CASTA DIVA (Cada loco con su tema.)
Farsa guiñolesca en acto -virtual. | |
![]() |
|
Postal para Miguel Morey Farré. | |
|
|
PERSONAJES | |
DOÑA INÉS | |
SATÁN | |
LADY DEATH | |
El lugar es el limbo de los justos. ¿Cómo imaginarse un lugar donde el tiempo es molesta | |
enfermedad? Parece un sanatorio permanentemente envuelto en brumas. Nubes se ven sólo por las ventanas. | |
Son tres las voces. Eternamente náufragas. Pasos en la niebla de amigos que se eclipsan. Escasos muebles. | |
y muy funcionales. Color predominante, el blanco. | |
Es, efectivamente, un hospital, con ese inequívoco aire de tristeza definitiva. En el telón de fondo hay pintado, | |
insobornable fondo de gracia y de ironía, un versallesco jardín, vívido pero impoluto, | |
nadie se pasea en la pintura. | |
ESCENA PRIMERA | |
DOÑA INÉS. (Los ojos dirigidos al cielo, manos juntas e invocadoras) ¡Dadnos dioses, dadnos algo | |
más que hombres! | |
¡Oh, dádnoslos! | |
SATÁN. (Voz ronca, de registro muy bajo, cazallosa.) Cucha niña: ¡Me encanta tu polvo…! | |
(Satán tiene las cejas y los labios dorados, como un maniquí de escaparate de lujo. En la escena brilla una luz | |
extraña de sueño, luz de acuario…) | |
DOÑA INÉS. ¿! (Estupefacta quizás, muda de indignación. Tras unos segundos, el silencio se acentúa y los dos | |
personajes empiezan a dialogar.) | |
SATÁN. (Voz decidida y firme.) No tengo nombre. | |
Mi nombre es borrar los nombres. | |
Soy la informe forma que progresiva se absorbe. | |
Soy cualquier posición sustractiva. | |
Soy Satán. | |
DOÑA INÉS. (Voz deliberadamente desquiciada.) ¡¿Satán?! | |
¡¿Soy acaso yo aquella medusa altiva | |
que a todos los hombres en piedra convierte?! | |
¡¿Qué demonios sucede?! | |
¡Una pistola con silenciador y…! | |
(Ironizando para sí, se niega a tomarse en serio tan esperpéntica aparición.) | |
¿El chico de turno? ¿El turno de los chicos…? | |
¡Gran falso has hecho, Amor! | |
Spiegarte non posso…! | |
Veo un galán, | |
con menos barbas que engaños, | |
blasonando del arnés… | |
SATÁN. (Herido y zalamero.) ¿Ese fanfarrón soy yo…? | |
¿Menguado y tan escaso…? | |
¿Alguno de los valientes que tanto en falta echas | |
quedan, mueren en pie de guerra…? | |
(Ahora grave y amenazante.) A fugitivas sombras das abrazos. | |
Tú, engendradora de desgracias: | |
Tu empeño todo es celar tu honra. | |
Cuando suena la desgracia con sus hábiles dedos de peluquero… | |
… desviástete de tu camino -despeñástete desde una gran altura… -. | |
El color que vibra te fue quitado. | |
Esfuérzate en no ser de aquí en adelante aquélla que fuiste antes de ahora. | |
Sé avisada, guarda en este mundo por ti. | |
De aquí no sales hasta que estés bien cocida. | |
Un rumor de letanías es el canon de esta respiración… | |
… palabra te tengo, que sea ésta espina, aire frío, | |
te aflija y te haga humillar; | |
te haga volver en ti. | |
(Voz extrañamente dulce, modulada e insinuante.) Ahora que estás marchita y demacrada…. | |
Sed non satiata… | |
No lo pienses más… siempre habrá un roto para un descosido tal… | |
¿No te apetece un breve pas de deux con el amor, la muerte…? | |
DOÑA INÉS. ¡¿ ?! (Muda, avergonzada por tan lujurioso alfilerazo, fuera de lugar, tiempo, ocasión… | |
Tras breves instantes de consternación inicia un solemne monólogo.) | |
¡Oh, mundo execrable, no es fácil obtener el bien de ti! | |
¡La muerte no es el mal, el mal es mecánico! | |
Y vivir, rehenes al destino entregar. | |
¿Qué me ofreces… celo por celo… y al satánico ritmo del mundo…? | |
Mercar lo ajeno; | |
tales cuentas hicimos ya por lunas. | |
Torearte como a un torero de salón, tal cosa quisiera yo… | |
mas… no sono in vena… | |
sé que ante tus ojos mi herida sangrará… | |
SATÁN. (Condescendiente, más y más zalamero.) Mujer, ¿qué tengo que ver yo con eso…? | |
¿No ves que soy tu igual…? | |
(Aparte: Donde pensé ganar, perdí…) | |
(…) | |
¿Percibes? ¿Percibes, tú, ardiente corazón, | |
cuán desconsideradamente ardiente estás? | |
(…) | |
Sí, el demiurgo es hermafrodita… | |
Mas, lastima el cuerpo mirar con ceño… | |
DOÑA INÉS. (Voz imperativa, dispuesta a ponerlo todo en su sitio. Principios.) | |
¡Satán, detente, vas hollando las cenizas de un imperio! | |
O remembranza si cara e fatal! | |
¡Tensión! | |
La eterna lucha entre Thanatos y Eros… | |
Locuras, las que quieras. | |
¡Oh, cuánta sagacidad ha perecido aquí! | |
Las verdes tinieblas de mis muy húmedos días… | |
Las multitudes son profundidades. | |
Lo natural, sobrenatural. | |
Páramos cuya arena es el polvo de los muertos… | |
Llevo luto desde que nací. | |
Llevo luto por este mundo vil… | |
(Con voluntad de recuperar el ánimo perdido.) Estoy viendo una escalinata que desciende hasta el mar… | |
Unos escalones palaciegos conquistados por algas y ruina… | |
Voy a dibujarlo. | |
ESCENA SEGUNDA | |
DOÑA INÉS. ( Monologando. Tan exasperada como pacientemente resignada) | |
Es ésta una olla más que podrida… | |
¡Melancólico vals, lánguido vals! | |
¿De dónde esta conmoción de irremediable pérdida…? | |
El préstamo de tiempo que me hiciste, Muerte, | |
es un caramelo envenenado: | |
Sigo siendo un corpus mixtum… | |
¡Ay!, ¿cómo me las maravillaría yo para esquivar la fatalidad | |
que el lenguaje, ese asesino desolado, me depara? | |
¡Un «tú» ante quien las palabras mismas retroceden! | |
(Sigue monologando, pero el monólogo se modula ahora hacia la remomeración de la experiencia presente.) | |
Una parte de mi vida se convierte en pálido recuerdo, | |
se ciega un canal… | |
y yo aquí luchando con mi negro humor, mi macabro humor negro… | |
para que de toda política se entienda, cuando menos, la revuelta… | |
Y sin embargo, las personas excesivas estamos perdidas. | |
¡Perdidas! | |
Lo menos andante con moto del mundo me ha tenido que suceder a mí… | |
¿Pues no se me acaba de aparecer el propio Satán | |
para proponerme una cama azarosa…? | |
¡Ese poco que siempre falta…! | |
¡La maldita, maldita, del desamor claustrofobia! | |
que te hace aparecer siempre como una pobre de espíritu…! | |
(Iluminándosele la cara súbitamente.) | |
Tendré que recurrir a la diosa omnipotente, | |
mi fiel Vampira de lacónicos ojos. | |
Son tantas las intrigas que se ocultan tras el blasfemo nombre del amor… | |
¡Irreductible, eterna, universal e ingeniosa humana ferocidad! | |
(Ha llegado el momento de invocar a la diosa nocturna, | |
al negro sol de la locura, la luna.) | |
Ven, oh, Lady Death, ven con tu reptil determinación. | |
Ven a recordarme: | |
Nunca te acompaña quien a tu lado va. | |
De nuevo hundido barco de uno, | |
pero imposible es hundir un navío fantasma. | |
Tú, Muerte, que entras simple y prodigiosa, | |
tutora de mi mente, | |
¡concédeme ser tutora de los misterios tuyos! | |
LADY DEATH. (Es un esqueleto andante, coquetón… con blanca peluca deciochesca llena de pájaros, | |
cintas y abalorios.) ¡Ah, niña! Esa maravilla siniestra y tan galante… | |
(Hablando sola) Vuelven a estar de moda las flechas largas…. | |
(La regaña comprensiva, tierna y maternal.) En verdad es la Historia gran obra del diablo… | |
y tu cólera… dejasela a los dragones, | |
pues según los musulmanes, Dios jamás ha dirigido a nadie la palabra. | |
Los ínfimos dioses ordenan sin mandar. | |
Ya sabes: El orgullo de un dios es su silencio. | |
Ese Satán… fue un fantasma del mañana, un vulgar caradura. | |
Un hombre misterioso, inquieto, usado a mandar. | |
¿Te siguen halagando los trajes de época…? | |
¿Hasta el punto de dar crédito a la superstición? | |
Fue y pasó un individuo arrogante | |
que todo lo que dice lo ha proclamado el oráculo: | |
What I tell you three times is true. | |
La culpa es tuya: | |
Por ser tan resabiada. | |
La confianza es la mayor pérdida que pueden las personas sufrir. | |
Mira por ti. | |
Que cual tú te ves, yo me vi. | |
Y te verás cual yo me veo. | |
(La escena ha adquirido poco a poco luz mágica. Luz primaveral hiperrealista. | |
Las perspectivas están deliciosamente equivocadas y, en especial, Doña Inés | |
aspira intensamente allí donde Lady Death ha estado, como si aspirase aire de montaña.) | |
DOÑA INÉS.(Infantilmente animada. Un poco fanfarrona incluso.)Tan ancho, tan loco, tan avezado… | |
… no hay cincel que mejore un rey tal…. | |
… la áurea mediocridad de quien no es ni amo ni esclavo. | |
LADY DEATH. (Muy grave, como para que de nuevo Doña Inés se ponga a reflexionar.) | |
Entierra tu dolor en la tierra mortal de lo caduco. | |
Nunca encontrarás más abrigo que el espacio. | |
De mujeres es acostarse de vacío con la muerte… | |
DOÑA INÉS. (Con paciente gravedad.) Apiádate de la desgracia de tu adicta, Lady… | |
Ésta es la historia de siempre: | |
Acorralada ropita. | |
Corazón, pellejo humano a la brasa. | |
Pues no hay tigre, ni león, ni basilisco que al hombre iguale. | |
A todos en fiereza excede. | |
Y luego, ciertamente, el fiero dolor de la pasión. | |
Pues él es tan invulnerable como el aire. | |
(…) Dandys contrahechos han violado a todas las mujeres. (….) | |
Tedium vitae… simpático el horror, | |
cum granum salis: | |
(…) La monstruosa carne troceó, pura maravilla.(…) | |
Ver en los vivos del cadáver el derecho. | |
(…) Sé siempre fiel y honrado hasta la tumba. (…) | |
TEATRUM MUNDI. | |
Gritan las más inaudibles gárgolas de piedra. | |
(Le detalla sus cuitas con la misma seriedad que monologa.) Y aún después, el cuento que enajena, | |
donde es dichoso el dolor: | |
(…) Las campanillas suenan de los camellos colgantes (…) | |
Y retratos de pasillos colgantes. | |
Atestado de batallas ya libradas. | |
Reloj de escenas que sonando siguen cuando yo ya quisiera estar en otra parte. | |
(…) Tuve frío con tu frío (…) | |
(…) Bebí sorbos de tu pena.(…) | |
Acabáramos: Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. (…) | |
LADY DEATH. (Extraña y amistosamente dialéctica.) ¡Tiempo! ¡Todo el tiempo que es tuyo! | |
¡Que podría ser tuyo! | |
DOÑA INÉS. (Con renovado ímpetu.) O.K., Lady, limpiemos, pues, el sotobosque del pentagrama inferior… | |
Olvidemos este asunto extraterrestre, brujería evocatriz. | |
Aunque todo en este mundo suda crimen, | |
¡ahí está el callado lamento de la naturaleza! | |
No voy a consentir que mis palabras deriven en ulcerado pathos. | |
Mis hijos muertos empollando, | |
urdamos, sí, formas tan bien tramadas que venden la rotura de la razón. | |
No cometamos más errores, no nos liemos con las convenciones… | |
(Confiadamente.) Tú, Lady Death, y sólo tú debes tener | |
el libro negro de las frustadas visitas, | |
la red de contactos de las amazonas todas que la muy humana Historia | |
ha hundido por pretender ser radicales… | |
… todas las Antígonas, Casandras, Clitemestras, | |
Dianas Cazadoras, Hécates, Medeas, Penthasileas… | |
Tú y sólo tú, tienes la llave que abre la comunicación de las amazonas todas. | |
Radical, feminista llamamiento a la Historia transversal. | |
LADY DEATH. (Ensartando uno de los rizos de su blanca peluca con los huesos del dedo índice.) | |
¿Pretendes que sea yo del diablo la abogada…? | |
DOÑA INÉS. (Condescendiente con el coqueteo de Lady Death y sin mudar ni un ápice ni de intenciones .) | |
No tiene prisa. Enuncia ante ella lo que piensa sin reparo alguno.) | |
Sé que eres espontáneamente diabólica. | |
Soy paciente. | |
El gran paroxismo… millones de años, pasó… el cretácico, quizás… | |
Me escondo en un río sinuoso, divagante, de lecho poco encajado. | |
Me rodea la selva umbrófila, el bosque denso. | |
Y cuando ando al descubierto, la vegetación es como la de un páramo: | |
permanente nubosidad, sotobosque de bambús, helechos | |
arborescentes, musgos, líquenes, piso frío. | |
ESCENA TERCERA | |
DOÑA INÉS. (De nuevo, monólogo absolutamente despreocupado de los posibles oyentes, e incluso, de la vanidad | |
de las propias palabras. Mirada neutra y ausente, ni siquiera es dramática.) | |
¿Debería yo de mi pensamiento expulsar el espléndido verbo de la tragedia? | |
No. | |
Mi experiencia es pensamiento que la sensibilidad modifica. | |
Genius vitae. | |
¿Qué es ese «algo» que los hombres persisten en llamar genio? | |
Nada más misterioso que el destino de un cuerpo humano. | |
Genius vitae. Genius vitae. | |
Un tiempo y un espacio que nos libere de la tiranía de los afectos. | |
El recogimiento en sueños. | |
La intensidad del sueño me transporta al no ser, pues | |
el verdadero movimiento en la inmovilidad acontece. | |
Me circunda, me baña, la música. | |
La perversa y milenaria de la música dulzura. | |
Tan sólo la musica agujerea el cielo. | |
Del menor cuerpo hemos salido ya, dirección al cielo, que es luz pura. | |
Decisivo: Salir fuera de los márgenes del mapa. | |
Bien vivió, quien bien se escondió. | |
Calla, razón obtusa, calla, calla. Genius vitae. El cuerpo es el poema. | |
¿Se ama jamás otra cosa que la sonoridad de las transparencias? | |
Mi orgullo visceral y el magma interior de la tierra. | |
Una fantástica laguna volcánica con toda su energía íntegra. | |
Energía motriz, letras probando una fe. | |
Lejos, lejos de aquí es mi objetivo. | |
Voluptuosidades que recuerdos parecen. | |
Recuerdos que voluptuosidades parecen. | |
Del artificio, a la naturaleza profunda, ése es mi viaje. | |
La belleza es el recuerdo anticipado de los gestos de amor callados (Baudelaire) | |
(Súbitamente, conmocionada por las propias palabras. Gran velocidad.) | |
La gran ferocidad de la pasión amorosa: | |
El bien y el mal simultáneamente, | |
íntegros en la fuerza del Arte. | |
La fiereza de la desdichada vertida en la gran fiereza del artista. | |
Viaje de siglos hacia la forma estricta. | |
El soliloquio del cello despliega un gran paisaje. | |
Una cápsula de tiempo (espacio) en treinta movimientos. | |
Variaciones sobre un mismo tema a modo de salmodia. | |
SALMODIA. | |
SALMODIA. | |
SALMODIA. | |
Una estructura cromática fundamental, | |
errática actitud, | |
y, | |
de fiesta en fiesta navegar. | |
Hermoso giro, noblesse oblige. | |
Escultura de la paciencia, escultura escultural, | |
DESIDERATUM: Un poema sacro que reúna cielo y tierra. | |
El fuego corre por mis venas, | |
pero son mil los espíritus, nadie sabe cómo, | |
que en mi verde mar transitan. | |
Sola, sin embargo, permanezco, | |
con el fuego que intenta inflamar el fuego, | |
todas las cosas existen conmigo. | |
Amor, que a nadie amar perdona. | |
Amor, que ya nunca abandona. | |
Pues, la verdad de un alma crece hacia cero | |
y el horizonte, pincelada de mi invulnerabilidad. | |
Pintar. | |
Aquí se zambullen todos los momentos. | |
Se invaginan uno detrás de otro. | |
Donde las rocas se licúan, | |
y una llanura parece el verde mar. | |
Cuando se arremolinan nieblas tardías, | |
¿CONCUPISTENTIA OCCOLORUM? | |
INCITAMENTUM. | |
No se pinta lo que se ve, o lo que se cree ver, | |
se pinta con las mil vibraciones del golpe recibido. | |
¿Quién será y de dónde vendrá, la protagonista de esta historia? | |
Mi cuerpo todo acusa la desesperanzada certeza. | |
¿Para qué menospreciar mi spleen? | |
Sin mi vacío, Amor, ¿quién te reharía? | |
Mi conciencia o mancha de vacío. | |
El vacío como femenina forma de estar, | |
de acogerlo todo. | |
Ausencia del sentir melancólico en este mundo de pérdidas, constato. | |
Como sólo tú puedes hacerlo, trabaja, cerebro mío, trabaja. | |
Murióse la mujer automática, | |
viva que viva la mujer interior. | |
¿Acaso retienen su aroma las flores para no marchitarse? | |
La conciencia no se percibe a sí misma. | |
El buen sentido es digestivo. | |
La conciencia superior es cuestión de entonación. | |
Es entonces cuando la ciudad se abre como un paisaje; | |
en torno a ti se cierra como una habitación. | |
Obra maestra nuestra es la vida privada: | |
La voz que habla callando dentro. | |
Yo, que toda una vida he avanzado sesgada… | |
Echa las cortinas. No enciendas. | |
Brilla y queda en tu lugar, poeta. | |
Aunque vivas entre límites, mueres en la infinitud. | |
Harta, y más que harta, de la espiga pendenciera, | |
mi sangre ha perdido su coloidal. | |
Mi ser entero deposita piedras. | |
Soberana sangre fría. | |
Di, silencio ¿alguien más…? | |
SATÁN. (Voz de ultratumba, pero firme y autoritaria.) ¿Hablo acaso con voz muda? | |
DOÑA INÉS. (Asustada, encogiéndose de nuevo.) ¡¿Quíén vive?! ¡ ¿Lady Death…?! ¡Satán! | |
SATÁN. (Orgulloso de ser el más maligno de los fantasmas.), | |
Quien soy, os diré quien fui, quien pienso ser. | |
DOÑA INÉS.(Osando ironizar.) Siempre habrá una cotorra que muy seria anuncia el carpe diem… | |
SATÁN.( Con un conspicuo gesto facial: una ceja arriba y otra abajo.) | |
¿Qué frío tan mortal ha soplado sobre esta bella flama? | |
DOÑA INÉS. (Espontáneamente.) ¡Ah, Satán, eres inconfundible bajo tu disfraz de cerebral clasicismo! | |
SATÁN. (Con cara de cínico penitente.) ¡No temas, niña! Adiós al galante tic de la civilización… | |
Y descuida, me has toreado como a un torero de salón. | |
Llevo ya la cola entre las piernas. | |
DOÑA INÉS. (Fantaseando humorísticamente. Relajada: ya sabe quien es su antagonista.), | |
¡Qué menos! Soy la fundadora de la línea real, | |
fruto de una mujer y de una pantera. | |
SATÁN.(Incansable galanteador, fingiendo intriga.) ¿Cómo se corresponden esa estepa y esa taiga infinitas…? | |
DOÑA INÉS. (Autoritaria y grave.) No me canses con tus eternas dudas. | |
Aquella extranjera, la Muerte, es fiel compañera mía. | |
SATÁN. (Impresionado por su gravedad, cita a Baudelaire.) Son tus alas de gigante lo que te impide caminar. | |
DOÑA INÉS. (Coqueteando a su vez, domina la situación.) ¡Cómo te pasas, Augusto Satán! | |
If you can’t be free, be a mistery. | |
SATÁN.(Consmiserativo: la cara de póquer de los filósofos.) Mi ser es desaparición. | |
Veo al que me ve. | |
TEATRUM MACHINORUM. | |
DOÑA INÉS. (Esquiva y sarcástica: apagando el razonamiento.) Que rima con «SANCTA SANTORUM»… | |
… ojos que no ven, luz que no existe. | |
SATÁN. (Intenta poner cara de pena, pero no pasa de tartamudear.) | |
No, no tengas miedo. Si me buscas, me encontrarás. | |
DOÑA INÉS. (Segura de sí misma y distante.) Sí, ciertamente, la noche surge de un relámpago. | |
SATÁN . (Monologando como Doña Inés. La imita descaradamente.) Afligido contemplo la locura pasada. | |
Y gozoso veo ante mí el placer que espero. | |
De antiguo amor sentí la gran potencia. | |
Pero no puedo ya atravesar espejos… | |
L’orgoglio è quello che voglio dalla mia essenza. | |
Mi botín como el mar no tiene confín… | |
…. la muerte potencia mi Dulcinea. | |
Hay que convertir cada ausencia en delicia. | |
El alma simplecilla por delicia | |
se inclina a todo lo que se imagina ser delicia… | |
DOÑA INÉS. (Con cara de asco.) Satán: Me repugnas. Nada podrá evitarlo ya. | |
SATÁN. (Imparablemente irónico.) Ah, qui mi dice di mai! | |
El mundo y la vida estén enfrentados quizá… | |
fra i pensieri più funesti di morte… | |
mas tú eres la hermana gemela de ti misma. | |
tu doble póstumo. | |
¿Qué me dices de la visión daimónica del ser humano? | |
Ésta es la historia de tres fantasmas que ponen las cartas sobre la mesa. | |
DOÑA INÉS. (Tierna, concede.) ¡En eso llevas razón. Satán! | |
Yo he ganado en conocimiento. Mas, ¿qué es la vida sino | |
el lugar de las separaciones? | |
Nuestra ira y nuestro enojo acaba | |
siendo la PAZ de en medio. | |
Envejecemos con el corazón en reposo, | |
arrullados por cotidianos hábitos de dulzura y ternura, | |
Rey Muerte, esto es, para ti, lo sé, gran regocijo. | |
SATÁN. (Razonando imparablemente: el lenguaje es el medio del mal.) Afortunadamente, sé perder. | |
La pasión amorosa es pasión inhaprensible. | |
La llamada Folie-à-deux… | |
Mira con cuánto acierto desbrozaron el lío los filósofos del bien: | |
Primer paso: PLATÓN. El amor es exaltación de la contemplación. | |
Y el erotismo, natural escenificación de la imposibilidad de amar -contemplar… | |
Segundo paso: EL CÓDIGO DEL AMOR CORTÉS | |
(en el siglo XIII alcanza su clasicismo), | |
De de la pasión, sublimación. | |
Al fin y al cabo, erotismo no es sino naturalismo. | |
La mirada, la distancia, su natural sublimación . | |
Así su solución: L’AMOUR EN FUITE. | |
DOÑA INÉS . (Ironizando a su vez, tranquilamente.) ¡Estás desconocido, Satán! | |
¡Te contentas con sentir! | |
Como el vil judío arrojas una perla, | |
la más codiciada de las humanas perlas… | |
SATÁN. (En tono lastimero.) DELECTATIO MOROSA… | |
Tal vez ya ningún objeto merezca mi constancia… | |
¡Dejadme ir en vuestras naves! | |
No caerá Troya, | |
¿por qué tengo que quedarme…? | |
¡Las lánguidas cuerdas ya no vibran! | |
DOÑA INÉS. (Juguetona.) Pero abominable y cortés Satán, | |
¿pretendes decirme que no hubo fisura alguna? | |
(…) | |
Todo fruto tiene su secreto… | |
¡Por fin reconozco al diablo: | |
Violencia enyugando las más heterogéneas ideas! | |
SATÁN. (Fingiendo perfectamente ternura.) Tan peculiar sinceridad en un mundo tan asustado | |
como el nuestro, resulta terrorífica, niña… | |
Mas, ciertamente, el placer de la soledad se sobrepone a los abrazos. | |
Para el espíritu la vida no es sino batirse en retirada… | |
Nuestras más dulces canciones los más tristes pensamientos ilustran… | |
Al fin tu llanto, se mezcla con el mío, | |
anega el mundo… | |
DOÑA INÉS. (Con gesto cansado, como se aparta una un niño insolente y pendenciero.) | |
¡Satán cortés, Satán sentimental, perverso Satán… | |
… eres un asco, Satán! | |
¡Déjame sola, te lo ruego! | |
Entre enemigos, sólo es fecundo el diálogo mudo. | |
Además, yo ya ser de mí misma la ENEMIGA. | |
SATÁN. (Fingiendo sentimentalidad y vulnerabilidad.) Si fuerzas tienes tú para adiós decir, | |
fuerzas yo no tengo para retenerte. | |
Del globo terráqueo a la lágrima, | |
de la lágrima al diluvio… | |
DOÑA INÉS. (Completamente decidida a no dar más crédito al fantasma. Declamando.) | |
¡Ah, dioses, piedad, sólo me faltaba a mí un pusilánime Satán! | |
No, no quiero negarme por más tiempo la experiencia | |
de ir tras el sol de este mar sin gente. | |
Acorde con mi dolor. | |
Con mi volcánico ser acorde. | |
Acorde con la presteza que da el deseo o la congoja. | |
Con el temblor de las manchas luminosas, acorde. | |
¡La batalla va a durar toda la vida! | |
Dólares cabalgan dolores en ésta, mi fantasmal ciudad, | |
despiadada imaginación libre la mía. | |
( Soberamente lunática: la belleza no necesita ser pensada. | |
Declama como llora una plañidera en la tragedia griega arcaica, | |
Como quien silba al cruzar la cuerda floja, porque ser funámbulo es también pura rutina.) | |
Trabajar duro, rendirse nunca. | |
Un día de pereza es un mes de maldad, de infortunio o mala suerte. | |
Una nueva profundidad se me abre, | |
suficientemente justificada por el calvario del amor, | |
cifrando todo el orden de las cosas, | |
en verde pensamiento, en verde obra. | |
La expresión obstinada de mi rostro… | |
Con todo estoy a otra profundidad. | |
Un paisaje submarino gótico me rodea, | |
una arquitectura de arácnida belleza… | |
… la amplificación de ruidos bajo el mar. | |
Sin posibilidad ya de ser interrumpida, | |
SOY UN PEZ ABISAL. | |
Individuo intenso en las sombras él mismo, el pez. | |
La noche tiene color de párpados. | |
Que encuentres pocos temo, canto mío. | |
TELÓN LENTO |