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| I |
| No quiero ser punzante: |
| Cualquier marca registrada escribirá la eufónica sátira |
| feminista, |
| emoción feroz. |
| Yo amo la tranparencia en la intrincada maraña. |
| Contradicción y desafío. |
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| A Leibniz, por ejemplo, |
| se le puede inculpar del |
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| crimen fundacional en occidente: |
| Reduce los sesenta y cuatro hexagramas |
| que componen |
| El libro de las mutaciones, |
| a sistema binario. |
| Dos siglos más tarde, informática. |
| Y aunque ahora es posible |
| el acuerdo científico universal mediante ficciones vinculantes, |
| Leibniz seguiría defendiendo la multiplicidad de los mundos… |
| yo simplemente agradezco que se tome algo de mí. |
| Fueron mil los amores que me crucificaron. |
| Mil y una, las celestiales voces |
| matemáticas que nos tientan en el infierno. |
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| Veces mil a. de L. había aparecido ya |
| en nuestra ilusa existencia, |
| el fascinante superman (multihombre, multiusos…); |
| ser peludo, gritón, grandullón, |
| escudado tras muy deliberados disfraces, |
| cuya potencia era activa inmovilidad, simulación de movimiento. |
| La presencia de la humana réplica |
| romperecords, |
| suponía la inmediata solución del enredo cualquiera; |
| por arte de magia otorgaba sensación de fuerza, |
| la sombra que acompaña, |
| la nube de significación que |
| el viento posa sobre la obra… |
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| Veces mil se expandió la constelación- |
| nebulosa-erótica- |
| amorosos transportes. |
| Suspiros, furor, huida, llanto, desastre, muerte… |
| Sólo la esperanza excitó mi arrebato. |
| Penar, raptar, ojos, secreto, vanagloria, fiereza, |
| llorar, prendas, juramentos, fidelidades… |
| Mi poder y encanto humillados. |
| Gemir, dolor, traidor, ingrato, amante, injuria |
| dicha, desdicha, escalofrío… |
| Sé que ante vuestros ojos mi herida va a sangrar. |
| Amor, ardor, horror, víbora, veneno, devoción |
| idolatría, jactancia, arrogancia, altanería… |
| Seamos sus enemigos y no sus asesinos. |
| Derramar sangre, viuda, nupcias, interés, |
| embelesar, amada… |
| Un pecho rendido ante vuestros encantos. |
| Ultraje, deseo, embrujo, engaño, agridulce |
| instrumento de la rabia o el coraje ajenos… |
| Hay que creerse amado para creerse infiel. |
| Furia, fortuna, extravío, corazón que es vuestro |
| reino, enojo, congoja, gritos, susurros, amenazas, crueldad… |
| Temer al mundo de mil modos. |
| Princesa, altivez, rey, poder, ofensas, afrentas, |
| lisonjas, halagos, antojos, reproches… |
| Alzar la vista al cielo, herirse y derrumbarse. |
| Vanas esperanzas, palidez, cólera, furibundez, |
| consuelo, tristeza, fama, rendición, victoria, renuncia, pérfidos celos… |
| La feliz libertad de no verlo jamás. |
| Pasión, mi vida, locura, hechizo, sortilegio, |
| castigar, audacia, frenesí, miedo, languidez, sospecha… |
| La que mi amor excita con su perseverancia. |
| Temblar, esposa, corazón transido, hazañas, |
| prodigar, alma, cuerpo enamorado… |
| Adorando las lágrimas que vos mismo hacéis correr. |
| Confuso orgullo, seducción, rencor, |
| atormentar, placer, espasmo… |
| Venderé caro el placer de mirarla. |
| Fiero mal, violento furor, loco ardor, sexo, |
| diosa, adúltera, efusiones, traicionar… |
| Es la única esperanza mi desesperación. |
| Mágica mirada, deslumbrar, adorar, acusar, |
| acariciar, gustar, enemistad, decir, contradecir, fe, impostura, mentira, jugar… |
| La desconfianza siempre es la ciencia última para un gran corazón. |
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| II |
| Big bang y la música-máquina se hizo trizas. |
| Sólo salmodiamos; |
| sólo conseguimos actuar como enamorados. |
| En el gran teatro del mundo manda |
| la improvisación sobre idéntico tema, |
| moda del erotismo. |
| La omnisciente omisión del conjunto internauta |
| internacional convence: Dios existe. |
| Deja omnipotente sus digitales huellas. |
| Pero ya no queda en mí verosimilitud |
| alguna para Satán: |
| Satán es un cuento chino. |
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| Lo importante es como árboles añejos |
| en primavera retoñar. Y francamente, en |
| diabólicas tramas, |
| sangre y huellas, |
| hay que volver al lugar del crimen, |
| Libro de los Proverbios -Antiguo |
| Testamento-: Más vale humillarse con los sencillos que repartir botín con los soberbios. |
| Remedio del mal son las heridas mismas. |
| Las cicatrices, briznas de hierba… |
| La razón de mis paradojas ácidas y circunspectas: |
| Zarcillo de oro es el que amonesta al sabio que presta oído |
| fino. |
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| (…) Pues amarga la verdad / quiero echarla de la boca, |
| y si el alma su hiel toca,/ esconderla es necedad (…) |
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| ¡Despreocupémonos! |
| Nada más satánico que el hambre… |
| Nadie más hambriento que Satán… |
| Sin duda, el buen Dios hará el trabajo… |
| ¿Qué más da lo que digas de la gente…? |
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