.
(Breves pinceladas densamente imbrincadas.)
LACRIMAE RERUM:
Gotas de lluvia, paisajes se abren,
átomos que en miniatura encierran universos.
Sigue empleando el claroscuro,
medio de escenificación dramática...
... esa embriaguez del lápiz o del pincel que a un furor se asemeja.
Toda pintura debe ser autorretrato,
o no es pintura.
¿Y tu gusto por el alma que ignora contemplar sin asombrarse...?
¡Perdiste esa irisación mate que es la del terciopelo!
¿Crees acaso que puedes dejar de hacer ejercicios malabares?
Fuiste gran equilibrista,
elegante, el peligro sorteaste.
Y dejaste una carta explícita, sobre todo, una carta,
la carta de despedida al amante.
Sí, yo también gimo con cada melodía tuya...
Tu cuerpo atáxico enfermó,
mas antes diste al César lo que es del César.
Porque, bien lo sabes,
a ti misma no llegas
sino por el recuerdo
y tras este umbral: MEMORIA.
Toda originalidad nace con este destino tuyo, estrellado...
Del sello rojo carmesí que en tu vida el tiempo imprimió.
Lo sabes, con certeza, lo sabes:
La trace tout court c'est la trace d'autre...
Lo sabes: El aire por ti pinta
peces gigantescos con árboles en el lomo,
insólita carga eléctrica -
ISLAS
(Sonido de música que se apaga al pasar.)
Claro, la simplificación conduce a intensificar el color...
De ritos dispones que todo lo salmodian.
El episodio final contestará al tema, construirá una fuga.
Gracias a la oscuridad, a la sequía,
preserváronse tus bellas maneras.
¡Oh, tú, luna que hacia el firnamento atrae!
Pero aún te has de entregar a multitud de remiendos,
a la maníaca voluntad de la fragmentación saltarse.
Te crees alguien muerto, alguien grotesco,
con los movimientos desmañados de quien danza
y de repente, pierde el oído,
no escucha ya la música -
(...) ( Porque me amaste sin amistad, me repugnas, me repugnarás siempre (...)-
Y sin embargo, aún vendrán tiempos peores,
tiempos caóticos en los que el canon perderá
su espasmódica fuerza vinculante.
Mira por el gesto que el oficio ha de imprimirte.
Pon un énfasis más vivo en tu ciega obediencia.
Aún habrás de convertirte, efigie griega,
en simbólica figura, esfinge egipcia.
En la talla románica que el niño abraza, mejilla contra mejilla.
Porque, aunque tú no la veas,
la mundana leonera mucha más tristeza que gracia...
 
Cuida tu silencio.
Olvida la espina de tu corazón.
Descubrirás las rosaledas en tu propia alma.
Aún habrás de transformarte... se desvanecerán los límites
para que la sola estructura emerja.
(Inclinado hacia delante y totalmente absorto,
tú dices TRES, yo digo CUATRO.
En evidente estado de excitación, yo pierdo.
La composición del cuadro responde a prinicipios simétricos.)
 
 
 
 
-Discrepo, pierdo, aquí me las den todas.
Yo me juego la risa.
Suspiro por el trueque.
La pasión ardiente se ha vuelto fuego ardiendo.
¿Por qué callarse?
¡Ahora hay tantos gritos!
 
¿Qué son esos gritos que la gente llama silencio?
En cierta manera, esto, la escritura,
esta ilusión de avanzar, aún no ha comenzado.
Me desasí...
A una la deja exhausta ese empirismo fatal, siempre tan caduco...
... cuando es todo lo se anhela
un jardín de sol henchido.
Quien no tiene otra cosa
se alimenta
AZUL ADENTRO.
Ampliación de la existencia,
permite gozar
eternidad horas inmortalidad.
En mi árida órbita algunos jirones de amor encontrar.
Morir reconciliada con mi especie...
¿Por qué te quedas boquiabierto?
¿He dicho algo que no debía?
¿A qué se parece mi alma...?
Todo acaba en compasión,
de manera tan diferente a como corazón dispuso...
Que tu honestidad me haga un lugar ahí...
 
Entre rapaces animales, todos los pelajes,
quisiera ser yo pintora genial,
de las que cielos y tierras dentro de sí llevan,
sólo sus emociones pintan.
De la celeste bóveda clave.
Pensamientos...
No.
Abismos de pensamiento donde sólo ciertos sonidos pueden llegar...
... apenas hay luz que pueda entrar,
donde belleza y temor se aúnan,
misteriosa sensualidad.
Islas... no.
Personas como ISTMOS entre dos órdenes de realidad...
Ternura, te lo ruego, buen laberinto,
llévanos por sendas quebradas y derechas.
Balcón, patio, ventana, escalera, escenario y palco son...
 
Pasión por estar siempre en tu jardín malezas extrayendo,
conclusiones tristes de todo lo que crece...
... ABANDONED MASQUERADE.
Vanamente y muy lejos buscando
he sabido hallar el tesoro
en las ruinas mismas de mi existencia carnal.
Hay quien finge creer que por la crítica a la conciencia,
a la renuncia del pensamiento se llega....
Pero nunca se nos ha ocurrido otra cosa
sino adquirir conciencia.
 
 
(...) Fuego y agua se unieron y de su matrimonio
nacieron tierra, peñascos, árboles,
todo lo demás.
La sepia luchó contra el fuego.
Fue vencida.
El fuego luchó contra los peñascos.
Éstos vencieron.
Las piedras grandes combatieron con las pequeñas.
Éstas últimas resultaron victoriosas.
Las hierbas pequeñas lucharon con la hierba.
Ésta obtuvo la victoria.
La hierba luchó con los árboles.
Los árboles ganaron, la hierba fue vencida.
Los árboles lucharon con las lianas.
Aquéllos fueron vencidos, las lianas resultaron victoriosas.
Las lianas se pudrieron,
los gusanos se multiplicaron
y de ser gusanos,
en hombres mutaron.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Postal para J. Mª Ripalda Crespo.
 
 
 
 
I
 
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
Bellísima persona, a mi casa traes el Eclesiastés,
como para que Anita tome conciencia,
tras sus muchos anillos de libresca suficiencia,
raudales mudos de tristeza,
de su muy alta y quijotesca miseria:
Sonrisa pagada, no. Calor prestado, menos aún.
Por siempre más el texto sagrado ausente,
toda escritura no es sino chapuza
- ora pro nobis.
 
Y dime, dime... ¿también consta en la Biblia
que la apariencia es una breve aparición sorda,
que obviamos el telón..?
 
Si por ti no fuera,
por tu forma de despacio apresurarte,
ese aire tuyo de purificación, de bendición,
-haz de mi casa tu posada-,
por esa desmesura tuya -tan americana, por cierto-:
En tótem erigir la audacia,
Cristo prototipo de todo.
Si por ti no fuera,
en antagonía me hubiese yo anegado:
La sima es lo que ves cuando la cima alcanzas.
También yo tengo mil años
en ésta, mi locuaz agonía.
 
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
La vida es ilusoria.
La vida es un partido de tenis donde sin pelota jugamos.
 
A mi casa llegas con sentido profundo, piadoso;
sonoro reflejo de aquél
al principio en el cuadro percibido
Mas, tu enorme, simpática plasticidad,
¿no se deja fácilmente, demasiado fácilmente conducir...?
-¡Si usted supiera cómo me bendicen!-.
Como cromosomas se agrupan las palabras...
Se hicieron las tinieblas y unos a otros los enemigos se mataron -¡milagro!-.
No ignoras que nunca me saltaré tu paso a nivel...
El sol invictus...
Cristo: Mi ojo no ceja.
 
 
 
 
II
 
Contigo, bellísima persona, discúlpame,
llega también cierto pícaro charlatán.
A paso vacilante viene desde un tenebroso país.
Maldito insecto zumbón,
la guadaña del tiempo esgrime,
bástale sopa con arsénico.
Asunto estricto de vida infernal...
¡Qué le corten la cabeza!
¡Qué aniden las bestias en su tumba entreabierta!
 
Me temo que yo ya sólo puedo albergar ideas de cristal,
ninguna de humana arcilla.
No estoy hecha para la vida, no.
Sino para soñar sonámbula.
 
Siento il filo pericoloso delle cose...
porque para mí -tú de esto no sabes nada...-,
plasmar en bidimensional fotograma,
la harto tridimensional acción es
mayúscula exquisitez.
 
Muy hipócrita te veo, bellísima persona.
Veo hipócrita ese dulce mirar tuyo de culebra murciélago contrariado;
y tu pisada, fuerza rebelde al linaje ortodoxo de la diosa del sol.
No, no, por favor, no me cuentes nada de quien se ha ido a vivir en el centro mismo del odio.
Las personas enfatizamos de manera singularmente arbitraria.
Por naturaleza somos hipócritas. .
¿Cómo reemplazar la terrible, defectuosa excelencia de la vida
hasta alcanzar la rígida, bien digna quietud de la máscara mortuoria?
Trecho pletórico de dichos corremos...
(CONCOURS HIPPIQUE: Viajeros que intentáis
esquivar la climática monotonía,
vuestras torvas, tan monótonas costumbres,
vuestro nada húmedo vacío,
no os traerá lluvia. Jamás. )
Tu sensualidad fría, calculadora, persona bellísima,
tu tono verde venenoso lagarto
para el teléfono móvil...
... el lugar de tus famélicos espíritus...
 
La inconsciencia es pura mafia
por ásperos gritos de gaviota puntuada.
 
Te veo hipócrita.
Me sé hipócrita pluscuamperfecta.
Tantos son los desórdenes y dolores míos;
esta disociación entre la mano izquierda armónica,
la mano derecha melódica...
Como una naturaleza muerta, no sueno.
Tomo este pozo en llamas por doméstico paraíso.
Por fortuna tengo un cuello que reclama escogido martirio.
Ergo, masaje al canto.
Vístase.
Que me la bendigan.
Abríguese.
Idilio.
 
Luz divide en claroscuros nuestros rostros...
... no estamos flotando en el espacio sino tiritando...
... un instante de recogimiento, dóyme a la electrónica
tras una carta
fuga:
¿No te apetecería, guerrero, ser reposo de esta guerrera...?
No me preguntes nada de nada.
Podría contarte la verdad.
 
Si, vez que viene la bellísima persona,
vez que viene un execrable charlatán,
yo soy el Espíritu Santo,
mi ira imponente como el mar.
INFIERO:
El más bello ser no existe.
Y A CONTINUACIÓN:
Todo lo sensible no es más que símbolo del tragicómico lamento.
POR TANTO:
Real es sólo la neurológica verdad.
Misteriosa la apariencia,
el paño donde impresas están del martirio las heridas,
como telón teatral funciona.
Trampantojo juego, engañifa
cuadro dentro del cuadro,
super faz doliente -poniendo -,
enigmática representación actual.
He aquí mi galimatías polisémico.
 
 
 
 
III
 
Fuese tan bellísima persona.
Llevóse música y charlatán a más cálida parte.
El interior es lo único abierto.
Fin de partida.
La cámara resuelve en staccatto tu frenética danza.
Impaciente espera bajo las nubes que la página
velan
pasen,
emerja, emerja, el blanco del papel.
Imaginando siempre el tiempo linealmente,
Europa se ha agotado.
-Addio, signora!
Ritorna la mia pilota...
Crónica de un amor que nunca existió.
Toda la vida para aprender:
A este lado del espejo sólo quepo yo.
Cesó el bien interpretar el mimus vitae.
Pasó el vecino trasvestido como santo del retablo...
... ya no hay que poner un nimbo de santidad al personaje ése.
¡Buf!
La pregunta de preguntas
que de contenido vacía
cualquier pregunta, ¿cuál es?
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
Eclesiastés.
No habrá otra loca tan gentil.
¿Para qué querrá ser parte de un mundo que no existe?
Mujer el más sutil tamiz de realidad.
 
Cierro los ojos y comprendo:
No poseo sino la abundancia.
¡Ah, qué difícil se me hace articular palabra los días memorables!
 
¿Son las aves libres de las cadenas del cielo?
Nada de modulaciones métricas,
de registro transiciones, armónicas estrofas...
Respira.
La fuerza inmóvil ya es pasión.
Las notas blancas escasean.
Lloriqueantes aparecen
tras el galopante bajo obstinado de un tambor militar.
 
Gorgeos en basso falseto.
Arácdnida ligereza...
Cae el ultimísimo telón,
es decir, paisaje sin sentido profundo;
pero, ¿por cuánto tiempo?
Máscara y telón, Muerte,
¿me los prestas a la par?
 
La naturaleza se rejuvenece sin cesar mediante nuestra ruina.
Libélula azul.
Momentos prismáticos del color.
Todo sellado con la pasión de un alma hermética.
 
El enigma de estar patéticamente vivos,
sólo Tú, Madre Muerte, lo despejas.
 
Ha llegado el día en el que la vida es una suave rapsodia:
Il mio miglior plectro.
Jardines imaginarios con sapos de verdad.
-Si cerca, si dice
L'amico mio dov'è?
L'amico infelice rispondi:
Morí!-.
La más alta tesitura de esta liturgia...
Todo es malcasamiento.
 
Quizás sea mío aún el don de desaparecer
ante tus ojos asombrados.
Quizá sea aún mía la riqueza de riquezas.
Si es así,
para mí quiero,
absolutamente quiero,
los secretos entre naturaleza e imaginación.
 
Mi día no tiene noche.
Mi noche no tiene día.
 
Mi escritura tensa y ríspida,
afilada, pendenciera...
 
Para Isa.
Elisa, vida mía - L. v. Beethoven.
 
 
 
No tengo inconveniente alguno en llamar
realidad
a la primera hipótesis, bella apariencia;
bien sea el movimiento circular de los astros,
bien este libro que ahora mis manos sostienen
-no aquél en el estante, aquél de allí...
 
 
Pero, mira, lo que más me gusta a mí es
paladear, silencio paladear.
Sin moverme, sin masticar, sin tragar.
Comer con los ojos tan sólo.
Que la cosa misma,
su intelegibilidad,
tras su apariencia se oculte.
La vida entera siempre detrás...
Tras un espejismo, supuesta acción;
a tal creencia pasas página ...
¿soy capaz aún de crear verdades nuevas?
-Hamlet, el que carece de certeza.
La conciencia, adquisición orgullo de la humana especie.
¿Es lo más inestable?
Sí...
¿Una veleta?
No.
Pues muy pírrica fue esa victoria...
 
 
Conciencia es un ensueño trascendente.
A sí misma se ve de bóveda clave en la universal vinculación
-los soñadores todos...
Como círculo de un gigantesco acuerdo.
Aparente, claro...
porque luego habrá que distinguir:
Fuerza de la sinrazón (fe en la vida)
y
Seres superficiales, de FORMAS adoradores
-entre éstos últimos, yo, no nos engañemos...
Razón por la cual sobre todas las cosas amo yo el silencio:
Esencialmente, su frágil , tan frágil
 
(forma de ) HOJALDRE.
 
(Tragedia de venganza)
 
 
 
 
 
 
Para José Aguilera Fernández, mi querido librero sublunar.
Porque con tu buen hacer, afabilidad y diligencia contribuyes
a la escritura y reescritura de la tribu del alma mía,
transversal a los siglos transversal.
Eternamente agradecida, man.
 
 
 
 
I
 
-¡Dadnos dioses, dadnos algo más que hombres,
Oh, dádnoslos!
 
-Cucha niña: ¡Me encanta tu polvo...!
 
-¿!
 
-No tengo nombre. Mi nombre es borrar los nombres.
Soy la forma que progresiva se absorbe.
Soy cualquier posición sustractiva.
Soy Satán.
 
-¡¿Satán?! ¡¿ Soy acaso yo aquella medusa altiva
que a todos los hombres en piedra convierte?!
¡¿ Qué demonios pasa... ?! ¡Una pistola con silenciador y...!
... el chico de turno -o, ¿"el turno de los chicos"...?
¡Gran falso has hecho, Amor!
Spiegarte non posso...!
Veo un galán,
con menos barbas que engaños,
blasonando del arnés...
 
-¿Ese fanfarrón soy yo...? ¿Menguado y escaso...?
¿Alguno de los valientes que echas en falta
quedan y mueren en pie de guerra...?
A fugitivas sombras das abrazos.
Tú, engendradora de desgracias:
Tu empeño todo es celar tu honra.
Cuando la desgracia suena con sus hábiles dedos de peluquero...
... te desviaste de tu camino -te despeñaste desde una gran altura... -.
El color que vibra te fue quitado.
Esfuérzate en no ser de aquí en adelante aquélla que fuiste antes de ahora.
Sé avisada, guarda por ti en este mundo.
De aquí no sales hasta que estés bien cocida.
Un rumor de letanías es el canon de esta respiración...
Que la palabra que te tengo sea espina y aire frío,
te aflija y te haga humillar,
te haga volver en ti.
 
Ahora que estás marchita y demacrada... sed non satiata...
No lo pienses más... siempre habrá un roto para un descosido tal...
 
-¡Oh, mundo execrable, no es fácil obtener el bien de ti!
¡La muerte no es el mal, el mal es mecánico!
Y vivir, rehenes al destino entregar.
¿Qué me ofreces... celo por celo... y al satánico ritmo del mundo...?
Mercar lo ajeno,
esas cuentas las hicimos ya por lunas.
Me gustaría torearte como a a un torero de salón...
mas... no sono in vena... sé que ante tus ojos de nuevo mi herida sangrará.
 
-Mujer, ¿qué tengo que ver yo contigo...?
¿No ves que soy tu igual...?
(Aparte: Donde pensé ganar, perdí...)
(...)
¿Percibes? ¿Percibes, tú, tu ardiente corazón,
cuán desconsideradamente ardiente está?
(...)
Sí, el demiurgo es hermafrodita.
Mas, lastima el cuerpo mirar con ceño...
 
-¡Satán, detente, vas hollando las cenizas de un imperio!
O remembranza si cara e fatal!
¡Tensión!
La eterna lucha entre Thanatos y Eros...
Locuras, las que quieras.
¡Oh, cuánta sagacidad ha perecido aquí!
Las verdes tinieblas de mis húmedos días...
Las multitudes son profundidades.
Lo natural, sobrenatural.
Páramos cuya arena es el polvo de los muertos...
 
Llevo luto desde que nací.
Llevo luto por este mundo.
 
Estoy viendo una escalinata que desciende hasta el mar...
Unos escalones palaciegos conquistados por algas y ruina...
Voy a dibujarlo.
 
 
 
 
II
 
-Es ésta una olla más que podrida...
¡Melancólico vals, lánguido vals!
¿De dónde esta conmoción de irremediable pérdida?
El préstamo de tiempo que me hiciste, Muerte,
es un caramelo envenenado:
Sigo siendo un corpus mixtum...
¡Ay!, ¿cómo me las maravillaría yo para esquivar la fatalidad
que el lenguaje, ese asesino desolado, me depara?
¡Un "tú" ante quien las palabras mismas retroceden!
 
Una parte de mi vida se convierte en pálido recuerdo,
se ciega un canal...
y yo aquí luchando con mi negro humor, mi macabro humor negro...
para que de toda política se entienda, cuando menos, la revuelta...
Mas, las personas excesivas estamos perdidas.
¡Perdidas!
Lo menos andante con moto del mundo me ha tenido que suceder a mí...
¿Pues no se me acaba de aparecer el propio Satán
y me ha propuesto una cama azarosa?
¡Ese poco que siempre falta...!
¡La maldita, maldita, del desamor claustrofobia
que te hace aparecer siempre como una pobre de espíritu...!
 
Tendré que recurrir a la diosa omnipotente,
mi fiel Vampira de ojos lacónicos.
Se ocultan tantas las intrigas tras el blasfemo nombre del amor...
¡Irreductible, eterna, universal e ingeniosa humana ferocidad!
Ven, oh, Lady Death, ven con tu reptil determinación.
Ven a recordarme:
Nunca te acompaña quien a tu lado va.
De nuevo hundido un barco de uno,
pero imposible hundir un navío fantasma.
 
Tú, Muerte, que simple y prodigiosa entras,
tutora de mi mente,
¡concédeme ser tutora de los misterios tuyos!
 
-¡Ah, niña! Esa maravilla siniestra y galante...
... vuelven a estar de moda las flechas largas.
En verdad es la Historia gran obra del diablo...
y tu cólera... dejasela a los dragones,
pues según los musulmanes, Dios jamás ha dirigido a nadie la palabra.
Los ínfimos dioses ordenan sin mandar.
Ya sabes: El orgullo de un dios es su silencio.
Fue un fantasma del mañana, un vulgar caradura.
Un hombre misterioso, inquieto, usado a mandar.
¿Te siguen halagando los trajes de época?
¿Hasta el punto de dar crédito a la superstición?
Fue y pasó un individuo arrogante
que todo lo que dice lo ha proclamado el oráculo:
What I tell you three times is true.
La culpa es tuya. Por ser tan resabiada:
La confianza es la pérdida mayor que pueden sufrir las personas.
Mira por ti.
Que cual tú te ves, yo me vi.
Y te verás cual yo me veo.
 
-Tan ancho, tan loco, tan avezado...
... no hay cincel que mejore un rey tal....
... la áurea mediocridad de quien no es ni amo ni esclavo.
 
-Entierra tu dolor en la tierra mortal de lo caduco.
Nunca encontrarás más abrigo que el espacio.
Es de mujeres acostarse de vacío con la muerte...
 
- Apiádate de la desgracia de tu adicta, Lady...
Ésta es la historia de siempre:
Acorralada ropita.
Corazón, pellejo humano a la brasa.
Pues no hay tigre, ni león, ni basilisco que iguale al hombre.
A todos en fiereza excede.
Y luego, ciertamente, el fiero dolor de la pasión.
Pues él es tan invulnerable como el aire.
(...) Dandys contrahechos han violado a todas las mujeres. (....)
Tedium vitae, mas simpático el horror,
cum granum salis:
(...) La monstruosa carne troceó, pura maravilla.(...)
En los vivos ver del cadáverel drecho.
(...) Sé siempre fiel y honrado hasta la tumba. (...)
TEATRUM MUNDI.
Gritan las más inaudibles gárgolas de piedra.
 
Y aún después, el cuento que enajena,
donde es dichoso el dolor:
Las campanillas suenan de los camellos colgantes.
 
Y retratos de pasillos colgantes.
Atestado de batallas ya libradas.
Reloj de escenas que sonando siguen cuando yo ya quisiera estar en otra parte.
Tuve frío con tu frío.
Bebí sorbos de tu pena.
 
-¡Tiempo! ¡Todo el tiempo que es tuyo!
¡Que podría ser tuyo!
 
-O.K., Lady, limpiemos el sotobosque del pentagrama inferior...
Olvidemos este asunto extraterrestre, brujería evocatriz.
Aunque todo en este mundo suda crimen,
¡ahí está el callado lamento de la naturaleza!
No voy a consentir que mis palabras deriven en ulcerado pathos.
Mis hijos muertos empollando,
urdamos, sí, formas tan bien tramadas que venden la rotura de la razón.
No cometamos más errores, no nos liemos con las convenciones...
Tú, Lady Death, y sólo tú debes tener
el libro negro de las frustadas visitas,
la red de contactos de todas las amazonas que la muy humana Historia
ha hundido por pretender ser radicales...
... todas las Antígonas, Casandras, Clitemnestras,
Dianas Cazadoras, Penthasileas...
Tú y sólo tú, tienes la llave que abre la comunicación de las amazonas todas.
Radical y feminista llamamiento a la Historia transversal.
 
-¿Pretendes que sea del diablo la abogada?
 
-Sé que eres diabólicamente espontánea.
Soy paciente.
El gran paroxismo... millones de años, pasó... el cretácico, quizás...
Me escondo en un río sinuoso, divagante, de lecho poco encajado.
Me rodea la selva umbrófila, el bosque denso.
Y cuando ando al descubierto, la vegetación es como la de un páramo:
nubosidad permanente, sotobosque de bambús, arborescentes
helechos, musgos, líquenes, piso frío.
 
 
 
 
III
 
¿Debería yo expulsar de mi pensamiento el espléndido verbo de la tragedia?
No. Mi experiencia es pensamiento que la sensibilidad modifica.
Genius vitae.
¿Qué es ese "algo" que los hombres persisten en llamar genio?
Nada más misterioso que el destino de un cuerpo humano.
Genius vitae. Genius vitae.
Un tiempo y un espacio que nos libere de la tiranía de los afectos.
El recogimiento en sueños.
La intensidad del sueño me transporta al no ser, pues
todo verdadero movimiento en la inmovilidad acontece.
Me circunda, me baña, la música.
La perversa y milenaria dulzura de la música.
Sólo la musica agujerea el cielo.
Del menor cuerpo hemos salido ya, dirección al cielo, que es luz pura.
Decisivo: Salir fuera de los márgenes del mapa.
Bien vivió, quien bien se escondió.
Calla, razón obtusa, calla, calla. Genius vitae. El cuerpo es el poema.
¿Se ama jamás otra cosa que la sonoridad de las transparencias?
Mi orgullo visceral y el magma interior de la tierra.
Una fantástica laguna volcánica con toda su energía íntegra.
Energía motriz, letras probando una fe.
Lejos, lejos de aquí es mi objetivo.
Voluptuosidades que recuerdos parecen.
Recuerdos que voluptuosidades parecen.
Del artificio, a la naturaleza profunda, ése es mi viaje.
 
La belleza es el recuerdo anticipado de los gestos de amor callados (Baudelaire)
 
La gran ferocidad de la pasión amorosa:
El bien y el mal simultáneamente,
íntegros en la fuerza del Arte.
La fiereza de la desdichada vertida en la gran fiereza del artista.
Viaje de siglos hacia la forma estricta.
 
El soliloquio del cello se despliega en un gran paisaje.
Una cápsula de tiempo (espacio) en treinta movimientos.
Variaciones sobre un mismo tema a modo de salmodia.
SALMODIA.
SALMODIA.
SALMODIA.
Una estructura cromática fundamental,
actitud errática,
y,
de fiesta en fiesta navegar.
Hermoso giro, noblesse oblige.
Escultura de la paciencia, escultura escultural,
DESIDERATUM: Un poema sacro que reúna cielo y tierra.
El fuego corre por mis venas,
pero son mil los espíritus, nadie sabe cómo,
que en mi verde mar transitan.
Sola, sin embargo, permanezco,
con el fuego que intenta inflamar el fuego,
todas las cosas existen conmigo.
 
Amor, que a nadie amar perdona.
Amor, que ya nunca abandona.
Pues, la verdad de un alma crece hacia cero
y el horizonte, pincelada de mi invulnerabilidad.
Pintar.
Aquí se zambullen todos los momentos.
Se invaginan uno detrás de otro.
Donde las rocas se licúan,
y una llanura parece el verde mar.
Cuando se arremolinan nieblas tardías,
CONCUPISTENTIA OCOLORUM?
 
INCITAMENTUM.
No se pinta lo que se ve, o lo que se cree ver,
se pinta con las mil vibraciones del golpe recibido.
¿Quién será y de dónde vendrá, la protagonista de esta historia?
Mi cuerpo todo acusa la certeza desesperanzada.
¿Para qué menospreciar mi spleen?
Sin mi vacío, Amor, ¿quién te reharía?
Mi conciencia o mancha de vacío.
El vacío como femenina forma de estar,
de todo acogerlo.
Ausencia del sentir melancólico en este mundo de pérdidas, constato.
Como sólo tú puedes hacerlo, trabaja, cerebro mío, trabaja.
Murióse la mujer automática.
Viva que viva la mujer interior.
¿Acaso retienen su aroma las flores para no marchitarse?
 
La conciencia no se percibe a sí misma.
El buen sentido es digestivo.
La conciencia superior es cuestión de entonación.
Es entonces cuando la ciudad se abre como un paisaje;
en torno a ti se cierra como una habitación.
Obra maestra nuestra es la vida privada:
La voz que habla callando dentro.
Yo, que toda una vida he avanzado sesgada...
Echa las cortinas. No enciendas
 
Brilla y queda en tu lugar, poeta.
Aunque vivas entre límites, mueres en la infinitud.
 
Harta, y más que harta, de la espiga pendenciera,
mi sangre ha perdido su coloidal.
Mi ser entero deposita piedras.
Soberana sangre fría.
Di, silencio ¿alguien más...?
 
-¿Hablo acaso con voz muda?
 
-¡¿Quíén vive?! ¡ ¿Lady Death...?! ¡Satán!
 
-Quien soy, os diré quien fui,
quien pienso ser.
 
-Siempre habrá una cotorra que muy seria anuncia el carpe diem...
 
-¿Qué frío tan mortal ha soplado sobre esta bella flama?
 
-¡Ah, Satán, eres inconfundible bajo tu disfraz de clasicismo cerebral!
 
-¡Niña, no temas! Adiós al galante tic de la civilización...
Y descuida, me has toreado como a un torero de salón.
Llevo ya la cola entre las piernas.
 
-¡Qué menos! Soy la fundadora de la línea real,
fruto de una mujer y de una pantera.
 
-¿Cómo se corresponden esa estepa y esa taiga infinitas?
 
-No me canses con tus eternas dudas.
Aquella extranjera, la Muerte, es mi fiel compañera.
 
-Son tus alas de gigante lo que te impide caminar.
 
-¡Cómo te pasas, Augusto Satán!
If you can't be free, be a mistery.
 
-Mi ser es desaparición.
Veo al que me ve.
TEATRUM MACHINORUM.
 
-Que rima con "SANCTA SANTORUM"...
... ojos que no ven, luz que no existe.
 
-No, no tengas miedo. Si me buscas, me encontrarás.
 
-Sí, ciertamente, la noche surge de un relámpago.
 
-Afligido contemplo la locura pasada.
Y gozoso veo ante mí el placer que espero.
De antiguo amor sentí la gran potencia.
Pero ya no puedo atravesar los espejos.
L'orgoglio è quello che voglio dalla mia essenza.
Mi botín como el mar no tiene confín...
.... la muerte potencia mi Dulcinea.
Hay que convertir cada ausencia en delicia.
El alma simplecilla por delicia
se inclina a todo lo que se imagina ser delicia...
 
-Satán: Me repugnas. Nada podrá evitarlo ya.
 
-Ah, qui mi dice di mai!
El mundo y la vida quizás estén enfrentados...
fra i pensieri più funesti di morte...
mas tú eres la hermana gemela de ti misma.
tu doble póstumo.
¿Qué me dices de la visión daimónica del ser humano?
Ésta es la historia de tres fantasmas que ponen las cartas sobre la mesa.
 
-¡En eso llevas razón. Satán!
Yo he ganado en conocimiento. Mas, ¿qué es la vida
sino el lugar de las separaciones?
Nuestra ira y nuestro enojo acaba
siendo la PAZ de en medio.
Envejecemos con el corazón en reposo,
arrullados por cotidianos hábitos de dulzura y ternura,
Rey Muerte, esto es, para ti, lo sé, gran regocijo.
 
-Afortunadamente, sé perder.
La pasión amorosa es una inhaprensible pasión.
La llamada Folie-à-deux...
Mira con cuánto acierto desbrozaron el lío los filósofos del bien:
Primer paso: PLATÓN. El amor es la exaltación de la contemplación.
Y el erotismo, natural escenificación de la imposibilidad de amar.
Segundo paso: EL CÓDIGO DEL AMOR CORTÉS
(en el siglo XIII alcanza su clasicismo),
De de la pasión, sublimación.
Al fin y al cabo, erotismo no es sino naturalismo.
La mirada, la distancia su natural sublimación .
Así su solución: L'AMOUR EN FUITE.
 
-¡Estás desconocido, Satán!
¡Te contentas con sentir!
Como el vil judío arrojas una perla,
la más codiciada perla humana...
 
-DELECTATIO MOROSA...
Tal vez ya ningún objeto merezca mi constancia...
¡Déjadme ir en vuestras naves!
No caerá Troya,
¿por qué tengo que quedarme...?
¡Las lánguidas cuerdas ya no vibran!
 
-Pero abominable y cortés Satán,
¿pretendes decirme que no hay fisura alguna?
(...)
Todo fruto tiene su secreto...
¡Por fin reconozco al diablo,
violencia enyugando las más heterogéneas ideas!
 
- Tu peculiar sinceridad en un mundo tan asustado
como el nuestro, resulta terrorífica, niña...
Mas, ciertamente, el placer de la soledad se sobrepone a los abrazos.
Para el espíritu la vida no es sino batirse en retirada...
Nuestras más dulces canciones los más tristes pensamientos ilustran...
Al fin tu llanto, se mezcla con el mío,
anega el mundo...
 
-¡Satán cortés, Satán sentimental, perverso Satán...
... eres un asco, Satán!
¡Déjame sola, te lo ruego!
Entre enemigos, sólo es fecundo el diálogo mudo.
Además, yo ya ser de mí misma la ENEMIGA.
 
-Si fuerzas tienes tú para adiós decir,
fuerzas yo no tengo para retenerte.
Del globo terráqueo a la lágrima,
de la lágrima al diluvio...
 
-¡Ah, dioses, piedad, sólo me faltaba a mí un pusilánime Satán!
No, no quiero negarme por más tiempo la experiencia
de ir tras el sol de este mar sin gente.
Acorde con mi dolor.
Con mi volcánico ser acorde.
Acorde con la presteza que da el deseo o la congoja.
Con el temblor de las manchas luminosas, acorde.
¡La batalla va a durar toda la vida!
Dólares cabalgan dolores en ésta, mi fantasmal ciudad,
despiadada imaginación libre la mía.
 
Trabajar duro, rendirse nunca.
Un día de pereza es un mes de maldad, de infortunio o mala suerte.
Una nueva profundidad se me abre,
suficientemente justificada por el calvario del amor,
cifrando todo el orden de las cosas,
en verde pensamiento, en verde obra.
La expresión obstinada de mi rostro...
Con todo estoy a otra profundidad.
Un paisaje submarino gótico me rodea,
una arquitectura de arácnida belleza...
... la amplificación de ruidos bajo el mar.
Sin posibilidad ya de ser interrumpida,
SOY UN PEZ ABISAL.
 
Individuo intenso en las sombras él mismo, el pez.
La noche tiene color de párpados.
Que encuentres pocos temo, canto mío.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Montse Solerdelcoll Ralló. Por apostar fuerte
y en tu tierra, a favor de la libertad de las mujeres afrentadas.
Porque con buen genio sigan mutando éstas,
y en corriente alterna,
tan paradójico amor / desamor .
 
Me gustas cuando callas
porque estás como ausente.
Y me oyes desde lejos
y mi voz no te toca.
Parece como si los ojos se te hubiesen volado
y parece que un beso te cerrara la boca
Déjame callar con el silencio tuyo. -P. Neruda.
 
 
 
 
I
 
-Tú, pequeña rapsoda, ¿acaso no recuerdas...?
Tus ojos verdes velan el antiguo estigma,
ángel exterminador...
Ni a un buen hombre puedes reconocer...
 
-¡Oh, sí, diosa omnipotente!
¿Cómo olvidar esa severidad tan tuya, tu hielo y tu escarcha,
mis diez mil clases de insípido dolor?
Es mi propia muerte quien siempre me acompaña.
Saliva traga en vano mi boca sedienta,
soy de los de sin-amor: presencias rojo ensangrentado,
ante ningún tribunal reclamarán... el cielo, tal vez...
 
-No descuides nunca, niña, el abismo vacío a los mortales reservado,
el piélago de amarguras...
Pues la palabra poética a la verdad
apunta, entre el día y la noche,
la deja inexpresada...
 
-De sobras conozco esa muda triquiñuela...
voy contigo, Lady... tuyo será siempre el compás.
Déjame tan sólo alzar la voz: Mis contemporáneos... sí,
olvidan, lo más cercano, simplemente, no está.
 
Os advierto, hombres de hoy, preparaos con tiempo para nuevas vidas.
 
 
 
 
II
 
Ciertamente, sé mucho más del morir que del vivir.
Sólo que saber de ti es inexpresable para los humanos... místico.
Mi fascinación se inclina por la muerte:
Sólo semillas muertas siembra.
Aunque aviente yo cenizas, sea yo grave, demasiado grave,
haz de mí, ruégote, a fuerza de sinrazón, fuente originaria.
Hablar de ti en términos otros que los de la afectividad es
de ti burlarse. Terrible será la venganza...
Conocerse implica agonía.
Vivir privados del espiritu del mundo,
del espíritu del tiempo...
Corremos hacia ti, Muerte... y ya estamos en ti,
el gran sí es el sí a ti.
 
Mi cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado.
 
Empezó a llover en nuestra habitación... -tras mil naufragios,
otra vez, sonríes, Anna. Pero es la tuya una sonrisa meliflua, fanfarrona...
Cada día traerá su golpe.
Una enorme desgarradura empezó a cicatrizar -entra el vilonchelo
por detrás del dolor-.
 
A tan fecunda quiebra se unió nuestra manía de escribir.
Manía, que no paciencia. Manía a la voluntad ajena.
¿A dónde se ha ido nuestra sensibilidad hímnica?
¿La embriaguez de nuestros comienzos...
... el alba de nuestras estupefacciones?
¿Dónde está el verano cero...
... el inimaginable verano cero?
 
Mi cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado.
 
De la pared de la palabra te nace otro cerebro.
El bien fue la luz que dudas disipó.
Callabas, mirabas directamente a los ojos... convertímonos en pareja eterna.
Caducidades rápidas y más lentas competían entre sí.
Pasó durmiendo batalla y estío.
Cabalgué un tierno y virgen territorio de mentiras, cabalgué.
Ser engañado o perecer, no hay jamás otra alternativa.
Tránsfugas de la lucidez...- Ah, Baudelaire,
Mon coeur mis à nu!
A solas contigo, ¿cómo no demorarse en los espejos?
¿Alguien se queda corto?
¿Alguien vacío?
Mascarada de confidencias, la mejor manera de ocultarse.
Où ici la justesse? Où ici la justice?
Nos escapamos siendo impenetrables...
Todos estamos heridos, pero,
de tu herida, amor, ¿brota algo?
¿Por qué lo escondes?
 
Hicimos del error una forma de verdad: Lo que engañaba sabiamente.
Ternura voluptuosa, ¿sólo te estabiliza la melancolía?
 
Y ya sabes, el gran salto siempre pasa por ti.
A ti, Muerte, lo logrado. En silencio lo logrado.
 
Mi cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado.
 
 
 
 
III
 
-He de confesarte, fiel Vampira, lo que no ignoras:
He amado a un delicioso mortal.
Y a mí, frívola, cual costumbre,
pláceme hoy delirar porque he encontrado al amigo.
El sueño vive de otra forma
donde nos jugamos, aquí, a los dados el placer
-mi cabeza... ¡ay, pecado saberlo!-.
 
(Síncopa, paso de los límites, ése es ahora el ritmo...)
 
-¡Tú, pequeña rapsoda...! ¿Quién de nuevo te apremió
a sentir por la locura una tal atracción?
Conseguirás tan sólo manchar tu atavío inmaculado...
¿Cómo sabes tú qué heridas le harán
feliz, qué saeta lo tortura...?
 
-La locura, la estupidez, no mata, Lady Death. Da cordura.
y cada uno se procura la pureza como puede...
Si se tiene a bien olvidar, como hemos religiosamente
olvidado, al biopoder y a su bien parda gramática,
cuya muy íntima esencia es todo, todo nivelarlo...
breves son los sobresaltos.
Pláceme dulce en el paladar de alguien saber.
Ser cuerpo sin fines, sin funciones,
cuerpo intenso, cuerpo intensificado...
Cien maneras de decir jugar
(tocar, olfatear, saborear, fijar con la mirada o el oído,
embriagarse con lo que nos penetra...
... formar, proyectar, sacudir).
Me conmueven sus ojos fatales con la esperanza
en suspenso, fijos en mis palabras (...)
Es el sabor de un sueño solitario:
Sólo veo sus ojos mirándome. Olas de otoño.
 
Verte hoy paréceme ver el sol entre las nubes.
 
Mas Tú ya sabes, Lady Death.
en qué medida el pensamiento trágico en mí domina ...
Cuando me abrasa la pasión, cabalgo,
cabalgo sobre tus hombros enemigos
hasta que la tierra misma cede bajo mi arrogancia.
Tus ojos, sí, entonces podría inyectarlos de rojo.
Mas me conformo con el azul-tiburón de sus ojos...
Siento que esparce la vida un espeso haz...
Y el azar... el azar es de la ira.
 
Creedme, hombres del futuro, por favor, creedme:
aunque amanezca mi playa llena de inútiles algas,
esta gozosa mujer
será la primera
en eólica canción transformar
el canto secular de las tribus
que elevan a la noche
tan luctuosa canción como merece.
 
-Estás pisando el resorte de una trampa...
... eres sólo sombra, apenitas forma...
¿Acaso no reconoces ya el ciego, crudo
resplandor de la más caduca pasión?
 
-¿Crees que no lo sé...?
Pero antes de que este mórbido corazón
nuevamente en cenizas se convierta,
tomará el amor que grácil se le ofrezca:
Apasionada, obsesionada oferta...
Lamento no poder aferrar el bosque
para mejor retener los rayos del sol...
Pues mi sexo se ha borrado de los tiempos.
Y si no hubiera habido un rostro clandestino,
una mirada humilde,
generosidad ante la insolencia
¿cómo podría yo componer un poema de entrañas rotas...?
Y no temas, incluso mi mórbida persona cejará
antes de que Amor desmaye...
Te recuerdo que el fantasma confeso de la mitad
armónica de mi cielo, llámase (...).
 
(...) Desea el descanso, Tántalo, deséalo,
ah... siempre tan hambriento de manjar copioso (...)
 
¿Qué mar, qué ríos se han enterado de tan lúgubre guerra?
¿Qué región del mundo esta aún de nuestra sangre libre?
Y como a los imperfectamente sexuados,
a los habitantes de las torres de marfil
se nos acostumbra a dar la espalda,
como por defecto antes nosotros hicimos,
acojo con agrado la fría bienvenida de las cosas.
Domésticamente, mando yo...
De nuevo en mis cabales, concédome
una larga, larguísima pausa para interrogarte, una vez más, amor,
amor, que incluso amorosas señas desdeñaste
¿tal vez porque saliendo de la patria huye,
huye, una de sí misma también ...?
 
 
 
 
IV
 
Y bien, a la patria los solitarios vuelven siempre...
Precisemos: Piedad filial.
(Ya sé, ya sé: Momento penoso... las sillas crujen, el diálogo es poco acompasado.)
 
Me voy.
Para nada sucedió todo.
La gran densidad del amor. Para nada.
De nuevo, del amor nos colmarán las penas...
Otro poema del corazón quebrado compondré...
Fue... un encuentro clandestino de lluvia y nubes, fue.
No dejéis que vuestros esfuerzos en pereza o amargura se conviertan.
¿Para qué entonces el ritual...?
Llegué, incluso, a insultarte, amigo mío, con tal que de mí te apartases...
¿Qué decir mal de ti...?
Sinuoso, rebajas la benefactora lluvia, las nubes generosas...
 
Una barca de regreso, sin prisa alguna, ¿cómo verla?, cuando
de pronto, como una flecha abandona su arco...
 
El aire rarificado de la separación satura ya mis pulmones, imposibles de limpiar.
Es difícil llegar a tolerar un testigo de tus más secretas miserias...
Hay que alcanzar ese punto.
Existencia de inmediato perdida, modelo volcado, molde vacío.
Oscura desolación, se acerca profunda como el negro océano.
Escribir es una forma de pregaria.
Arte, conciencia de desgracia.
Describe la situación: Quien a sí mismo perdió.
Estofas y carnaciones, en eso consiste la pintura.
Texturas y tinturas de las evidencias.
Naturaleza muerta, Cuadro vivo...
-no hay misterio alguno, el misterio ya ha pasado...
¿Es quizás la sombra de las flores lo que nos separa?
Aunque no sea pariente mío,
se ha compadecido al ver una vida que se quedaba atrás.
Conoce el dolor de mi corazón.
¡No os llevéis la bondad de mi vida!
Este pobre cuerpo, lleno de melancolía, lleno de dolor,
mira un rostro que confina con vientos, con ciudades.
 
El sentimiento del viajero renace en mis entrañas.
El sentimiento por la separación no deja sosiego en mi mente cuando
cabalgo...
- mas el silencio de los hombres en la ventana... ¡es verde!
 
 
¿Pero era un caballero, era tan sólo una solemne pretensión...?
Quien llega al abandono se convierte en un ser espiritual.
Quien no llega es un hombre virtuoso.
 
Para el otro, cuando muere, ya no hay mundo.
Es el fin del mundo, por eso la melancolía.
Y el amor de los hombres, puro desgarramiento.
No podemos contenernos, abandonamos lo que preferimos, reciprocidad y lealtad.
Cuando falla la humildad, inútiles son todos los esfuerzos...
 
Mi cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado.
Y, ¿quién menguó como yo?
Nadie puede sobrellevar la vida solo, tercia Hölderlin en voz bien baja
desde su escondite figurado: La caseta del apuntador.
Verdadero es cabalgar sin fin.
 
¡Ale, hop... hop, hop... hop, hop...!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Josep Medina Casanovas y su fisioterapéutica
tribu del Instituto GUTTMANN .
¿Cómo agradeceros que me devolvierais
la admiración llamada amor?
Para vosotros mi soft melodius tune.
 
 
 
 
VOZ
 
Suprímanse, arránquense de raíz mis llantos,
mis cuitas personales...
... ONCE UPON A TIME!
Antójaseme conjugar en pretérito perfecto, arrogante
decir: El suelo he besado cual humilde babosa.
Mi caparazón de soberbio gasterópodo he abandonado.
La recta senda que vincula forma, substancia, acción... he emprendido.
Os digo lo esencial: Olvidar es recordar es resonar (...)
Mi cerebro vivo perfecto distingue
las hierbas en el campo sollozando,
las disonancias cromáticas del crepúsculo,
omnipresente dolor acústico,
OM MANI PADMI OM.
 
 
 
 
ECO
 
Mas temiéndome que receléis del mantra hindú -¡soy loca república!-,
positivamente afirmaré: El robot neuro-inspirado que yo encarno,
-comúnmente, cyborg-,
incomprensible es a ambos lados del espejo.
Vive igual de bien entre los muertos,
entre los no nacidos.
Jaque mate al cuerpo seccionado,
pura muerte la vida me dio.
 
Babosa o cyborg, yo soy quien silencios alucina -tonalidad suspendida-.
Pasó el tiempo aquél... canalla, de la pura pérdida.
Flotaba tierra adentro.... ¡mi conciencia no existía!
Mi condición argumentando, susurraba: Mundo, desaparece, piedad,
me hundo.
Carnales Despojos.
Sangre fría.
Mi alma azulada.
El alma se vuelve viento
y el viento toma su vacío relevo.
Desapareció el suelo bajo mis pies.
Se me paró el reloj.
El viento dejó de dar vueltas.
Las palabras cesaron de respirar.
Se me otorgó un vivísimo dolor
que hacia cosas insensatas tiende,
me infunde ciego valor porque todo, sí, todo igual me daba.
Cada acción fue dilatada muerte.
A voces imploré verdugo.
En vano. Muerta gritas, te agitas
en vano.
Defiéndete, dice el tic-tac de la sangre,
siempre, siempre self-piety...
No importa caer eternamente si logro escapar. (...)
 
Para vosotros fui patética presencia sin contenido emocional.
Éstas son mis cuentas y mi saldo,
sin embargo: Pesco lunas.
Dolorosa sabiduría hicimos todos:
La vieja materia gris indefinidamente preserva
la existencia dentro de un vacío
sin aire.
En cada cama gemía un enfermo proclamando su amarga pequeñez.
Sistemática carne de cañón.
Mi indignada rabia, derrotada:
El enemigo matasanos ayudándonos a morir.
El compañero médico ayudándonos a medrar.
 
En el exsangüe desahucio humano aprendí yo templanza.
Al hecho, pecho.
¿Puede haber algo perfecto sin templanza ?
 
 
 
 
VOZ
 
The End: Un buen día personifiqué la enferma.
Un pedazo de cielo entró en mi habitación.
Como no viaja sino quien vuelve y lo explica,
tanto más alta cuanto más caída,
vi, me percaté que estuve viva con la muerte.
Sentí grave pasión de saberme
yo conmigo,
¡qué cosa grave!
Descifré, pues, como tragedia la oración
murmurada, rítmicamente sonora que me envolvía
Precisé entonces música tanto como el aire trabajosamente
inhalado. Ansié música y sólo música: La rítmica estructura,
el movimiento discreto, libre
de la melodía -sus contornos y trayectorias, sus tensiones, relajaciones...-.
Rehacer mi propia melodía cinética.
 
 
 
 
ECO
 
Sea aquí dicho:
Por vez primera es del sentido común la bandera
en el naufragio continuo, roja.
Recuerdo muy bien el día que experimenté odio y furia absolutos...
perdí la juventud vestida de osadía.
Ahora que, no obstante, se me impone la sensación sin el aburrido
vehículo (¡el cuerpo!), quiero
lo evidente primero olvidar.
Después, recordar... resonar...
Como si de recuerdos constase el alma
habituada a automatismos sin fin.
(El alma es en los instrumentos de cuerda
un cilindro de madera. De forma transversal une
de la armadura, la dos tapas,
sus respectivas resonancias...
perpendicular a las cuerdas y
por así decirlo, cordón umbilical.)
 
 
 
 
VOZ
 
Precisé que la música en mí acordase
músculos agonistas, antagonistas;
que se sincronizasen música y movimiento
-tocando rápido los tempi para que no se emborronen...-.
Que mi espíritu vago aceptase vuestra lacerante liturgia:
Palabras insertas en eléctrico pulso.
Estigma mnemotécnico.
Me rendí a este poder narrativo, mnemotécnico de la música,
a su flujo articulado que te urge a seguir
sin detenerte siempre adelante
-haciendo míos sus callados contrapuntos...
... tesoro mío, hibernada voluntad-.
 
 
 
 
ECO
 
Porque TAL fue la fe que depositasteis en la figura de la enferma:
Que la enferma configurase su nueva y cerebral actividad
en aquel acorde menor o affetto tristo.
Y, puesto que creer significa animar,
reanimarme para mi arquitectura del silencio.
Sólo que la enferma, viéndose irremediablemente
en el mundo de los vivos, se permitió alguna que otra
travesura... -la idea numérica, pitagórica
de los tonales intervalos es...
santa provocación... I'll fly, fly, fly away!
De ahí el carácter imprevisible, errático de mis modulaciones...
-¡Mundos paralelos!-.
Desafiné una cuerda...
-¡Al fin comprendo el común denominador de la especie
humana: El cuerpo sin nadie!-.
Me enamoré de la disonancia producida.
De la perversa calidez que sólo el placer sin concesiones da
-¡quiero amar a los vencidos, compartir la inocencia
de los por la justicia arrinconados!-.
Me enamoré del así llamado placer estético, placer sin hielo.
De todo lo vivido, su propio dardo oscuro.
 
 
 
 
 
VOZ
 
Que me place, pensó esta enfermita,
que de buen grado me place.
¡Ah, cuán duele la alegría!
Mi enorme sonrisa ácida: ¿Tú qué escoges en esta amarga
vida, lo dulce o lo salado?
¡Oh, mundo terrible de ilusiones, apariencias, desengaños!
Cuando el espacio a tu propio cuerpo se reduce, aprendes:
Nunca volverá la libre entrega de ojos inocentes;
la dicha toda cabe en una lágrima.
Mejor conceder al catastrófico régimen que te asiste
la épica nobleza de un paisaje heroico - batallas, naufragios, exequias en el mar...-.
Mejor que interpretes como singulares viajes en el túnel del tiempo,
tan extravagantes y excéntricas,
esas extrañas y tan locas tranferencias tuyas, intermodales...
de la visión al oído, del oído a la visión...
 
 
 
 
ECO
 
Simiente eres, tu juicio un loco... mas
sólo consigna la Historia a quien puso la última pieza del rompecabezas;
y lo sabes, a conciencia, lo sabes:
La forma animal está en proceso de desaparición.
Queda, no obstante, constantemente renovada la tendencia
a engendrar animales.
¡Qué te importa a ti el miedo al vacío si cada estrella es
en el desierto anhelo de oasis...!
Tal vez la música, las artes todas no sean sino
adaptaciones evolutivas directas -una máscara es
el rostro que la imaginación a un dios atribuye-.
Y el estímulo de centros filogenéticamente primitivos revele
que la naturaleza interior del ser humano no sea sino
aquello que conocemos por
naturaleza.
 
 
 
 
VOZ
 
Es decir: Soy lo mismo que doy.
Es decir: Anna, cabalga la pesadilla.
El cielo de la luz sonora: Ésta es la pesadilla.
Esa fosforecencia azul que por todas partes ves: Cállatela.
Cerámicas, esqueletos azules.
Cómo oyes morir al otro dentro de ti.
Calla, cállatelo.
Cómo nieva sobre el mar de los momentos: Nunca , nunca
digas eso. Ni por pienso.
Qué ínfima la vida humana... pura nieve.
El hombre, un abismo.
Nunca, nunca confieses tan galopante melancolía:
Por la muerte que a Dios debo, escribo
así como mi colectiva conciencia dicta.
El héroe está superado.
Continúa, no cesa, la impersonal carnicería.
 
Una sola nota se extiende por el aire... incolora, inodora, inaudible:
Humildad a flor de piel.
Un hombre, una mujer que es todo alma, está
cautivo en su cuerpo cautivo.
 
¿El mundo ha sonado siempre a vidrio quebrado que se había de romper bien presto?
 
 
 
 
ECO
 
Lo que acontece entre las personas lo expresa el lugar donde
se encuentran.
El lugar es la estructura.
Pero, ¿y si el encuentro es un desencuentro...?
¿Íbamos a resucitar tal como olíamos...?
¿Y si las cosas sólo llegan a la complejidad de siempre,
como siempre, antes de romperse...?
¿Qué región del mundo
-tras la derrota Troya gritó-,
de nuestra aniquilación no ha tenido gran culpa?
¡Gran originalidad la tuya, Amor, que hiciste indistintas dicha y desdicha!
¿Qué es ahora dicha cuando se es tan eterna
como la muerte, como el gesto cotidiano?
Hay múltiples oasis rebeldes, repúblicas anárquicas dentro de mí...
Las letras de tu nombre descompuesto
¿formarán parte de otro nombre... o se usarán tan sólo ya
en los alfabetos de la universal infamia?
Vida... vida mía, tanta desventura como aventura,
¿igual ventura?
 
 
 
 
VOZ
 
Mi sembrío tardío... curiosa paradoja:
He prestado mis maneras y mi afásica voz a esta batalla
campal de los terrícolas últimos.
Fatiga plantada... como materia o como espíritu
soy un espejo que gira.
Retoñas tú, y tú, y tú...
El aullido del viento se convirtió en coro de ángeles.
Muerte quizás extienda por doquier
muertos enterrando... -It's not my business!
He prensado las uvas de la ira de Dios...
Sí, tal vez ame yo a Dios secretly...
 
Coro mío de voces blancas, dichosas, recámara del dios de la risa.
No me transmitáis vuestra alegría, sombras resplandecientes y dobles,
abstracciones a medio hacer.
No me contagiéis, os lo ruego, tanto entusiasmo,
porque más razonable y persuasiva será aún mi apatía.
Mi paz: Goteo lento del tiempo.
 
 
 
 
ECO
 
Let us face the future:
Siempre nos ignorarán.
¡Demostremos que tenemos nombre!
La gran ventaja de estar destartalado,
tener un cuerpo malhadado es
para el conocimiento.
El sapiens sapiens finge ser HOMO ERECTUS.
¿Qué no fingirá el sapiens...?
LA VERTICALIDAD ES UNA IMPOSTURA.
Y a pesar de lo insoportable, yo, alga oculta
en el río ondulante, confieso:
El infierno está hermanado y unido a mí.
Nunca desprecies las cenizas, pues son
el residuo de tu corazón
y el residuo de las cosas que perduran
... a no ser que mi cuerpo nunca fuese mío...
... a no ser que vuestro cuerpo nunca fuese vuestro...
Yo... ya en la prehistoria fui vencida.
El mío es un estado de los demonios
que el olvido ha civilizado.
 
 
 
 
VOZ
 
Cuando era yo mayor y buena moza,
sobre mí cayó la bomba atómica.
Ahora que soy sólo pequeñita, y cada vez
más pequeñita,
soy fondista en la carrera conciencia colectiva.
Que entonces medré, mi edad lo siente.
¡Benditas las malignas huellas de mi vida si equivalen a ésta,
mi insaciable sed de inspiración!
Abandono mi cuerpo lentamente.
Uno las palabras en un rito tribal.
La SELF-PIETY, ¿qué sitio es ése?
Un crematorio secular de generaciones a polvo reducidas, I think....
Un reino que parece no tener forma ni límite...
Vivo escuchando las voces que en mí lloran,
por nosotros,
enferma humanidad,
humana enfermedad.
Cualquier particularidad del mal la ocasiona
la guerra que llamamos vida.
Y no habrá jamás tregua alguna.
 
Tú eres la ausencia de cosa que mi sentío precisa...-anticlímax tímbrico.
Pues la palabra, como la verdad, está repartida
y es un enigma saber cómo.
Tú... ¿cómo eres tú?
¡Oh, qué buen arrepentir!
¡Qué donosas maneras de matar!
Presiento sobre mí la eternidad conjeturando
sin éxito, con inquietud cómo eres tú.
En el instante de la agonía, cuando todo
lo que amaba me pareció un ardid
de mi muy taimado amor propio,
se disolvió también el tiempo.
Todo lo pasado, "sigue siendo", no "fue", "se esfumó"...
Aquí no hay antes ni después. Todas las estaciones del año,
todas las horas del día, siguen siendo simultáneas.
La vida es como hierba
para quien atraviesa la barrera del sonido.
Me harté de mirar el bosque a través de las nubes...
La vida, ¿sabéis...?, es una extraña forma de muerte:
POR LA LUZ MUERE TODO LO QUE VIVE.
Y, no obstante, el olor de los hospitales y cuarteles,
la irrevocable humillación.
¿A qué abismo te vas si ya eres hielo?
Me haces una falta sin fondo
-como si te extrañase inconsolablemente-.
 
Vivo en una isla estrecha con una nube encima
-¡qué más quisiera! -.
Ciertamente, mi milenaria imaginación por aeropuertos se extiende
mayores que un país tribal.
 
He cambiado para siempre de cristal abstracto:
¿... a qué abismo te vas, amor, si ya eres hielo?
Sin valentía, más vale no ponerse a pensar...
... mientras un día siga a otro día, yo seré fuerte, inquebrantable.
Si no rendimos lo sobrehumano estamos perdidos.
¿Quién reconstruyó Tebas una y otra vez?
Naufragios continuos.
Ojos ávidos de lágrimas ardiendo.
Ojos ávidos de mayores lamentos.
Mi compasión, lo sé, no tiene cobijo alguno.
Mudas son las palabras.
Poesía aún poesía poesía.
 
 
 
 
ECO
 
Perfecto distingo
las hierbas en el campo sollozando,
las disonancias cromáticas del crepúsculo,
omnipresente dolor acústico.
 
La música callada.
La soledad sonora.
(San) Juan de la Cruz.
 
(Cruz.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para FRANCESC CASTRO PÉREZ, alias talismán,
el único santo varón, queridísima Carmen Real,
que mi bizca mirada alcanza :
 
Por la muerte que a Dios debo, aceptad,
os lo ruego, oficiad de paciente Soroastro
en nuestro vital laberinto portátil.
 
 
 
 
 
I
Cuando Alma Mater se sentó en el trono, prometió:
He aquí que hago nuevas todas las cosas.
¡Mujer mentida! ¡Corazón de nieve!
El Alma de Cántaro de mi pequeña patria amilanóse ante el enorme,
enorme estrépito de una invasión de fieras propias.
Se azoró ante la pesadilla ritual de la vida...
pensar que Alma Mater prometía
ser un sol que todo lo tomase...
Y sellando con el espléndido perfume del silencio
el trato aquél de ganaderos, murmuró:
Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va.
 
Ese nadie que corre más que yo, dichosa alma
en pena, a destiempo despertó con la suave tristeza,
la bondadosa aquiesciencia dei profondi.
Vio en derredor desvencijados bancos cubiertos de musgo.
No advirtió escapatoria otra de la edad moderna
-de nuevo, respirar-
que en paralelo trazar rituales de sombra y desastre.
 
Hablas tú. Dices: Soy un personaje de hoy,
no un esqueleto fuera de su armario.
Entusiasmado, rasgándose las vestiduras,
Alma de Cántaro se unió felizmente a Alma Mater, exclamó:
¡El tiempo, dueña mía, mera cuerda de funámbulos!
Esta simple alma en pena optó por darse a la fuga, razonó:
La memoria es el canto que todos nos cantamos...
Nunca vendrá el padre a adornar mi cántico...
¡Muy escuálido es su buen ser!
Así, pues, crecer con la materia es ya mutar;
conocer, el acceso único al verdadero alivio.
 
¡Demonio, vuelve a tus cavernas bermejas!, un buen día añadió
Alma Mater, presa de su eufórico delirio.
Y Alma de Cántaro, acelerando,
vio una mancha en la pared,
membrana entre el mundo real y el mundo de los espíritus,
fuera de sí, gritó:
¡Toda teoría no es más que fragmento del gran autorretrato!
 
Ach Mutter...
Como toda alma en pena, toco yo la clara
viola de mi memoria.
El bello tejido de mis tardes sin fin.
Es sin duda una gran suerte que no
nos casemos con seres amados
-Se languir fidèle à deux yeux,
semble un plaisir et n'est que tourment.-
Ach Mutter...
 
 
 
 
II
Cuando Alma Mater cayó en la cuenta de que, sin diplomacia,
la rabia secreta no está a mano;
un terremoto, la lava de un volcán hacen justicia,
muy osada, ladinamente, ofreció:
¿Por qué no montar sobre el mismo huracán...?
Alma de Cántaro acogió la maternal audacia, con pitagórica
temperancia, es decir, mente muda en los dormienti ubriachi
- Twist in my sobriety -
 
El dolor es la nobleza máxima,
pensó esta amarga, muy amarga, alma en pena.
Canas, los escritos de la muerte;
cálida, muy cálida mi sangre fría.
Y el silencio, calor de lento influjo.
 
REALITY IS A VACUUM. Todo lo que parece, es,
yo misma soy la brújula del mar. Alma Mater sospechó muy pérfida
ser la trama, y ella
misma, una transparente sombra inocente, dijo:
Quel que vorrei faró!
Alma de Cántaro dejó sin ruido pasar mil gatos líquidos;
a ciencia cierta dominaba la ley, la complementariedad... :
A mayor oposición, mayor brillo.
Y abanderando el más íntimo surrealismo, exclamó:
Long life anorexia!,
significando: Visto bueno al desfile cínico del siglo.
 
No busques tu corazón, no, harto insensata alma en pena.
Los monstruos arrasaron...
El espacio es resonante.
Lo es para tus afectos.
Tu secreto, tuyo, muy tuyo:
 
Comme le fait un papillon amoreux,
l'espoir qui règne en mon coeur
tourne autour de la lumière.
Et se brûlant les ailes
elle trouve sa tombe et meurt
dans son berceau d'infortune.
 
Sabed: Nunca se alcanza el equilibrio.
La disonancia, simplemente, aumenta .
Ésta es MI trágica tierra, MI trágico tiempo. Y
yo, el interior
común. La imaginación, potente
recuerdo:
MODULAR ES MOLDEAR UNA VARIABLE DE MANERA CONTINUA.
Por eso vive la poesía de insomnio perpetuo.
 
Fluyan mis lágrimas... pues,
ir hacia la verdad no es sino caminar
sin movimiento -
 
Y callar, buscar agua en el desierto.
Atiendes a las preguntas del saber con igual tesón.
Y cuando cavando en la arena sientes
tus manos viscosas, húmedas...
para tus adentros, te exaltas:
¡Cerca, el conocimiento está cerca!
 
 
 
 
III
Presencia altiva. Provocadora, brazos en
jarras. La erguida cabeza...
ese control del espacio envolvente cosa
inequívoca de actores. Dirá Alma
Mater extendiendo una risa inextinguible:
Ser audaz cuando se puede comprometer un pasado es la mayor fuerza.
Y prometiendo sin tregua hecatombes perfectas,
a la manera de una muy afligida suplicante griega, insinuó:
Mucho después de muerta supe que mi muerte fue tramada...
Alma de Cántaro, talante muy conciliador,
calculó el salto del depredador sobre su presa,
brindó muy melosa respuesta. Bien oiréis cómo juzgó:
Nadie conoce jamás nada de su linaje sino lo que de él ha escuchado...
... THE HEART ASKS THE PLEASURE FIRST.
La muerte de la noche, ¿no es acaso eso la vida...?
 
Las almas en pena solemos hacer de las capas, sayos,
es decir, en mi vacío me ovillé. (...)
 
(...) Tomo un azul, un verde relativo, de aquéllos
que tienen juego, y lo saco a pasear: Refleja
la luz que recibe, refleja
infinidad de irisaciones más...
El ser humano es un juguete de su noche
-No one will ever know! -
Cesar no tiene tumba, así en Voltaire
 
-Oh, let me dye, life without life, a hell! -
 
Mas la verdadera acción es compasión...
En fin, conjuro al dios cualquiera que me pretenda:
 
-Heard me, God
a broken heart
is my best part!
 
Con elegante sonrisa trae Alma Mater fatalidad tanta
que el mundo inunda con la muy pálida luz del eclipse solar, dice:
¡Ah, coraje, sólo eso nos saca de pena y salva!.
Alma de Cántaro replica desde el fondo sin fondo de la elementalidad:
Aquí toco la barbarie.
¡Qué fragilidad!
 
Tiempo sin tiempo cosechamos las almas en pena;
vértigo hipnótico del jardín.
Cuando la soledad es geografía,
la memoria, un balcón lleno de flores pútridas...
¿ "Amor" vuestra sinecura...?
El don de estar en el lugar equivocado,
equivocado también el momento,
ya no es mío.
La oscuridad ha redimido mi desengaño.
La verdad rítmica es lo más importante.
La poesía -
 
 
 
 
IV
¿Dónde están los dichosos? ¿En qué cielo y en qué alma?,
inquirió un Alma Mater vehemente, blasonando
de magnífica sed : ¡Justicia!.
Aquí, de nuevo Alma de Cántaro se excusó:
Nosotros somos seres positivamente invadidos por ausencias...
Mas no pudo evitar en arenas movedizas el extravío,
el gemir y el crujir de dientes:
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Las miserables razas mortales!
Restalló el látigo de la muy temible Alma Mater,
¿Qué disputas y gemidos nos hicieron así? (...)
 
(...) La paz se encuentra siempre entre bastidores...
Alma de Cántaro intentó con huella irónica pagar el fuego fátuo.
Las criaturas crecemos y morimos con el cordón umbilical intacto...
En vano. Yo, la monarca levantisca asiimismo estallé... en carcajadas.
¡Oh, jóvenes príncipes de acero, ante los escombros enhiestos !
¡Oh, tú, ampliamente abovedado, plantel de dioses ordinarios...!
Mi espíritu y mis vértebras invocan con ardor -S I L E N C I O.
A mí, lo confieso, de las miradas el sentido me ha faltado la vida toda.
Ahora, incluso, se me han vuelto siniestras.
Ya no hay tiempo sino polvo.
En mi eterno estar cicatrizando ciénaga y espejo;
en mi muy aristocrática manera de emigrar,
muy absorta y abismada está esta alma en pena...
 
Claridad interior del no.
Es hermoso este carácter teatral del cielo,
lo único a la altura de esta comedia con tan ilustre par de pueblerinos -míos. (...)
 
(...) Y entonces, Alma Mater su vuelo rasante retomó,
tras su cotidiana dosis de cafeína, of course:
Luz, yo te saludo pero con los nervios heridos.
Alma de Cántaro se apresuró a detener el nuevo, amenazante temblor:
Es fortuna: El sumidero común nos aparta de la disinción...
... la sonrisa o el suspiro son igual de vanos.
Siempre aparecerá Cristo, reclamando la resurrección.
En vano, claro,
amanecerá Dios y medraremos.
 
¡Qué bien afinada, qué bien modulada está aquí la dicción!
¡Ebrios amantes de la carne, nunca comprenderéis la elegancia sin nombre de la humana amargura!
AHORA, cualquiera a quien se le antoje hablar, serà
 
el diablo.
Tan lógica tramoya cromática, ¿no podría fingir un noble origen en el azul ultramar...?
No, responde en silencio el mundo insolente.
No hay cólera sino en ti.
Y en ti, porque mortífera la cólera del primer volcán.
El silencio busca siempre su ruina;
y la encuentra vacía, atemperadamente vacía.
Así que, Anna, vives del aire fantásticamente real.
Tan patéticas e insensibles las personas...
El tiempo tiene siempre la jugada ganada.
Sabedlo bien. Callad.
 
El perverso olvido... me subyuga.
Múltiples sentidos se ocultan en cada silencio. Mas,
sólo hay uno que exige relieve.
Así que no hago sino verter verde
vitriolo sobre el dramático edificio (que percibo) (que escribo).
 
 
 
 
V
Y aconteció lo apocalípticamente anunciado.
Alma Mater decretó el fin del mundo:
Yo nací en un pozo de deseos...
mi espíritu huérfano llora, anhelando su hermanito.
¡Ah, cómo deseo que caiga una lluvia violenta sobre tan infecto páramo!
Pero, no. Alma Mater continuó:
¿Dónde acaba este baño de luz, dónde su rarefacción...?
La muerte ya está aquí.
Tiene tus ojos. Tiene los míos.
Tiene los míos.
Alma de Cántaro se apresuró a recoger pedazos de vida
como si de cristales carmesíes de un búcaro
roto y caído se tratase:
El amor la vida con células muertas esculpe...
¡Almas de corcho!
La verdad no puede ser enunciada, es
EFECTO DISCURSIVO.
Que la cosa está que arde, tal sería el síntoma, si
un gran médico de las almas lo enunciase, por ejemplo, Nietzsche.
 
Galante caballero, quédate en paz.
No me mostraste el pozo que tu cólera desborda.
¿Existe...?
Soy una gran, grandísima artista. Muy cansada, por cierto, de la representación.
Deseo la nada.
Pero, ya ves, mi amor sigue hablando con dulzura.
Sabe que no hay éxito como el fracaso,
y que el fracaso nunca es éxito.
 
Son las curas de soledad y tesón lo único que salva...
He conocido ambición sin lucidez en formas muy diversas.
Estoy cansada.
Idos tranquilo, mi señor. Idos, no temáis, idos, idos.
Lo de siempre pasó.
Mi jardín en miniatura volverá a gemir.
Escribiré y no moriré.
Una flor color sangre escribiré,
de éste, en mi alma impreso jeroglífico.
 
Más que silencio,
vacío virtual,
acústica
discontinuidad.
¿Cómo será una vez más la travesía por el vacío?
¿Qué es componer?
Componer es asociar con potencia cuando
intuyes verdes reflejos de lo sólido,
violetas las sombras...
¡Ay, en mi rostro habrás de ver por dónde he pasado!
 
on em du
cor meu
el vent,
avall,
ciutat enllà.
 
No soy mujer alguna sino paradójica marioneta de...
sin ir más lejos, KLEIST. Grávida, por defecto:
No puedo aparentar, simular, mentir, fingir, hacer falsos
movimientos, porque me habita y conmueve un gran espíritu
ausente del centro de gravedad de mi muy malhadado cuerpo.
Me lleva en vilo una mayúscula fuerza, mucho,
mucho mayor que la que grávida y adversa me ata al suelo.
 
Cuando el conocimiento atraviesa el infinito, suya,
virgen e ignota vuelve a ser la gracia
por conciencia y reflexión anulada.
 
Y después aún, vengo a morir fuera del cuerpo consciente,
como si fuese un sueño.
Canción de fuego y ceniza.
 
LOVECRY -
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Michelangelo Antonioni, IN MEMORIAM.
 
Ha pasado un ángel. De tan bella manera
el castellano designa la rarefacción
- silencio -.
Este poema para ti, ángel de la guarda.
Me lees, me escuchas, me ves.
 
 
 
 
 
I
 
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
Bellísima persona, a mi casa traes el Eclesiastés,
como para que Anita tome conciencia,
envuelta en anillos de suficiencia libresca,
mudos raudales de tristeza,
de su miseria quijotesca - sonrisa pagada, no. Calor prestado, menos aún.-.
Por siempre más el texto sagrado ausente,
toda escritura no es sino chapuza
- ora pro nobis -.
 
Y dime... ¿también consta en la Bíblia
que la apariencia es esa breve aparición sorda,
que obviamos el telón...?
 
 
Si por ti no fuera,
por tu forma de apresurarte despacio,
tu aire de bendición y purificación
- Haz de tu casa mi posada -
por esa desmesura tuya -tan americana, por cierto-
de en tótem erigir la audacia:
Cristo, prototipo de todo.
Si por ti no fuera,
la antagonía me hubiese anegado:
La sima es lo que ves cuando la cima alcanzas.
También yo tengo mil años.
De antagonía me hubiese anegado
en ésta, mi locuaz agonía.
 
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma.
La vida es ilusoria.
La vida es un partido de tenis donde sin pelota jugamos.
 
Llegas a mi casa con profundo sentido piadoso,
reflejo sonoro de aquél al principio
en el cuadro percibido...
Pero, tu enorme plasticidad simpática,
¿no se deja ... fácilmente, demasiado fácilmente conducir?
¡Si supiera usted cómo me bendicen!
Como cromosomas se agrupan las palabras...
Se hicieron las tinieblas y los enemigos se mataron unos a otros -¡milagro!-.
La tela se teje como un todo.
Sabes que no puedo saltarme tu paso a nivel...
El sol invictus
y Cristo:
Mi ojo no ceja.
 
 
 
 
II
 
Contigo, bellísima persona, discúlpame,
llega también cierto pícaro charlatán...
A paso vacilante viene desde un tenebroso país,
maldito insecto zumbón,
la guadaña del tiempo esgrime,
le basta sopa con arsénico.
Estricto trasunto de vida infernal...
¡Qué le corten la cabeza!
¡Qué las bestias aniden en su tumba entreabierta!
 
Me temo que yo sólo puedo albergar ideas de cristal.
Ninguna de arcilla humana.
No estoy hecha para la vida, no,
sino para soñar sonámbula.
 
Siento Il filo pericoloso delle cose...
porque para mí, ya sabes,
discernir en bidimensional fotograma,
la acción tridimensional,
es mayúscula exquisitez.
Y te veo hipócrita, bellísima persona.
Veo hipócrita ese dulce mirar tuyo de culebra murciélago contrariado.
Tu pisada, rebelde fuerza al linaje ortodoxo de la diosa del sol.
No, no me cuentes nada de quien se ha ido a vivir en el centro mismo del odio.
Las personas enfatizamos de manera singularmente arbitraria.
Por naturaleza somos hipócritas.
¿Cómo reemplazar la defectuosa EXCELENCIA de la vida
hasta alcanzar la rígida QUIETUD de una máscara mortuoria...?
Trecho pletórico de dichos corremos...
( CONCOURS HIPPIQUE: Viajeros que intentáis
esquivar la monotonía climática,
vuestras torvas, monótonas costumbres,
vuestro vacío nada húmedo,
jamás os traerán lluvia.)
Tu sensualidad fría y calculadora, bellísima persona,
ese tono venenoso verde lagarto
para el teléfono móvil...
... el lugar de los espíritus famélicos.
 
La inconsciencia es pura mafia
por áspero gritos de gaviota puntuada.
 
Te veo hipócrita...
Me sé hipócrita pluscuamperfecta.
Tantos desórdenes y dolores míos,
esta disociación de una mano derecha melódica,
y una mano izquierda armónica...
como una naturaleza muerta, no sueno.
Tomo este pozo en llamas por doméstico paraíso.
Por fortuna, tengo un cuello que reclama un escogido martirio.
Ergo, masaje al canto.
Vístase. Que la bendigan.
Abríguese. Idilio.
Un instante de recogimiento y
doyme a la electrónica fuga tras una carta...
¿No le apetecería, guerrera, ser reposo tierno de ese guerrero...?
No me preguntes nada de nada,
podría contarte la verdad.
 
Si a la vez que a mí viene una bellísima persona,
viene un execrable charlatán,
yo soy el Espíritu Santo,
mi ira imponente como el mar.
INFIERO:
El más bello ser no existe.
Y a continuación:
Todo lo sensible no es más que símbolo del tragicómico lamento.
POR TANTO:
Lo real no es sino la neurológica verdad.
Es tan misteriosa la apariencia,
que el paño donde impresas están las heridas del martirio,
como telón teatral funciona,
trampatojo juego o engañifa,
cuadro dentro del cuadro,
superponiendo faz doliente,
la enigmática representación actual:
He aquí mi galimatías polisémico.
 
 
 
 
III
 
Fuese tan bellísima persona.
Llevóse música y charlatán a más cálida parte
-L'uccello nella gabbia canta
ma no per piacere ma di rabbia-.
Impaciente espera bajo las nubes que la página
velan,
... pasen,
dejen emerger el blanco del papel.
 
Imaginando el tiempo siempre linealmente, Europa se ha agotado.
Addio, signora!
Una pilota ritorna.
Crónica de un amor que nunca existió.
Toda la vida para aprender :
A este lado del espejo sólo quepo yo.
Cesó el bien interpretar el mimus vitae.
Pasó el vecino travestido como santo del retablo...
... ya no hay que poner un nimbo de santidad al personaje ése.
¡Buf!
La pregunta de preguntas que de contenido vacía
cualquier pregunta, ¿cuál es?
Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma,
así el Eclesiastés.
No habrá otra loca tan gentil.
¿Para qué querrá ser parte de un mundo que no existe?
Mujer es el más sutil tamiz de realidad.
Cierrro los ojos y comprendo:
No poseo sino la abundancia.
 
¡Ah, qué difícil se me hace articular palabra los días memorables!
 
¿Son libres las aves de las cadenas del cielo?
 
Nada de modulaciones métricas,
transiciones de registro, estrofas armónicas...
Respira.
La fuerza inmóvil ya es pasión.
Las notas blancas escasean.
Lloriqueantes aparecen
tras el galopante bajo obstinado de un tambor militar.
 
Cesó el bien interpretar el mimus vitae.
Pasó el vecino travestido como santo del retablo...
... deja de poner un nimbo de santidad al personaje ése.
 
La pregunta de preguntas que de contenido vacía
cualquier pregunta, ¿cuál es?
Gorgeos en basso falsetto.
Arácnida ligereza...
Cae el ultimísimo telón,
es decir, paisaje sin sentido profundo;
pero, ¿por cuánto tiempo?
Máscara y telón, Muerte,
¿me los prestas a la par?
La naturaleza rejuvenécese sin cesar gracias a nuestra ruina.
 
Libélula azul.
Momentos prismáticos del color.
Sellado todo con la pasión de un alma hermética -
 
El enigma de estar patéticamente vivos,
sólo Tú, Madre Muerte, lo despejas.
 
Ha llegado el día en el que la vida es una suave rapsodia.
Il mio miglior plectro.
Jardínes imaginarios con sapos de verdad
-Se cerca, se dice:
L'amigo mio dov'è?
L'amico infelice rispondi:
Morí-.
 
La más aguda tesitura de esta la liturgia.
La imagen que en mí el charco despierta:
1) No estamos integrados en el espacio sino tiritando.
2) Luz divide en claroscuros nuestros rostros, como en la pintura.
3) El interior es lo único abierto. Fin de partida.
 
Todo es malcasamiento.
Pero, ¿por qué no contar cómo ocurrió?
En staccato resuelve la cámara tu frenética danza.
Bollirá el món com la cassola en forn...
 
Quizás sea mío aún el don de desaparecer
ante tus ojos asombrados.
Quizás aún sea mía la riqueza de riquezas.
Si así fuera,
para mí quiero, absolutamente quiero,
los secretos entre naturaleza e imaginación.
 
Mi día no tiene noche.
Mi noche no tiene día.
 
Mi escritura tensa y ríspida,
afilada y pendenciera.
 
Sólo música y poesía viven
el instante simplemente
repitiendo:
Retomando,
retomando,
retomando...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Lluís Martínez Martínez,
por ser vos quien sois,
bondad infinita...
(La envidia murmuradora,
gustosa de mal y repugnante,
acompañará siempre a los hombres miserables.
- Hesíodo.)
 
 
 
 
 
I
 
Ebria de azul,
-why am I so black and so blue? (...)
Nevermind.
Never, never
mind -
Retraerse, sí, de todo quedamente...
Innoble servidumbre de amar cuerpos humanos,
basada en muy ilusas percepciones matéricas...
¿Pero y si una recuerda hombres, en abundancia,
como mala
hierba...?
Esta sombra mía color de la pez: Viscosidad de la materia .
Soy quien en cada esquina ve la muerte.
Sin pausa me interrogo:
¿Adónde, sombra, el paraíso, tú que has estado?
Mi mirada escrutadora que en dos la corta la luna,
fue injustamente castigada .
¡Demasiada sombra tengo yo en los ojos
para verter indulgencia alguna
en océanos de agua hirviendo!
 
¿No habrá denso amor que nos redima?
He amado demasiado, me he convertido en el azul del zócalo.
¿Puede así llegar a los escalones de mármol el oleaje del mar?
 
CARMEN:
Eres víctima del más terrible olvido:
Aquél que ciega sin apagar deseo.
Deliras hacia adelante;
deliras hacia atrás;
en cualquier dirección deliras,
porque reinas sobre el falso tablero de ajedrez.
 
ANNA:
¡Si supieras cuánto frío tengo,
y cómo es de inconsolable el frío!
Figuras de pusilánimes filisteos giran en torbellino
hacia el exterior bajo esta horripilante luz clínica.
Los mejores estáis sin convicción;
los peores, en la plenitud de sus vehementes facultades.
¡Habéis institucionalizado incluso el espíritu de luto!
El mundo está ordenado en los relojes,
y sólo en los relojes...
Víctimas apasionadas de vuestras dogmáticas ocurrencias,
¡estáis todos como deletreando!
 
Acaso porque soy habitante del dolor,
mis ojos se retiran cuando alguien llega,
vez tras vez viene a mí en el hipnótico zoo
el hinchado títere de escena,
notorio por sus múltiples jactancias.
- Nevermind.
Never, never
mind -
La realidad es simple como un espejo,
un lado iluminado y pleno;
el otro, oscuro, vacío.
No, no habito el infinito.
Y aunque con gusto tenga un pie ahí,
con más gusto cogeré la / mi tumba.
 
Aquella alegría pánica ...
Amar como una niña, volcando el corazón:
Mi gozo en un pozo...
 
 
 
 
II
 
ANNA:
No existe fuera del campo donde refugiarse en esta maldita película.
Fui dama de seda,
antes de que me absorbiera la negra tela.
Tengo sed de murmullos, Carmen.
No lloro, no.
Nadie quiere mis lágrimas.
Sé que socialmente decente es abstenerse de patetismos,
pero... dime, ¿me da tiempo de indignarme?
 
CARMEN:
No seas tan esdrújula, mujer...
una lujosa personalidad y tan encendida...
Non è cosa seria!
Così è se così vi pare...
Cierta satisfacción linfática,
tu inteligencia, ironía sin tamizar,
tañe tan díscola cuerda.
 
ANNA:
Tan obsesiva y estilizante mi esperanza
como ese incurable optimismo tuyo de los vencidos...
No, no soy una autómata sonámbula.
Tengo necesidad imperiosa de respirar libre.
Más que marionetas, somos soldaditos de plomo.
La ardiente parrilla del urbanizado desorden es broma
de muy mal gusto.
¿Dónde, dónde, ha ido a parar la risa que me hace libre?
Como un muro que se desmorona,
así yo subida en años y coturnos.
El tono lo hace todo... pero, ¿qué es eso?
¡Ay!, ¿qué es eso que en todo falta?
Esa ola de nada...
¡Falla sísmica!
¡El paisaje, está a punto de perderse el paisaje!
Síncopa...
... rítmica,
allí donde la evidencia esté aún por hacer.
 
CARMEN:
Bueno, Anna, sólo tienes que dar carta a tu luto.
El paso armónico, creativo, de la muy lacerante soledad.
La carne, si humana, te asfixia.
Sé, pues, hambrienta orquesta de concierto.
Sabes que al ritmo de los públicos vicios
sólo puede oponerse una olímpica voluntad.
Has conseguido hacer de tus achaques, música.
¿Qué más da lo que piensen de ti
si el tuyo es ya un goce radicalmente espiritual, anacorético, no fabril...?
Las sombras, las llamas, los gritos...
... SILENCIO.
Recuerda: Máscara es civismo.
¿Acepta tu perifrástica memoria sanguínes transfusiones?
Mi presencia, mi ausencia es testimonio de que en tu infancia hubo
pasión
sin vanidad.
Aquel olvido fraterno,
aquella exclusividad y abnegación
que sólo los niños son capaces de trocar.
Aquella inaudita ternura...
... es la platónica ignorancia que funda
el fondo de sabiduría prenatal.
Así que vuelve tranquila a tu púlpito en la vía láctea.
Cuenta las estrellas de los navegantes.
 
 
 
 
III
 
Esta vigorosa cosa desvaída, silencio
a cada cosa da
sombra.
Cuerpo presente, cuerpo
pesante de la incomunicación.
Antes del "ávido amor mortal":
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte (...)
Por encima de toda soledad,
flota la luna...
Y el movimiento, desde Platón
nadie ignora, es amor.
Con ojos mundanos miramos el mundo,
pues mundo nuestra mirada sostiene.
Exterior: Espectáculo extemporáneo. Vacío, por tanto.
Cuando se viaja, hacia adentro se viaja siempre.
 
(...) La melancolía de tu mirada recuerda aquella alucinación
soñadora de las vírgenes de Botticelli (...)
 
La mémoire est-elle soluble dans l'eau?
Silencio, ventana de par en par
abierta
infinito -
Quiero que la carnosidad del paisaje inunde
mi silencio.
 
Intervalo de cuarta aumentada,
nota modulada de la tonalidad dominante.
O sea, Dios es y no es (...)
¿Y si Beethoven no fuese la ilusión subjetiva
porque es la objetiva...?
Es un sonar que ya es un decir.
Es el sonido que nos vuelve cuerdos, mundo cruel...
Altisonante, gravisonante Beethoven.
Dialécticamente, marcial, genial poseso
tras amoroso ruego, arrullo, beso.
Beethoven nunca se desmelena para deplorar a Beethoven...
Promete disolver el límite entre vida y paisaje,
pero el silencio, tiempo en barbecho, tierra sin labrar,
exclusivo lujo de las ruinas...
Ternura extrema de la flor.
 
Rápido, el instrumento, revolución de palacio.
Siempre que veo un vacío,
se me acelera el pulso.
Silenciosa mancha de aceite.
Ilusión subjetiva, mi libertad...
... NEVER EXPLAIN. NEVER COMPLAIN.
Todo ES
si callas.
Terciopelo irresistible, mudo.
Ése es mi demonio.
 
Si la fotografía revela el estigma de una disolución,
fueron la pintura, las piedras miliares de la poesía,
quienes detuvieron la hemorragia.
 
Vosotros y vuestra indolente impotencia:
Exprimiré vuestros ojos a cualquier precio,
con tal de oír la furtiva vibración de la materia.
 
La viscosidad de la materia,
sus lujosos decorados como de tapiz persa,
su vibración, sin embargo, que sólo el pintor capta.
Pintar para descondicionarse, como el anónimo
pincel del calígrafo chino.
 
Envejezco, me aferro al amour avat la lettre,
aunque no sea sino clavo
ardiendo.
Veo claro: Antojadizo, gratuito, despótico es Satán.
¡No existe, no existe!
Los escalofríos recorren mi cuerpo
como verdes lagartijas, pienso,
pues soy hiératica estatua.
La frase preferida de Satán: Mi alma desea tu cuerpo.
¡No existe, no existe!
Seductor civium,
impostor populi,
stuprator feminarum,
corruptor iuventus...
- Nevermind.
Never, never
mind -
 
Leyes contra lo suntuario impusieron góndolas negras,
música de vaivenes y botones.
Pero tú me amas:
Haces gravitar sobre mí la imperceptible
presencia de tu nada -otoñal, conciencia exaltada...-.
Hay muertos, los cuento, a tantos amé.
Crear: Sentir en el silencio de la mente
un objeto volador no identificado.
 
Máscara cómica veneciana. Nariz -
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Carmen Real Arribas
- más que real,
magnánima y verídica.
(Sólo las virtudes que se derrochan ganan el sol.
W.B. Yeats.)
 
 
 
 
I
 
Y dijo Madre Muerte: Acompañadme, acompañadme todos los que me amáis...
Y el Fidalgo Extra respondió: Tú, Muerte, soberana negligente,
dama de los ojos deshabitados,
Tú y tu eterna canción:
Ni sabe ni contesta.
 
ELLA:
Soy la gran dama, prefiero que me adivinen
a que se me describa.
 
ÉL:
Alguna carta hay que jugar...
 
ELLA:
¡Cartas... ay! Sólo tengo una: LOVE IS THE ONLY DRUG.
 
ÉL:
Muy bien hemos comido, Madre Muerte...
Los placeres son el sueño eterno de moverse
sobre arenas movedizas...
No cesar nunca de moverse.
 
ELLA:
¡Placer, placer... olvido, anestesia soberana!
 
ÉL:
¡Oh, sí, olvido...!
Una anestésica devoción tan mayoritaria y extendida como Internet...
 
ELLA:
Tumultuoso canto...
Resuena mi pasado con la inquietante profundidad de las caracolas marinas...
 
ÉL:
Vengo de un prolongado sueño de hierro, pez en el agua soy.
Como piedra enmudezco.
 
ELLA:
En el abrazo de todo lo que amo,
mis sombras caen en el extremo opuesto del mantel.
Los muertos atraviesan los espejos de mi trémulo cuerpo.
 
ÉL:
La afrenta de las cosas contrahechas es tan atroz...
... imposible decirlas.
 
ELLA:
Los muertos atraviesan los espejos de mi trémulo cuerpo...
Color oceáno de sus ojos...
-Stay, stay and speak!
 
Él:
Me he despertado en unas viejas ruinas por las que aúlla el viento...
 
ELLA:
Ni vosotros ni yo.
Los muertos atraviesan los espejos de mi trémulo cuerpo.
Incesante guerra civil.
 
Él (aparte):
¡Señor, Señor, lo que sea con tal de huir de ésta, mi tribu desecante!
 
 
( Trémula es también mi espera, como trémulo tu cuerpo todo, madre.
Linsonjera crueldad la vida:
Tras el amor, tras la juventud, me perdí en la guerra...
Me ha aburrido siempre el alboroto;
he desconectado del mundo de los vivos para sentir la nada...
 
Fiesta de Epifanía... o El silencio de los corderos.
Sí, fama es aquella ceremonia infame...
Ignorancia supina y, no obstante,
arrogancia extrema a parabólica velocidad;
es decir, quien no corre, vuela.
 
Es largo el camino, muy silencioso el misterio.
Es el silencio un espacio-gozne;
silencio hay a ambos lados del espejo .
El silencio nos permite ver las cosas de lejos o de cerca,
como máquina de fotografiar que enfocase manualmente.
La tragicómica realidad, la muy fotogénica realidad.
El vacío, no.
Como no es fotogénica la imaginación pura.
La soledad ondulando despacio mientras despierta sueñas y miras el agua.
Aquello que los espejos de mí reflejan, ¿qué es?
 
No hago caso de farándula alguna, ésa es la verdad.
Algunas cosas equiparan el alma a piedra muda...
La convicción de que fuera de la vida mental y vigorosa
no hay sino repetición y necedad.
A lo sumo, comicidad y afecto.
En silencio no se miente porque no se escucha.
Voz analógica: Callando fingimos sin mentir hablar.
 
Gran misterio: ¿Cómo se vincularon palabra y tono? )
 
 
 
 
II
 
Reír cuando la vida es pura farra,
eso dijo la Actriz Secundaria, zampándose un bombón.
¿Quién ha puesto música en mi cara?,
de espíritu amable, el Fidalgo Extra replicó.
 
ELLA:
Si hago como que me da lo mismo,
una cuerda suena en mí.
 
ÉL:
El vértigo no se puede fingir,
ir contra todo el mundo y contra nadie.
 
ELLA:
No hay que ser fiel a los espejos diurnos del ayer.
Benigna fidelidad.
 
ÉL:
Aunque parezca un adorno, la música es siempre pura supervivencia.
 
ELLA:
Sí, yo detesto los intervalos particularmente disonantes.
Tutto fa brodo!
 
ÉL:
¿Pretendes utilizar los intervalos vacíos como una suerte de alfabeto?
 
ELLA:
¡Terrible papel me asigna usted!
Soy mujer primaveral...
Hay que matizar tanto la atmósfera como los colores...
Desterrar vejez y penas...
Porque los niños ignoran lo ocurrido,
y toda palabra es un verdadero bien...
 
ÉL:
Placer y amor a crear...
 
ELLA:
Lo mórbido y lo sensual, impensables
uno sin otro...
 
ÉL:
Un vívido instante en el paraíso,
jamás se paga caro con la muerte.
 
ELLA:
¡Júralo!
 
ÉL:
Jurar es pecado. Miro el gato y digo:
Daré a esta bestia mi paz,
y por paz no cazaré hoy más.
 
ELLA:
¿Paz? Los inexplicables accidentes que me han hecho...
¿Soy acaso yo quien se nutre de un cuento inhumano...?
¡Salvaje y opulenta, Tú, Madre Muerte...!
Todos estamos en un baile de máscaras
y mientras dure este carnaval,
respetaremos la mentira.
 
ÉL:
Montes africanos de la luna...
 
ELLA:
Soy bípeda, creo en lo que leo.
 
ÉL:
¿Plumas?
Las cosas bonitas agrandan las almas fantasiosas.
¡Oh, sí, plumas, plumas, plumas!
 
ELLA:
(Mira la Fidalga Principal,
cómo callando mata...
El cielo cría diablos para el vicio...
¡Harto lo he dicho!
Extraños los seres esquivos, misteriosos...
¿Amigos o enemigos...?
Precisamente hoy que le hemos regalado
una pistolita de plástico...)
 
ÉL:
¿Histerica passio de su propio vacío?
 
 
(El calor humano es como una maldición:
Te abrasa, te congela, te vacía...
¡Una pistolita de juguete!
¿Qué habrán querido decirme?
¿Qué significan todas tan quejumbrosas melodías?
Cuanto más escaso el amor de los hombres,
más ligera su ira...
Su intención va a la deriva -
 
No, no quiero ansiar vehemente la verdad.
-It always lies bellow!
No, no la azuzo ya con ópticos cristales.
Sólo el arte es un bien cierto.
Canto -
 
 
 
 
III
 
Grito de guerra...
ahogado -
Conmigo ya no la podéis liar...
Pensamientos muy fecundos me han helado hasta los huesos.
Rechazo el papel que representar me toca
en esta comedia insulsa.
Es terrible la belleza.
Más terrible aún envejecer con hielo en la sangre.
¡Qué sobreactuación en la juventud tan sólo para ocultar
el vacío que recíproco espejeaba!
¡Qué horror vacui!
Fue entonces cuando se vino abajo mi belleza
consternada por tu imponente falta de ética -lírica.
Tiempo ha que no la tenso como un arco...
¿Existía entonces otra Troya que incendiar...?
Más allá de vuestra siniestra línea de sombra,
de vuestra biopolítica frontera ...
 
Ardo, lo sé, en llamaradas de una lengua injuriosa.
Pero si callas, te adopta el silencio.
Aventurera hija pródiga, callada cuerda floja.
 
Ha desaparecido toda conversación cordial, sencilla,
prosigue la vociferación sobre el dinero.
Sabemos que es dinero la íntima cuestión
porque dinero es la cuestión tabú.
El vacío está acuñado en cada moneda:
Sistemática forma de poder.
 
Soy cabeza borradora,
mucho, mucho dolor y expulsar consigo
personas sospechosas de ser sólo sopa
boba para mi muy famélico corazón...
Recuerdo el cálido amigo que sabiendo desvanecida
la buena conversación, habla en retazos:
Nuestras almas vacían juntas su soledad.
 
El tiempo perdido confuso quedó en la superficie del cuadro.
Función rítmica del pensamiento, o sea,
el tiempo es mío.
La heroica manera de sostener lo humano,
eso es lo que busco,
lo que el poeta busca.
Los ultrasonidos que en silencio tu ausencia ocasiona.
¿Ratio interválica?
-la escala musical se reproduce a sí misma en cada escala,
semejanza que no es identidad-.
¿Puede tener precio un habla escrita,
pensamientos de águila,
alas que alas evocan,
y el encanto de lo excelso a lo excelso entretejido...?
Pues, sí, lo tiene, sí. O por lo menos,
se paga y se paga
con una cabeza pronta a la cólera,
con cóleras insomnes.
Noche tras noche calcular
cómo laten los corazones de mis pueblos.
 
Deplorable y fascinante,
santa y maldita,
augusta y abyecta,
así soy yo.
¿Adónde iba yendo a ninguna parte...?
El ir hacia ti es siempre esperar.
La naturaleza, bella porque inventada...
Sólo la imaginación reina en el prado de margaritas
-¡lo vi, lo vi!¿Cuándo? Lo sigo viendo...
¡Ah, quién pudiera creer en la teurgia de la pobreza y la tierra,
en la selva pánica, en el anima mundi!
Por tu ausencia, la luz cela.
Así vienen las tinieblas,
y el poder de las tinieblas.
 
Elevo los ojos a lo alto,
comunícome intensa con Satán.
El país foráneo, suculento e inquietante,
no es sino el propio temperamento,
y acaso el carácter nos destemple, nos destierre... amor, amor,
¡Horror sagrado!
Al este del Edén, vez tras vez, me encontraréis
en mística desesperación perdida,
pasada, muy pasada yo de rosca...
-¡Bailad, bailad, malditos!-
¡Basta...! O Dios o el diablo está en el detalle.
Pensamientos en fila india.
Den un paso adelante, por favor, emblemas dignos de adversidad.
 
Hagamos, al modo occidental, una FIGURA VOTIVA:
Mi poema se dirige siempre al desconocido
dios que ayuda.
Más bien semeja a una pintura que transmite gran
sensación teatral predispuesta;
de ahí las alas de quitaipón, el ángel,
el acabado mate, el toque final.
 
Un barniz de sombra muy claro
barnizar los ojos solamente.
Es seguro para esto el barniz de clara de güevo,
dado dos veces,
porque, como todo lo restante está mate,
parecen vivas figuras,
luce lo cristalino dellos.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jean Baudrillard, in memoriam.
 
 
 
I
 
¡Deja ya de arrobarte!, gritó en su último cable la Estrella polar.
Y, muy gélido debió ser su turbio propósito, porque, ciertamente, me congeló.
¡Qué envidia más cochina!, pensó esta
totémica leona del silencio.
 
El suelo es, será ya por siempre baldío...
Vez tras vez, los amigos, puro espejismo.
 
Levitemos -
Sábelo bien:
Levitar está al alcance de cualquiera...
Paralítico-líquida porque estrellada, dolly:
¿Cómo buscas tú pendencia... aun conmigo...?
 
La felicidad con vosotros no fue felicidad...
alegrones que me amargaron -exciting parfumes for men.
¿Tampoco vais a absteneros vosotros del ruido ensodecedor?
He conocido a los demonios, a los vasallos del odio delirante...
a seres capaces de derramar de sangre,
la más perfecta de las mezclas mortales -doctrina cosmo-pitagórica...
He conocido a seres idóneos para arrancar y devorar
los miembros espléndidos de un cuerpo...
A seres ávidos de perjurio, y en suma,
a seres aptos para comportarse de manera verdaderamente criminal
-tradición de las divinidades homéricas y hesiódicas...
Así pues, cada cual a su burbuja; a enemigo que huye, bandeja de plata, etc.
Sabe Dios cómo evité contarte la mayor truculencia:
Tu ex-amiga yació ensangrentada, asesinada en un diván.
En ésta, mi enésima vida, he entendido que es lo mismo ser elegida o despreciada:
Nuestro designio es la sangre.
 
Escribo con velas en los ojos.
¿Y si descubriese el vacío en el concéntrico corazón de la muy rústica reina del motor...?
La vía contemplativa es despiadada maldición:
Te priva de habla.
El silencio es mi última patria
- un sendero libre de polvo...
 
 
 
 
II
 
¡Ay, cómo no va a dolerme el corazón!
Pero muchos, muchos días han pasado.
Yo soy tierra que emigra,
exploradora de islas hundidas,
soy memoria de la lava.
¿Qué ocurre si consagras tu vida a la espera?
¿Soy acaso un espectro que no duerme?
¿Quién es esta sombra que finge escribir?
Maraña nueva de gritos antiguos...
Callaos, por favor, callaos...
-la mia sete no si spegne mai!
 
¿Qué pena vale la pena?
¿Hundí mi savia en el azul?
¿Tuve tiempo?
¿Tuve bastante tiempo?
Memoria, dije, de grato recuerdo...
Sombra aérea.
¿Y si fuese ya mi infortunio una muy labrada fortuna?
El viento es lo único que vuelve.
El viento y los ríos, como lágrimas de otros ríos.
Cálidos lagos conceptuales, cubiertos por nubes bajas...
Conseguir esquivar el tiempo...
Toda una vida para lograr una perogrullada tal que el mismo poema logra.
 
 
 
 
III
 
El poema es mi rostro real, el rostro de la ira.
Cuando fundamento a la pura quimera hallas,
vacío e hilo soñado enlazas.
Aunque intuitivamente, construyo
MORE GEOMETRICO, como construyen las abejas su panal de miel.
El proceso deviene sentencia...
Y sí, es posible que mi historia se haya convertido en máscara y disfraz:
Nadie marca el territorio aquímelasdentodas.
Nadie.
Es rastro el camino.
Y el amor... el amor rejuvenécese olvidando.
Vuelve singularmente desolado.
Amabilidad más que amor.
Es difícil prever cómo se orquesta...
Los hipocondríacos nunca morís, os lo imagináis, bruja antidisturbios.
Bruja, del montón bruja.
 
¡Qué staccato!
 
Tu pleno perfil pétreo.
Dime luna, luna, verdadera luna mía, ¿jamás confesarás
cómo hay que hacer para mineralmente
callarse?
 
 
 
 
IV
 
Miseria realista de este caduco mundo:
No hay verdades sino amores silenciosos.
Quise en tus ojos dolor beber.
El frío sentir de no poder sentir
en muda escritura transponer....
Recobrar la misteriosa juventud mía
cuando bastaba lo que el ojo contempla... eso quise.
No sabía que toda la vida no sería mas que el propio llanto...
... dispersándose.
Cuanto más imponente el deseo, más nefasto el cable.
Incontestable ya. Gran, grandísimo socavón.
Dueña de la inmovilidad universal,
e incomprensiblemente, estratega sideral,
confieso: Mi afecto derrotaste...
muy cansada esa folie à trois.
 
Vuestra imagen de pareja patituerta...
¡Mítica mujer que eliges y actúas,
sujeto sujeta a la clase de amor...
que tus adictos precisan ... -saludos a tan cordiales secuaces!- .
Aquel cuerpo esbelto que celosa celabas,
fresco como una ola,
he aquí que se muestra paralizado y gordo, cebado,
con abotargada cara, lela.
Por toda tu prole escoltada,
emperifollada...
-apenas puedo mirarte.
Dime: ¿Reconocerte... cómo...

... lúcida?

 
(...) En definitiva, marido mío muy querido,
al cabo de un rato, sois como gato. (...)
 
Así como la cristalina decepción todo iluso cristal empaña,
admito: El pulso tenéis amante.
Hubo Once Upon A Time...
Pero yo me siento cuerpo humillado...
harapo cosido al mundo.
No puedo dormir a causa del temblor permanente del silencio.
De mi retumbante paz.
Vacía está la patria donde el egoísmo no cuenta.
Y con harta frecuencia pienso:
Antes... antes era demasiado dulce el aire.
O quizá: Miseria y complacencia son hermanas bien avenidas.
 
Me alimento de infusiones amarillas;
de campanas que tañen a la muerte.
Porque tú, hija y madre de la noche,
mentiste.
Sí, paralitico-líquida porque estrellada, dolly
cantabas:
O Love Me Tender, The World Is Mine.
 
Cual obsceno fetiche exhibías etílica la cualidad del sol.
 
Gente vana, resuelve mi dolor,
ya no soy ojal del botón encanto...
Muerte, fiel compañera,
nunca ceses de advertirme:
Ándate con cuidado entre la dulzura de las cosas...
 
 
 
 
V
 
No, no hay encuentros, tan sólo dulzura en la lengua.
Azul y negro el cielo.
Donde hay discordia, hay armonía.
La alegría es tristeza... bouleversée.
El cuadro perfecto no permite
contemplación: Más que impresión, pasión
- diabólica burla a los magnéticos campos de la casualidad-.
Mi prosperidad no es prosperidad sino señuelo de pluma,
tesoro de alquimia.
No sé si a vuestra merced gracias o por tu culpa,
paralítico-líquida porque estrellada, dolly,
de nuevo es mi alma feroz y suntuosa.
Premiemos con largueza tan pírrica victoria...
 
Oscurézcanse mis vacíos, infames agujeros
que la espesa capa de vegetación ignora.
La pintura estalla en ciega potencia oscura.
-Amor, Amor cualquier demonio menos tú...
(El malestar que causó ser tan sólo ser que la muy podrida materia renueva.)
Geometría engulle la pasión,
¡modelo ahogado por la nueva realidad!
Ven desamor, ven ahora mismo... ¡Qué bien, tú estuviste siempre ahí!
Despierta en mí esta tristeza de hilo,
hilo de eternamente hilar fino,
hilo de trenzar vacíos -
 
La leyenda del desamor ENAJENA.
En silencio acuerda con la infatigable voz baja,
sentido común.
Flor de sombra, poema, flor de vacío.
 
Sí, alguna vez fui perfume que con otro perfume se trenzó,
pero eso es ya recuerdo,
y recuerdo el perfume más intenso...
Ropas volanderas que petrificó el viento.
 
Vándalos voraces, soltadme.
No poseo para expresar vida sino muerte.
Beso sin beso.
Cuanto más te embarga la ausencia,
más vital tu agonía.
Os amo, cuando cabalgo
incondicionalmente os amo.
-Voi che sapete,
chè cosa é l'amore.
Io non so più cosa è.
Ah, amara rimembranza!
Il mio padre dov'è?
 
¿Quién inventó este abismo y hacia arriba lo lanzó?
(Siete fadas bajo esta negrura yacen... )
 
El silencio calma el hambre
alma simple que recuerdos alimentas.
 
 
 
 
VI
 
El viento de tus ojos -
Despierta lo soñé, porque no hay viento alguno, tan sólo agua.
¡Agua, agua, desesperante agua!
Tras Baudelaire voy haciendo yo la lista de canallas:
El amor de los cuerpos no es sino prostitución del paraíso
-outsider...
Elemental, sólo creamos los célibes.
Las máquinas toditas somos solteras.-.
¡Nunca ser estatua póstuma!
¡Ah, no, eso... nunca!
¿O quieres hacer tú la crónica, temperada morbidez...?
De aquí al fin de los tiempos, no quedará cabeza con títere.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Alfredo García Monclús, mi cibertorete.
(Hay que agenciarse una mirada que vea el mundo
por un igual, desde una cárcel o desde un palacio.
Y no desear ya nada más.
A. Schopenhauer)
 
 
 
 
 
I
 
La panorámica de la ciudad se ondula.
Ni en apariencia, ni en su ser más íntimo, es pacífica la ciudad.
 
He perdido la esperanza -
He perdido la esperanza de vencedora llegar a una isla desierta.
Blanca es mi bandera, verde mi territorio.
 
He perdido la mirada altanera que hace la guerra con los ojos;
no me acosa ya el filodiablo vulgar, híbrido de gánster común y peluquero de señoras bien locuaz.
 
He perdido la esperanza -
He perdido la esperanza de ser la estrella en saraos y festines.
He perdido la esperanza de soñolienta espiar desde una hamaca a una pandilla de niños al sol.
Me esfuerzo por dar a lo mórbido un acicalado sentido,
pues por siempre tendrá mi pelo enredos errantes.
 
Ciudad única, la única ciudad.
Ciudad cruel, ¿cómo reinventarte?
¿Qué voy a hacer jamás contigo si sólo espectros,
espectros, espectros reencuentro?
Hormiguero superlativo de zombis...
... tierra de hadas desierta.
Todo es fugitiva moda, nunca acaba el sufrimiento.
Conjuro la inválida gloria de ésta, mi hora positiva, con ristra ilusa de palabras.
La poesía apunta sólo a su artesana máscara:
Tiro a matar. Sólo quiero dar.
 
Espíritu del mar, no permitas que triste y lisiada me separe de ti.
 
Ciudad hiperreal, ¿ puedes ser la percusiva música que arrulle
tantos viajes astrales como requiere mi convalecencia en esta desquiciante
vida?
Y tú, enésimo jinete del falso apocalipsis
(mon semblable, mon frère!),
urge me
no more,
no more,
no more!
 
 
 
 
II
 
Dices la verdad, amor
mío, porque estás muerto,
Para siempre muerto.
Tu cadáver el vacío fertiliza.
Y es tu falta lo que asombra a la gente que la sombra ignora.
Dónde quiera que estés
-olvidado, ignorado-,
amor tirano, ten piedad,
ten piedad de mí.
Desespero de todo lo que espera.
Desespero del ansia del que espera.
Digo: PAZ. Y la paz se firma -paz de los fragmentos.
Estoy tan sedienta de silencio como una zona desértica, carente de recursos fluviales.
Delincuente necesidad de darlo todo y ya nunca vender nada.
 
Sin mí se desenvuelven los violentos remolinos de la vida
y marchan, marchan hacia un lejano destino.
 
Vacíos. Tan sólo vegetan los vacíos.
 
La situación es muy difícil de aclarar;
estoy como atrapada en ámbar.
Miseria, orgullo, vulnerabilidad... apatía soberana.
Antiguas guerras lívido conforman el paisaje después de la batalla.
Mas, soy pálpito... soy toda interiores.
De cristal el corazón tuve.
Nuevo cristal mi sangre debe contener.
Busco una grieta al sol.
Tímpanos y danzas.
Busco una acogedora grieta al sol,
herida o puerta que se abre...
Del sol naciente quiero todo el poder,
porque...
vivís... ¡corréis como aspirados por un siniestro túnel!
¡Tenéis tanta grasa en el alma!
Debo alzar mi más soberbia y humilde súplica,
éste, mi exorcismo a la claustrofobia.
Espero... por gentileza del aire, espero...
¡Dioses, silencio!
Silencio ígneo donde ocurre el pensamiento,
estado asambleario de mi territorio corporal.
Piel... ¡paquidérmica piel!
 
Deficiencia / Saciedad, filosóficamente
sentencia el gran Heráclito de Éfeso,
Por cierto, invicto, desde el s. V a. de C.
Cuerdas semejantes desentonan,
¿qué esperanza de armonía existe?
Sólo le opondré yo alfombras de oración yuxtapuestas...
 
 
 
 
III
 
Entre pantomima y silencio:
Los ancestros. Tesoro, tesoro absoluto.
 
Indecente belleza indecente de lo que nos ha sido sustraído.
Prehistoria crepuscular, muda, atemporal.
Silencio, tan sólo las palabras te enmudecen;
sólo los vestidos te desnudan.
El coro, vacante y supuesto, lleva el peso de la melodía.
¿Acaso los míos no son cuadros de pincel valiente
con desembarazada ejecución pintados...?
¡No arpegies más esa cuerda, hombre,
eso es el pasado!
No sono un giardino...
Morbidezza!
Vacíos. Tan sólo vegetan los vacíos.
Un mismo remolino de sueños el cuerpo engulle,
la vida del alma despliega,
MODUS COGITANDI modulando.
 
Cuando el sol entra en mi casa escribe una partitura de luz. Sí.
Un grito de alegría en el corazón, es decir, la aventura misma. Sí.
El vértigo, esa especie de lucidez formidable.
EXILIUM VITA. Sí.
¿Habré de negar si nado?
¿Habré de negar si vuelo?
 
Las nubes... ¡corren hacia mí!
Batalla colérica el cielo incuba.
¡Qué sublime andar en línea recta entre la luna y el sol!
Hasta lo más remoto del horizonte,
una región de valles, sembrada de bosques.
Dejar signos tantos que mar adentro incluso pájaros puedan seguir.
Así mi insular armonía hecha,
contrahecha de vacías armonías.
 
Escander rítmicamente. No cesar. No cesar.
Prometo hacer pintura con más luz y más materia. Sí.
Esquema compositivo: Las perfectas cajas prismáticas del Renacimiento. Sí.
Pintura atmosférica, también. Sí.
Toques húmedos del color,
pintura aplicada con deseo. Sí.
Y aun:
Todo viene del negro para penetrar en el blanco.
Donde hay libertad, ahí, ahí está mi patria.
Irrebatible tan sólo es la dialéctica del viento:
Barre los consejos que nadie me dio.
Durmamos aquí, niños, inútil ir más lejos.
 
Una especie de melopea que emplea voz
soprano en acordes apoyándose.
Antes borradura que inscripción.
Suave salmodia,
entretejidos jeroglíficos, unos en otros imbrincados.
 
No es sino tramoya, adorno... el paisaje.
Lo abierto no existe, de sobras lo sé.
Esto es un teatro: Llévanse
enrollado el panorama al menor atisbo de hastío real.
Las hojas tiernas verde filtran la luz porque
tierna y muy verde yo soy.
 
 
 
 
IV
 
¿Y si fuera yo animista tras mi filosófico verbo,
como un melancólico piel roja
huyendo de la condenada reserva india,
huyendo de las condenadas vías de extinción?
¡Deo volente, una semplice finta!
Las personas somos siempre disonantes,
jamás nos fundimos con el paisaje
-las reservas son la sinagoga misma de Satanás...
 
Reencontrar en la discontinuidad la silenciosa fuerza continuidad.
Siempre tras gafas oscuras, claro, mis ojos
aún son capaces de gritar
-las noches, ¿sabéis...?, no tienen ojos...-
No duerme la mente, tumbada despierta devora, devora, devora... -
Tras una ola de pena, otra de calma
susceptible de cualquier interpretación ingenua.
Nos han hecho daños de consideración pero somos aún capaces de maniobrar, señor.
Estilo como lingua franca -stilo modulandi.
 
Oscuro azul del océano...
¡Lluvia! ¡Lluvia! ¡Lluvia!
Soy ingrávida y armónica con el agua caída.
¡Ah, la música valiente de un tambor lejano!
Ahí donde mandan los tambores, no hay ley que valga.
¿Quién más -salvo las golondrinas construyendo su nido-
dureza crea con lo blando?
Infantiles garabatos en exenta rotación.
Aplastar un caparazón de caracol vuelve caníbal.
¿Seré yo tan impío sujeto...?
Plantas y animales,
pájaros, mariposas... serpientes, como joyas vivas.
Mares desaparecidos que perduran en mi memoria.
El vapor que cubre el delta de un río amazónico
y la llegada subrepticia de un buque fantasma a la puesta del sol.
Blanco color de la muerte.
Vía láctea apasionadamente melancólica.
Trópicos, junglas, marismas: Blanca oscuridad.
¿Hay zonas templadas en el Norte?
¿Quién recuerda la diferencia entre Polo Norte / Polo Magnético?
¿Cuándo empezó a aparecer el elemento marino en la atmósfera?
¿Cuándo el líquen?
 
Sobrefiguración del desarraigo,
eso es la patria silencio.
De voces rebosante como un bosque en primavera
-pequeñas almas florales...
 
A la muy azarosa merced de los espíritus nacientes vivo.
No tengo en el mundo otro refugio sino umbrales.
 
Archipiélago Blancas Invocaciones,
ora pro nobis.
Sagrada puerta de los abismos,
ora pro nobis.
 
De la armonía amo su sugestión pura.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Foto: Santi Sitjar
Contra Enrique Sánchez Hormigo.
Variada carta de ultratumba.
-¡Ah, amigos míos... No existen.
(Atribuido a Aristóteles por Diógenes Laercio.)
 
 
I
 
Il est minuit, mon vieux...
Mais non, ce n'est pas un sacrifice:
On ne meurt que deux fois!
 
(Si fuiste loca amazona -
Cruzaste mundo y banderas de un sólo trazo y por nada -
Envejeces,
mudas, viertes
tan vanos trastos de un matar zascandil,
aquella retórica mimosa de trucha azul...
en la nívea zona franca de un minué
rock.)
 
 
 
¿Has olvidado acaso que soy de aquéllas
a quienes sus buenas prendas enemistan?
La amargura que causó
el amigo que faltó...
Eso puede expresarlo la poesía.
Rítmicamente, el presente.
Armónicamente, el pasado, el contrapunto modal.
Amo el quehacer que el corazón ata y no agita.
 
La poesía, señor hidalgo.
 
Si quieres preguntar, pregunta cómo supe
Nunca te acompaña quien contigo va.
Te acompaña la cajita silente y bien temperada de cada obra de arte.
Pues arte no es sino afinación amorosa del vacío.
 
¿Cómo pintar la luna?
Escoge sobre la paleta la más oscura veladura,
cubre todo menos la luna y los puntos cercanos iluminados.
Cuando más al borde, más oscuros.
 
El ritmo, el mundo de las palabras,
su dudosa relación con los fenómenos.
Eso es lo que me cautiva y absorbe.
El acto de nombrar es lo que importa, no el impacto.
 
Como una niña, como una monja, soy zombi.
Nada me subyuga sino la experiencia -pertenecerse.
Que sea mi imaginación la de un ave migratoria
sobrevolando ignara el desangelado mar.
El lívido, desangelado, marmóreo mar del mal.
 
Témome, mucho me temo... vida tan sólo es
el no automático pesar de quienes matando mueren.
 
 
 
 
II
 
(CONTRASUJETO)
 
Tú no tienes ni juventud ni vejez.
sino como si fuese una siesta después de comer,
soñando con ambas cosas a la vez.
(Shakespeare, Medida por medida.)
 
 
 
(Luz dramática: ¡Os lo ruego, soltadme ese botón!)
 
¿Otra vez, La vida es para morirse...?
Pues prefiero no oír la banda sonora de Humanos Siniestros.
Muda es mía.
De nuevo contemplaré cómo vuelan en el cielo las cornejas por encima de mí.
De nuevo buscaré el escalofrío aquel que reúne a los proscritos.
Pues, créeme, nadie que haya hecho un buen papel,
se dará la vuelta y lo odiará.
 
Solitario de plumas varias... el quejumbroso dardo de tu mirada, ¡ay!
Aquella postura tuya serpentina, máxima demostración de pericia artística...
 
¡Me desentonas!
 
Prueba de que aún soy lo que ser suelo.
¿Y qué suelo ser? Transformer, travesti.
De mujer a hombre, y de hombre, a milhombres.
Pero tantas vueltas y revueltas, nunca invierten mi silencio:
Busco paz, rechazo afanes, desahogo sinsabores.
¡Ve, bribón, ve por tu vía,
que la tuya es fe mentida!
Concédeme tan sólo esta cortesía:
Vete para no volver.
Porque, sí, sí, sí, yo fui loca amazona -
Cruzé mundo y banderas de un solo trazo y por nada -
Envejecí,
mudé, verti
tan vanos trastos de mi matar zascandil,
aquella retórica mimosa de trucha azul...
en la nívea zona franca de un minué
rock.
 
 
 
Tristes querellas usáis, señor. Tristes, muy tristes...
Mi bohemia fue como un pesado sueño:
Te despiertas, te adormeces y repites el soñar.
Los silencios prolongados se oían como pianissimo.
Así los sentimientos, una, la misma mentira los requiebra.
 
 
El agua de tus pupilas, colmado corazón... -melón, melón, melón....
Te indignabas, cenizas caían sobre tu cabeza cana.
Tu harto cana cabeza... Y sí, la mía es sangre de eclipse...
¡Ah, no vuelvas a hablarme nunca más!
 
El azar de la ira siempre me será fiel.
Alas damascadas de mariposa... que me placen,
de buen grado me placen
las bárbaras pinceladas del genio basso obligato,
pues quien falta, jamás te quita los ojos de encima,
aunque los tenga cerrados...
Témome, mucho me temo... vida tan sólo es
el no automático pesar de quienes matando mueren.
 
En exceso sutil soy yo, lo confieso.
Soy mercurial, siempre lo he sido, nada digo de plan seguro.
Agridulce, mi daño útil:
Cuando ya no hay amor que habite mis ojos, bizquean las síncopas.
Ésta es zona franca.
Es decir: Zona para hacer cábalas y pegar tiros.
 
 
 
 
III
 
(CONTRASUJETO DEL CONTRASUJETO)
 
¿Y a dónde se han ido mis años?
El vacío es lo que no permite que la versificación galope versallescamente.
Estoy determinada a que amigos / enemigos me dejéis cavar la propia tumba.
(É aperto a tutti cuanti...
Ara e per sempre: Addio!)
Desde mis pómulos graves, declárome inútil para la industria cárnica;
muy útil, por lo tanto, en todos los demás tipos de amores.
(Dovè, dovè sono i bei momenti?)
Seguiré jugándomelo todo a una carta:
A mí siempre me tiene, me tendrá ganada la piedad faltada.
(La forza del destino...!)
 
Témome, mucho me temo... vida tan sólo es
el no automático pesar de quienes matando mueren.
Tú pareces ignorarlo: El sí mismo es el gran abismo.
Y yo ya siento en mi alma el abismo con estrellas...
... trabajando, en la búsqueda humilde de recónditas armonías.
Siempre he sabido, por ciencia infusa lo he sabido:
Los libros son tal vez los únicos fantasmas que aman los besos
- sozusagen: Sólo vence el horror quien lo tutea y cabalga,
pesadillas cabalga.
El vacío es placer de la sustracción,
justa reciprocidad al crimen
apariencial - agudo y prepotente, demasiado agudo:
Toda una vida, te estaría queriendo (...)
Sabor de falta, sabor de divina falta.
Una vez más, huiré de la tribu desecante.
 
No, no, no... mai più!
Soy aún aquella loca amazona autista -
Cruzo mundo y banderas de un solo trazo y por nada -
Envejezco,
mudo, vierto
los vanos trastos de tan feroz matar
¡oh, imperio mío, silenciosamente embarcado!,
en la nívea zona franca de un minué
rock.
 
Qué imán me sostiene;
la poesía, señor hidalgo, la poesía.
 
Alas damascadas de mariposa... que me placen,
de buen grado me placen,
los fecundos contrapuntos,
tan suntuoso, simétrico esquema tonal.
Espressivo quiere decir ritenuto, libertad rapsódica.
Día llegará... no sabré hacer ya discanto, de tan bien tejida mi melodía.
 
 
 
Cómo apresó la luz en manchas
azules y amarillas,
en la carnación de brazos extendidos
-ángel arrodillado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Francesc de Gispert Brossa
 
 
I
 
Zarpé... naufragué.
Tras el verde hipnótico de mis muy épicos ojos,
mudos espejos hidrópicos, sí, yo naufragué.
Así es el juego sacro, hermano.
¡Oh ternura!
 
Clave trágica del transporte:
Sabor metálico del aire viciado,
y yo, semejante a un rencor y a un arrebato,
viscosa y amarga en medio de la sal y la espuma...
 
Recuerdo un despertador que en mi pasado repicaba el acabóse...
 
Amor, amor, fue siempre delincuente, el desgraciado.
 
Figura femenina turbada bajo un sauce llorón.
Dónde sea, encuentra un padre.
Una risa, unos ojos, unas manos...
Amante que tanto me amaste,
en marino monstruo convertísteme.
Fuéronse las deidades del garbo;
quedóse esa perra deidad llamada fama.
 
Cucha niño:
el amor sólo es verdad
si la boca a sangre te sabe.
 
 
 
 
II
 
Vendrás... naufragarás.
Tras el verde hipnótico de mis muy épicos ojos,
mudos espejos hidrópicos, sí, tú naufragarás.
Así es el juego sacro, hermano.
¡Oh ternura!
 
¡Suerte que escribe el delirio!
 
Cuando ya sólo ves caer ángeles en torno tuyo,
todo está blanco, vencida la injuria del tiempo,
eres por fin artista.
Pareces apta para toda rebelión,
sólo despuntas, sin embargo, anotando la caída de los ángeles.
Producir luz con el negro,
¿no es acaso eso oficio de alquimistas?
 
Todo es calígrafo, calígrafo, calígrafo.
Escribe que te escribe que te escribe.
Vivir según la más azul razón.
De fantasía ayunas.
Con tal de abrirte nuevos horizontes...
 
Adoro la llama, adoro el alma silenciosa.
Toda latitud, abandonada.
Guardo silente mi refugio para invocar
el sino sin sino de la pandilla, dioses olímpicos.
¿Es la soledad la gran verdad del cuerpo?
¿La gestualidad mínima? ¿La ostentación nula?
 
Alternativa única: La entrega vacía.
Lyra mea immodulata est.
La muerte es siempre tan grave...
Llevar me puede bien la suerte mía,
porque nadar sabe ya mi alma en agua fría...
Mi humilde torear el silencio,
¿es eso elegancia?
Ojalá. Ojalá esté vacante uno de los mil nombres de Alá.
y Alá tome mi silencio como amable invitación a la ruina
 
Alegre y hostil,
cuando amor mendigo:
Conmigo van mis cuidados.
En cenizas ardo helada.
Mi propia alma multiplica fríos...
Fantasma soy en penas detenida;
pero, ¿cómo no velarlas...?
Y si las velo,
¿cómo no ser sombra de aire?
¿Tengo aún tiempo de indignarme?
No puedo evitar aquello que lacera;
al cuchillo de lo imprevisible, espejos no le faltan...
Vano galán, cabalgas
sosegadamente garboso...
Aquí no se acogen ya bufones ni disolutos...
¡He hecho arrestar a mi hijo levantisco!
(¡VIDA muerte engendra por la maternidad!
-silencio en llamas desatado...)
Mi pálpito está atrapado en ámbar.
Friso vital: Compañera Muerte.
Quiero morir de amor, enterrarme amando.
Ser sólo sombra de éste, mi tierno llanto.
Es plural, la voz del silencio.
Empática y plural.
Mi hipótesis (pongo debajo como tesis...):
SIGNATURA RERUM,
signo mudo de la esencia de las cosas.
Cuando vives por la fósil radiación,
por cada ausencia, presencia cero.
Libre modulación de mi divina cólera,
reza así:
 
No hay más luz que la arrojada sobre sombras
y la que éstas reflejan al azoradas dispersarse.
 
 
 
 
III
 
Voz blanca nº0:
 
Vendrás... naufragarás.
Tras el verde hipnótico de mis muy épicos ojos,
mudos espejos hidrópicos, sí, tú naufragarás.
Así es el juego sacro, hermano.
¡Oh ternura!
 
Coral de voces blancas es mi luz.
Las voces que prefiero;
las que llaman a la vida.
Porque la vida está
mortalmente encendida, mortalmente apagada.
Mío es el silencio a lo largo de los siglos escuchado.
Sé que no podemos sino descender;
siempre descender,
allí dónde la mirada sea sólo por formas vacías atraída,
gigantes lánguidas o atléticas.
Paraíso cerrado para muchos,
jardines abiertos para todos.
Tal es el vacío, silencio ígneo,
fuego pánico en el silente pensamiento .
Imagen de tu huella, amor, imagen de tu huella.
¿Se pena para morir o se pena para callar...?
El arte de enmudecer, de eclipsarse, tras
prima visual / prisma acústico,
cuando la emoción brutal seduce,
cuando el sol estival de mediodía
cae,
mata.
 
 
Voz blanca nº 1:
 
¿Cómo imaginar lo inimaginable?
Como un dibujo,
sombra alrededor de la luz.
Porque sólo la pintura detiene el tiempo.
Tratamiento plano de colores dulces,
copa tumbada, cuchillo
en harto frágil equilibrio.
Es la luz quien decide la presencia de las cosas
en la mascarada que el tiempo renueva.
Y el pincel, cual celoso gato pasa
la lengua por lo que pintamos.
Huellas de cuchillo paleta,
madera taraceada, taracea del color.
 
 
 
Voz blanca nº2:
 
(Melisma descendente inicial.)
Música, espejo de mi melancolía.
Música a la deriva, entiéndaseme bien.
Como la gótica barbaridad del contrapunto...
Galope de ruidos cálidos,
insular armonía hecha,
contrahecha de vacantes armonías.
(¡Bach dice que las disonancias tanto más fuertes son
cuando más cercana la armonía está!)
Tiemblo, peno, espero,
tan silencioso es lo verdadero...
Más verdad aún, la acústica rarefacción.
¡Oh mundo, que ya has sonado horriblemente...!
Una ternura infinita,
ostinato modulante...
en múltiples, afásicos ruidos modulada;
el compás un tiempo pierde...
... otro más,
y luego otro;
por fin todo se modula,
furiosa, bruscamente,
hacia una nota menor.
 
El silencio contiene todas las palabras,
pero sólo el vacío es capaz de hacerlas aparecer.
Démosle, pues, el timbre instrumental más nuestro.
Teatro de efectos tímbricos.
 
 
Voz blanca nº3:
 
Yo, la lunática aristócrata,
desde la cocina de mi insomnio o estudio,
declaro: Tan sólo vegetan los vacíos.
¿Acaso sois estúpido,
habéis querido hacer ostentación de agudeza...?
Brillar de pupilas fieras,
nunca, nunca más.
Aquí no hay más ferocidad que la mía,
carambola de destellos.
Sé que el mío no es sino monótono tañido,
afiligranada tregua
para la mortal cólera del volcán.
Tregua. Filigrana. Afiligranada tregua,
frente a ojos suplicantes ...
¿Se afanan las gentes...? ¿Por qué?
Por rimar, conjeturo...
Al que no le quema la lengua,
los pies queman.
Van sincrónicos hacia la muerte
mientras arriba la luna fulge.
Aglomeración de lejía y revoque.
¡Esperanza, vana esperanza!
¿Dónde está tu mercado?
¡Ah, vosotros que ostentáis meditaciones propias de un córvido!
¿Pensáis conmoverme...?
Misteriosa, eternamente muda,
como una gran, grandísima oreja
en escucha permanente,
yo, el radar
-desde la cocina de mi insomnio o estudio.
Ebria de luz,
why am I so black and so blue?
Percibo ese tono furioso y obstinado...
señal de la lenta llegada del caos,
como una erupción de lava.
Mas, aquí llueve a cántaros
rotos. Pura paciencia es la lluvia.
El cielo, indiferente e inagotable
se vacía de lluvia.
 
Tú, manto silencioso que en cada cosa flameas,
no permitas que nadie transgrieda
las famélicas jerarquías
de
mi
inspiración.
 
 
 
 
IV
 
Voz blanca nº 0:
 
Vendrás... naufragarás.
Tras el verde hipnótico de mis muy épicos ojos,
mudos espejos hidrópicos, sí, tú naufragarás.
Así es el juego sacro, hermano.
¡Oh ternura!
 
El vacío significa FIN de la tiranía, faz humana.
En la frontera de la existencia,
imagínate:
Vacío.
Cáscara vacua, barca varada.
Resto último del naufragio: Revelación.
La
total
revelación.
¡Dejad que a mí venga la silente, esencial actualidad!
Es la terra incógnita, el humus, quizá,
que el aliento cortará.
Pues la fascinación de la vida
es tan sólo virgen para el no ha nacido.
La pureza, el juicio que nos salvará.
 
 
Voz diabólica, rabiosa actualidad:
 
El cielo... el cielo es verde.
La belleza, bruja.
Esa tierra que el aliento te quitó...
¡Fotos!
Poesía no es sino aristocrática reduplicación de la miseria.
Ésa, tu noche posesa de nada.
Un navío sin mar, de una botella prisionero.
Se puede anotar cómo
desaparecen las especies...
No cómo se forman.
No, no eres ferviente partidaria de la vida.
Francamente te decides por el vacío...
Callas...
Eres francotiradora.
 
 
Voz blanca nº0:
 
¿Puede haber fatalidad mayor que la del mar,
el gran, monstruoso seductor...?
 
Hoy he visto los árboles de mi ciudad
semillas en un frasco de cristal.
 
Lo que se logra descifrar pasa
a ser ininteligible
poco después.
 
Ininteligible
-poco después.
 
Inin...
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Foto: Acràcia Casanova
 
 
 
Para Alba Vilches Sánchez,
la hija no nacida.
 
 
 
 
I
 
Solapado caballero en búsqueda de levantes, sorry:
No te escribiré jamás otro Dies Irae.
Tras mi vestido de imaginarias lágrimas,
carta náufraga de éste, mi muy lacerado cuerpo.
Las cortinas del teatrum mundi nunca se apartarán,
desdeño las gentes, soy yo quien busca
el ángel.
 
Era invierno, necesitaba hablar contigo, Adán.
Sólo hay sinceridad en la mudez.
Cuando en tan fabulosas ramas se posan las palabras,
son como aves de múltiples especies.
 
Si contemplo la propia y sacrificial desaparición,
me habré ganado un puesto en el pandemónium locura, ¿verdad...?
Máscara y telón, Muerte, ¿me los prestas a la par?
 
(...) Soberbia estáis mostrando,
sin saber que estáis soñando...
Somos brutos cargados de razón,
lo habíais olvidado...? (...)
 
Los árboles sus anillos me mostraron;
sus venas los animales.
Allá fuera, todo es sufrimiento en llamas, allá fuera.
Mas aquí, no.
Nieve cerrada sucedió a la falta líquida de música.
 
 
 
 
II
 
Me gustaría poder decir: Mientras duró, estuvo bien ...
¡Válgame el cielo! ¡Cuánta libertad en tu olvido!
Playboy, Adán de pacotilla,
tus despiadadas causas, cuestiones, discursos...
¡son quebranto, son agonía!
En miel muy espesa me bañáis, señor.
Sí, sí, sí. Tú y tus malignas respuestas de payaso bien mordaz:
Toda la responsabilidad es tuya, Abeja Reina ...
Aunque aturdirme pueda esa insubstancial mascarada tuya,
yo ya soy parte de una naturaleza muerta, no puedes hacerme soñar.
Mi yo al máximo afinado integra una ebria memoria.
Veo el mundo como una isla de la que no tenemos mapa.
No hay mundo sino islas.
Tú y tu fuego que quema y engulle...
... sabiendo que la carne aspira siempre a la degradación,
dime, ¿por qué creerla...?
El vacío se instaló. Su esponja afectiva...
decepcionante, muy decepcionante.
¿Qué me dices del pliegue y repliegue de silencio?
Soy hidalga de la nada, ostento silencioso pedegree.
Mías son las rítmicas pulsaciones, las ciudades sumergidas, la luz lunar.
Atrás quedó el látigo de la competitividad (¡castañas al fuego!).
Ven y acaricia mi alma herida y ulcerada,
o aléjate.
Aléjate.
Aléjate de la omnívora pasión.
¡No vuelvas a ofrecerme tu intrépida esperanza!
¡Márchate, muchacho, márchate!
Vales tanto como estimas...
Para estar en primera línea de fuego,
lo mejor es hacerse el muerto.
(¡Está severamente penalizado salirse con la propia!)
 
¿Qué pretendo yo con mis éxtasis botánicos?
¿Llevar la música a la ruina?
No, también la música es ya ruina .
 
Llevóse un alicaído ángel tan tiernísimo odio...
 
(...) Movimiento de sístole, precede y sucede al de diástole,
absorción activa de la sangre por el músculo
antagonista de la cordial fibra agonista. (...)
 
 
 
 
III
 
También la música es ruina.
Ruina excelentemente acordada.
Porque toda hermosura es fugitiva.
Y el placer, placer porque fugitivo.
¿Es con hielo que forjamos el silencio...
... o hay, tal vez, entre esos dos términos relación
tan versátil, arbitraria como la de cine
sonoro / acústico enrarecimiento?
Así como música no es sino líquido encantamiento,
silencio es líquido desencantamiento.
Sensible e inteligible,
eso quiere decir abstracto.
 
Tú y tu arácnida ligereza...
deambulas por las naves de los tiempos...
Tú, que te crees rítmicamente valiente
porque medias entre el facsímil de una partitura
y un sonoro fenómeno sonoro...
pues ahí está el piano, su parte reclamando...
y con música lo alimentas, punteada
por el áspero grito de las gaviotas,
o por notas estenográficas de las olas en la superficie del agua;
cantantes, decorados, atrezzos,
arquitectura en movimiento.
A vuelapluma, Keats diría: El mágico pulso de todo lo fatal...
Eres un truhán... estafas.
La música es tan fácil como la mentira:
Sigh, ladies, sigh ...
No more.
No more.
NO MORE.
 
¡No hay truco que pueda dar una respuesta!
Para no mentir hay que ser Beethoven:
Cinco octavas de distancia entre la voz superior
y la del bajo. Cruda interpretación
del humano sentimiento en la última sonata.
Ve y aprende a tocar con el piano cerrado.
Nútrete de células beethovenianas, expansivas, creadoras.
Pues si música es tensión en búsqueda de resolución,
música unirá cualquier tipo de disonancia.
 
Yo canto al eléctrico silencio.
Tan sólo ese galán me asombra.
El silencio es el único placer que no se desvanece,
vano espejismo cuado lo palpas...
Vuelve a casa, hijo pródigo agradecido.
Silencio concertante,
condición de cada articulación sensible.
Voz silente que a cargo corre
de la heterofonía instrumental.
Acerca ruidos que nunca juntos se escucharon,
ni parecían a hacerlo predispuetos ...
Ése, el hijo pródigo, pianíssimo de los ruidos,
es hijo bastardo
de la vida, de la Muerte.
 
Aprende constante a no de pobreza carecer.
Mudas armonías acordadas,
unísonos mudos, enriquecidos
Este silencio bastardo, óyelo bien, está vacío.
Y es el vacío un blanco lienzo
sobre el que tiempo vivido trasladar.
Y el pictórico espacio, música visual.
 
 
 
 
IV
 
Estoy como soga a este silencio trenzada.
Si de la realidad morder se trata,
escribiendo reto yo a lo inolvidable con un pulso a muerte.
Canto lo que el espejo rechaza.
Soy luz blanca.
Si tú me absorbes,
color certeza.
¿Por qué no saborear melancolía
si es el presente poder?
Lucho por hallar modus exprimendi...
con tal de peces atrapar, vaciar el estanque...
Desprender paulatinamente fósforo.
(Amor sagrado, amor profano, amor tirano,
¡Dejadme en paz!)
La masa de octavas del piano guarda
cromática y circular concentración.
Visual de un ruido:
Armar, desarmar hasta la intensidad,
pues no es durable sino aquello
que es por sus ritmos embargado...
Para insuflarle al cuadro tanta energía,
hemos adquirido en el arte claroscuro
gran, gran maestría.
Unas piceladas de cromática alquimia y
gritos que no podemos oír.
Vamos a dotar de rítmicas vibraciones la pictórica superficie.
 
¡Cielo abierto en gloria, plástica expresión!
Ese silencioso bastardo es a veces
el dios que habita en cada imagen de culto;
la imagen entallada en una puerta de madera;
el método incomparable de aplicar el color
abocetado de lo efímero todo;
la fascinante pincelada de la distribución
del color en la carnación...
 
Nada por aquí,
nada por allá,
vacío mi marco entallado está...
¡Atentos, aún queda la inversa perspectiva del vacío!
Su punto de vista se encuentra
como en la pintura de iconos,
delante del cuadro,
en el espectador mismo, acogiendo el mensaje.
Las informaciones sonoras se transfieren
al cuadro, retícula a retícula,
de manera que el ansiado silencio
en región celestial alguna nunca se hallará,
sino a fondo perdido, en arpegios manieristas.
 
 
 
 
V
 
Muy señor mío:
Ésta, mi muy lenta explosión de cólera epistolar,
ociosa ya sería -pues sé a raya mantener
por abstractos elementos
la maraña de las personas-,
si bien claras no dejase un par de cosas:
La primera es una paradoja ... bien chocante:
SUB SPECIE AETERNITATE,
no importa el espacio-tiempo
nada de nada.
La segunda: Articular emociones es
en apariencia y tras bella cifra enmudecerlas:
Clave de sol.
 
Qué ciencia me juramenta, supongo, querrías tú saber...
luz lunar.
Negra certeza: Somos el precio de la apuesta,
entreguémonos aquí y ahora
en la sonora soledad.
Luz lunar.
 
El verdadero creador de belleza siempre es el dolor.
Luz lunar.
 
Cuán perfectamente dulce es la música que no oímos.
Lo que nunca has gozado,
por encima de tu humana pasión
te está salvando.
 
 
 
 
VI
 
La verdad...
... esta vacía la verdad.
Cada ruido... color sin color.
 
Carnaciones pajicientas.
 
El vencer es siempre para Dios.
Díjonos, la mano sobre el pecho, el caballero aquél ...
Desenvainada la espada del hidalgo...
La color más clara que morena.
Su identidad a mano,
junto al corazón guardada.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Alfonso Sánchez Hormigo.
 
 
 
 
Por una muerte muy viva, la vida en muerte he derramado.
¿Devuelvo dardos al hombre que me venció?
No. El olvido perdona e ignora.
Si vuelvo al escenario es para hacer teatro,
teatro con flores de sombra:
 
Con mis ojos escucho las voces de los muertos.
Porque mis ojos escuchan las voces de los muertos,
soy como el cántaro
roto: Íntegramente reconstruido menos el pedacito del asa,
y mi metempsicosis, muy difícil de explicar.
 
Para llevar a cuestas el mundo,
entoné la vieja canción: Come away Death, come away.
Pero todo me salió al revés:
Me creyeron muerta cuando dormía,
dormida cuando moría.
 
Nervertheless, me hice pasar por homo ferus.
Si estás en coma no es preciso que demuestres:
Que no puedes hablar.
Que estás cubierta de pelos.
Que a cuatro patas te desplaza la gran velocidad.
 
 
Silente,
entre palabras huidizo,
sentido.
 
 
El recuento de una metempsicosis
en el camaleón sapiens es subyugante
imposible.
Cierto es que el poeta habla cuando ya no puede cantar...
así que voy a intentar galvanizar mi común estigma,
De la necesidad hacer virtud,
con nueva música, nuevo número áureo.
 
 
El surco eléctrico es incomprensible cuando
apocalíptico pinta el espectáculo.
La pintura como diapasón.
Cabalguemos un ritmo universal,
conseguiremos no representar objetos, hacer un cuadro.
Si el acorde principal es modulado
por superficies cromáticas más pequeñas,
la disonancia en el área mayor amablemente
priva la representación total de las diferencias
espaciales en el mundo estigmatizado:
Aquello que llamábamos luz, se ha vuelto
hermético y escaso como cualquier otro material.
Al célebre silencio, lo llamo yo ya
enrarecimiento acústico,
pues desde mi aérea perspectiva
se aprecian sólo coloreados interdictos.
Si bien está muy agrietada el alma mía,
el cristal sobre el que se aplica la pintura
es soporte y percepción al mismo tiempo,
y en consecuencia, algo muy parecido al barniz del óleo.
 
 
Silente,
entre palabras huidizo ,
sentido.
 
 
¡Otra vez selva oscura en mí y en torno a mí!
En tono más grave del usado,
entono la democrática canción:
Los misterios son del alma,
pero es en un cuerpo donde se leen.
 
La generación que a bien tuvo descubrir
esta lumbrera,
tenaz, aún la pisotea.
Sí, soy un montón de imágenes rotas y muy sórdidas,
pero imágenes que devuelven los reflejos fragmentarios
y, como, en verdad, nada tiene más fuego que la ausencia,
experimentábamos, voló el sentido,
¿Creéis, tal vez, que un nuevo sentido impone
a los reflejos en miríadas esparcidos
el viejo y único sol recomponer...?
 
 
Lo que se zafa más suyo es:
Fantasmagórica e interior circunscripción.
Abandoné el propio nombre,
como un trizado juguete,
porque tuya, oh Muerte es la majestad de todas las grandezas.
Tú me impulsas ahora:
Nunca hay fuerzas para cumplir dos veces la misma obra.
¿Puedo hacer algo que a Amor concierna?
¿Dónde están los verdes de antaño?
¿Dónde las grandes, las magnánimas lluvias?
 
Quiero la luz numerando devolver
múltiples sombras:
La simbólica danza con lo imprevisto e ignoto
me asiste y persiste.
Puesto que escribir es herir y muy adentro.
Sigo siendo sonoro cántaro
que sólo con sonar se rompe.
Corola de tinieblas, madre Muerte,
tú que sin huellas caminas,
te lo ruego, acompásame.
Mi venganza, lo sabes, es HUELLA.
 
No conozco mayor dulzura
que el naufragio en un silencioso mar:
La mar siempre rumorosa recomienza,
silencio es todo mi penar.
Silencio o... pensamiento.
Solamente el pensamiento sacia
la muy bárbara sed del soñoliento cabalista.
Guía única en todo público negocio...
 
Mas pensamiento es ténue luz muy nebulosa
que la madurez derriba.
Pensamiento es olvido.
Su salud, su sabiduría:
NUNCA HABER PENSADO.
Y el olvido
 
 
cae.
Palabra callada,
abortado grito,
silencio raro.
Si la nada es igual a su semántica,
el silencio vale su peso en infinito.
Brocado basto, artero, no musical.
Bahía verde,
en contra del ocaso
LUZ
se rebelará siempre.
Silencio escuchado,
en negro no se funde.
 
 
La vida... la vida, bien lo sabéis, la vida vale un Perú.
Lo mío es tan sólo un imperio:
Con mis ojos escucho las voces de los muertos.
Sin ver de fuera nada, sin oír ningún rumor;
mi cerebro siempre en llamas,
imperiosamente vuelto el rostro al océano sapiens....
¡Cuánta oscuridad embarga las mortales luces!
 
 
Una siniestra trama la supervivencia sella.
Ya no pregunto por qué estoy aquí:
Fue un error.
En silencio apuesto por una errónea salvación:
Muerte, te doy mis fuerzas y mi medro...
 
No hallaré otra ciudad, no hallaré ningún otro mar
tras este lúcido, ignoto mar.
¡Inmersión, otra inmersión, si quiero hallar!
Como si en mi pobre alma lo ignoto se ocultase,
el exquisito paisaje...
 
¿Nostalgia de los mil placeres cambiantes
que ignoré cuerpo presente...?
Con mis ojos escucho las voces de los muertos.
Mi cerebro siempre en llamas,
mi ciudad es la ciudad osario de todas las ciudades.
Tanta claridad, es una dicha,
da la paz no victoriosa.
Suavidad de la soledad:
La propia vida ver de lejos.
Hay incluso placidez, no duele.
Nada en balde pasará si felinamente pasando muestro,
esclavos cardíacos de lo súbito,
cuán admirablemente cálido es el rincón de un artista.
 
Mi huracán de amor y odio
estéril ahora sería si
bien fría no escribiese yo ya.
Y no nos engañemos:
La misma (vana) pasión
que nunca devolverá el instante vivido...
no obstante, la resplandeciente inocencia de innúmeras metamorfosis,
¡vive Dios!, resuena AQUÍ:
Pensar se arrastra lentamente...
 
Las personas estamos siempre como expulsadas
por una edad media crepitante...
... edad de la lata.
Y aquella simpatía primigenea
me advierte de que las almas sinceras
en caras sinceras deben descansar,
aunque a éstas las torture
el humano y perverso ensamblaje.
Entonces Amor es
como siempre ha sido:
Una congoja delirante.
¿Soy acaso en cielo cerrado luminaria?
Aquel que en torno mira hallarse suele...
Pero, bueno, hay días en que trinan por el cielo bandas de golondrinas...
o este permanente y melancólico acceso mío,
mi ira abundante...
... los quiméricos planes de mi vida solitaria,
o vos, que me miráis con ese luminoso don
que la belleza tiene cuando la herimos rotundos...
Estoy confusa:
Preciso la belleza conocer,
nada más.
Ni evocar aquello que otros han deseado,
ni hacer en acopio obras de amor y placer.
 
Nunca haré poesía de salón.
Nunca acordaré las lunáticas músicas
del errátil juicio humano.
Ya sé que Amor me halagará siempre con su salud deslumbrante.
Y me dejará en prenda
la inhumana falta de nobleza.
Falta.
Falta.
Falta.
Habrán siempre quehaceres mejores
que armonizar
ruidos gruñiéndose el uno al otro.
No quiero morir lánguida o infame.
No voy a morir de nuevo así.
Amor, amor mío, ilusa esperanza de vos me tiene mala.
Vuestras venidas escasas...
Vuestro gesto desvía equívoco mi esfuerzo.
Idos, amor, adiós,
no quiero ser hallada.
 
Este mundo que con absoluta soberanía regento,
este tiempo por cadenas de los signos retenido,
no, no, no. No es esto vida,
sino abstracto sentido.
 
Silente,
entre palabras huidizo,
sentido.
 
 
 
 
 
 
(Drama lírico escrito a mano y en un acto)
 
 
Para José González Pozo.
 
 
 
 
Rapsoda:
Harto me ha complacido su benevolencia: Silencio no es
silencio, sino multiplicidad de paisajes.
 
¿No podría tan voluptuoso criticón regresar con su magnánimo ritmo;
descargarme de zozobras, visitar mi jardín sonoro
costosamente construido con las cosas que más amo...?
¿No es posible, madre cruel de los mis amores,
mantener con suma banalidad en mí,
tan raros momentos de éxtasis,
como los terrones de azúcar a los caballos adiestran...?
 
Compongo para escuchar música que aún no he escuchado.
Me abrasa su osadía, esa carta tan peligrosa de mirar...
Monstruo de claridad carnívora:
No siempre este costado mío aguantará el umbral, el agua del cielo.
¿Por qué no accedes a que él
-¡alguien como él!-
me otorgue el rubato,
la flexibilidad del tiempo,
a la manera del habla cotidiana?
Acaso esté ya mi antorcha deshecha y en cenizas...
¡Un hombre, un hombre de principios, lady Death,
que recuerde cuán acústico el silencio es,
el vuelco de mi pensamiento que ahora, sí, explora la no-intención!
 
Hablar es empezar a reconciliarse -demasiada guerra, nunca justicia...
¡Ansío huellas que no sean las mías!
Eso que me sobrepasa,
eso soy yo.
 
Quizás no sea este silencio sino
ausencia de silencio,
huida del sonido,
porque la humana, frágil percepción,
tendenciosa, preciosista es,
precisa reintegración a cierto humano tejido.
Mas acá de los preceptos,
tramoya,
risa,
unos cuantos y estilizados vestidos,
saborear las nobles palabras,
OTRO.
Otro ser humano... ¿no?
 
 
Lady Death:
No.
Paciencia, Anna, paciencia,
¿No ves que todo llega...?
Depuestas ya tus armas, te respetan.
Encuéntranse dos lúcidos: Reconócense.
Duro es. Pero lo prohibido de enmendar llevadero es
merced a la paciencia.
 
Escribir es resistir.
Por eso es todo tan sencillo.
Por eso es escribir la más pura obscenidad:
¡Mirad, eso soy yo!
¿Vas a tratar a ese feliz testigo,
como un niño malcriado trata a su juguete preferido,
llevándotelo a la cama...?
Tú, que sin de ello jamás jactarte,
sujetaste tus cabellos con un nido de víboras;
tú, que esquiva siempre fuiste con los que tan a menudo te llamaron cruel,
ten cuidado si no quieres ser juguete de los vientos,
¿u optas por que el polvo manche tu dulces atavíos...?
 
Sí, has logrado hacer un auténtico cuadro escénico.
La pasión es una forma de teatro.
Los actos pasionales, el verdadero ridículo de la vida.
Basta un poco de lógica, sin embargo,
y el teatro representa la memoria, no la vida...
Los decorados, siempre simultáneos.
Los colores, ácidos -forma cromática rapidez, velocidad...-.
¿Risas...? Bien.
Risas epigástricas que alegran la vida.
Risas viscerales que estremecen... hay que elegir.
La honradez... la naturaleza, la naturaleza, no hay quien la resista.
Perversa alegría, juego delicado:
Y por un lapso de tiempo cierto,
en el ojo confianza excesiva
-¡ríase caballero, no se contenga!-.
En la infancia, apenas articulabas.
Ahora razonas, crees.
Pero mientras razonas, pasa el tiempo,
vuelve difícil la articulación...
-¡par charité, ne sois si arrogant, s'il vous plaît!
Por él, sueñas en pareja, sola amaneces.
La costumbre nos cautiva.
Ni demasiado lejos, ni demasiado cerca de mí.
¡Qué elocuencia pide eso!
El tiempo trágico es un tiempo deportivo.
El acto teatral exige parsimoniosa duración.
Transparencia o franqueza en las humanas relaciones...
porque consiste en sentir: Tú cuentas sílabas, palabras, frases.
Trátase de conservar el movimiento que aquí reina, de aumentarlo sin cesar.
Vierte un poco de verde vitriolo sobre tan dramático edificio,
pues hay una puerta a punto de abrirse...
Y no temas: Tú te ocupas de la poesía,
de los poetas en un pueblo vencido, esclavizado.
Cuando la necesidad presientas,
TELÓN.
En la misma unidad: Lugar, tiempo, acción.
La mirada clásica no fracciona la ilusión.
 
 
Rapsoda:
¿Qué clasicismo, por cierto?
(Saberlo es mi experimentalismo, digo.)
 
 
Lady Death:
El que ponga a todo el pueblo en el suplicio.
El gusto no es una gracia misteriosa, anacrónica.
Problema técnico de código tan sólo.
Épica es lírica, bouleversée.
¡Qué elocuencia pide eso!
Describir morosamente el acto de las sospechas.
El acto de los furores.
El acto del reconocimiento.
El acto del sacrificio.
Pues tan pronto como palabras, pasiones, actos... conocemos,
imaginamos rostro a quien atribuírselos,
su modo de andar, su máscara
-palideces... tiemblas... me engañas...
 
 
Rapsoda:
¿Lección de pantomimas, lady...?
 
 
Lady Death:
Lección de pantomimas, niña.
A tu cuadro escénico falta
teatro e historia de la humanidad vincular...
devolvérselo a las manos seculares, ¡vaya!
O lo que es lo mismo:
Aprender la digna humildad que sobrelleva
un extraordinario destino,
una parte del mundo ha de llevar tu anónimo nombre...
 
 
Rapsoda:
Hombres piadosos: Cesad ya de una vez.
¿Qué no habrá erosionado el corrosivo día...?
Pero una parte de mí se unirá al griterío, cantará...
Con el canto menguan las negras inquietudes...
Mi pasión, mi éxito, si lo tengo, obra tuya es.
 
 
Lady Death:
Mezcla la prudencia con un poco de locura...
 
 
Rapsoda:
Contra la miseria, relativa rebelión yo no deseo,
sino rebelión eterna.
Soy la luz del desespero -siempre llameante...
Mi sueño de perro, de insomne neurópata...
Mis muchas y muy heladas noches de vigilia,
siempre las recordaré...
 
 
Lady Death:
... las olvidarás.
Todo se olvida, anacoreta.
Deja ya tu labia a un lado...
Ya no hay nada que hablar: Pantomima del amor.
 
 
Rapsoda:
Risas y llanto entrelazo.
¿Cómo entender tan espiritual barómetro?
 
 
Lady Death:
¡Las sonrisas de la vida!
Cumple con la sencilla función:
Conciliar tan orgulloso pudor,
y la exigencia de cosas amables decir.
 
 
Rapsoda:
¡Ah, qué importa "cualquiercosa" si todo adopta en mí el rostro del amor!
(Entre candilejas, canta un coro de voces blancas.
Estremecimiento plural.)
 
 
Lady Death:
El amor entre los seres es eterna fuente de felicidad...
... una simple ventana para dilatar el mundo más allá de su limitado interior...
 
 
Rapsoda:
¡Qué difícil es encontrar un corazón apasionado!
 
 
Lady Death:
Ya ves: En vano insectos cincelas, grabas caracteres,
amontonas juntos cuerdas, textos saboreados...
 
 
Rapsoda:
La vía de la justicia es muy luminosa.
Tanta bondad, semejante a la generosidad del cielo...
Mi mirada errabunda se obstina, se obstina con el cielo...
Por un instante han sido en mí colmados deseos, languideces...
 
 
Lady Death:
Una nerviosa morbosidad como la tuya...
Siempre cabeceando en la cuerda floja...
 
 
Rapsoda:
El palimpsesto de la memoria es indestructible.
¡Cuántos suspiros por el transcurrir del tiempo!
¿Cómo hacer que se detenga?
En medio del invierno, puedo ver qué verdes son los pinos, los cipreses...
 
 
Lady Death:
(¡El destello atroz del oro en medio del silencio...
Monólogo de un alma a la que siempre ha sido demasiado fácil herir...!)
Amor es la expresión del rostro humano
que sangra al sentirse señalado...
 
 
Rapsoda:
... pero el espacio entre las miradas es un infranqueable sahara...
 
 
Lady Death:
¡Mujer de ordinaria contextura: Penas de un niño, obras de arte son!
 
 
Rapsoda:
... rostros como pálidas manchas... tantos y
tantos infatuados individuos que sólo a sí mismos aman...
¡Ah, meterse en sí, pensar!
El único consuelo personal y verdadero es
el momento íntimo del pensamiento... agridulce.
En mi desgarrado ser por simpatía resuena
algún temible intervalo en el túnel del tiempo.
Cortocircuito bárbaro. Lo acepto. Es lo humano.
 
 
Lady Death:
Por fin lo has aprendido: No crees en absoluto en el genio.
Tu imaginación son tus recuerdos.
Tus sueños fatales...
... cuando la respiración funciona,
el Gran Arte funciona.
Armonías parciales,
en eso consiste todo.
 
 
Rapsoda:
En fin... el arte de oír,
oír siempre
la diferencia...
... ha sufrido un histórico desplazamiento..
Ya no reside entre consonancia, disonancia...
sino entre armonía
silencio.
... en su indiscreto, hacendoso, habitual lugar, ¡vamos!
 
 
Lady Death:
Lo sabes, a ciencia cierta lo sabes, ¿eh...?
¡Qué perfidia la tuya!
¿Dónde estabas antes de que vinieras?
¿Acaso es anterior a ti tu propia sombra?
 
 
Rapsoda:
Vengo del vacío.
Del cielo, donde cristalino es el polvo que nos une.
El color del archipiélago...
... la pena de tus ojos.
Así que, dame tu escritura, lady Death.
 
 
Lady Death:
¿Llevamos antifaz...?
 
 
Rapsoda:
Llevamos antifaz.
 
 
Lady Death:
Montas a caballo con más elegancia que seguridad...
 
 
Rapsoda:
Sí.
Si verdaderamente algo una vez tuve,
fue la mudez y un silabario de cartón
que me enseñó a escampar.
 
 
Lady Death:
Quiebras de sonido...
La escritura es vida intensificada: Amor mortífero...
... frivolidad, por otra parte.
 
 
Rapsoda:
Nadie te sigue por las huellas de pesares,
sino como a un herido por el rastro de la sangre.
No escucho ya a los gánsters que el sueño nos secuestran.
No malgasto ya mi vida a la horrorosa sombra de la nada,
la más cierta llama de las perecedoras pasiones nuestras.
Imaginación es reconstrucción.
Reconstrucción es imaginación.
 
Si conservo el gusto por la vida es
coqueteando con el budismo zen.
Con su sentido del humor, su intransigencia, su desapego...
Poniéndose en vibración,
todos tenemos más de un espíritu por liberar, ¿no...?
Yo deseo, absolutamente deseo
la recompensa sin riesgo
que a su tiempo me otorgará el tiempo.
Mientras acojo la recompensa presente:
Ser muerto en la memoria del mundo,
que es lo mejor que en él se esconde: Vivir en sí la victoria.
 
(Los violonchelos aúllan en clave de fa, en el extremo sobreagudo.)
 
Como diría William Blake: Energía es eterno deleite.
Siento que mi doloroso camino se está llenando de porvenir...
 
 
Lady Death:
Claro. El fin de la vida es música.
Una melodía que celebra lo que dice.
Y en abreviatura pictórica, vedada a filósofos reticentes,
griegos, druidas muy rancios...
(¡Sí, señor, sí, llámase Muerte la gran dama compañía!),
espacio extendido en doble azul
lienzo preparado para recibir
las creaciones de un gran pintor...
No obstante, ¡ahí estás tú!
O... tras esta carta de vientos marear,
¿soy... yo... el monumento megalítico de siglos petrificados?
¿Un mar invadiendo las olas de otro mar?
 
 
(La escena no ha sido aún cabalmente comprendida
en todos sus detalles, insinuaciones:
a) El cuadro arde en colores.
Intenta desasirse de toda figuración,
dar forma externa al acorde interior -en el lienzo cautivo ...-.
 
b) Aquella barroca figura que victoriosa proclamábase,
ha cedido el paso cansino a un hombre más bien gótico,
marcado por las huellas del dolor.)

 

 
 
 
 
 
 
 
 
Para Estrella y Manuel.
Dichoso aquel que ama lo que necesita (Pascal).
 
 
 
 
Ella:

He dejado mi cuerpo en una orilla.

Herida abierta
mi vida.
Pájaros cantaban en la orilla...
-quizás sea ésta la fraseología del crápula...
No cantan pájaros, no...
gemidos transformamos nosotros
en melodía.
Ningún animal puede ser tan snob como para conjeturar plausiblemente
el nimio paso de su especie.
Ningún animal ve el idilio natural: mirarse humanamente a los ojos.
¡Triste y desprovista legión la de los sin ojos!
¡Y están vivos! ¡En el mundo!
Sufren el tiempo, la espera...
-infinidad de mecanismos perceptivos... ¡me aterra!
 
Desde mi laboratorio paratáctico o zona de excepción,
contemplo con ironía al sapiens, sapiens, homo...
¡Qué irremediable falta de dignidad la del camaleón humanista!
Con la razón atajamos siempre toda desvitalización.
La abertura, el sueño de libertad
es la antropogenética máquina misma, la máquina óptica misma.
 
Te lo advierto: voy a cortar el cordón umbilical que misteriosamernte
la naturaleza ha trenzado.
El sistema está cerrado.
Voy a seguir el curso del caos al arte.
Impersonalmente.
 
He dejado mi cuerpo en una orilla.
Herida abierta
mi vida.
 
 
 
 
 
Él:
(...) El más sabio entre vosotros no es sino híbrido,
fantasma, planta...
Aciértalo tú, que yo lo diré. (...)
 
(Milonga del ángel.)
Olvídalo, Telly, olvídalo:
el conjunto colectivo se alimenta de dolor.
Si pudieses, adoptarías cada día una forma animal o vegetal distinta...
Oh deseo que fluyes por ti mismo.
Más lento yo, con imágenes rotas,
te explicaré el largo trecho que recorrer nos queda:
el dormir y el sueño, la simbiosis,
paraísos azules y oscuros,
materia viva,
ritmo universal.
¡Quiero sufrir contigo, corazón amado!
Colérico iré al encuentro de los dioses.
Reiré olímpicamente... ad libitum,
aunque de ti sólo lánguidas aclamaciones consiga...
Pues largo tiempo el miedo te ató las manos;
largo tiempo la rabia anidó en tus ligaduras.
 
El fuego de la alegría debe hablar con palabras audaces.
Bien lo sabes, mi antípoda absoluta:
mi verdad es vertical e inconmensurable
con tu horizontal verdad, cuya vida
se consume en pedazos de materia...
 
Tu simiente esparcida está,
con la fatalidad de las plantas aromáticas,
en el paradójico modo de la llovizna,
sin mojar cae,
subyuga.
Toda alimentación es transubstanciación.
Lo real fue, desde el principio, alimento.
El carnal éxtaxis, ¿recuerdas...?
Entre helechos y juncos prehistóricos...
Se ha de tejer esta trama hasta el fin.
Y aún nos resta una obra por hacer;
el camino es esta obra.
Cuando más atento estás a una minoritaria forma,
menos solo estás: luz.
Haz sonar el sin-sentido de la vida.
Intensidades subterráneas,
densa pulsación de la realidad.
¿Qué son esos gritos que la gente llama silencio?
 
Tu alarido interior de rebeldía,
el engranaje
del proceso racional, CRISTAL.
Como la stimmung en Novalis,
estado de ánimo es afinación musical.
Hay que darle al grito, sintaxis; a la existencia, su obligado drama.
Colores nocturnos que
respecto de las tinieblas,
armonía frente al ruido son.
 
Pintarás todos los fenómenos del mundo
como enigmas.
Porque, en tu cortesía esquizo, tú
en tu ebriedad de agua pura,
captarás la variación del espectáculo natural;
como ejército y asambleas alucinatorias;
como síntesis del proceso vivo;
como dibujo que el pintor dispone,
maneja por el perfilado de sus dedos, de sus palmas.
Porque tu libro, Telly,
consistirá en capas, sedimentos.
En un puchero de lenguas, de ninguna manera un sistema.
Una historia revuelta.
Di: el amor y la verdad tocan revelando.
¡Tócame distante, mide la violencia de que sería capaz!
Toca en lo más vivo, toca en el punto de la muerte.
 
He muerto, dices,
Verdad-pasión-pasividad...
Yo por ti resucito a cada instante.
Soy el vacío de la presencia allí donde brilla la luz.
 
 
 
 
 
Ella:
He dejado mi cuerpo en una orilla.
Herida abierta
mi vida.
 
Trágica y óptima nuestra felicidad,
tan fiera como la pintas...
La sangre nunca es feliz.
Las entrañas, tortuosas.
¿Qué es la verdad? ¿Acaso es muda la verdad...?
¡Qué pregunta más sencilla!
Verdad es aquello que nos consume.
¿Fuente locuaz, tal vez...
... en el corto lapso del humano paisaje?
Verdad es profetizar el mundo
a partir de la encina sagrada;
a partir de los pájaros que en ella anidan;
a partir de los gorgeos de las fuentes vecinas...
 
Harto cuantiosos son los teórico-pensantes en nuestro planeta,
ardiente como el infierno.
Por eso es tan triste el mundo
y está la luna siempre roja como acero
ensangrentado;
el dinero incluso acaba por pudrirse...
Tema será cómo aúlla la existencia en un ser humano.
El secreto fervoroso de la comunidad
sobre los cuerpos,
los temperamentos,
las inspiraciones.
Está bien, seré aprendiz en todo, pero
me intriga saber por qué las personas ni idea tienen
de su superfluidad:
encajan sobre las ruinas que ahí se ven.
Si soy oficial en maldita la cosa...
¿existe una sola música feliz...?
Cuando una se enfría, ya no vuelve a tener frío.
Si ser escritora me desangrará aún más,
¿qué puedo hacer sino guardar con celo mi serenidad?
Humano es deambular, errar, penar...
Muchos son los escenarios de la vida, pero
¡Miserable quien no sabe morir!
 
( Oigo lo que los otros ven,
La pasión según San Juan.
Un bajo baritono le dice a otro:
¿qué es la verdad?
Tal será, grandioso, mi diálogo.
Tal será mi moderna novela. )
 
 
 
 
 
Él:
(...) El más sabio entre vosotros no es sino híbrido,
fantasma, planta...
Aciértalo tú, que yo lo diré. (...)
(Milonga del ángel.)
 
La realidad espiritual nos envuelve, Telly,
como al no-nato el líquido amniótico.
Todo lo material es puro espejismo.
El absurdo... un estado de ánimo.
Muy justificado, por cierto...
El estado de ánimo de la personal tragedia.
Mas, tal estado es un error,
cuando la alegría del pensamiento creador te embriaga.
¿Con qué quieres pagar esa alegría
sino con tu vida...?
Buscaremos la escansión dramática del tiempo.
La sintaxis dramática del fenómeno.
Mira siempre adelante...
... o hacia atrás. Caminos transversales.
Allí está la muerte y eres libre.
 
Sí, muy trágica es nuestra felicidad...
tú... utiliza el óleo como vehículo de su translúcida representación;
no como pasta viscosa que por entero el cuadro invade.
Sueño oscuro de la vida,
sigue fiel a la negra sombra que siempre te asombra,
pues ésa es la pendiente que el pasado domina.
Un baile de máscaras: la muerte es coqueta.
Sonreiré en medio del sueño,
¿crees que no me atrevo si ella nos mira...?
¡Los arcos de medio punto de sus ventanas riman entre sí!
Perder aún no se ha acabado...
... el escritor sólo entra en el círculo de la verdad
cuando sabe que lo pueden matar...
 
 
 
 
 
Ella:
He dejado mi cuerpo en una orilla.
Herida abierta
mi vida.
 
Pájaros cantaban en la orilla... -que no cantaban pájaros, no...
Nosotros transformamos gemidos en melodía...
¿Es la verdad la diosa ausente... o es la muerte?
La vida hercúlea y sin voz que reina bajo la corteza de los árboles...
... sólo hay honor en la muerte. Sólo en ella.
Aunque nadie osa nombrarlo: yo lo creo:
MORS SOLA MAGISTRA.
Bastante alejada estoy yo de las humanas pasiones,
como para hacer desfilar aquí
algunas de las figuras que Hamlet en las nubes dibujaba.
Si conservo el gusto es ya sólo por las imágenes.
(Naranjas artísticamente mondadas, hasta la mitad, en espiral.
Manzanas de Cézanne, cuyo color, por así decirlo, rueda.)
No sé qué delirio de felicidad y espanto esconde la alquimia del arte,
sin el cual el mundo no puede ser entendido.
¿Lo real puede ser mucho menos preciso que el arte?
¡Toda fronda es gran invitación al vuelo!
Déjame, déjame ser ya tan sólo fruto marchito, en sí mismo recogido.
Lo más difícil, hombre hermoso,
completa peregrinación de tus emociones solicito:
déjame que como el pintor,
espejo sea de color que enfrenta.
Sé reverente con mi fecundidad,
antaño corporal, espiritual ahora.
El drama real de la nada concreta y el tiempo,
sístole y diástoles de esperanza y desesperación.
Textura vidriada de lo proyectivo.
Amor: potencia musical contrastante
Ternura, suplicación, ferocidad: ¡sálvanos!
¡Sé tú, sé tú, dulce seductor, mi libre asilo!
No hay más honor que el del poeta:
poner en jaque a la muerte y el tiempo.
Sólo queda un volverse sombra.
Pero no temas:
no cambiará con ello mi deseo de cambiar.
Como si súbitamente se lo hubiese hecho aparecer
del suelo mediante una trampa,
mi microscomos, TAPIZ. Puesto que todos los modelos
hacia adelante se impulsan desde una perspectiva plana.
Variopinto despliegue umbroso.
Las sombras chinescas de nuestro pasado, de nuestra infancia,
las que conforman, se adecuan o complementan
una serie de dibujos en copias sucesivas o degradadas...
Gracias a su capacidad de producir ilusión,
incluso lo terrible producirá placer.
¡Disfruto con la risa de los antiguos poetas!
Así como al soplo siempre el plexo mueve
en las doctrinas de filosofía neumática,
también Amor la realidad anticipa en estado de maravillosa
alucinación.
Su leyenda se remonta tanto al origen de la pintura como del dibujo:
circunscripción de una sombra.
 
Llevas razón, llevas razón, dulce seductor:
perder no se ha acabado aún.
Un buen día, sospecho, canción derivará en acción.
Porque la acción se metamorfosea ya en ficción.
(...)
A quien me pregunte sobre la ULTIMATE REALITY:
 
folie à deux.
Folie à deux.
Quelle folie!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Foto: Santi Sitjar
 
I
- Tú, pequeña rapsoda, ¿acaso no recuerdas...? Llevas en los ojos
la marca ... ángel exterminador... ni a un buen hombre puedes reconocer...
 
- ¡Oh, sí, diosa omnipotente!
¿Cómo olvidar tu severidad de hielo y escarcha,
mis diez mil clases de insípido dolor...?
Es mi propia muerte quien siempre me acompaña...
Mi boca sedienta saliva tragando en vano.
Yo soy de los sin-amor : presencias vestidas de rojo ensangrentado
ante ningún tribunal reclamarán... tal vez, el cielo...
 
- No descuides nunca, Anna, el abismo vacío a los mortales reservado,
el piélago de amarguras... Pues la palabra poética a la verdad
apunta entre la noche y el día...
la deja inexpresada...
 
- De sobras conozco la muda triquiñuela... imposible de adivinar...
Voy contigo, Lady... tuyo será siempre el compás...
Déjame tan sólo alzar la voz... mis contemporáneos... sí,
olvidan: lo que más cerca de ellos está, simplemente, no está.
 
(...) Os advierto hombres de hoy, preparaos con tiempo para otras vidas (...)
 
 
 
 
II
Ciertamente, sé mucho más del morir que del vivir.
Sólo que saber de ti es indecible para los humanos... místico.
Mi fascinación por la muerte, pues, fácilmente se inclina:
sólo semillas muertas siembra.
Aunque aviente cenizas, sea yo grave y demasiado grave...
A fuerza de sinrazón, te lo ruego, conviérteme en fuente originaria...
Hablar de ti en términos otros que los de la afectividad es
de ti burlarse... La venganza será terrible...
Conocerse, agonía implica. Vivir, privados del mundo, el espíritu del tiempo...
Corremos hacia ti, Muerte... y ya estamos en ti:
el gran sí es el sí a ti.
La voz a ti debida.
 
(...) El cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado (...)
 
Empezó a llover en nuestra habitación... -tras mil naufragios,
otra vez sonríes, pero es una sonrisa meliflua y algo fanfarrona: cada día traerá su golpe-.
Una enorme desgarradura empezó a cicatrizarse.
 
(Entrada del violonchelo por detrás del dolor...)
 
A tan fecunda quiebra se unió nuestra manía de escribir.
Manía, que no paciencia, manía a la voluntad ajena...
¿Dónde está nuestra sensibilidad hímnica? ¿La embriaguez de nuestros comienzos,
el alba de nuestras estupefacciones? ¿Dónde está el verano, el inimaginable verano cero?
 
(...) El cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado (...)
 
De la pared de la palabra, te nace un nuevo cerebro.
El bien fue la luz que dudas disipó.
Callabas, mirabas directamente a los ojos... nos convertíamos en pareja eterna.
Caducidades lentas y rápidas compitieron entre sí.
Pasó durmiendo batalla y estío.
Cabalgué un tierno y virgen territorio de mentiras.
Ser engañado o perecer, no hay jamás otra alternativa.
Tránsfugas de la lucidez... Mon coeur mis à nu.
A solas contigo, ¿quién no se demoraría en los espejos?
¿Alguien queda corto? ¿Alguien vacío?
Esta mascarada de confidencias no es sino una mejor manera de ocultarse.
Où ici la justesse? Où ici la justice?
Nos escapamos siendo impenetrables...
Todos estamos heridos, pero de tu herida, amor... ¿brota algo?
¿Por qué lo escondes?
 
Hicimos del error una forma de verdad, lo que sabiamente engañaba.
Voluptuosa ternura, ¿sólo la melancolía te estabiliza?
 
Y ya sabes, el salto siempre pasa por ti.
A ti, Muerte, lo logrado en el silencio.
 
(...) El cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado (...)
 
 
 
 
III
He de confesarte lo que no ignoras, fiel Vampira.
He amado a un mortal delicioso.
Y a mí, frívola cual costumbre,
pláceme hoy delirar porque he encontrado al amigo.
El sueño vive de otra forma,
aquí donde nos jugamos a los dados el placer
- mi cabeza... ¡ay, pecado saberlo!-.
 
(Síncopa, paso de los límites, ése es ahora el ritmo...)
 
- Tú, pequeña intrigante, ¿quién te apremió
a sentir la atracción de la locura?
Sólo conseguirás manchar tu blanco atavío...
¿Cómo sabes tú qué heridas le harán
feliz, qué saeta lo tortura...?
 
- La locura, la estupidez no mata, Lady Death. Da cordura.
Y cada uno se procura la pureza como puede...
si se tiene a bien olvidar, como hemos religiosamente olvidado,
al biopoder con su parda gramática, cuya íntima esencia es igualarlo todo...
breves son los sobresaltos,
pláceme saber dulce en el paladar de alguien.
Ser cuerpo sin fines, ni funciones,
cuerpo intenso, cuerpo intensificado...
Cien maneras de decir jugar
(tocar, olfatear, saborear, fijar con la mirada o el oído,
embriagarse con lo que los penetra...
formar, proyectar, sacudir...)
Me conmueven sus ojos fatales
con la esperanza en suspenso, en mis palabras fijos (...)
Es el sabor de un sueño solitario:
sólo veo sus ojos como olas de otoño mirándome.
Verte hoy es como ver aparecer el sol entre las nubes (...)
 
Mas ya sabes tú, Lady Death,
en qué medida el pensamiento trágico me domina...
Cuando la pasión me abrasa, cabalgo
cabalgo sobre tus hombros enemigos
hasta que la tierra misma cede bajo mi arrogancia...
Tus ojos, entonces, podría inyectarlos de rojo,
pero me conforma el azul-tiburón de sus ojos...
Siento que la vida esparce un espeso haz.
Y el azar... el azar es de la ira.
 
Creedme, hombres del futuro, por favor, creedme:
aunque llena de inútiles algas mi playa amanezca,
esta mujer gozosa y sin culpa
la primera será
a canción eólica en trasladar
el secular canto de las tribus
que cantaban a la noche
la luctuosa canción que se merece...
 
- Estás pisando el resorte de una trampa...
Eres sólo sombra, apenas forma...
¿Acaso no reconoces ya el crudo, ciego
resplandor de la más caduca pasión?
 
- ¿Crees que no lo sé...?
Pero antes de que mi mórbido corazón
en cenizas nuevamente se convierta,
tomará el amor que ante mí se ofrezca.
Apasionada, obsesionada oferta...
Lamento no poder aferrar el bosque
para mejor retener los rayos del sol...
Pues mi sexo se ha borrado
de mi tiempo.
Y si no hubiera habido un rostro clandestino,
una mirada humilde,
generosidad ante la insolencia,
¿cómo podría yo componer un poema de entrañas rotas...?
Y no temas, también mi mórbida persona
cejará antes de que el amor desmaye...
Te recuerdo el fantasma que se ha convertido
en la mitad armónica del cielo, es (...)
 
(...) Desea el descanso, Tántalo, deséalo,
ah... siempre tan hambriento de manjar copioso (...)
 
¿Qué mar, qué ríos se han enterado de nuestra lúgubre guerra...?
¿Qué región está libre de nuestra sangre?
Y como a los imperfectamente sexuados,
a los habitantes de torres de marfil,
se nos acostumbra a dar la espalda,
como nosotros por defecto antes hicimos,
acojo gratamente la franca bienvenida de las cosas,
domésticamente me pertenecen...
De nuevo en mis cabales, me concedo
una larga, larguísima pausa para interrogarte una vez más
amor, que incluso amorosas señas desdeñaste,
¿Tal vez porque saliendo de la patria
también huye uno de sí mismo ...?
 
 
 
 
 
IV
Y bien, a la patria los solitarios vuelven siempre...
Precisemos: piedad filial.
(Momento penoso. Las sillas crujen. El diálogo es poco acompasado...)
Me voy.
Para nada sucedió todo.
La gran densidad del amor. Para nada.
De nuevo, del amor nos colmarán las penas...
Otro poema del corazón quebrado compondré...
Fue... un encuentro clandestino de lluvia y nubes fue...
No dejéis que vuestros esfuerzos en pereza o amargura se conviertan.
¿Para qué entonces el ritual...?
Llegué incluso a insultarte, amigo mío, con el fin que de mí te apartases...
¿Qué decir mal de ti...?
Sinuoso, rebajas la lluvia benefactora, las generosas nubes.
 
Una barca de regreso sin prisa, ¿cómo verla?
cuando, de pronto, como una flecha abandona su arco...
 
El aire rarificado de la separación satura mis pulmones, imposibles ya de limpiar...
Es difícil llegar a tolerar un testigo de tus más secretas miserias ...
Hay que alcanzar ese punto.
Existencia de inmediato perdida, modelo volcado, molde vacío.
Oscura desolación, se acerca profunda como el negro océano.
Escribir es una forma de pregaria.
Arte, conciencia de la desgracia:
describe la situación de quien a sí mismo se perdió.
Estofas y carnaciones, en eso consiste la pintura.
Textura y tintura de las evidencias.
NATURALEZA MUERTA, CUADRO VIVO...
-no hay ningún misterio, el misterio ya ha pasado...
 
¿Es quizá la sombra de las flores lo que nos separa...?
Aunque no sea pariente mío,
se ha compadecido al ver una vida que se quedaba atrás.
Conoce el dolor de mi corazón.
¡No os llevéis la bondad de mi vida!
Este pobre cuerpo, lleno de melancolía, lleno de dolor,
mira un rostro que confina con vientos, con ciudades.
 
El sentimiento del viajero renace en mis entrañas;
el sentimiento por la separación no deja sosiego
en mi mente cuando cabalgo...
-mas, el silencio de los hombres en la ventana... ¡es verde!
 
*
 
¿Pero era un caballero o tan sólo una solemne pretensión...?
Quien llega al abandono, se convierte en un hombre espiritual.
Quien no llega es un hombre virtuoso.
 
Para el otro, cuando muere, ya no hay mundo.
Es el fin del mundo, por eso la melancolía.
Y el amor de los hombres, puro desgarramiento.
No podemos contenernos, abandonamos lo que preferimos : reciprocidad y lealtad.
Si la humildad nos falla, todos los esfuerzos son inútiles...
 
(...) El cerebro es la más perversa de todas las cosas, mutante desesperado (...)
 
Y, ¿quién menguó como yo?
Nadie puede sobrellevar la vida solo, tercia Hölderlin en voz bien baja
desde su escondite figurado: la caseta del apuntador.
 
Verdadero es cabalgar sin fin.
 
(¡Ale, hop... hop, hop... hop, hop...!)
 
 
 
 
 
 
 
Para ti, dios desconocido, este Jazz después del infierno...
Tú lo sabes, todas las historias que podré contar
sobre laberintos a solas recorridos,
vez tras vez recrearán el tema l'amour en fuite.
 
Como si se me antojase conjugar el pretérito perfecto, y arrogantemente dijese:
He besado el suelo cual humilde babosa.
He abandonado mi soberbio caparazón de gasterópodo.
He tomado la recta senda que vincula sustancia, forma, acción...
Os digo lo esencial: olvidar es recordar es resonar (...)
Mi cerebro vivo perfecto distingue
las hierbas en el campo sollozando,
las disonancias cromáticas del crepúsculo,
omnipresente dolor acústico.
OM MANI PADMI OM.
 
Mas temiéndome que receléis del mantra hindú,
positivamente afirmaré: el robot neuro-inspirado que yo encarno,
-comúnmente, cyborg-,
es incomprensible a ambos lados del espejo.
Vive igual de bien entre los muertos
que entre los nonacidos.
 
Babosa o cyborg, soy quien silencios alucina.
pasó el tiempo aquél... canalla, de la pura pérdida.
Flotaba tierra adentro... Mi conciencia iba conmigo.
Para vosotros fui patética presencia sin contenido emocional.
Dolorosa sabiduría hicimos todos:
la vieja materia gris indefinidamente la existencia preserva
dentro de un vacío sin aire (...)
 
Un día, sin embargo, personifiqué la enferma.
Descifré como tragedia la oración
murmurada, rítmicamente sonora que me envolvía.
Entonces precisé la música tanto como el aire trabajosamente inhalado.
Ansié música y sólo música: la estructura del ritmo,
el movimiento discreto, libre de la melodía
-sus contornos y trayectorias, sus tensiones y relajaciones...-.
Rehacer mi propia melodía cinética:
Primero olvidar lo evidente.
Después, recordar... resonar...
Como si de recuerdos constase el alma
habituada a automatismos sin fin.
(El alma es en los instrumentos de cuerda
un cilindro de madera. De forma transversal
a la estructura, une las dos tapas
y sus respectivas resonancias...
perpendicular a las cuerdas...
por así decirlo, cordón umbilical.
Necesité que la música en mí reconciliase
músculos antagonistas, agonistas;
que se sincronizasen música y movimiento.
Que mi espíritu vago aceptase vuestra lacerante liturgia:
inserción de palabras en pulso eléctrico.
Me rendí al poder narrativo, mnemotécnico de la música;
a su flujo articulado que te urge a seguir
sin detenerte siempre adelante.
Pues tal fue la fe que depositasteis en la figura de la enferma:
que la enferma configurase su cerebral actividad en
aquella arquitectura del silencio (...)
Sólo que la enferma, viéndose irremediablemente
en el mundo de los vivos, se permitió alguna que otra
travesura... -la idea numérica, pitagórica
de los intervalos tonales es... santa provocación.
De ahí el carácter imprevisible, errático de mis distorsiones...
Desafiné una cuerda...
Me enamoré de la disonancia producida,
de la perversa calidez que sólo el placer sin concesiones da,
el así llamado placer estético, placer sin hielo.
 
¿Tú qué escoges en esta amarga vida,
lo dulce o lo salado?
¡Oh, mundo terrible de apariencias, ilusiones, espejismos y desengaños!
Cuando el espacio se reduce a tu cuerpo,
aprendes:
no volverá la libre entrega de ojos inocentes.
Mejor conceder al régimen catastrófico que te asiste
la épica nobleza de un paisaje heroico -batallas, naufragios, exequias en el mar...-,
Que interpretes como singulares viajes en el túnel del tiempo,
tan extravagantes y excéntricas,
esas extrañas y tan locas transferencias tuyas, intermodales...
de la visión al oído, del oído a la visión...
 
Soy simiente ancestral y latente.
Lo sabes, a conciencia, lo sabes:
la forma animal está en proceso de desaparición.
Queda, no obstante, constantemente renovada la tendencia
de formar animales.
Tal vez, la música, las artes todas, no sean sino
adaptaciones evolutivas directas.
Y el estímulo de muchos centros filogenéticamente primitivos revele
que la naturaleza interior del ser humano sea
aquello que conocemos como
naturaleza.
Es decir, soy lo mismo que doy.
Es decir, Anna: cabalga la pesadilla.
Anna: cállate esa fosforecencia azul que por todas partes ves.
Cerámicas y esqueletos azules.
Calla cómo oyes morir al otro dentro de ti.
Cállatelo.
Cómo nieva sobre el mar de los momentos.
Qué triste es el mundo sin amor.
Qué ínfima la vida humana.
 
Una sola nota se extiende por el aire... incolora, inodora, inaudible.
 
Lo que acontece entre las personas lo expresa
el lugar donde se encuentran.
El lugar es la estructura.
Pero, ¿y si el encuentro es desencuentro...?
¿Y si las cosas sólo llegan a la complejidad de siempre,
como siempre, antes de romperse...?
¿Qué región del mundo
-tras la derrota Troya gritó -,
no ha tenido la culpa de nuestra ruina?
¡Gran originalidad, Amor, que hiciste indistintas dicha y desdicha!
¿Qué es ahora dicha cuando sé es tan eterna
como la muerte, como el gesto cotidiano?
Las letras de tu nombre descompuesto
¿formarán parte de otros nombres... o se usarán tan sólo ya
en los alfabetos de la universal infamia?
Vida... vida mía, tanta desventura como aventura ¿igual ventura?
 
 
Mi sembrío tardío... curiosa paradoja.
Fatiga plantada...
Retoñas tú, y tú y tú y tú...
Coro de voces blancas, dichosas.
No me transmitáis vuestra alegría, sombras resplandecientes y dobles,
abstracciones a medio hacer;
no me contagiéis vuestro entusiasmo, os lo ruego,
porque más razonable y persuasiva será aún mi apatía.
 
... a no ser que mi cuerpo, nunca fue mío...
... a no ser que vuestro cuerpo... nunca fue vuestro...
Yo... en la prehistora fui vencida...
(...)
Tú eres la ausencia de cosa que mi sentío precisa... -anticlímax tímbrico.
Tú... ¿cómo eres tú?
Presiento que pasaré toda la eternidad conjeturando,
con inquietud y sin éxito,
tú eres... ¿cómo?
¿A qué abismo te vas si ya eres hielo?
 
Perfecto distingo
las hierbas en el campo sollozando,
las disonancias cromáticas del crepúsculo,
omnipresente dolor acústico.
 
La música callada.
La soledad sonora.
(San) Juan de la Cruz.
 
(Cruz.)
 
 
 
 
 
Para Albert Bover
 
 
 
Bien se dice: no hay nada peor que el agua quieta...
Nieve cerrada sucedió a la falta de música líquida.
(Buena memoria es escritura,
ella retiene bien su figura...
Su exhibición consuela,
pero no lo suficiente...
Me consuela la lluvia fina,
satina la entrada del museo.)
Ésta es la intimidad del cuadro:
vez tras vez derribo la estatua del vencido;
ante mí se desenvuelve la fiesta, inaccesible;
conozco... la postura del ave cautiva.
 
Para superar las ruinas tuve que volar y volé.
He aprendido que lo más odiado por todos es aquél que vuela.
Si os parezco superior a todos es porque Muerte,
como a lo dioses, me perdona la vida.

Pero son muy raras las ocasiones... creo... creo que es un favor maldito...

¡Muy flaco es el favor, sí, lo sé!
Lady Death es mucho más cruel con los dioses
que con los humanos
-y mi obra no puede sino rememorar tan olímpico crimen...
 
De nuevo, proliferan los enigmas,
maestro de ceremonias, que lo sepas:
este tango va por ti.
Porque nada se refleja en el espejo claro
si la otra cara no está oscura...
La materia... ¿no es acaso luz condensada...?
¿Qué dirá mi ferviente conciencia al espectro que anida en mi camino?
Soy la mítica heroína que siempre retorna:
mi corazón es un cristal a la intemperie,
vibra al menor suspiro del mundo.
Pero a ti... a ti, mortal delicioso, Muerte
te atará con fidelidad...
al reloj jurada.
 
 
 
 
Discrepo, pierdo, aquí me las den todas.
Acaricia mis labios hablando muchas lenguas: sueña eso.
La luz que buscas, el engaño de la luz hará lucir.
Tú y tu investigación de plásticas dramaturgias:
el mar se te convierte en caja de resonancia.
Tango que no es tango, cristalización de fragmentos
o cristalizaciones fragmentadas.
Que no te sacie ya sólo la escritura.
Sabes crear con los colores.
Crea, pues, calidades, campos de color.
Distingue: nocturna pesadilla / dichoso sueño diurno...
¡Es tal la cantidad de sugerencias que inundan tu espíritu!
Música no es otra cosa que saber el orden de las cosas.

(Suena música de piano, bandoneón, violín...)

Deja ya tu lengua, tus palabras almidonadas...
El artista DEBE, no ha de discutir, la cosa se le impone.
Halla el punto de transformación
por el que el sol da a la materia sombría,
fuerza transformadora.
Más allá de la ondulante tristeza,
más allá del sedimento de la creación
que siempre el diablo ronda
(mueca al estilo Rembrandt...),
explícame cómo pueden componerse órdenes figurativos,
descomponer tensiones anímicas.
Enúnciame las leyes, ilusionista perspectiva de los techos
(breves pinceladas densamente imbricadas...)
LACRIMAE RERUM:
gotas de lluvia que como paisajes se abren...
Sigue empleando el claroscuro,
medio de escenificación dramática...
esa embriaguez del lápiz o del pincel que a un furor se asemeja.
Toda pintura debe ser autorretrato,
o no es pintura.
¿Y tu gusto por el alma que ignora contemplar sin asombrarse...?
¡Perdiste esa irisación mate que es la del terciopelo...!
¿Crees acaso que puedes dejar de hacer ejercicios malabares...?
Fuiste gran equilibrista,
el peligro con elegancia sorteaste.
Y dejaste una carta explícita, sobre todo, una carta,
la carta de despedida al amante.
Tu cuerpo atáxico enfermó,
pero diste al César lo que es del César.
Porque, bien lo sabes:
a ti misma no llegas sino por el recuerdo,
y de este UMBRAL: memoria.
Toda originalidad proviene de este destino tuyo, estrellado...
Del sello rojo carmesí que en tu vida el tiempo imprimió.
Lo sabes, con certeza, lo sabes:
la trace tout court c'est toujours la trace d'autre.
Lo sabes:
el aire pinta por ti peces gigantescos, con árboles en el lomo...
insólita carga eléctrica,
ISLAS
(sonido de música que se apaga al pasar...)
Claro, la simplificación te conduce a intensificar el color.
Dispones de ritos que todo lo salmodian.
El episodio final contestará el tema, construirá una fuga.
Gracias a la oscuridad, a la sequía, se preservaron
tan bellas maneras.
Pero aún te has de entregar a multitud de remiendos,
a la maníaca voluntad de saltarse la fragmentación.
Te crees algo muerto, algo grotesco,
como los movimientos del que danza
y pierde el oído de repente, ya no escucha música
(...) porque me amaste sin amistad, me repugnas, me repugnarás siempre...
Y sin embargo, han de venirte aún tiempos peores,
tiempos caóticos en los que el cánon perderá su fuerza vinculante.
Mira por el gesto que el oficio ha de imprimirte.
Pon un énfasis un poco más vivo en tu obediencia ciega.
Porque aunque tú no lo veas,
la mundana leonera mucha más tristeza que gracia...
Aún habrás de transformarte, efigie griega,
en símbólica figura, esfinge egipcia.
En la talla románica,
virgen que abraza el niño, mejilla con mejilla.
Se desvanecerán los límites
para que una sola estructura emerja.
 
(Inclinado hacia delante y totalmente absorto,
tú dices TRES, yo digo CUATRO,
En evidente estado de excitación, yo pierdo.
La composición del cuadro responde a principios simétricos (...)
 
 
 
 
Discrepo, pierdo, aquí me las den todas.

Yo me juego la risa.

Suspiro por el trueque.
En cierta manera, esto, la escritura,
esta ilusión de avanzar,
aún no ha comenzado.
Cierto: me abandoné.
A una la deja exhausta el empirismo fatal... tan caduco siempre.
Cuando todo lo que anhela es un jardín
de sol henchido.
Quien no tiene otra cosa
se alimenta
AZUL ADENTRO.
Ampliación de la existencia que permite gozar,
ciertas horas de inmortalidad.
En mi corazón, algunos jirones de amor encontrar.
Morir reconciliada con mi especie...
¿Por qué te quedas boquiabierto?
¿He dicho algo que no debía?
¿A qué se parece mi alma...?
Todo acaba en compasión,
de manera tan diferente a cómo corazón dispuso...
Que tu honestidad me haga un lugar ahí.
 
Entre animales rapaces, todos los pelajes...
quisiera yo ser pintora genial,
de las que cielos y tierra dentro de sí llevan,
sólo sus emociones pintan.
Pensamientos... no.
Abismos de pensamiento donde ningún sonido puede llegar...
donde ninguna luz puede llegar...
donde lo bonito y lo temible se confunden,
misteriosa sensualidad.
Ternura, te lo ruego... buen laberinto,
llévanos por sendas quebradas y derechas.
(Balcón, patio, ventana, tejado y escalera, escenario y
palco son...)
 
Pasión por estar siempre en tu jardín extrayendo malezas,
conclusiones tristes de todo lo que crece...
- mas... ABANDONED MASQUERADE:
no hay nada tan divertido como destruir un juego con otro juego.
Hay quien finge creer que por la crítica de la conciencia,
se llega a la renuncia del pensamiento...
Pero nunca se nos ha ocurrido otra cosa sino
adquirir conciencia.
 
(...) Fuego y agua se unieron y de su matrimonio
nacieron la tierra, los peñascos, los árboles,
todo lo demás. La sepia luchó contra el fuego,
fue vencida.
El fuego luchó contra los peñascos,
éstos vencieron.
Las piedras grandes combatieron con las pequeñas,
éstas últimas resultaron victoriosas.
Las hierbas pequeñas lucharon con la hierba,
ésta obtuvo la victoria.
La hierba luchó con lo árboles, la hierba fue vencida,
los árboles ganaron.
Los árboles lucharon con las lianas,
fueron vencidos. Éstas salieron victoriosas.
Las lianas se pudrieron, los gusanos se multplicaron,
y de ser gusanos,
se transformaron en hombres.
 
 
 
 
 
 

¿Juzgáis que se me tañe con más facilidad que a una flauta...?

Debo una vez más levantar acta, tragedia de la inocencia.
Extraño y crudo olvido de mis desaciertos...
Debe resurgir de las cenizas el poema cifrado,
por enésima vez enterrado: cómo no hacer un castillo de palabras.
 
A vuestra verdad le falta delicadeza, oportunidad...
hurgáis demasiado la herida...
Parece que os vais a poner una venda...
Y luego, nada.
 
 
Yo no sabía tener miedo. ¿Qué importaba perder...?
¡Cómo si la muerte no fuese ya mi más fiel compañera!
Color quebrado, color celoso de mi rostro,
cautivabas puñados de polvo valiente.
Nunca tendrás viento favorable para partir si yo no voy contigo.
Tened en cuenta que era muy astuto,
taimado, marchaba furtivamente
el rey que daba el tono.
Prodigaba chistes rancios, risas mefistofélicas,
hábil cariño.
Pondría una flota de bajeles con plata purificada,
en cada puerto donde desease detenerme...
¡Me prometió la inmortalidad!
Es difícil rechazar lo que está tan bien ofrecido...
 
Habría que considerarlo más demonio que persona:
condújome por lugares de imposible acceso.
Con gran vehemencia recorrimos

parajes no hollados por el hombre.

(Universo figurativo desprovisto casi de sombras:
todo estaba rígido en su aparente fijeza,
irreal tras la máscara o fisonomía.)
 
Admirable audacia la de quien confía en su enemigo.
Ante un paisaje que sólo servía de atrezzo,
títere incapaz de engendrar,
me atraías, me repelías al juego en que
los animales recíprocamente se adivinan.
Y se consideran campeones.
La verdad es que peleábamos como trombas marinas.
Sólo importaba ser muy sinceros.
 
Insaciable curiosidad escenográfica la mía...
¿Cuántas veces precisé celebrar el convite sensual
donde sólo estás tú,
para percatarme que del presente no se tiene memoria,
a lo sumo, sensación?
La naturaleza erótica como escena mitológica.
Coreografía al azar pero monólogo en alta voz.
 
Tal vez sólo sea el conocimiento carnal, carnal comercio.
Horror, asco infinito, abismo ante la duda.
Siempre se trató de una guerra.
De una guerra sorda, sufrimiento indecible
en una personalidad tan arrogante como la mía.
Pues quimera por todos ignorada: mi vencido yo.
No nos separó la locura.
Justo lo contrario:
las oposiciones operaban mutuamente de forma mistérica.
La locura nos unía.
Es la lucidez lo que nos separa.
AMOR pregonaba el gran teatro del mundo.
Todo aspiraba al blanco o al negro.
El color era el síncope.
No fue amor sino galope.
¡Qué frío en los huesos!
¡Qué oscuro el invierno todo lo envolvió!
 
*
 
Paris sale ahora del poema.
Se aligera la historia de masculino, desesperante lastre.
Se acabaron los personajes abatidos, agachados,
acuclillados, tumbados, cabizbajos.
Aquella representación de formas humillantes, envilecedoras.
Triunfo absoluto de algo que si no es fe,
mucho se le parece: luz
plasma los objetos creándolos.
Los objetos se encuentran abandonados.
Estilo cuadro de vanidad:
muchacha semidesnuda, penumbra inquietante,
seducción tramada, detenida.
Apariencia casual que devenía fascinante, felino pesar.
 
(...) Se me hace extraño pensar que en el pasado
integré una "bella imagen".
Antes, mucho antes de esta apocalipsis postural
que destila gota a gota lucidez. (...)
Luz natural, glorificadora luz de una alegoría:
la mitad de mi vida es naturaleza muerta.
Barroco bodegón.
¡Dulces horas dad sombra a mi locura!
 
 
¿Qué habrá sido del amargo Paris, mezcla adúltera de todas las cosas...?
Espero que esté ese troyano infame en el segundo círculo del infierno,
eternamente sacudido por un viento fiero.
Así castiga Dante a quien sucumbe al pecado de lujuria.
Yo sólo deseo paz
instantes de conversación.
La lucha con el ángel de la realidad me hace ver el cuadro vida,
conmovedora meditación sobre la misericordia.
 
Me gustaría pensar que no cedí al fuego porque lo atravesé.
Pero ahora, sin embargo, ilumino a lo bonzo, incendiándome.
 
 
Fallidas por culpa de su prisa continua,
tribus sin voz, ahora atino.
Así que yo estoy llena de silencio.
Rostro feroz de quien vive, piensa solo.
Nada de lo hecho podrá desobrarse.
Sólo por mí.
Triste de mí, de nuevo
declino inocentemente sabiduría.
El amor es tan joven que no tiene conciencia.
Pero, ¿acaso no es ésta fruto del amor?
¡Lo que hay de valioso es su hondo secreto,
y ahí está,
acompañándome para siempre en vida!
 
Cuando cierro los ojos te veo mejor.
Ciegamente te veo fulgurando en lo oscuro.
 
(Aquí permiten las tramoyas oblicuas
el eclipse de mi prosopopeya, memorias de ultratumba.
Mientras la escenógrafa vez tras vez se interroga:
por qué salir al mundo sin sueño.
Las rigurosas leyes de la escenografía barroca hacían
imposible percibir la escena per angulo:

bendita perspectiva oblicua que trasladando el eje central del cuadro

acaba descubriendo fuerza extrema en lo laberíntico.
Mi pasado fue un modo de conciencia que exploraba los límites.
Es congoja mayor sufrir falsos amores que el agravio del odio.
Universo figurativo desprovisto casi de sombras.
El pintor pinta con el silencio.
Más que colores, es silencio el material de su pintura.
Como diría William Blake,
la razón representa la frontera última de la energía.
Cuando se aparta de su centro,
la imaginación se convierte en un poder satánico.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nicolas de Staël in memoriam
 
 
 
 
 
 
 
-De haberte sobrevivido... culpable,
soy tu mujer sin sombra.
La paciencia es mi responsabilidad,
la perseverancia, mi obligación.
Este hábito vegetal -no sideral, no artificial...-,
trenzado con palabras discretas, lo confirma.
¿Hubo alguna vez ternura...?, mi inquietud inquiere...
la hospitalidad es aún insaciable...
Encuentro la muerte en tu rostro,
ni tiemblo como delicado instrumento,
ni hay en mí aglomeración de disonancias.
Trabajo como quien reza a Dios
e implora paciencia en la desmesura.
Del amor pasé al diálogo con la muerte:
Idéntica expresión sin secreto.
Y aunque celos desatados
de mi lengua se infieran,
te acojo con aquella constancia antigua,
por cariño, no por interés servía.
Dispuesta estoy al lenguaje silencioso,
a la separación infinita.
Algo muy dulce me conmueve,
y no me digno a nombrar tan metamórfico huésped.
 
 
 
 
 
-¡Valiente es todo aquello que la juventud cabalga
y la locura guía!
¡Ay de mí,
me disuelvo en una amplia fragmentación icónica!
Mi figura es inseparable del cazador que observaba...
a sí mismo se cazó.
Los pliegues de mi corazón quieren estar siempre juntos,
habría que desgarrarlos continuamente para separarlos.
Vaga mi alma en pena,
condenada a un sinfín de sensaciones,
en ausencia de mórbido vehículo,
c'est-à-dir, mi cuerpo.
Mi pensamiento fue papel de plata,
se arrugó,
ya no puede volver a quedar liso.
Como en un teatro, formo parte de un coro silencioso,
presto a callar en una representación trágica.
¿Puede pervivir la semilla fresca entre ruinas que arden
y devienen cenizas?
¿Acaso eres tú más sutil que las otras porque tu verdad
ante la verosimilitud no se inclina?
Sé prudente: No hagas una invocación
griega para reunir en ruedo a los tontos.
Di:
Hay que aprender a tratar los éxtasis.
Intacta, haz como que los toreas,
el camino es largo, muy amarga la sed.
Se apagarán las luces, y entre candilejas
enrrollado se llevarán el escenario.
Sólo que no es esto teatro,
estoy simplemente muerto.
Y sin embargo,
vuelvo al saber.
En esta región es saber el síntoma,
y el síntoma se llama mutismo.
 
 
 
 
 
-Amo porque
mi tiempo nunca será tu tiempo.
¿Y de mí...? ¿Qué ha sido de mí
en este naufragio al que tanto he contribuido
puesto que según parece
trabajo, trabajo para él, sin cesarl...?
Cuando estoy sola
me encuentro con alguien que siempre va conmigo.
Soy virgen automática, tierra quemada
del todo ingobernable.
Pero cuando más devastado un paisaje,
más plateado el verde lo penetra...
¿Quieres saber el secreto de mi eterno estar
en pie de paz...?
Someto el conjunto de las nubes
a una intensa dramaturgia.
Muevo las personas, no los decorados,
¡hagámonos la ilusión de viajar por tan exóticos parajes!
Si tan sólo soy una triste silueta urbana,
pinto sobre el muro el mar anhelado.
Admitámoslo: A ambos nos viene en gana
acarrear la titánica tarea artística,
lo subyugante es representar la mirada directa al sol.
Ésa es nuestra común inocencia,
la mejor intencionada de nuestras maquinaciones.
Deseamos la vida como si fuese agua,
bebemos la muerte como si fuese vino.
 
 
 
 
 
 
¡Me encanta cuando los escritores se atreven a tomar aliento
y ser audaces!
¿Quieres tocar lo invisible...
... n'est pas?
Pinta alrededor del vacío,
como el creador del agujero crea, ex nihilo.
Joyería es sinónimo de
decoración.
Quien elige a ciegas,
por el humo del sacrificio será cegado...
Así que si quieres cambiar tu arte,
cambia tus hábitos.
Pinta como quien un mundo engendra:
Enérgicamente.
Mas no actúes,
todo está quebrantado, y como a pedacitos.
Recuerda la sabiduría única que el cuerpo
roto te enseñó:
La acción no es la vida sino una manera de echar a perder cierta fuerza:
Enervamiento.
¿Acaso no son todas las cosas
grietas y fallas?
Dame ahora tu pincel.
Has alcanzado ya la gran elocuencia:
Balbuceas.
 
 
 
 
 
-Irónica melancolía me ofreces:
La exacta pintura no es sino travesura.
Lo lejano y lleno de fuerza,
sólo esbozado.
Que la imaginación en relieve proyecte
la ciudad por la que te paseas.
Sirva la intuición para en la mirada decapar
las construcciones de los siglos.
pintor es quien desarmado pintar osa,
el presente de la vida nunca será nuestro.
Arte hay que hacer fuera
del olor que la edad incorporó al espíritu...
 
 
 
(Vanse por distintos lados.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Andreï Tarkovski, il miglior fabbro
(el mejor artesano, Purgatorio XXVI, 117.)
 
 
 
 
TRAGEDIA MÍNIMA
 
Intuición
 
El futuro seguía al presente. Antes. En el pasado.
Ahora presente y futuro están mezclados.
Pero también el pasado fue ahora.
También estaba noche y día gobernado por el ritmo de la sangre.
¿Recuerdas...?
No como un desarrollo.
No con la secuencialidad reconstruida de los sueños;
sino como la intacta, dulce o amarga momentaneidad de los sueños.
 
También esta instanteneidad, esta fijeza de tan verosímiles fotografías es falsa.
¿Sucedió? ¿Cómo sucedió?
Como un acostumbrado espejismo, es de suponer.
Era todo brillante.
Me sigue atrayendo a rabiar lo brillante.
Mas siento que yo ya no pertenezco a ello.
Al otro lado del espejo, yo
ahora.
Y sigue desplegándose el espejismo en la superficie mutante del agua.

Allá fuera.

 

A mí me siempre me asombrará lo oscuro.
Allí donde deja de oírse el suspiro del viento, allí me retiro yo.
 
Tu cólera excedía en mucho al afecto que entonces otorgabas.
Entregabas alma y cuerpo,
ni siquiera podías imaginar que te pasarías la vida economizando afectos.
Con frecuencia, rebosabas en lágrimas de cristal.
Las regalabas a manos llenas.
Tu astucia se abría brecha porque una y otra vez aparecía
la hipocresía en hábito escarlata.
 
¡Qué obscenidad la juventud!
Como la imagen del sol negativo en la retina grabado,
una y otra vez, el hábito escarlata.
Tan provocativo y agresivo.
Tan seductor.
 
 
 
 
 
 
 
 
Catástrofe
 
Súbitamente, no preguntéis cómo ni por qué, una grieta, una extraña rotura en la realidad.
 
(Plano contrapicado de una multitud de personas, marionetas que imitan el pánico.)
 
Un thriller de tensión insufrible, en el que nada se sabe, todo se intuye:
Impunidad de la locura, metódica locura, en el ámbito público.
¿Acaso no es nuestra concepción de la niñez una invención romántica del cuestionable,
insoslayable biologismo?
La náusea de tu alma mutó en horror colectivo.
Formas biomórficas o humanoides y geometría: Son los cuerpos desmembrados por la guerra.
 
Era uno de esos sábados que encierran siglos, púdicamente llamados hospitales.
Huesos, sílex, conchas, diversos animales fósiles.
Guerrero caído. Figura reclinada -las figuras reclinadas son y serán siempre reliquias...
Disposiciones entrelazadas o formas yuxtapuestas.
Máscaras para cubrir heridas faciales.
 
..................................................................................................
 
Sale un Judas y entra otro.
No dorminos. Sabemos que el enemigo vela por nosotros.
 
Todo el mundo me ha traicionado o va a hacerlo.
 
Sueño que estoy muerta y que veo, o sobre todo siento, lo que ocurre a mi alrededor.
Me siento sin fuerzas, sin voluntad.
Sólo capaz de ser testigo de mi muerte, de contemplar mi cadáver.
Desde el fondo de mi alma se origina, como una oleada, un sentimiento de piedad,

de tristeza por mí misma;

sentimiento extraño que de mí brota como sentimiento estético, como realidad.
 
Cuando una siente esa autocompasión,
es como si la tristeza fuese por algo exterior, por un amor perdido, nostalgia por el pasado....
Es como si la vida vivida fuese la de un niño, desprovisto de toda defensa.
El tiempo deja de existir y también el miedo.
Yerma eternidad de la tierra extenuada.
Ves el lugar desde arriba, el espacio para tu cadáver,
y la gente a tu alrededor, en círculo, emocionada por tu muerte.
 
(Siempre hay más indiferencia en el mundo, en la naturaleza y en la sociedad,
que la que podemos llegar a sospechar.)
 
Prolongada tempestad de guerras.
Se te extravió el orgullo como si fuese el hilo rojo de tu esencia.
Me apliqué, no preguntes cómo ni por qué,
en reconstruir algo más duradero que la frágil urdimbre de carne, nervios, huesos
que un accidente cualquiera puede aniquilar.
 
(Plano contrapicado de una multitud de personas, marionetas que imitan el pánico.)
 
La única función de la conciencia es la creación de ficciones, te dijiste.
Si llegamos a saber algo sobre la muerte, rápidamente lo ignoramos.
-la horda humana malherida le cortó el aliento a tan melancólica sospecha-.
 
Aceptaste las hierbas locas.
 
Tallos de plantas desconocidas volvieron a obstaculizar tu marcha con sensual y absoluta indiferencia.
Tú enmudeciste por toda respuesta.
Ah, parafilósofos, intelectuales todos... ¡oh, Dios, esa gentuza que tiene atrofiado el órgano de la fe!
Ellos y su hambre sensorial.
Todo hijo de vecino y su hambre sensorial.
 
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A aquél que lucha y guarda mis obras hasta la muerte, le daré el poder sobre el pueblo y la estrella de la mañana.
(Apocalipsis)
 
Ven sombra, ven, llévate esta sombra que es tu rival.
Mi corazón está tan lleno de tristezas como de arenas el océano.
 
Ven, ven, señor extraviado, te lo ruego, por favor.
¡Cuán pequeña es la fuerza de los locos humanos y cuán débil su desconfianza!
 
Por siempre jamás, sabedlo: es ridículo el tiempo baldío;
pues el corazón es la más engañosa de todas las cosas, desesperadamente perverso.
 
(Plano contrapicado de una multitud de personas, marionetas que imitan el pánico.)
 
 
 
 
 
 
 
 
Treno
 
No puedo hacer nada que no desprenda la energía de una montaña.
(Esta es la antífona final. Salmodiando...amo, amabo te.)
Porque la creación de túneles de nuevo sea transgresión.
(Ora pro nobis.)
 

Época curiosa ésta en la que los hombres no asumen ninguna cruz, pero andan por la calle orgullosos de sí mismos como

purasangres preparados para la carrera.
 
Ellos son los curiosos, los transparentes, no yo.
Si una no marcha al mismo paso que sus compañeros, ¿no puede ser que oiga otra música?
¡Cómo me engañan, ay, Dios los insensatos!
Lo que vosotros llamais pasiones sólo es el roce del alma con el mundo, no es energía cósmica.
Día llegará en que maldeciréis vuestra prisa.
El tiempo será eternamente el ritmo. La memoria, el único argumento.
Sé tan antiguo cómo haga falta, tiempo, tú que humilde emerges del viejo limbo para ser el tiempo,
(Ora pro nobis.)
 
Quienes vivieron el horror de la guerra en su carne, vieron perdidas sus emociones,
dañadas sus esperanzas.
Por eso resucitamos en esta vida olvidada, que te aspira como arenas movedizas; ya no soy nadie,
y mucho menos una escultora de fama, un director de cine...
(...) Cuando me pongo a tallar un pecho, siento que hundo el mío (...)
Mas mía será siempre la cólera de no poder decir no.
(Ora pro nobis.)
 
Cuando vivía en el mundo, era dueña del uiverso...
Ahora estoy, más bien, comiéndome mi propia culpa... este mundo es un perpetuo huracán
que me arrebata los amigos.
¡Ojalá que hartos de tan frecuentes guerras nos conmueva el deseo de paz!
Descended, descended, simplemente al mundo de la soledad desnuda.
Allí donde el camino serpentea en apatía de antigua guerra,
cuando el exceso se acepta como vacío, allí aparece la serenidad.
 
No hay fin sino adicción final.
Así que no te lamentes por el pasado. Dispón tu mirada hacia el futuro.
Mantén la intrépida disposición de un héroe, el corazón cariñoso de un niño.
(Ora pro nobis.)
 

En este viento frío que es el calor del corazón, reina soy de los espacios intermedios...

¿A qué estáis esperando?
¿A que nuestro reino salada marisma de lágrimas sea...?
 
¡Devolvedme el grito!
 
Pero, no, un gran y apocalíptico silencio por toda respuesta...
Ya sé, ya sé, la belleza es la emoción, el silencio interior.
Los hombres podemos falsificarlo todo menos el silencio.
Cada segundo de silencio vale lo que vale una joya sin precio.
Porque eternamente rimen humildad y silencio, más que profesión y aserción,
porque siga siendo el silencio calor de influjo lento.
(Ora pro nobis.)
 
Con este viento vagabundo, he llegado a la edad sin savia, en la que mi fracaso es igual a mi éxito.
Espero que mi esgrima de doncella jamás me traicione,
pues jamás llegará el momento de desabrigar mi amor en palabras.
Me basta una forma sencilla de vivir del drama, llevar el duelo, superar la pérdida.
Las raíces del árbol de la paciencia son muy amargas, pero sus frutos muy dulces, dice Confucio.
Y como describía la doma de la bravía el pintor del pelo rojo:
Ruda tarea es dibujar terrones de tierra y conservar el vacío entre ellos.
 
Plasmar la vida que se marchita, bastante delirio es eso como para entretener tragicomedias otras.
Dejar de ser arrogantemente uno, por esto no-dicho (risitas, susurros, barcos por venir...).
La creación es negación de muerte, en sí misma optimista, aunque sea trágica.
En definitiva, sólo se presenta, lo que te representas.
 
Que para mí quede la árdua tarea de transportar el tiempo alado sobre versos de pie quebrado.
 
La blanca cicatriz de la playa y el agua, como una gema verde brillante.
Si piensas que vas y vienes, ésa es tu ilusión. Yo ya no.
 

No tengo ya nostalgia alguna. Debo ser ya el barranco del mundo... Lao-tsé, te eligo ducem.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Nelly y Erik Holmsen
 
 
Si eres gato, tu leyenda es triste, fatal: Todos sois pardos.
 
Pero, no , sorry, no.
Hay gatos callejeros o aristogatos, cuya listeza se acompaña de orgullo o torpeza.
Hay gatos de angora, que gustan de mirar a la cara todo lo que duerme.
Hay gatos siameses, con guantes de cristal.
Los gatos que prefieren fantasmas y pelusas de povo, al sapiens sapiens, homo...
Saben matar de risa y no de ira.
Y a mí, como en los libros ancestrales,
me intrigan quiénes son virtuosos en batallas silenciosas:
Cómo es el rastro del águila en el cielo.
Cómo es el rastro de la serpiente sobre la roca.
Cómo es el rastro de la nave en medio del mar.
¿Cómo es el rastro del varón en una virgen...?
 
Todos los gatos colman con la plenitud lo inacabado, saben caer de pie.
Y mientras caen... deshacen los nudos de la vigilia:
Tonos de pasión, hilos de paciencia.
Tras máscara de colores, dilapidan una gran alma.
Alpinistas ebrios, no alcanzan la salud sino por la cima.
Ven el rostro de los amigos dormidos como paisajes apasionadamente graves...
 
... vuelan. Y sueñan. Desean la transición de dulzura infinita entre la vida y la muerte.
Se reconcilian con sus heridas:
¡Cuántas cosas son aún posibles aunque estén heridos!
Permutan sin cesar las palabras cuerpo y alma.
Se diría que inventan la potencia de lo que deslumbrante y serenamente desaparece:
El recuerdo...
... y descendiendo, se apresuran a dar a su verdad dos piernas:
La felicidad es inapreciable, ¿cómo advertir su desgaste?
La propia identidad, aquello que con loco ahínco se persigue: Causa perdida.
¿No volveremos a encontrarnos con nuestro animal carismático y totémico...?.-
Así que el suelo se les brinda rebosante de coraje.
 
Como la humana mirada es luz mezquina, luz de acuario, dictaminamos:
Arrogancia felina.
Ya que osan mostrarnos en fotogramas lunáticos a nuestros enemigos.
Vuelan, ergo, alcanzan la prehistoria humana.
Vuelan, ergo, exhiben un dudoso gusto por lo vibrante:
El rojo amapola y el electrizante verdiazul del mar.
Así es su gusto, mezcla con sangre de todos los colores.
 
Vida eterna para quienes reposan ante todas las cosas como ante un espejo de cien ojos.
 
El reino de los cielos para quienes desafían al inhóspito vértigo.
 
Gloria y más gloria para quienes saben retener el futuro anterior de este melancólico film.
 
Fatales somos nosotros.
A merced de nuestra dichosa libre opinión.
de nuestra estúpida mirada clínica;
esclavos de una voluntad bien propia.
¡Ay, qué dolor, qué dolor, qué pena!
¿Acaso no hay salida...?
... un mal paso, la verdad:
En fila india resucitar.
Con gracia disimular,
nuestra congénita desmaña...
(nunca el peligro nos ha de arrugar...
El pecado, la caída es defecto originario...
pero, ¡chist!, ¿de acuerdo...?
Gato viejo con arte antiguo cae.
No lamenta haber dejado pasar
de nuevo el plato sin lamer.)
 
 
 
 
Para José Carlos Torró Casanova
 
I
Cuando era mayor gustaba de la ruleta rusa. A una linda muñeca nunca le faltan compañeros en el juego (¡verlo para creerlo, la selección natural que el motu propio opera!)
Casanova me llamo... los Casanova oscilamos entre ciénaga y espejo. Ahora que vuelvo a ser pequeña, recordar no quiero cómo la ciénaga desbordé...- me repugna mezclar en esto el azar...¿azar? ¿suicidio? ¿amor...?-. La última vez que lo intenté, por poco me sale bien: Matamos a la chica fabulosa en el espejo. Con sumo cuidado recojo los cristales rotos en el falso suelo de mi vida.(...)

(...) El volcánico peligro seducía a James Bond -¿os acordáis de James Bond, el agente secreto 007, con licencia para matar... ? Antes de la anónima pesadilla, pera en dulce, silla de ruedas, una bellísima película, ladies and gentlemen: Linda flor de papel. Sueño añejo, mas lo viejo moderno es si se actualiza.

Las mujeres del Japón antiguo se casaban por cuestiones de parentela. Si osaban decidir ellas a quién amar, eran ajusticiadas -el harakiri siempre llegaba con delicadeza a tiempo...-. Y, por supuesto, cantaban. Cantaban a la libertad de irse a pique -¿libertad o fatalidad...? Why am I so black and so blue?
Estoy hablando de todas ellas, de todas ellas y de mí: Yo fui una chica Bond. Pálida rosa, negra y azul. Una chica Bond jamás conoce al verdadero Bond. No deja de satisfacer los pneumáticos antojos de tipos generosos en una buena película de intriga y acción...
Yo era una más de esa especie real y dócil hasta que el buen Dios dijo ¡basta! Entonces, caí con gracia... ¡Oh, sí, ladies and gentlemen, paradójicamente la desgracia el perpetuum mobile ilumina! Un ángel negro me recomendó reposo absoluto. Me aconsejó la tierna inmovilidad que permite saber: Donde te apoyas, occidente. Te orientas, pues, hacia oriente. El ángel negro al oído me susurró: Haz sólo aquello de lo que seas capaz.
 
 
II
Todos los bárbaros sois unos calaveras.
De qué he sido yo capaz. De qué. De qué.
De dar lumbre a las palabras, de volverme corazón.
Mi fortaleza está en recordar y celebrar la luz
que auró mi amistad con los semejantes a mi conciencia.
¡Ah, desconocidos que como niños intentaréis saltar
una vez y otra sobre vuestra propia sombra!
¿Creéis que con vuestra altura patagónica podréis
soslayar el tiempo prescrito...?
Simplemente, estáis locos por las fechas.
Ésta, que fue portentosa luna sanguinolenta, os asegura:
Quien guarda su lengua y su boca,
a sí mismo se guarda de la angustia.
Mantiene fresca su amargura
La diosa cesante prepara un sendero a sus pies,
para que todos sus deslices, firmes sean.
¿Y a vosotros, jóvenes ancianos de encías dolorosas,
por ventura, no os tientan inteligencia y sabiduría...?
Declarad, aventureros altivos, sin reservas lo tremendo:
La tristeza es la mayor de las fuerzas.
La tristeza tiñe de rojo sangre nuestro lívido olvido.

(Di: ¿Acaso me tienes miedo...?
Siempre vuelves al punto de partida.
La vida es un círculo; si vicioso, siniestro.
Si virtuoso, ingenuo.
Ingenuidad relativa a quien te acompaña.)
 
 
 
 
 
Ah, la inocencia,
íntima respiración en un espacio exterior...
Mas:
1.- Cada loco, con su tema.

Y, 2.-El servicio de inteligencia... esa personal, infalible traición.

Como un cortafuegos, avanzando borra el camino del camino.
Único espacio virgen: el telepático.
 
 
(Sé que éstas son cuentas de los negocios llamados guerras.
Así que, tú, ahí, impertérrita.
Necesito la belleza y la luz que de ti emanan,
me tratas con dulzura.
Soy profetisa sin crédito,
obro según esperanza e intución -activista en geológica era...
... pájaro que vuela, vive-.
Así que ya me quedo yo vigilando... el espacio... telepático...
Coléricamente, corto y cambio
por lo sano.
Y advierto,
os advierto
varada en ésta, la eterna telaraña mía de
cera lunar:
Vosotros, bichos raros todos que trocáis lujo en simple placer:
1.- Negocio viene de la palabra latina negótium, Messieurs.
2.-Negótium, derivado negativo de ótium, Mesdames.
 
 
 
 
   
   
   
   
  (¿Nietzsche dejó solemnemente escrito:
  amor es el humano nombre de la sensualidad...?
  la banalidad que tras el parto
  a cualquier mujer por ciencia infusa ilumina...
  Siempre nos colmó la ternura.
  Todos los amantes son guerreros.
   
   
  Oye: No es esto lo que se espera de ti.)
   
   
  ¿Algo se ha muerto en mí?
  Tanto mejor.
   
  Ya no apunto a matar sino a encontrarme con tus ojos.
   
  Sí, he vendido todas mis cartas menores.
  Peregrina de mí, quemé... mis mejores naves:
  Soy la que busca sin cesar,
  ¿cómo vincularme al escándalo de un permanecer?
  ... esa pájara realidad...
  Fuga tras fuga para nada.
  Voz que busca su lugar, fuego fátuo.
   
   
   
  Aun mal aderezado es eminentemente serio
  -mi entusiasmo-.
  ¿Y cuál no...?,
  soy de nuevo víctima del arrobo.
  Quizás parezca mutación
  en la lujuria;
  pero la lucidez fue siempre mi placer.
  Y a este lado del espejo,
  la idea del deseo no
  es demasiado segura.
  Hay que garantizarme que más allá de la fatalidad
  se nos dará el gozo.
  Vibración diferencial de los colores.
  Ópera.
  Muy otra lucha con el ángel de la realidad:
  Que el tiempo sea libre.
  Facilidad parra mi fatiga.
  Morir sin miedo.
   
   
  Mis cabellos erizados de víboras.
  Cubre mi fiera cabeza de álamo, Hamlet,
  mi árbol preferido.
  Ámame tal como soy, loca, oceánica,
  abierta sobre el abismo
  -cielo poblado por nubes atormentadas,
  azul adentro.
   
   
   

 

Fósil eres,

en fósil te convertirás.
(...) I've got rhythm (...)
-Se diría que pierdo alegremente.
O airadamente. Sin nostalgias-.
 
Escribir es caminar sin piernas.
Escribir es resistir.
Nadie podrá nunca evitar que el camino
a mí misma me camine.
Nadie puede impedir que el nonato
nazca
proliferando por doquier.
Quizás haya que dejar pasar intacta la vida
( no vivida, dirán los redivivos
vividores),
para que en el recuerdo sea
dulce, voluptuosa.
 
 
 
La repetición habitúa
como el reloj habitúa.
Pero, I beg you pardon:
también conforma diferencias conceptuales.
Deberás anhelar mucho entonces...
dejar exhausto el aire.
(Me alimento sólo de espíritu.
Sólo como en negras vasijas rituales.)
Soy diosa paleolítica, guardando su fin.
Salir urgentemente
(¿por la ventana o por la puerta?);
soy caracol sin prisa,
tras el color púrpura en mi ventana.
La tierra tiene un nuevo pretexto para alzarse:
Mi caminar sin piernas:
¿Me estás oyendo?
Lo único que pacifica es la voluntaria modulación.
Escribir es caminar en silencio, gritar en silencio.
(...) I've got rhythm (...)
Te doy una llave y tú aún no sabes
para qué sirve.
(el fósil es el principio de algo, no el final.)
 
 
 
Para Esteban Caussa, disloque de toda dispareja armonía,
tu propio y disconforme cuerpo
muestra.
-cette chanson pour cette reine (...)
 
 
 
 
 
De ti, que intermitentemente me auguras la tímida, imposible,
sincopada esperanza,
sin duda, AMISTAD
deseo
escuchar tu voz
dentro de breves instantes,
como la de un espectro.
Premio infinito, intimidad de la disociación, silencio
consonante, acorde de voces mudas,
desastre en el corazón de la amistad.
-Ora pro nobis.
 
 
Conmigo ha deambulado durante siglos
por países de traición
tal cohorte de afásicos milagros...
Incluso la invalidez echa raíces:
No nos moverán.
Mas tu vuelo voraz, desorbitado,
ajeno a lo que no delicia es
-pretendes;
conjurado y fuera de tus goznes,
tu audacia es inaudita.
Sabes: sólo gracias a la muerte puede
la amistad ser declarada;
o bien, que sin la muerte,

jamás amistosa verdad verá el día:

¡Hágase la luz!
 
 
Tú y tu tribu de diablos químicamente
desesperados,
víctimas propiciatorias en línea de fuego,
los valientes a quienes convocas y alistas
con el discurso loco de quien ha encontrado
raíz cromática común
a toda particular diferencia,
a toda irremediable soledad...
tomándote el placer de gritar tu verdad.
Amor lejano:
Ora pro nobis.
 
 
Demasiado veo yo el mundo en cada rostro.
El dolor no cesa.
Mi docta ignorancia descree del compadre
que no guarde silencio absoluto.
Amigo tal vez inencontrable,
cisne negro.
Pero tú y tu espectral afinidad,
amigo de lo venidero,
tú, niño bendito,
mezclas camaradería y amistad
(¡la amistad cuesta una guerra!)
Amigos y camaradas, confusas, amorosas
estrategias sostienen;
ternura, tierra de nadie es...
Tú, joven terco,
subyugantemente asimétrico,
me ofreces un mundo nuevo,
luz y colores puros
a mí, que no encuentro ya explicación alguna a la bondad.
 
Guarda tu verdadera sangre fría.
Tu manera zurda de dirigirte a lo posible.
Cette chanson pour cette reine (...)
 
 
Bueno es callarse juntos.
Mejor aún reírse juntos.
Estallidos cordiales,
dientes que se exhiben inofensivos.
Modélica responsabilidad del otro ante el otro.
¡Se por lo menos mi enemigo!
 
 
Aquí moran quienes ya no preguntan.
Esperamos, desesperamos.
La indiferencia es siempre signo de excéntrico
fuego:
Sabor a sangre en la boca.
Gota a gota
llegan
coágulos de luz
tras transitar el túnel.
Ríete conmigo del espectro que viene
y te creeré.
Ríete con la risa silenciosa
del gozo entre amigos.
Atiende la nota justa,
el tono justo,
no posesivo,
sin introyección ni incorporación posible.
Absorbente, material, denso, como tú eres.
Absorbente,
con una fuerza que crece día a día.
No tienes otra forma
de devolver al mundo el tesoro
que le has arrebatado si
no es sobrecogiéndolo, seduciéndolo,
musicándolo...
-cette chanson pour cette reine (...)
 
 
Querido enemigo:
Tú aún lo ignoras,
pero acuérdate de lo que para ti
un día yo escribí,
pensando en ti,
como ahora pienso:
Lo que une y separa,
CREA ESPACIO.
Lo que espacia,
conjuga.
Querido artista del más negro humor:
Más allá del comercio de dioses y hombres,
más acá de las ciclópeas ruinas
griegas ante el mar,
siempre vuelve a irradiar
la asombrada luz del conocimiento,
luz y sombra de la afirmación verdadera.
 
Tú puedes dar en el blanco.
Exponiéndote a la intemperie.
Sólo entonces.
Sólo entonces, iluminan los ausentes
a los presentes.
Iluminar a la comunidad de amigos
celosos de su propia, inclinada soledad.
Iluminar a éstos, los amigos
del secreto sin secreto.
 
Sabed esto, sabedlo:
Sois una máquina que felizmente funciona
por el intervalo y la discreción.

Suena la armónica de cristal:

Intervalo es distancia es unión es cicatriz...

Traéis una buena... por lo menos así os lo parece... noticia:

DISJECTA MEMBRA.
 
Cette chanson pour cette reine (...)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mi trabajo es una especie de proceso sordo, mudo, literal.
Estar de guardia siempre ahí.
No vayáis a imaginaros algo muy seductor, fascinante, o simplemente, inteligente.
 
(Multum in parvo... soy uno de esos artilugios irracionales, pero muy útiles, que tienen el aspecto exterior de una navaja de bolsillo, aunque un poco hinchada. Esconden hojas de diversos tamaños, destornilladores, sacacorchos, tenacillas, leznas, lima de uñas, reglas y gubias.)
 
Soliloquio con la astucia o verdad neurológica - usura, activación última de la cicatriz. Business as usual.
 
 
 
 
En esta primavera mía al invierno tan próxima, me ha parecido que sentías amistad hacia mí. Que me dirigías tu mirada y tu sonrisa. Y habrás oído mi suspiro nervioso, retenido, delicado, como si quisiese cantar un enfermo que tiene los pulmones perdidos.
 
El mar se nos parece mucho. No tiene el corazón duro y sin pulsación de la tierra. Nos comprende perfecta, amistosamente, estando como está a punto siempre de ahogarse. Su vida, en el interior, como la nuestra.
 

Mucho he errado por este mundo singular... se me suministró abundante morfina en la infancia; abundante traición en la juventud. La muerte vino presta y fiel a lamerme, no se digna a soltarme. Así que juntas nos perpetuaremos a través de la pintura. Herida pura sobre un horizonte declinante, herida pura.

(El instinto prevalece aquí como fuego que la clásica perspectiva aviva, no por tradicional, menos caballeresco -el fuego, digo-... El crimen está hecho de las dulzuras de esta tierra...)

 
 
 
 

Mi amor: De ti sólo aceptaré el relámpago de la autoridad, el relámpago de la duda, la dependencia de las ruinas... no, nada de elogios... tonalidades de la ternura. Ser aún insignificante ante el color. Condensación de paisajes deshauciados.

Barcos abandonados como tapones de corcho después de una fiesta.

Azul, color del vértigo, color del infinito.
Y sin embargo, desafíos: El azar de la constante obstinación.
(Cuidado: Nómadas antes que nada.)
 
 
 
 
Esta torpe limitación de huesos y aliento, tras la carga teatral del momento único -ojos de viejos leones, llenos de cosas insondables.
 
¿Te rompería el alma si te dijese que...?
La límpida risa de la fuente... -al final de tan húmeda frase empezaría a llover.
 
 
 
 
Zozobra: Deslumbrante remanso al otro lado del miedo.
No poder descansar. Si desmayamos, volverá a empezar el crimen.
Así que sólo queda volverse hacia la pared con gesto humilde, resignado, de animal que sufre.
 
Salón de baile... murmullo apasionado.
Un verdadero duelo, jugando al principium individuationis.
 
 
 
 
Vete en paz, yo te llevo. Y avanza lentamente, reconociendo las calles, contándolas, como se hace por un bosque (mediante la subdivisión y el rayado obsesivo, aumenta el espacio hasta límites inverosímiles, como aumenta la polifonía la capacidad del espacio temporal en el que la música acontece.)
 
Pasó el torbellino delirante de bromas de confetti.
 
El abismo sin puente de la procreación.
Insalvable.
Pero la dulzura es azul.
 
 
Prefiero una libertad peligrosa a una servidumbre tranquila.
Todos... todo será amonedable en anécdotas comunes.
 
 
 
 
Enfermedad de la salud, grados de alza y caídas de intensidad.
La soberanía de la emoción inconfesable...- perfectamente confesable como mal chiste.
 
El olvido es la inconsciencia cuando se está de pie. Luego, en silla de ruedas, el olvido no existe. La lucidez, broma rapsódica, apocalipsis postural.
 
¡Ah... el duelo vuelve sonora la voluptuosidad...!
 
Innumerables individuos en cada infinitesimal instante.
 
Cuando desear era útil.
 
Desear.
 
Dios es el único forastero que aquí entra impunemente.
 
 
 
 
 
Confieso que el mío es un remolino sin consuelo. Me parece estar siempre escribiendo con el encarnizado rencor de alguien que ha sido maltratado; está demasiado trastornado para la cordura; se ha pasado días y semanas en hospitales de campaña contemplando a los que llegaban en situaciones demasiado terribles...
 
(Cuanto más amas, más sufres, profetizó el loco de medio pelo -rojo-. Él pintó la catástrofe. Y me temo que yo también iré a para al mismo cajón de sastre: Malditismo... Mas, ¡ah, qué orgullosa estoy de la infamia que me embarca en la nave de los locos...! Permitidme que os diga la verdad -neurológica-: Para cualquier medio de comunicación -expresión-, es válida la maldita ecuación: Tanto más se elude, tanto mayor el escándalo; más violeta el epigrama... )
 
Ein Zeichen sind wir, deutungslos (Somos un signo, indescifrable, así en Hölderlin.) No seré yo, pues, quien se pille los dedos definiendo mi práctica estilizadora: Astucia e infantilismo van a la par, no nos engañemos, con una única y relativa ingenuidad... Aunque sólo se nos hará audible el simulacro si nos es posible escribir el intervalo entre varios estilos...
 
Volvamos al lugar de los hechos. ¿Por qué se empeñó Nietzsche tanto en demostrar que la verdad es plural, cómo el mundo devino fábula... Medio año ha transcurrido desde que escribí ¡oh, diosa, tuyo es el compás!, y aunque aún me abstenga de fingir que pueda yo hacer justicia al olvido, percibo la tirantez de la distancia: Puedo, sí, mover a risa, puesto que advierto en el pasado reciente de mi escritura una manera cruel de hablar de mí misma como de una mujer muerta y no amada. Una manera postiza, irreal ya.
 
Meditemos sobre el sentido.
 
Por una parte, el sentido interno o reflexivo. El exterior es una broma de mal gusto, se comercia con el aire que precisamos. Nos envuelve un aire de melancolía, nos induce a exclamar: ¡Apartémonos y dejémoslo pasar!
 
Sin embargo, nunca aprenderemos bastante del pintor de la corte. De su distanciamiento y dignidad ( J. Derrida, Aprender por fin a vivir...) La escritura, mil veces el maestro dejó escrito, es una Naturaleza Muerta -Stilles Leben-, no un grabado botánico... O sea, declamar, declamaremos todos por encima de nuestras posibilidades... ¡Eso está hecho, hombre! Nadie tiene la suficiente sagacidad para elevarse por encima de todos y todo lo que nos atrapa... Tampoco sirve de mucho transgredir las secuencias lógicas, porque nuestra adicta mentalidad vuelve a erigir con la osadía de los sueños un espacio magníficamente configurado. Útil es releer y releer a los clásicos: Novalis, Después de una guerra desdichada, hay que escribir comedias...  
Luego si el sentido es fruto de la reflexión (sólo pudre la fruta verde), perentóriamente debemos inquirir: ¿A precio de qué sangre comprada? ¿No será más bien el sentido, treno, canto mágico destinado a volver a la vida un muerto...? Si así fuera, veríamos originarse un tema musical en un tema por completo extramusical... ¿Debemos asimismo celebrar una época de tumultos guerreros con un rito colectivo de movimientos rítmicos del cuerpo...?
 
 
 
 
 
 
 
No obstante, (parte primera de la segunda parte), tenemos el corazón demasiado lleno como para poder decir nada. Tan sólo pedimos que se nos conceda el don de tragarnos nuestros errores. Dios nos escucha -reconózcolo...-. Y ya que nada sale de nosotros, nosotros mismos entramos para extraer piedra filosofal (sentido no es más que orientación puramente mecánica...) Juzgar o apreciar con sangre fría; sinónimo de razón, medida, sentido común. Discrimina lo verdadero de lo falso... Faculta el discernimiento entre el bien y el mal. En suma, sentido se aprende. Es el conocido ciclo de una larga enajenación -El rapto de Europa...-. Nos empeñamos en llevar a jaque una desvaída partida de ajedrez... Nos dejamos mecer por el ritmo de rumorosas olas, acompasada cadencia/permanencia, mientras que en un silencio paroxístico, no acogido por voces parecidas a las nuestras, el crimen acontece, cara y nariz topan lastimosamente, como si se remedara un altercado de marionetas... ¿no es esto acaso el simple ensamblaje de las razones de la época...? A pesar de la excitación colérica, de las incitaciones mímicas constantes al canto eólico, olímpico... la arena, ya lo decía Píndaro, escapa a la cuenta, la unidad única de cuerpo y espíritu que nunca retorna parece una pista de patinaje con líneas trazadas por las cuchillas de los patinadores: Zafarrancho de combate... y en sordina, puesto que tras un lance tal queda el lenguaje agotado, palabras impronunciadas que llegan al insulto, supremamente violentas, denigrantes.  
 
Me niego -parte segunda y última de la segunda parte-.
 
El camino de la desproporción conduce a la sabiduría - W. Blake.
En bóvedas oscuras resuena la frase de un pensador cualquiera: ¡Ya no sabemos qué hacer con tanto cráneo...! Homínidos, filósofos históricos, románticos protofilósofos... ¡Cráneos... cráneos... cráneos y espectros! Ruinas suceden a ruinas. Jamás se toca fondo, porque no hay fondo. Quien os lo promete, miente sin gracia ni arte alguno. Allí donde domina algo parecido a la mudez, transita una tensión emocional que es, con mucho, lo enunciable de la singularidad. Entonces, sólo entonces, el hilo rojo del sentido se revela, por así decirlo, descomprime, la densa fuerza del silencio. La llama de la eternidad es exceso de imaginación. No es, como se nos dice, medida, mesura, comedimiento.  
 
Prodigiosa música verde. Euritmia de una rama que se dibuja en el cielo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¡oh, diosa, tuyo es el compás!
 
 
 
 
 
 
ovillo nocturno, abismal
decir
destartalado salto rítmico que va
de ti
a mí
(huele a azúcar quemado
desamor
suena a disonancia tierna
voz de falsete
Soy yo, la misma
tal vez,
aniñada niña como el niño
que acabo de ahuyentar...
Miseria de la piedad
socavón de la ternura en mi vida.)
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas...!
 
 
 
 
Mas sólo es rítmico el salto, el éxtasis
si la fantasmagórica forma puede
medirse
-metro agonista.
Only el lógos diversificando unifica:
Only you.
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas...!
 
 
 
 
Holocausto que purifica.
Holocausto, inútil sacrificio material.
(Sólo pudre la fruta verde.)
(Culto a la distancia
azules lejanías,
mirilla telescópica, violencia cerebral, entra
Friedrich Nietzsche y con soberbia esponja borra
la raya del horizonte.
Superstición rítmica, dice,
como si así pusiera en jaque a todos los farsantes.)
Murió la mente en el s. V a. de C. (...)
¡Viva la mente!
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas...!
 
 
 
 
El rayo gobierna todas las cosas.
(Paradójico elogio de la humana ruina.)
Destino es carácter.
(El daímon de F. Nietzsche,
dios, ángel protector,
garante del propio destino trágico, primitivo
argumento de la conciencia
soberbio trágico Heráclito de Éfeso.
 
 
Heraklit!
Heraklit ist der Dichter!
 
 
(Huellas de sangre por doquier,
mas el poeta ha unificado el tono.)
 
 
 
Pasemos, como con desidia,
del mito al logos,
por un paisaje extremadamente abstracto:
Invención de la escritura, invención de la MITOLOGÍA.
Atrás quedó la salvaje imago mundi que
pretendía captar a la vez el mundo
como totalidad sincrónica y
diacrónica.
Atrás quedaron harapientos rapsodas,
vericuetos retóricos,
transmutaciones de chocolate.
¡Apartaos, niños, de los espejos paralelos,
paradigmas y no anécdotas!