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| Postal para José Luís Pardo Torío. |
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| -Bien se dice: No hay nada peor que el agua quieta. |
| Nieve cerrada sucedió a la falta de música líquida. |
| Buena memoria es escritura, ella conserva bien su figura… |
| Su exhibición consuela, pero no lo suficiente. |
| Lluvia fina me consuela, la entrada del museo satina. |
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| Esta es la initimidad del cuadro: |
| Vez tras vez la estatua del vencido derribo. |
| Ante mí se desenvuelve la fiesta, inaccesible. |
| Conozco… la postura del ave cautiva. |
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| Para superar las ruinas, tuvé que volar. |
| Volé. |
| He aprendido que lo más odiado por todos es aquél que vuela. |
| Si os parezco a vosotros superior, es porque |
| Muerte, como a los dioses, la vida me perdona. |
| Sabed: En muy raras ocasiones. |
| Creo… es un favor maldito. |
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| ¡Muy flaco es el favor, sí, lo sé! |
| Lady Death es mucho más cruel con los dioses que con los humanos, |
| y mi obra no puede sino rememorar tan olímpico crimen… |
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| Y de nuevo, proliferan los enigmas: |
| Con cada melodía que tú tocas, yo gimo. |
| Maestro de ceremonias, que lo sepas: |
| Este tango va por ti. |
| Porque nada se refleja en el espejo claro, |
| si no está oscura la otra parte. |
| La materia, ¿no es acaso condensada luz? |
| ¿Qué dirá mi ferviente conciencia al espectro que anida en mi camino? |
| Soy aquella mítica heroína que siempre retorna: |
| Mi corazón es un cristal a la intemperie, |
| vibra al menor suspiro del mundo. |
| Pero, a ti… a ti, mortal delicioso, |
| Muerte te atará con fidelidad |
| al reloj jurada. |
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| -Discrepo, pierdo, aquí me las den todas. |
| Acaricia mis labios hablando muchas lenguas: Sueña eso. |
| La luz que buscas, el engaño luz te hará lucir. |
| Tú y tu investigación de dramaturgias plásticas: |
| En caja de resonancia se te convierte el mar. |
| Tango que no es tango, cristalización de fragmentos, |
| cristalizaciones fragmentarias. |
| Que no te sacie ya la escritura. |
| Sabes crear con los colores. |
| Crea, pues, calidades de color. |
| Distingue: Nocturna Pesadilla / Dichoso Sueño Diurno. |
| ¡Es tal la cantidad de sugerencias que inundan tu espíritu! |
| Música no es sino saber el orden de las cosas. |
| (Suena música de bandoneón, piano, violín… |
| Es una melopea muy lenta y solemne.) |
| Deja ya tu lengua, las almidonadas palabras. |
| El artista DEBE, no ha de discutir, la cosa se impone. |
| Halla el punto de transformación |
| por el que el sol da a la materia sombría |
| fuerza transformadora. |
| Más allá de la tristeza ondulante, |
| más allá del sedimento de la creación |
| que siempre el diablo ronda… |
| -¡muy, muy sutil ese Satanás…!-, |
| (Mueca al estilo Rembrandt.) |
| explícame cómo componer órdenes figurativos, |
| descomponer tensiones anímicas. |
| Enúnciame las leyes, Perspectiva Ilusionista de los Techos. |
| (Breves pinceladas densamente imbrincadas.) |
| Sé LACRIMAE RERUM: |
| Gotas de lluvia, paisajes se abren, |
| átomos que en miniatura encierran universos. |
| Sigue empleando el claroscuro, |
| medio de escenificación dramática… |
| … esa embriaguez del lápiz o del pincel que a un furor se asemeja. |
| Toda pintura debe ser autorretrato, |
| o no es pintura. |
| ¿Y tu gusto por el alma que ignora contemplar sin asombrarse…? |
| ¡Perdiste esa irisación mate que es la del terciopelo! |
| ¿Crees acaso que puedes dejar de hacer ejercicios malabares? |
| Fuiste gran equilibrista, |
| elegante, el peligro sorteaste. |
| Y dejaste una carta explícita, sobre todo, una carta, |
| la carta de despedida al amante. |
| Sí, yo también gimo con cada melodía tuya… |
| Tu cuerpo atáxico enfermó, |
| mas antes diste al César lo que es del César. |
| Porque, bien lo sabes, |
| a ti misma no llegas |
| sino por el recuerdo |
| y tras este umbral: MEMORIA. |
| Toda originalidad nace con este destino tuyo, estrellado… |
| Del sello rojo carmesí que en tu vida el tiempo imprimió. |
| Lo sabes, con certeza, lo sabes: |
| La trace tout court c’est la trace d’autre… |
| Lo sabes: El aire por ti pinta |
| peces gigantescos con árboles en el lomo, |
| insólita carga eléctrica – |
| ISLAS |
| (Sonido de música que se apaga al pasar.) |
| Claro, la simplificación conduce a intensificar el color… |
| De ritos dispones que todo lo salmodian. |
| El episodio final contestará al tema, construirá una fuga. |
| Gracias a la oscuridad, a la sequía, |
| preserváronse tus bellas maneras. |
| ¡Oh, tú, luna que hacia el firnamento atrae! |
| Pero aún te has de entregar a multitud de remiendos, |
| a la maníaca voluntad de la fragmentación saltarse. |
| Te crees alguien muerto, alguien grotesco, |
| con los movimientos desmañados de quien danza |
| y de repente, pierde el oído, |
| no escucha ya la música – |
| (…) ( Porque me amaste sin amistad, me repugnas, me repugnarás siempre (…)- |
| Y sin embargo, aún vendrán tiempos peores, |
| tiempos caóticos en los que el canon perderá |
| su espasmódica fuerza vinculante. |
| Mira por el gesto que el oficio ha de imprimirte. |
| Pon un énfasis más vivo en tu ciega obediencia. |
| Aún habrás de convertirte, efigie griega, |
| en simbólica figura, esfinge egipcia. |
| En la talla románica que el niño abraza, mejilla contra mejilla. |
| Porque, aunque tú no la veas, |
| la mundana leonera mucha más tristeza que gracia… |
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| Cuida tu silencio. |
| Olvida la espina de tu corazón. |
| Descubrirás las rosaledas en tu propia alma. |
| Aún habrás de transformarte… se desvanecerán los límites |
| para que la sola estructura emerja. |
| (Inclinado hacia delante y totalmente absorto, |
| tú dices TRES, yo digo CUATRO. |
| En evidente estado de excitación, yo pierdo. |
| La composición del cuadro responde a prinicipios simétricos.) |
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| -Discrepo, pierdo, aquí me las den todas. |
| Yo me juego la risa. |
| Suspiro por el trueque. |
| La pasión ardiente se ha vuelto fuego ardiendo. |
| ¿Por qué callarse? |
| ¡Ahora hay tantos gritos! |
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| ¿Qué son esos gritos que la gente llama silencio? |
| En cierta manera, esto, la escritura, |
| esta ilusión de avanzar, aún no ha comenzado. |
| Me desasí… |
| A una la deja exhausta ese empirismo fatal, siempre tan caduco… |
| … cuando es todo lo se anhela |
| un jardín de sol henchido. |
| Quien no tiene otra cosa |
| se alimenta |
| AZUL ADENTRO. |
| Ampliación de la existencia, |
| permite gozar |
| eternidad horas inmortalidad. |
| En mi árida órbita algunos jirones de amor encontrar. |
| Morir reconciliada con mi especie… |
| ¿Por qué te quedas boquiabierto? |
| ¿He dicho algo que no debía? |
| ¿A qué se parece mi alma…? |
| Todo acaba en compasión, |
| de manera tan diferente a como corazón dispuso… |
| Que tu honestidad me haga un lugar ahí… |
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| Entre rapaces animales, todos los pelajes, |
| quisiera ser yo pintora genial, |
| de las que cielos y tierras dentro de sí llevan, |
| sólo sus emociones pintan. |
| De la celeste bóveda clave. |
| Pensamientos… |
| No. |
| Abismos de pensamiento donde sólo ciertos sonidos pueden llegar… |
| … apenas hay luz que pueda entrar, |
| donde belleza y temor se aúnan, |
| misteriosa sensualidad. |
| Islas… no. |
| Personas como ISTMOS entre dos órdenes de realidad… |
| Ternura, te lo ruego, buen laberinto, |
| llévanos por sendas quebradas y derechas. |
| Balcón, patio, ventana, escalera, escenario y palco son… |
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| Pasión por estar siempre en tu jardín malezas extrayendo, |
| conclusiones tristes de todo lo que crece… |
| … ABANDONED MASQUERADE. |
| Vanamente y muy lejos buscando |
| he sabido hallar el tesoro |
| en las ruinas mismas de mi existencia carnal. |
| Hay quien finge creer que por la crítica a la conciencia, |
| a la renuncia del pensamiento se llega…. |
| Pero nunca se nos ha ocurrido otra cosa |
| sino adquirir conciencia. |
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| (…) Fuego y agua se unieron y de su matrimonio |
| nacieron tierra, peñascos, árboles, |
| todo lo demás. |
| La sepia luchó contra el fuego. |
| Fue vencida. |
| El fuego luchó contra los peñascos. |
| Éstos vencieron. |
| Las piedras grandes combatieron con las pequeñas. |
| Éstas últimas resultaron victoriosas. |
| Las hierbas pequeñas lucharon con la hierba. |
| Ésta obtuvo la victoria. |
| La hierba luchó con los árboles. |
| Los árboles ganaron, la hierba fue vencida. |
| Los árboles lucharon con las lianas. |
| Aquéllos fueron vencidos, las lianas resultaron victoriosas. |
| Las lianas se pudrieron, |
| los gusanos se multiplicaron |
| y de ser gusanos, |
| en hombres mutaron. |