| |
| |
| Nicolas de Staël in memoriam |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| -De haberte sobrevivido… culpable, |
| soy tu mujer sin sombra. |
| La paciencia es mi responsabilidad, |
| la perseverancia, mi obligación. |
| Este hábito vegetal -no sideral, no artificial…-, |
| trenzado con palabras discretas, lo confirma. |
| ¿Hubo alguna vez ternura…?, mi inquietud inquiere… |
| la hospitalidad es aún insaciable… |
| Encuentro la muerte en tu rostro, |
| ni tiemblo como delicado instrumento, |
| ni hay en mí aglomeración de disonancias. |
| Trabajo como quien reza a Dios |
| e implora paciencia en la desmesura. |
| Del amor pasé al diálogo con la muerte: |
| Idéntica expresión sin secreto. |
| Y aunque celos desatados |
| de mi lengua se infieran, |
| te acojo con aquella constancia antigua, |
| por cariño, no por interés servía. |
| Dispuesta estoy al lenguaje silencioso, |
| a la separación infinita. |
| Algo muy dulce me conmueve, |
| y no me digno a nombrar tan metamórfico huésped. |
| |
| |
| |
| |
| |
| -¡Valiente es todo aquello que la juventud cabalga |
| y la locura guía! |
| ¡Ay de mí, |
| me disuelvo en una amplia fragmentación icónica! |
| Mi figura es inseparable del cazador que observaba… |
| a sí mismo se cazó. |
| Los pliegues de mi corazón quieren estar siempre juntos, |
| habría que desgarrarlos continuamente para separarlos. |
| Vaga mi alma en pena, |
| condenada a un sinfín de sensaciones, |
| en ausencia de mórbido vehículo, |
| c’est-à-dir, mi cuerpo. |
| Mi pensamiento fue papel de plata, |
| se arrugó, |
| ya no puede volver a quedar liso. |
| Como en un teatro, formo parte de un coro silencioso, |
| presto a callar en una representación trágica. |
| ¿Puede pervivir la semilla fresca entre ruinas que arden |
| y devienen cenizas? |
| ¿Acaso eres tú más sutil que las otras porque tu verdad |
| ante la verosimilitud no se inclina? |
| Sé prudente: No hagas una invocación |
| griega para reunir en ruedo a los tontos. |
| Di: |
| Hay que aprender a tratar los éxtasis. |
| Intacta, haz como que los toreas, |
| el camino es largo, muy amarga la sed. |
| Se apagarán las luces, y entre candilejas |
| enrrollado se llevarán el escenario. |
| Sólo que no es esto teatro, |
| estoy simplemente muerto. |
| Y sin embargo, |
| vuelvo al saber. |
| En esta región es saber el síntoma, |
| y el síntoma se llama mutismo. |
| |
| |
| |
| |
| |
| -Amo porque |
| mi tiempo nunca será tu tiempo. |
| ¿Y de mí…? ¿Qué ha sido de mí |
| en este naufragio al que tanto he contribuido |
| puesto que según parece |
| trabajo, trabajo para él, sin cesarl…? |
| Cuando estoy sola |
| me encuentro con alguien que siempre va conmigo. |
| Soy virgen automática, tierra quemada |
| del todo ingobernable. |
| Pero cuando más devastado un paisaje, |
| más plateado el verde lo penetra… |
| ¿Quieres saber el secreto de mi eterno estar |
| en pie de paz…? |
| Someto el conjunto de las nubes |
| a una intensa dramaturgia. |
| Muevo las personas, no los decorados, |
| ¡hagámonos la ilusión de viajar por tan exóticos parajes! |
| Si tan sólo soy una triste silueta urbana, |
| pinto sobre el muro el mar anhelado. |
| Admitámoslo: A ambos nos viene en gana |
| acarrear la titánica tarea artística, |
| lo subyugante es representar la mirada directa al sol. |
| Ésa es nuestra común inocencia, |
| la mejor intencionada de nuestras maquinaciones. |
| Deseamos la vida como si fuese agua, |
| bebemos la muerte como si fuese vino. |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| ¡Me encanta cuando los escritores se atreven a tomar aliento |
| y ser audaces! |
| ¿Quieres tocar lo invisible… |
| … n’est pas? |
| Pinta alrededor del vacío, |
| como el creador del agujero crea, ex nihilo. |
| Joyería es sinónimo de |
| decoración. |
| Quien elige a ciegas, |
| por el humo del sacrificio será cegado… |
| Así que si quieres cambiar tu arte, |
| cambia tus hábitos. |
| Pinta como quien un mundo engendra: |
| Enérgicamente. |
| Mas no actúes, |
| todo está quebrantado, y como a pedacitos. |
| Recuerda la sabiduría única que el cuerpo |
| roto te enseñó: |
| La acción no es la vida sino una manera de echar a perder cierta fuerza: |
| Enervamiento. |
| ¿Acaso no son todas las cosas |
| grietas y fallas? |
| Dame ahora tu pincel. |
| Has alcanzado ya la gran elocuencia: |
| Balbuceas. |
| |
| |
| |
| |
| |
| -Irónica melancolía me ofreces: |
| La exacta pintura no es sino travesura. |
| Lo lejano y lleno de fuerza, |
| sólo esbozado. |
| Que la imaginación en relieve proyecte |
| la ciudad por la que te paseas. |
| Sirva la intuición para en la mirada decapar |
| las construcciones de los siglos. |
| pintor es quien desarmado pintar osa, |
| el presente de la vida nunca será nuestro. |
| Arte hay que hacer fuera |
| del olor que la edad incorporó al espíritu… |
| |
| |
| |
| (Vanse por distintos lados.) |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |