| Este texto pergeña una película de cine negro, muy negro. Es decir, no es el guión de una película sino su |
| simulación . La acción, en un acto, mínima y dialéctica, presenta a dos personajes fríos y calculadores |
| pero ancianos, un poco desesperados: J.E.H. y su marido, EXTRA-JOHN. Transcurren tres escenas de |
| su idílica vida común en un bungalow. |
| Las paradisíacas circunstancias de la vida en común constituyen el verdadero Leit-Motiv del thriller. |
| Aunque su personaje principal es una, LA típica mujer fatal del cine negro. Tan fatal para los demás, |
| como para sí misma, óbviamente. J.E.H. («la judía errante hembra», tal sería su traducción lírica), la ce- |
| losa mujer araña, malvada y castradora, según la percepción masculina. Poderoso y seductor |
| personaje, alternativa posible al rebelde sin causa masculino -EXTRA-JOHN-. Su sexualidad, su cuer- |
| po, su personalidad toda están en juego. «Plein-air», climatología estival. |
| Maravillosa fotografía expresionista en blanco y negro. (Y, por lo que hace al nivel orgánico del texto |
| -montaje de planos, sonidos, «racords»…-, aquí se prevé tan sólo la sucesión de los acontecimientos |
| -la profundidad de campo, el inmenso espacio en «off»…-. No el llamado «grado cero de la escritura |
| cinematográfica»… ¿acaso no es ésta una tecnología subjetiva? |
| Este texto está escrito para ser vivido y nada más.) |
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| I |
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| (Interior de un diminuto lavabo. La J.E.H. habla sola. Y aunque el espejo le contesta, matiza, apuntala su monólogo, ella no le hace caso. |
| Se diría que no lo oye. Aunque sí lo oye: lo ignora. Gradualmente, sin embargo, lo va tomando como |
| interlocutor, pues es su alter-ego mientras vive. |
| Sin luz artificial. Pugnan sombras y luces de Caravaggio o Rembrandt. |
| La persiana de lamas nos induce a creer que fuera transcurre plácidamente el amanecer.) |
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| J.E.H.: Soy de las que ha reconciliado a Dios con el diablo, |
| sirviendo a medias a uno y al otro… |
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| ESPEJO: Tú, mujer sin humildad. |
| Tú y tu eterna margarita… mártir por nadie. |
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| J.E.H.: Penas y cuitas, cuitas y penas, |
| la noche y el día son mi problema. |
| Mil pliegues tiene mi pena. |
| Es mi melancolía un huracán muy lento… |
| Herido de transparencia, mi corazón… |
| siempre en el magma. |
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| ESPEJO: Anima nuda: el corazón en contienda de cada orgulloso. |
| Tan alto subió tu orgullo… |
| mira que ahora lo habrás de bajar igual de rápido. |
| ¿Estás triste en el cielo? |
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| J.E.H.: ¿Cómo va a olvidar mi alma saltimbanqui, |
| si la memoria es olvido? (…) |
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| (…) ¿Cómo recuerdas tú aquel perro amor que me diste? (…) |
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| (…) He tenido comercio con la nada. |
| Ha muerto en mí la inocencia de la ira y del pecado. |
| No importa. |
| De nuevo alcanzaré el cielo con las manos. (…) |
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| (…) Cuando era inocente pensaba |
| (y lo he sido más que tú): |
| «Acaso venga a buscarme un hombre.
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| ¡Cuidado entonces con perder el juicio!» |
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| ESPEJO: (Reflejando cómo la J.E.H. enarca la sangrienta media luna de sus labios.) |
| Yo no tiento sino con la verdad. |
| ¿Acaso no suspiras por que llegue la noche |
| en que la gente desaparece de sus sitios? |
| No puedes aún soportar el yugo sobre tu cuello domado;. |
| ni aún igualar las fuerzas de tu compañero de yunta. |
| ni tolerar el peso del toro que corre a placer… |
| Te mueves al sol y pierdes. |
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| J. E.H.: La vida es cosa de hombres; |
| la muerte, cosa de dioses. |
| Veo en ti como un espejo el monstruoso mar del crepúsculo, |
| la media luna de las naves cuyo nombre es misterio... |
| ¡Doquiera que pongo el pie está la muerte! |
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| ESPEJO: Tú y tu juventud de medio pelo, |
| inquieta y soñadora. |
| ¡Más claroscuro! ¡Más y más! |
| reclama tu hambrienta retina. |
| ¿Ignoras, quizás, tu perspicaz lengua de trapo? |
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| J. E. H.: Quizás… |
| No obstante, ahí estás tú. |
| Ya verás cómo me sé la lección: |
| «Corazón obstinado, |
| mal acaba. |
| Quien ama el peligro, |
| en él |
| sucumbe.» (…) |
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| (…) Acaso esté ya mi antorcha deshecha y en cenizas… |
| ¡Ansío huellas que no sean las mías! (…) |
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| (…) Tengo un hombre «de principios» |
| que recuerda cuán acústico el silencio es. |
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| ESPEJO: ¿Vas a tratar a ese feliz testigo |
| como un niño malcriado trata a su juguete preferido, |
| llevándoselo a la cama? |
| Tú que sujetaste tu cabello con un nido de víboras, |
| hagas lo que hagas, serás juguete de los vientos.(…) |
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| (…) Sí, has logrado hacer un auténtico cuadro escénico, |
| La pasión es es una forma de teatro. |
| Los actos pasionales, el verdadero ridículo de la vida. |
| Basta un poco de lógica, sin embargo, |
| y el teatro representa la memoria, no la vida… |
| Los decorados siempre simultáneos. |
| Los colores, ácidos: forma cromática rapidez, velocidad… |
| ¿Risas…? Risas epigástricas, que alegran la vida… |
| Risas que estremecen… -hay que elegir… |
| -¡Ríase, caballero, no se contenga! -. |
| En la infancia, apenas articulabas. |
| Ahora razonas… crees. |
| Pero mientras razonas, pasa el tiempo, |
| vuelve difícil la articulación. |
| -Par charité, ne sois si arrogant, s’il vous plaît!-. |
| Por él, en pareja sueñas, amaneces sola. |
| La costumbre nos cautiva… |
| … ni demasiado lejos, ni demasiado cerca de mí. |
| ¡Qué elocuencia pide eso! |
| El acto trágico implora la parsimoniosa duración. |
| El tiempo trágico es un tiempo deportivo. |
| Transparencia o franqueza en las humanas relaciones… |
| porque consiste en sentir: tú cuentas sílabas, palabras, frases… |
| Trátase de conservar el movimiento que aquí reina; |
| de aumentarlo sin cesar. |
| Y no temas: tú te ocupas de la voz de un pueblo vencido y esclavizado; |
| cuando la necesidad presientas, |
| TELÓN. |
| En la misma unidad: lugar, tiempo, acción. |
| La clásica unidad no fracciona la ilusión. |
| Problema técnico de código:
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| ética es lírica, bouleversée. |
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| Describir morosamente de las sospechas el acto. |
| El acto de los furores. |
| ¡Qué elocuencia pide eso! |
| El acto del reconocimiento. |
| El acto del sacrificio. |
| Porque tan pronto como palabras, actos, conocemos, |
| imaginamos un rostro a quien atribuírselo, |
| su modo de andar, su máscara… |
| -palideces, tiemblas, me engañas…-. |
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| J.E.H.: ¿Lección de pantomimas…? |
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| ESPEJO: Lección de pantomimas. |
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| J.E.H.: ¡Qué no habrá erosionado el corrosivo día…! |
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| ESPEJO: Mezcla locura y prudencia… |
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| J.E.H.: Soy la luz del desespero, siempre llameante. |
| Mis muchas y muy heladas noches de vigilia, |
| nunca las olvidaré… |
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| ESPEJO: Las olvidarás. |
| Todo se olvida, anacoreta. |
| Deja ya tu labia a un lado; |
| nada que hablar.. |
| Pantomima del amor, es decir, de dulzura y protección. |
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| J.E.H.: Risas y llantos entrelazo. |
| ¿Cómo entender tan espiritual barómetro? |
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| ESPEJO: Las sonrisas de la vida. |
| Cumple con tan sencilla misión: |
| conciliar tan orgulloso poder |
| y la exigencia de cosas amables decir. |
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| J.E.H.: ¡Ah, qué importa «cualquier cosa» |
| si en mí adopta todo el rostro del amor! |
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| ESPEJO: Ya ves. En vano insectos cincelas, grabas caracteres, |
| amontonas juntos cuerdas, textos saboreados… |
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| J.E.H.: La vía de la justicia es muy luminosa. |
| Tanta bondad, a la generosidad del cielo semejante… |
| Mi mirada errabunda se obtina, se obstina, con el cielo… |
| Por un instante, han sido mis deseos colmados… languideces… |
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| ESPEJO: Una morbosidad como la tuya… |
| siempre cabeceando en la cuerda floja… |
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| J.E.H.: El palimpsesto de la memoria es indestructible… |
| … en pleno invierno puedo ver qué verdes son los cipreses, los pinos… |
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| ESPEJO: Monólogo de un alma a la que siempre ha sido muy fácil herir… |
| Amor es la expresión del rostro humano |
| que sangra al sentirse señalado. |
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| J.E.H.: Pero el espacio entre las miradas es un infranqueable sahara… |
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| ESPEJO; ¡Mujer de ordinaria contextura, |
| penas de un niño, obras de arte son! |
| Individuos infatuados que sólo a sí mismos se aman… |
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| J.E.H.: En mi degarrado ser por simpatía resuena |
| algún temible intervalo en el túnel del tiempo… |
| Cortocircuito bárbaro: lo acepto, es lo humano. |
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| ESPEJO: ¡Lo sabes!, ¿Eh…? ¡A ciencia cierta lo sabes…! |
| ¡Qué perfidia la tuya! |
| ¿Dónde estabas antes de que vinieras? |
| ¿Acaso es anterior a ti tu propia sombra? |
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| J.E.H.: Vengo del vacío. |
| Del cielo donde cristalino es el polvo que nos une… |
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| (…) El color del archipiélago… |
| … la pena de tus ojos. |
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| ESPEJO: ¿Llevamos antifaz? |
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| J.E.H.: Llevamos antifaz. |
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| ESPEJO: Montas a caballo con más elegancia que seguridad… |
| El teatro es vida intensificada: amor mortífero, por una parte… |
| … frivolidad, por la otra. |
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| J.E.H.: Nadie te sigue por las huellas de pesares, |
| sino como a un herido, por el rastro de la sangre. |
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| (Los violonchelos aúllan en clave de fa, en el extremo sobreagudo.) |
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| (…) Energía es eterno deleite. |
| Siento que mi doloroso camino se está llenando de porvenir… |
| ¡Sí, señor: llámase MUERTE la gran dama COMPAÑÍA! (…) |
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| (…) Pasa risa y desgarra, |
| sin que puedas quitarme ya la pena. |
| Pues, piedra soy, por gemidos trabajada. |
| Tengo un doble deseo: un profundo olvido |
| y una escapada infantil… |
| Siento una atracción tal por las flores… |
| como si de mi alma perdida se tratase… |
| ahora mi vida es ya más teatro que vida… |
| … la hipocresía es nuestra patria más fecunda. |
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| ESPEJO: Sientes una atracción tal por las flores, |
| como si de tu perdida alma se tratase… |
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| (…) Cuando la ingresaron, o ella misma ingresó |
| en alguna parte de sí misma… |
| … el néctar de la inmortalidad, Hotel Memoria. |
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| II |
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| (La sagrada cena común. Exterior del bungalow: una terracita. Luz de los contornos que revela sólo |
| parte del rostro. Alta tensión dramática.) |
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| J.E.H.: Tapiza las paredes de un terciopelo suave, |
| negro como el pecado. |
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| EXTRA-JOHN: Que me place, que me place, |
| que de buen grado me place. |
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| (VOZ EN OFF narrativa, monótona y depresiva, típica del cine negro: |
| Aquella figura que barroca proclamábase, |
| ha cedido el cansino paso a un hombre más bien gótico, |
| marcado por las huellas del dolor.) |
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| J.E.H.: Nosotros, aquí… |
| Más bien parece que todo el mundo anda moviéndose en círculos. |
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| (VOZ EN OFF: Con desnaturalizado brillo la luz cae, |
| luce el trono real envuelto en ira.) |
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| EXTRA-JOHN: Lo que está por encima de nosotros |
| nada es para nosotros. (…) |
| Antes de buscar una razón suficiente, |
| creeremos en el absurdo. |
| Un día te llevaré a ver un bosque de cipreses de pantano, |
| ¿O serán «cedros del Líbano»…? |
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| J.E.H.: Un bosque de temblones álamos americanos, |
| eso es lo que yo quiero ver. |
| Tal cosa le iría bien a la efervescencia de mi corazón, |
| a mi tristeza ática, |
| a mi huerto deshecho. |
| Creo que he vivido sólo de adversarios… |
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| (VOZ EN OFF: El rostro de expresión doble. Jeroglíficos del silencio. |
| La muerte contenida, formada en el silencio.) |
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| EXTRA-JOHN: No te lamentes de tu suerte: |
| El destino te manda un amigo más y una amante más. |
| Duerme. Dormir se supone que es |
| para almas cuerdas |
| cerrar el ojo. |
| Duerme, mi amor, duerme… |
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| J.E.H.: No puedo dormir, no puedo… |
| Te me apareces en los espejos… |
| La luna en tu frente, |
| la serpiente en tu cintura, |
| los millones de manos de muertos en torno a tus caderas, |
| la boca ensangrentada, |
| tu cuerpo manchado de sangre, |
| los cadáveres de niños a modo de aretes… |
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| (Súbitamente, EXTRA-JOHN se siente como ensartado por la mirada de la J.E.H., un escalofrío recorre |
| su espalda, penetra hasta las raíces de su pelo.) |
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| EXTRA-JOHN: ¡Basta, basta, basta! |
| ¿Pero es que has olvidado el estribillo de tu prístina canción?: |
| «Tú eres la crema de mi café.» (…) |
| La realidad es siempre un número quebrado, mi niña. |
| Las semillas de las sonrisas se plantan con una gentileza diminuta: |
| un libro, un árbol, una flor. |
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| J.E.H.: El viento y esta noche fría |
| son otra cosa que noche y viento… |
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| (VOZ EN OFF: ¿Se refiere ella a lo no-pronunciado, antes, |
| antes, que el verbo? ¿ O acaso se refiere |
| con verso árduo, pie quebrado, |
| a aquella remota enseñanza: |
| «No actúes más que despojándote de toda atadura»? |
| o tal vez a ésta otra: «El hombre pasa con su imagen.» |
| Imago mortis. |
| ¿Es por eso que el mundo sublunar tras el espejo ahumado, |
| sólo puede entenderse en «speculum aenigmitate»? |
| Pero, no, él, labios apretados de los toreros de salón, |
| a ciencia cierta sabe que los nervios de ella están en llamas.) |
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| EXTRA-JOHN: Soy y seré |
| alma, |
| hilaridad y tormento. (…) |
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| (…) Tus ojos como tigres, mi amor, |
| en ellos no hay nada escrito. |
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| J.E.H.: ¿Por qué así me desgarras? |
| ¿Es que no tienes compasión alguna? |
| ¿Viniste tú hacia mí, |
| o bien, fui yo hacia ti? |
| Dos otoños. |
| ¡El mundo es un horror, por Dios, sí! |
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| (VOZ EN OFF: ¿Están nadando para no llorar? |
| Pon de silencio el compás |
| a lo que oensando vayas… |
| Época curiosa ésta en la que ni hombres, |
| ni mujeres aceptan cruz alguna, |
| pero andan por la calle |
| como pura sangres preparados para la carrera.) |
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| EXTRA-JOHN: ¿No dejes tu amor en un precipicio! |
| Sí, hay que tomar por asalto el cielo, |
| no te lo ofrecen gratuitamente… (…) |
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| (…) Non conosce pace e non la stima |
| qui provato non ha la guerra prima. |
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| (VOZ EN OFF: Flor de un día este hombre… |
| Cuando más amargo el cáliz, |
| con más dulzura lo apura. |
| Parece sugerirle él a ella, con su sesgado cinismo, |
| que tanto él como ella esclavos son de la intensidad. |
| Que son refugio uno para el otro. |
| ¿Qué otro refugio puede haber?) |
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| J.E.H.: (Implacable) |
| Si no me proteges, |
| baldía siento tu cháchara noctura. |
| Obras son amores, |
| y no buenas razones… |
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| ( VOZ EN OFF: Con soberbia leonina, la J.E.H. interroga: |
| ¿Puede este escenario dar alegrías otras que |
| las que con el dolor se mancomunan?: |
| «¿Están las hondas heridas de tu alma |
| curadas gracias a las mías?» |
| Yo soy insuperable, sugiere. |
| Soy piedra trabajada por gemidos. |
| Mirad y ved si hay un dolor |
| como el que a mí me sobreviene.) |
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| J.E.H.: La hipocresía es nuestra patria más fecunda. |
| (Llora con vehemencia.) |
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| (VOZ EN OFF: O komm süsses Kreuz! |
| Incluso la aristocracia floral recuerda |
| que el hombre es sólo un pura sangre que corre.) |
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| EXTRA-JOHN: ¡Ah, piedad, vierte menos fuego! |
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| J.E.H.: Fuego avasallador contra fuego avasallado. |
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| (VOZ EN OFF: Mirada de víbora lánguida. |
| Aire afligido por el vuelo de las aves rapaces. |
| Quizá sea la noche suave y caminante, |
| pero el alma está llena de gritos.) |
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| EXTRA-JOHN: ( Profundamente herido en su misantrópica tristeza, |
| pero aún dulce y compasivo.) |
| ¿Por qué despertar una lágrima dormida? |
| ¿Acaso en el mundo sólo se puede satisfacer a un solo amo? |
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| J.E.H.: ¡Sin pausa te cantará mi alma! |
| (Y su alma de niña irradiaba |
| a través de sus coquetos ojos verde-gris… |
| … la voz que ríe y llora, |
| cuando se ríe y se llora.) |
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| EXTRA-JOHN: (Con su pose cínica habitual.) |
| La fuerza de la secuencia. |
| (Aparte.) En todo lo inútil, |
| hay que ser divino o no mezclarse. (…) |
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| (…) De nuevo veo tus ojos, melancólicos peregrinos, |
| tu palidez de cisne… |
| De todas las palabras |
| puestas en su sitio, |
| nos enseñas el PODER. |
| Amar es mendigar. |
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| (VOZ EN OFF: ¡Oh, qué gran vergüenza que todos estos héroes |
| no tengan nada que decir! ) |
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| (Un coup de téâtre, un lance imprevisto. |
| Porque esta mujer no es un simple ser humano, |
| sino el exacto corazón del mar.) |
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| J.E.H.: En las tinieblas de éste, |
| mi corazón, |
| ando perdida. (…) |
| Cuando mi vida era como una borrachera, |
| siempre presente, |
| sin nada que olvidar, nada que anhelar |
| El trueno imponía su rabia. |
| La lluvia era pura venganza. |
| (Súbitamente.) |
| ¡Cada cual tiene lo que busca! |
| ¡Pero qué advertencia tan terrible! |
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| (La cámara revela una sonrisa sádica que luce ante su gentil amante como si se hubiese quitado la máscara.) |
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| EXTRA-JOHN: (Alarmado) ¿Qué puede ocurrir aún? |
| ¿Puede ocurrirnos algo más? |
| Te juro que no conocerás mi gran traición. |
| ¡Nuestra fuerza vendrá de la penuria…! |
| ¡Hasta el néctar de la inmortalidad te traeré! |
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| J.E.H.: Nuestra felicidad imaginada… |
| Ese Hotel Memoria tan nuestro … |
| ¡Todo el futuro es vanidad! |
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| (VOZ EN OFF: Basta con dar una ojeada a este fresco para percibir todo su desconsuelo… |
| Y, sin embargo, una pausa en la emoción.) |
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| EXTRA-JOHN: Que el flojo diga: soy valiente. |
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| (Tiempo tormentoso de verano) |
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| J.E.H.: La alegría del cobarde silbando envuelve al pobre… |
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| EXTRA-JOHN: ¡Permanece a mi lado cuando me muera! |
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| (Aquí el velo del templo se rasgó en dos.) |
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| J.E.H.: (Mirando del seductor los ojos, intimidándolo. |
| La cámara adopta un ángulo insólito. La mujer se eleva del suelo. |
| Pero la bóveda del cielo negro y estrellado se cierra sobre ellos |
| paranoicamente, claustrofóbicamente. |
| ¡Fuera de aquí los títeres danzarines y sin cerebro! |
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| (Gran vértigo. Como si ojeáramos la escalera por encima de un endeble pasamanos, |
| o la lejana calle desde la ventana de un alto rascacielos, cámara que desliza por el jardín en sombras |
| revelando a su paso un gran desorden. Toma larga, calidad despiadada, funesta.) |
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| EXTRA-JOHN: (Aparte, pues le es dulce y conmovedor |
| este infecto aire de cueva de serpientes.) |
| El diablo es una mujer. |
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| (Frenéticos acordes de música del espanto. |
| La cámara evoca un paisaje urbano anónimo. |
| Cámara en movimiento, hay que imaginarse la siniestra metrópolis, el universo negro: |
| círculos de luz bajo las farolas, callejones oscuros, sombríos peatones, |
| calles húmedas y mugrientas. Pasos intermitentes que resuenan en el asfalto; |
| neones intermitentes en las habitaciones de los hoteles… ruidos ordinarios, muchos … |
| y es laberíntico el espacio.) |
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| III |
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| (Interior del coche aparcado ante el bungalow. Confortable soledad para uno, |
| soledad portátil del individuo angustiado, fugitivo en la noche inmóvil. |
| EXTRA-JOHN habla solo. El espejo retrovisor le contesta, matiza, apuntala su monólogo, no le hace caso. |
| Se diría que no lo oye. Aunque sí que lo oye: lo ignora. Gradualmente, sin embargo, lo va tomando como |
| interlocutor, pues es su alter-ego mientras vive. ) |
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| EXTRA-JOHN: Constante sabor a miel y derrota…. |
| Inquietante extrañeza: esa desasosegada mirada verde suya… |
| El universo en el piadoso trenzado de una frase oracular: |
| «La hipocresía es nuestra patria más fecunda». |
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| ESPEJO: El corazón en contienda de los orgullosos. |
| El que toca la pez de mancha. |
| El que se junta a un soberbio |
| acaba siendo como él. (…) |
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| (…) El sueño eterno viene como se va… |
| … de las ciudades quedará sólo |
| el viento que por ellas pasa. |
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| EXTRA-JOHN: Mi corazón está vacío. |
| Es como un espejo puesto delante de mi rostro: |
| sólo me veo a mí mismo.(…) |
| |
| (…) Amargo ritmo rutinario; |
| el sol brilla sin esplendor; |
| la luna sale sin derramar sus rayos; |
| noches inquietas tras días inquietos. |
| Mi corazón sabe a ceniza, |
| y con la fatiga y con el llanto, |
| se me anuda en la garganta… |
| ¿Qué es un alma perdida? |
| Meditar, sí, ya sé, es saltar fuera del surco |
| repetitivo en el que nos hayamos… |
| Pero todos estamos condenados a la acción. |
| A las horribles caricaturas de nuestro yo interno, |
| yo externo. |
| ¡Qué parecidos son los gemidos del amor y los de la agonía! |
| ¡Como si siempre estuviese asesinando a una de mis mujeres |
| para curarla de la neurastenia! |
| En mi cabeza está escrito el código de un virus, sí. |
| Como en una estirpe de ciudades subterráneas |
| en las que prima la astucia del débil, |
| astucia contra astucia… |
| ¡También tú morirás en mí! (…) |
| |
| (…) Hotel Memoria, Hotel Memoria… |
| (Flash-back que, introducido de manera ondulante, no sólo supone un descenso al oscuro pasado |
| que envuelve a Extra-John como una pesadilla, |
| sino un idílico contraste con el paisaje rural que tanto puede ser refugio como escenario del crimen.) |
| Esta es la ruindad de los hombres |
| su secreta sordidez y el miedo que los reúne |
| que es misterio no se tenga por la mayor de las incógnitas (…) |
| |
| (…) Tu astucia se abría paso porque |
| una y otra vez la hipocresía aparecía, |
| en hábito escarlata. |
| ¡Qué obscenidad la juventud! |
| Como la imagen negativa en la retina grabada, |
| una y otra vez, el hábito escarlata. |
| Tan provocador y agresivo, |
| tan seductor. (…) |
| |
| (…) Sale un Judas y entra otro. |
| No dormimos; |
| sabemos que el enemigo vela por nosotros.(…) |
| |
| (…) Todo el mundo me ha traicionado o va a hacerlo. (…) |
| |
| (…) Prolongada tempestad de guerras. (…) |
| |
| ESPEJO: tu tan áspera melancolía, |
| tan permanente aire de opereta… |
| te impiden escuchar aquel cruel, cariñoso, idéntico a sí mismo, son: |
| «Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va.» |
| La variedad no es sino el océano de la nada absoluta. |
| ¡Extraordinaria mujer corriente esa J.E.H.! |
| Velos que cubren secretos, secretos que velan tristezas… |
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| EXTRA-JOHN: (Concediendo) |
| La demoníaca dialéctica de la vida |
| se bebería la sangre de cada uno de nosotros… |
| Sexo en su plenitud o doloroso, |
| para el joven semental de nuestro esfuerzo |
| a su paso viene y va devorante… |
| Su desesperación deja de ser humana, |
| como esta lumbre que el aceite aviva… |
| La cruel y reptante espuma, |
| cada latido de vida mata un poco más… |
| … la magia convierte al canalla en virtuoso caballero. |
| Agarraos y escupid sobre mí. |
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| ESPEJO: No te muestres tú duro, |
| vanagloriándote con petulancia… |
| … envanecimiento típico de todos aquellos que se acoplan…. |
| Tú no eres más que un mortal, |
| esclavo del tiempo, |
| eres frágil como la espuma, una frágil mariposa. |
| ¿No sabías que es el sentimentalismo |
| miedo a la muerte que en el propio corazón anida? |
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| (La cámara pasa de una perspectiva omniscente a un enfoque particularizado: |
| los faros del coche barren el final de la calle, e iluminan |
| una pareja entrelazada de desconocidos, |
| imagen azarosa y minúscula, como metida en unos prismáticos |
| se encoge como una bolita, y todo eso, |
| lejano y como de pacotilla queda |
| enfundado en el dibujo liliáceo de un corazón, que |
| aparece, y acto seguido se esfuma |
| -dibujo en «flou» cada vez más acusado.) |
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| EXTRA-JOHN: El estanque rompe los diques del alma… |
| … lágrimas, vanas lágrimas que no sé qué significan. |
| Me siento como una desvastada tierra que todos arrasan. |
| El húmedo desierto por el que navegan los navíos… |
| … este secreto precipicio mío. |
| Comprendo que aquel lago azul mío era una ciénaga. (…) |
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| (…) Detrás de ti está la circunspecta mano del ángel |
| que te engaña desde siempre, |
| te engaña desde la Anunciación. (…) |
| Y es descanso lo que yo esta noche anhelo. |
| ¡Qué vivas largos años, |
| oscura y vengativa noche! |
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| (ENDE) |