crudeza o abstracción

   
   
   
   
  (¿Nietzsche dejó solemnemente escrito:
  amor es el humano nombre de la sensualidad…?
  la banalidad que tras el parto
  a cualquier mujer por ciencia infusa ilumina…
  Siempre nos colmó la ternura.
  Todos los amantes son guerreros.
   
   
  Oye: No es esto lo que se espera de ti.)
   
   
  ¿Algo se ha muerto en mí?
  Tanto mejor.
   
  Ya no apunto a matar sino a encontrarme con tus ojos.
   
  Sí, he vendido todas mis cartas menores.
  Peregrina de mí, quemé… mis mejores naves:
  Soy la que busca sin cesar,
  ¿cómo vincularme al escándalo de un permanecer?
  … esa pájara realidad
  Fuga tras fuga para nada.
  Voz que busca su lugar, fuego fátuo.
   
   
   
  Aun mal aderezado es eminentemente serio
  mi entusiasmo-.
  ¿Y cuál no…?,
  soy de nuevo víctima del arrobo.
  Quizás parezca mutación
  en la lujuria;
  pero la lucidez fue siempre mi placer.
  Y a este lado del espejo,
  la idea del deseo no
  es demasiado segura.
  Hay que garantizarme que más allá de la fatalidad
  se nos dará el gozo.
  Vibración diferencial de los colores.
  Ópera.
  Muy otra lucha con el ángel de la realidad:
  Que el tiempo sea libre.
  Facilidad parra mi fatiga.
  Morir sin miedo.
   
   
  Mis cabellos erizados de víboras.
  Cubre mi fiera cabeza de álamo, Hamlet,
  mi árbol preferido.
  Ámame tal como soy, loca, oceánica,
  abierta sobre el abismo
  -cielo poblado por nubes atormentadas,
  azul adentro.
   
   
   
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