color certeza

Tal vez estén en mí contenidas,

todas superpuestas,
como imágenes enterradas vivas,
una niña, varias jóvenes,
muchas mujeres.
Tal vez el recuento de imágenes delicadas y lunares, explicase mi
quebrada
facha.
Pero esa cuenta atrás es del todo indeseable:
azul adentro ama
el vértigo como detesta
los rebosantes y bellos frascos de lágrimas
que ocultan los más sórdidos
suspiros autobiográficos.
 
 
Sí… todas están ahí, aunque espectrales… carecen de luz.
Los días escombros son… escombros
áureos, tal vez, porque…
ellas están ahí…

¿Dónde es ahí ?

 

Ahora me acompaña el colibrí
azul, el dios tutelar de los aztecas,
para que no desfallezca en mí la fuerza del deseo,
la fuerza que aun insonmes nos traspasa.
Con diafragma personal debo
expresar el misterio del mundo;
el simple esgrafiado prehistórico, el dibujo infantil
servirá…
Quiero tan sólo recordar
el aroma a madera de la lluvia
que apagó sucesivos fuegos fatuos.
La ghost story imprmió su indeleble barniz:
desengañamos para mejor engañar.
Tierna semilla depositó en mí el gran reloj del mar:
La íntima tranquilidad es una marea baja,
alta,
espada dirigida contra la muerte.
Hago como que empieza la parodia,
no veo más que mi final.
 
 
 
Also, incipit parodia.
Disfraz: fantasma de marca mayor.
Apenas me distingo del montón,
sonámbulos, por cierto.
Un sonámbulo cree poder ocultar su ilusorio análisis
de pensamiento tras tecnicismo verbal.
Mas sólo ruinas apetece el tiempo, sólo espectros.
Y en el conocimiento no hay más alegría
que la del relámpago.
Así que aquí siempre estaré yo,
oponiendo leves filigranas al castillo ingente de la fábrica PALABRAS.
Ya lo verás, balance idéntico.
En prenda te dejo el mar de indefinible sonrisa -Esquilo.
 
 
 
 
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