ojos míos traidores
Ojalá crezca y crezca la temible fama |
que a pulso me estoy ganando de ser más bien sabihonda |
por osar conspirar contra el espectacular desorden |
del internáutico imperio. |
Mi misión es severa exageración; |
mi voluptuosidad, carencia. |
Me propongo conjurar el dolor con sólo enumerar sus derrotas y alentarlas… |
-este aire de sediciosa locura que Dios me ha dado… |
enlutada sangre corre por mis venas y |
garantiza la codiciada infamia… |
Tú eres aún un niño e ignoras cómo |
mi mala cabeza me ha hecho |
conocer la maldición de la especie: |
lo único que une de por vida a las personas es el infortunio. |
Fíjate en el paroxístico silencio negro que nos envuelve… |
¡El hielo es maravillosa solidaridad…! |
(¡Y ahora un salto armónico inaudito…!) |
El modelo clásico, percepción sensorial, |
ya es error. |
La ceguera al color, |
la sordera tonal, |
el daltonismo; |
toda peculiar manera de disociación en el esquema corporal |
debida a mutilación; el tormento del miembro amputado… |
Ilusiones o verdades neurológicas, |
puesto que mayúsculo error sería creer |
que hay una manera ideal de percibir. |
Así que nunca fuiste culpable, sweet baby, |
de haberte hecho ilusiones. |
Prometo contarte golpe a golpe qué es insania. |
Llegará un día en el que yo misma |
tendré que asomarme al abismal espejo, |
azul adentro, para saber quién soy… |
-amarga dicha de escribir. |