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| Postal para J. Mª Ripalda Crespo. |
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| I |
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| Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma. |
| Bellísima persona, a mi casa traes el Eclesiastés, |
| como para que Anita tome conciencia, |
| tras sus muchos anillos de libresca suficiencia, |
| raudales mudos de tristeza, |
| de su muy alta y quijotesca miseria: |
| Sonrisa pagada, no. Calor prestado, menos aún. |
| Por siempre más el texto sagrado ausente, |
| toda escritura no es sino chapuza |
| – ora pro nobis. |
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| Y dime, dime… ¿también consta en la Biblia |
| que la apariencia es una breve aparición sorda, |
| que obviamos el telón..? |
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| Si por ti no fuera, |
| por tu forma de despacio apresurarte, |
| ese aire tuyo de purificación, de bendición, |
| -haz de mi casa tu posada-, |
| por esa desmesura tuya -tan americana, por cierto-: |
| En tótem erigir la audacia, |
| Cristo prototipo de todo. |
| Si por ti no fuera, |
| en antagonía me hubiese yo anegado: |
| La sima es lo que ves cuando la cima alcanzas. |
| También yo tengo mil años |
| en ésta, mi locuaz agonía. |
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| Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma. |
| La vida es ilusoria. |
| La vida es un partido de tenis donde sin pelota jugamos. |
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| A mi casa llegas con sentido profundo, piadoso; |
| sonoro reflejo de aquél |
| al principio en el cuadro percibido |
| Mas, tu enorme, simpática plasticidad, |
| ¿no se deja fácilmente, demasiado fácilmente conducir…? |
| -¡Si usted supiera cómo me bendicen!-. |
| Como cromosomas se agrupan las palabras… |
| Se hicieron las tinieblas y unos a otros los enemigos se mataron -¡milagro!-. |
| No ignoras que nunca me saltaré tu paso a nivel… |
| El sol invictus… |
| Cristo: Mi ojo no ceja. |
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| II |
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| Contigo, bellísima persona, discúlpame, |
| llega también cierto pícaro charlatán. |
| A paso vacilante viene desde un tenebroso país. |
| Maldito insecto zumbón, |
| la guadaña del tiempo esgrime, |
| bástale sopa con arsénico. |
| Asunto estricto de vida infernal… |
| ¡Qué le corten la cabeza! |
| ¡Qué aniden las bestias en su tumba entreabierta! |
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| Me temo que yo ya sólo puedo albergar ideas de cristal, |
| ninguna de humana arcilla. |
| No estoy hecha para la vida, no. |
| Sino para soñar sonámbula. |
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| Siento il filo pericoloso delle cose… |
| porque para mí -tú de esto no sabes nada…-, |
| plasmar en bidimensional fotograma, |
| la harto tridimensional acción es |
| mayúscula exquisitez. |
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| Muy hipócrita te veo, bellísima persona. |
| Veo hipócrita ese dulce mirar tuyo de culebra murciélago contrariado; |
| y tu pisada, fuerza rebelde al linaje ortodoxo de la diosa del sol. |
| No, no, por favor, no me cuentes nada de quien se ha ido a vivir en el centro mismo del odio. |
| Las personas enfatizamos de manera singularmente arbitraria. |
| Por naturaleza somos hipócritas. . |
| ¿Cómo reemplazar la terrible, defectuosa excelencia de la vida |
| hasta alcanzar la rígida, bien digna quietud de la máscara mortuoria? |
| Trecho pletórico de dichos corremos… |
| (CONCOURS HIPPIQUE: Viajeros que intentáis |
| esquivar la climática monotonía, |
| vuestras torvas, tan monótonas costumbres, |
| vuestro nada húmedo vacío, |
| no os traerá lluvia. Jamás. ) |
| Tu sensualidad fría, calculadora, persona bellísima, |
| tu tono verde venenoso lagarto |
| para el teléfono móvil… |
| … el lugar de tus famélicos espíritus… |
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| La inconsciencia es pura mafia |
| por ásperos gritos de gaviota puntuada. |
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| Te veo hipócrita. |
| Me sé hipócrita pluscuamperfecta. |
| Tantos son los desórdenes y dolores míos; |
| esta disociación entre la mano izquierda armónica, |
| la mano derecha melódica… |
| Como una naturaleza muerta, no sueno. |
| Tomo este pozo en llamas por doméstico paraíso. |
| Por fortuna tengo un cuello que reclama escogido martirio. |
| Ergo, masaje al canto. |
| Vístase. |
| Que me la bendigan. |
| Abríguese. |
| Idilio. |
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| Luz divide en claroscuros nuestros rostros… |
| … no estamos flotando en el espacio sino tiritando… |
| … un instante de recogimiento, dóyme a la electrónica |
| tras una carta |
| fuga: |
| ¿No te apetecería, guerrero, ser reposo de esta guerrera…? |
| No me preguntes nada de nada. |
| Podría contarte la verdad. |
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| Si, vez que viene la bellísima persona, |
| vez que viene un execrable charlatán, |
| yo soy el Espíritu Santo, |
| mi ira imponente como el mar. |
| INFIERO: |
| El más bello ser no existe. |
| Y A CONTINUACIÓN: |
| Todo lo sensible no es más que símbolo del tragicómico lamento. |
| POR TANTO: |
| Real es sólo la neurológica verdad. |
| Misteriosa la apariencia, |
| el paño donde impresas están del martirio las heridas, |
| como telón teatral funciona. |
| Trampantojo juego, engañifa |
| cuadro dentro del cuadro, |
| super faz doliente -poniendo -, |
| enigmática representación actual. |
| He aquí mi galimatías polisémico. |
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| III |
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| Fuese tan bellísima persona. |
| Llevóse música y charlatán a más cálida parte. |
| El interior es lo único abierto. |
| Fin de partida. |
| La cámara resuelve en staccatto tu frenética danza. |
| Impaciente espera bajo las nubes que la página |
| velan |
| pasen, |
| emerja, emerja, el blanco del papel. |
| Imaginando siempre el tiempo linealmente, |
| Europa se ha agotado. |
| –Addio, signora! |
| Ritorna la mia pilota… |
| Crónica de un amor que nunca existió. |
| Toda la vida para aprender:
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| A este lado del espejo sólo quepo yo. |
| Cesó el bien interpretar el mimus vitae. |
| Pasó el vecino trasvestido como santo del retablo… |
| … ya no hay que poner un nimbo de santidad al personaje ése. |
| ¡Buf! |
| La pregunta de preguntas |
| que de contenido vacía |
| cualquier pregunta, ¿cuál es? |
| Pasa una generación y viene otra pero la tierra es siempre la misma. |
| Eclesiastés. |
| No habrá otra loca tan gentil. |
| ¿Para qué querrá ser parte de un mundo que no existe? |
| Mujer el más sutil tamiz de realidad. |
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| Cierro los ojos y comprendo: |
| No poseo sino la abundancia. |
| ¡Ah, qué difícil se me hace articular palabra los días memorables! |
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| ¿Son las aves libres de las cadenas del cielo? |
| Nada de modulaciones métricas, |
| de registro transiciones, armónicas estrofas… |
| Respira. |
| La fuerza inmóvil ya es pasión. |
| Las notas blancas escasean. |
| Lloriqueantes aparecen |
| tras el galopante bajo obstinado de un tambor militar. |
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| Gorgeos en basso falseto. |
| Arácdnida ligereza… |
| Cae el ultimísimo telón, |
| es decir, paisaje sin sentido profundo; |
| pero, ¿por cuánto tiempo? |
| Máscara y telón, Muerte, |
| ¿me los prestas a la par? |
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| La naturaleza se rejuvenece sin cesar mediante nuestra ruina. |
| Libélula azul. |
| Momentos prismáticos del color. |
| Todo sellado con la pasión de un alma hermética. |
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| El enigma de estar patéticamente vivos, |
| sólo Tú, Madre Muerte, lo despejas. |
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| Ha llegado el día en el que la vida es una suave rapsodia: |
| Il mio miglior plectro. |
| Jardines imaginarios con sapos de verdad. |
| -Si cerca, si dice |
| L’amico mio dov’è? |
| L’amico infelice rispondi: |
| Morí!-. |
| La más alta tesitura de esta liturgia… |
| Todo es malcasamiento. |
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| Quizás sea mío aún el don de desaparecer |
| ante tus ojos asombrados. |
| Quizá sea aún mía la riqueza de riquezas. |
| Si es así, |
| para mí quiero, |
| absolutamente quiero, |
| los secretos entre naturaleza e imaginación. |
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| Mi día no tiene noche. |
| Mi noche no tiene día. |
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| Mi escritura tensa y ríspida, |
| afilada, pendenciera… |