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(Tragedia de venganza) |
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Para José Aguilera Fernández, mi querido librero sublunar. |
Porque con tu buen hacer, afabilidad y diligencia contribuyes |
a la escritura y reescritura de la tribu del alma mía, |
transversal a los siglos transversal. |
Eternamente agradecida, man. |
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I |
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-¡Dadnos dioses, dadnos algo más que hombres, |
Oh, dádnoslos! |
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-Cucha niña: ¡Me encanta tu polvo…! |
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-¿! |
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-No tengo nombre. Mi nombre es borrar los nombres. |
Soy la forma que progresiva se absorbe. |
Soy cualquier posición sustractiva. |
Soy Satán. |
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-¡¿Satán?! ¡¿ Soy acaso yo aquella medusa altiva |
que a todos los hombres en piedra convierte?! |
¡¿ Qué demonios pasa… ?! ¡Una pistola con silenciador y…! |
… el chico de turno -o, ¿»el turno de los chicos»…? |
¡Gran falso has hecho, Amor! |
Spiegarte non posso…! |
Veo un galán, |
con menos barbas que engaños, |
blasonando del arnés… |
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-¿Ese fanfarrón soy yo…? ¿Menguado y escaso…? |
¿Alguno de los valientes que echas en falta |
quedan y mueren en pie de guerra…? |
A fugitivas sombras das abrazos. |
Tú, engendradora de desgracias: |
Tu empeño todo es celar tu honra. |
Cuando la desgracia suena con sus hábiles dedos de peluquero… |
… te desviaste de tu camino -te despeñaste desde una gran altura… -. |
El color que vibra te fue quitado. |
Esfuérzate en no ser de aquí en adelante aquélla que fuiste antes de ahora. |
Sé avisada, guarda por ti en este mundo. |
De aquí no sales hasta que estés bien cocida. |
Un rumor de letanías es el canon de esta respiración… |
Que la palabra que te tengo sea espina y aire frío, |
te aflija y te haga humillar, |
te haga volver en ti. |
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Ahora que estás marchita y demacrada… sed non satiata… |
No lo pienses más… siempre habrá un roto para un descosido tal… |
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-¡Oh, mundo execrable, no es fácil obtener el bien de ti! |
¡La muerte no es el mal, el mal es mecánico! |
Y vivir, rehenes al destino entregar. |
¿Qué me ofreces… celo por celo… y al satánico ritmo del mundo…? |
Mercar lo ajeno, |
esas cuentas las hicimos ya por lunas. |
Me gustaría torearte como a a un torero de salón… |
mas… no sono in vena… sé que ante tus ojos de nuevo mi herida sangrará. |
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-Mujer, ¿qué tengo que ver yo contigo…? |
¿No ves que soy tu igual…? |
(Aparte: Donde pensé ganar, perdí…) |
(…) |
¿Percibes? ¿Percibes, tú, tu ardiente corazón, |
cuán desconsideradamente ardiente está? |
(…) |
Sí, el demiurgo es hermafrodita. |
Mas, lastima el cuerpo mirar con ceño… |
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-¡Satán, detente, vas hollando las cenizas de un imperio! |
O remembranza si cara e fatal! |
¡Tensión! |
La eterna lucha entre Thanatos y Eros… |
Locuras, las que quieras. |
¡Oh, cuánta sagacidad ha perecido aquí! |
Las verdes tinieblas de mis húmedos días… |
Las multitudes son profundidades. |
Lo natural, sobrenatural. |
Páramos cuya arena es el polvo de los muertos… |
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Llevo luto desde que nací. |
Llevo luto por este mundo. |
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Estoy viendo una escalinata que desciende hasta el mar… |
Unos escalones palaciegos conquistados por algas y ruina… |
Voy a dibujarlo. |
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II |
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-Es ésta una olla más que podrida… |
¡Melancólico vals, lánguido vals! |
¿De dónde esta conmoción de irremediable pérdida? |
El préstamo de tiempo que me hiciste, Muerte, |
es un caramelo envenenado: |
Sigo siendo un corpus mixtum… |
¡Ay!, ¿cómo me las maravillaría yo para esquivar la fatalidad |
que el lenguaje, ese asesino desolado, me depara? |
¡Un «tú» ante quien las palabras mismas retroceden! |
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Una parte de mi vida se convierte en pálido recuerdo, |
se ciega un canal… |
y yo aquí luchando con mi negro humor, mi macabro humor negro… |
para que de toda política se entienda, cuando menos, la revuelta… |
Mas, las personas excesivas estamos perdidas. |
¡Perdidas! |
Lo menos andante con moto del mundo me ha tenido que suceder a mí… |
¿Pues no se me acaba de aparecer el propio Satán |
y me ha propuesto una cama azarosa? |
¡Ese poco que siempre falta…! |
¡La maldita, maldita, del desamor claustrofobia |
que te hace aparecer siempre como una pobre de espíritu…! |
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Tendré que recurrir a la diosa omnipotente, |
mi fiel Vampira de ojos lacónicos. |
Se ocultan tantas las intrigas tras el blasfemo nombre del amor… |
¡Irreductible, eterna, universal e ingeniosa humana ferocidad! |
Ven, oh, Lady Death, ven con tu reptil determinación. |
Ven a recordarme: |
Nunca te acompaña quien a tu lado va. |
De nuevo hundido un barco de uno, |
pero imposible hundir un navío fantasma. |
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Tú, Muerte, que simple y prodigiosa entras, |
tutora de mi mente, |
¡concédeme ser tutora de los misterios tuyos! |
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-¡Ah, niña! Esa maravilla siniestra y galante… |
… vuelven a estar de moda las flechas largas. |
En verdad es la Historia gran obra del diablo… |
y tu cólera… dejasela a los dragones, |
pues según los musulmanes, Dios jamás ha dirigido a nadie la palabra. |
Los ínfimos dioses ordenan sin mandar. |
Ya sabes: El orgullo de un dios es su silencio. |
Fue un fantasma del mañana, un vulgar caradura. |
Un hombre misterioso, inquieto, usado a mandar. |
¿Te siguen halagando los trajes de época? |
¿Hasta el punto de dar crédito a la superstición? |
Fue y pasó un individuo arrogante |
que todo lo que dice lo ha proclamado el oráculo: |
What I tell you three times is true. |
La culpa es tuya. Por ser tan resabiada: |
La confianza es la pérdida mayor que pueden sufrir las personas. |
Mira por ti. |
Que cual tú te ves, yo me vi. |
Y te verás cual yo me veo. |
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-Tan ancho, tan loco, tan avezado… |
… no hay cincel que mejore un rey tal…. |
… la áurea mediocridad de quien no es ni amo ni esclavo. |
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-Entierra tu dolor en la tierra mortal de lo caduco. |
Nunca encontrarás más abrigo que el espacio. |
Es de mujeres acostarse de vacío con la muerte… |
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– Apiádate de la desgracia de tu adicta, Lady… |
Ésta es la historia de siempre: |
Acorralada ropita. |
Corazón, pellejo humano a la brasa. |
Pues no hay tigre, ni león, ni basilisco que iguale al hombre. |
A todos en fiereza excede. |
Y luego, ciertamente, el fiero dolor de la pasión. |
Pues él es tan invulnerable como el aire. |
(…) Dandys contrahechos han violado a todas las mujeres. (….) |
Tedium vitae, mas simpático el horror, |
cum granum salis: |
(…) La monstruosa carne troceó, pura maravilla.(…) |
En los vivos ver del cadáverel drecho. |
(…) Sé siempre fiel y honrado hasta la tumba. (…) |
TEATRUM MUNDI. |
Gritan las más inaudibles gárgolas de piedra. |
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Y aún después, el cuento que enajena, |
donde es dichoso el dolor: |
Las campanillas suenan de los camellos colgantes. |
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Y retratos de pasillos colgantes. |
Atestado de batallas ya libradas. |
Reloj de escenas que sonando siguen cuando yo ya quisiera estar en otra parte. |
Tuve frío con tu frío. |
Bebí sorbos de tu pena. |
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-¡Tiempo! ¡Todo el tiempo que es tuyo! |
¡Que podría ser tuyo! |
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-O.K., Lady, limpiemos el sotobosque del pentagrama inferior… |
Olvidemos este asunto extraterrestre, brujería evocatriz. |
Aunque todo en este mundo suda crimen, |
¡ahí está el callado lamento de la naturaleza! |
No voy a consentir que mis palabras deriven en ulcerado pathos. |
Mis hijos muertos empollando, |
urdamos, sí, formas tan bien tramadas que venden la rotura de la razón. |
No cometamos más errores, no nos liemos con las convenciones… |
Tú, Lady Death, y sólo tú debes tener |
el libro negro de las frustadas visitas, |
la red de contactos de todas las amazonas que la muy humana Historia |
ha hundido por pretender ser radicales… |
… todas las Antígonas, Casandras, Clitemnestras, |
Dianas Cazadoras, Penthasileas… |
Tú y sólo tú, tienes la llave que abre la comunicación de las amazonas todas. |
Radical y feminista llamamiento a la Historia transversal. |
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-¿Pretendes que sea del diablo la abogada? |
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-Sé que eres diabólicamente espontánea. |
Soy paciente.
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El gran paroxismo… millones de años, pasó… el cretácico, quizás… |
Me escondo en un río sinuoso, divagante, de lecho poco encajado. |
Me rodea la selva umbrófila, el bosque denso. |
Y cuando ando al descubierto, la vegetación es como la de un páramo: |
nubosidad permanente, sotobosque de bambús, arborescentes |
helechos, musgos, líquenes, piso frío. |
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III |
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¿Debería yo expulsar de mi pensamiento el espléndido verbo de la tragedia? |
No. Mi experiencia es pensamiento que la sensibilidad modifica. |
Genius vitae. |
¿Qué es ese «algo» que los hombres persisten en llamar genio? |
Nada más misterioso que el destino de un cuerpo humano. |
Genius vitae. Genius vitae. |
Un tiempo y un espacio que nos libere de la tiranía de los afectos. |
El recogimiento en sueños. |
La intensidad del sueño me transporta al no ser, pues |
todo verdadero movimiento en la inmovilidad acontece. |
Me circunda, me baña, la música. |
La perversa y milenaria dulzura de la música. |
Sólo la musica agujerea el cielo. |
Del menor cuerpo hemos salido ya, dirección al cielo, que es luz pura. |
Decisivo: Salir fuera de los márgenes del mapa. |
Bien vivió, quien bien se escondió. |
Calla, razón obtusa, calla, calla. Genius vitae. El cuerpo es el poema. |
¿Se ama jamás otra cosa que la sonoridad de las transparencias? |
Mi orgullo visceral y el magma interior de la tierra. |
Una fantástica laguna volcánica con toda su energía íntegra. |
Energía motriz, letras probando una fe. |
Lejos, lejos de aquí es mi objetivo. |
Voluptuosidades que recuerdos parecen. |
Recuerdos que voluptuosidades parecen. |
Del artificio, a la naturaleza profunda, ése es mi viaje. |
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La belleza es el recuerdo anticipado de los gestos de amor callados (Baudelaire) |
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La gran ferocidad de la pasión amorosa: |
El bien y el mal simultáneamente, |
íntegros en la fuerza del Arte. |
La fiereza de la desdichada vertida en la gran fiereza del artista. |
Viaje de siglos hacia la forma estricta. |
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El soliloquio del cello se despliega en un gran paisaje. |
Una cápsula de tiempo (espacio) en treinta movimientos. |
Variaciones sobre un mismo tema a modo de salmodia. |
SALMODIA. |
SALMODIA. |
SALMODIA. |
Una estructura cromática fundamental, |
actitud errática, |
y, |
de fiesta en fiesta navegar. |
Hermoso giro, noblesse oblige. |
Escultura de la paciencia, escultura escultural, |
DESIDERATUM: Un poema sacro que reúna cielo y tierra. |
El fuego corre por mis venas, |
pero son mil los espíritus, nadie sabe cómo, |
que en mi verde mar transitan. |
Sola, sin embargo, permanezco, |
con el fuego que intenta inflamar el fuego, |
todas las cosas existen conmigo. |
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Amor, que a nadie amar perdona. |
Amor, que ya nunca abandona. |
Pues, la verdad de un alma crece hacia cero |
y el horizonte, pincelada de mi invulnerabilidad. |
Pintar. |
Aquí se zambullen todos los momentos. |
Se invaginan uno detrás de otro. |
Donde las rocas se licúan, |
y una llanura parece el verde mar. |
Cuando se arremolinan nieblas tardías, |
CONCUPISTENTIA OCOLORUM? |
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INCITAMENTUM. |
No se pinta lo que se ve, o lo que se cree ver, |
se pinta con las mil vibraciones del golpe recibido. |
¿Quién será y de dónde vendrá, la protagonista de esta historia? |
Mi cuerpo todo acusa la certeza desesperanzada. |
¿Para qué menospreciar mi spleen? |
Sin mi vacío, Amor, ¿quién te reharía? |
Mi conciencia o mancha de vacío. |
El vacío como femenina forma de estar, |
de todo acogerlo. |
Ausencia del sentir melancólico en este mundo de pérdidas, constato. |
Como sólo tú puedes hacerlo, trabaja, cerebro mío, trabaja. |
Murióse la mujer automática. |
Viva que viva la mujer interior. |
¿Acaso retienen su aroma las flores para no marchitarse? |
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La conciencia no se percibe a sí misma. |
El buen sentido es digestivo. |
La conciencia superior es cuestión de entonación. |
Es entonces cuando la ciudad se abre como un paisaje; |
en torno a ti se cierra como una habitación. |
Obra maestra nuestra es la vida privada: |
La voz que habla callando dentro. |
Yo, que toda una vida he avanzado sesgada… |
Echa las cortinas. No enciendas |
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Brilla y queda en tu lugar, poeta. |
Aunque vivas entre límites, mueres en la infinitud. |
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Harta, y más que harta, de la espiga pendenciera, |
mi sangre ha perdido su coloidal. |
Mi ser entero deposita piedras. |
Soberana sangre fría. |
Di, silencio ¿alguien más…? |
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-¿Hablo acaso con voz muda? |
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-¡¿Quíén vive?! ¡ ¿Lady Death...?! ¡Satán! |
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-Quien soy, os diré quien fui, |
quien pienso ser. |
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-Siempre habrá una cotorra que muy seria anuncia el carpe diem… |
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-¿Qué frío tan mortal ha soplado sobre esta bella flama? |
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-¡Ah, Satán, eres inconfundible bajo tu disfraz de clasicismo cerebral! |
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-¡Niña, no temas! Adiós al galante tic de la civilización… |
Y descuida, me has toreado como a un torero de salón. |
Llevo ya la cola entre las piernas. |
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-¡Qué menos! Soy la fundadora de la línea real, |
fruto de una mujer y de una pantera. |
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-¿Cómo se corresponden esa estepa y esa taiga infinitas? |
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-No me canses con tus eternas dudas. |
Aquella extranjera, la Muerte, es mi fiel compañera. |
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-Son tus alas de gigante lo que te impide caminar. |
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-¡Cómo te pasas, Augusto Satán! |
If you can’t be free, be a mistery. |
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-Mi ser es desaparición. |
Veo al que me ve. |
TEATRUM MACHINORUM. |
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-Que rima con «SANCTA SANTORUM»… |
… ojos que no ven, luz que no existe. |
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-No, no tengas miedo. Si me buscas, me encontrarás. |
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-Sí, ciertamente, la noche surge de un relámpago. |
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-Afligido contemplo la locura pasada. |
Y gozoso veo ante mí el placer que espero. |
De antiguo amor sentí la gran potencia. |
Pero ya no puedo atravesar los espejos. |
L’orgoglio è quello che voglio dalla mia essenza. |
Mi botín como el mar no tiene confín… |
…. la muerte potencia mi Dulcinea. |
Hay que convertir cada ausencia en delicia. |
El alma simplecilla por delicia |
se inclina a todo lo que se imagina ser delicia… |
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-Satán: Me repugnas. Nada podrá evitarlo ya. |
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–Ah, qui mi dice di mai! |
El mundo y la vida quizás estén enfrentados… |
fra i pensieri più funesti di morte… |
mas tú eres la hermana gemela de ti misma. |
tu doble póstumo. |
¿Qué me dices de la visión daimónica del ser humano? |
Ésta es la historia de tres fantasmas que ponen las cartas sobre la mesa. |
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-¡En eso llevas razón. Satán! |
Yo he ganado en conocimiento. Mas, ¿qué es la vida |
sino el lugar de las separaciones? |
Nuestra ira y nuestro enojo acaba |
siendo la PAZ de en medio. |
Envejecemos con el corazón en reposo, |
arrullados por cotidianos hábitos de dulzura y ternura, |
Rey Muerte, esto es, para ti, lo sé, gran regocijo. |
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-Afortunadamente, sé perder. |
La pasión amorosa es una inhaprensible pasión. |
La llamada Folie-à-deux… |
Mira con cuánto acierto desbrozaron el lío los filósofos del bien: |
Primer paso: PLATÓN. El amor es la exaltación de la contemplación. |
Y el erotismo, natural escenificación de la imposibilidad de amar. |
Segundo paso: EL CÓDIGO DEL AMOR CORTÉS |
(en el siglo XIII alcanza su clasicismo), |
De de la pasión, sublimación. |
Al fin y al cabo, erotismo no es sino naturalismo. |
La mirada, la distancia su natural sublimación . |
Así su solución: L’AMOUR EN FUITE. |
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-¡Estás desconocido, Satán! |
¡Te contentas con sentir! |
Como el vil judío arrojas una perla, |
la más codiciada perla humana… |
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-DELECTATIO MOROSA… |
Tal vez ya ningún objeto merezca mi constancia… |
¡Déjadme ir en vuestras naves! |
No caerá Troya, |
¿por qué tengo que quedarme…? |
¡Las lánguidas cuerdas ya no vibran! |
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-Pero abominable y cortés Satán, |
¿pretendes decirme que no hay fisura alguna? |
(…) |
Todo fruto tiene su secreto… |
¡Por fin reconozco al diablo, |
violencia enyugando las más heterogéneas ideas! |
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– Tu peculiar sinceridad en un mundo tan asustado |
como el nuestro, resulta terrorífica, niña… |
Mas, ciertamente, el placer de la soledad se sobrepone a los abrazos. |
Para el espíritu la vida no es sino batirse en retirada… |
Nuestras más dulces canciones los más tristes pensamientos ilustran… |
Al fin tu llanto, se mezcla con el mío, |
anega el mundo… |
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-¡Satán cortés, Satán sentimental, perverso Satán… |
… eres un asco, Satán! |
¡Déjame sola, te lo ruego! |
Entre enemigos, sólo es fecundo el diálogo mudo. |
Además, yo ya ser de mí misma la ENEMIGA. |
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-Si fuerzas tienes tú para adiós decir, |
fuerzas yo no tengo para retenerte. |
Del globo terráqueo a la lágrima, |
de la lágrima al diluvio… |
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-¡Ah, dioses, piedad, sólo me faltaba a mí un pusilánime Satán! |
No, no quiero negarme por más tiempo la experiencia |
de ir tras el sol de este mar sin gente. |
Acorde con mi dolor. |
Con mi volcánico ser acorde. |
Acorde con la presteza que da el deseo o la congoja. |
Con el temblor de las manchas luminosas, acorde. |
¡La batalla va a durar toda la vida! |
Dólares cabalgan dolores en ésta, mi fantasmal ciudad, |
despiadada imaginación libre la mía. |
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Trabajar duro, rendirse nunca. |
Un día de pereza es un mes de maldad, de infortunio o mala suerte. |
Una nueva profundidad se me abre, |
suficientemente justificada por el calvario del amor, |
cifrando todo el orden de las cosas, |
en verde pensamiento, en verde obra. |
La expresión obstinada de mi rostro… |
Con todo estoy a otra profundidad. |
Un paisaje submarino gótico me rodea, |
una arquitectura de arácnida belleza… |
… la amplificación de ruidos bajo el mar. |
Sin posibilidad ya de ser interrumpida, |
SOY UN PEZ ABISAL. |
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Individuo intenso en las sombras él mismo, el pez. |
La noche tiene color de párpados. |
Que encuentres pocos temo, canto mío. |