BLUES over Beethoven

Para Lluís Martínez Martínez,
por ser vos quien sois,
bondad infinita…
(La envidia murmuradora,
gustosa de mal y repugnante,
acompañará siempre a los hombres miserables.
– Hesíodo.)
 
 
 
 
 
I
 
Ebria de azul,
-why am I so black and so blue? (…)
Nevermind.
Never, never
mind –
Retraerse, sí, de todo quedamente…
Innoble servidumbre de amar cuerpos humanos,
basada en muy ilusas percepciones matéricas…
¿Pero y si una recuerda hombres, en abundancia,
como mala
hierba…?
Esta sombra mía color de la pez: Viscosidad de la materia .
Soy quien en cada esquina ve la muerte.
Sin pausa me interrogo:
¿Adónde, sombra, el paraíso, tú que has estado?
Mi mirada escrutadora que en dos la corta la luna,
fue injustamente castigada .
¡Demasiada sombra tengo yo en los ojos
para verter indulgencia alguna
en océanos de agua hirviendo!
 
¿No habrá denso amor que nos redima?
He amado demasiado, me he convertido en el azul del zócalo.
¿Puede así llegar a los escalones de mármol el oleaje del mar?
 
CARMEN:
Eres víctima del más terrible olvido:
Aquél que ciega sin apagar deseo.
Deliras hacia adelante;
deliras hacia atrás;
en cualquier dirección deliras,
porque reinas sobre el falso tablero de ajedrez.
 
ANNA:
¡Si supieras cuánto frío tengo,
y cómo es de inconsolable el frío!
Figuras de pusilánimes filisteos giran en torbellino
hacia el exterior bajo esta horripilante luz clínica.
Los mejores estáis sin convicción;
los peores, en la plenitud de sus vehementes facultades.
¡Habéis institucionalizado incluso el espíritu de luto!
El mundo está ordenado en los relojes,
y sólo en los relojes…
Víctimas apasionadas de vuestras dogmáticas ocurrencias,
¡estáis todos como deletreando!
 
Acaso porque soy habitante del dolor,
mis ojos se retiran cuando alguien llega,
vez tras vez viene a mí en el hipnótico zoo
el hinchado títere de escena,
notorio por sus múltiples jactancias.
– Nevermind.
Never, never
mind –
La realidad es simple como un espejo,
un lado iluminado y pleno;
el otro, oscuro, vacío.
No, no habito el infinito.
Y aunque con gusto tenga un pie ahí,
con más gusto cogeré la / mi tumba.
 
Aquella alegría pánica …
Amar como una niña, volcando el corazón:
Mi gozo en un pozo...
 
 
 
 
II
 
ANNA:
No existe fuera del campo donde refugiarse en esta maldita película.
Fui dama de seda,
antes de que me absorbiera la negra tela.
Tengo sed de murmullos, Carmen.
No lloro, no.
Nadie quiere mis lágrimas.
Sé que socialmente decente es abstenerse de patetismos,
pero… dime, ¿me da tiempo de indignarme?
 
CARMEN:
No seas tan esdrújula, mujer…
una lujosa personalidad y tan encendida…
Non è cosa seria!
Così è se così vi pare…
Cierta satisfacción linfática,
tu inteligencia, ironía sin tamizar,
tañe tan díscola cuerda.
 
ANNA:
Tan obsesiva y estilizante mi esperanza
como ese incurable optimismo tuyo de los vencidos…
No, no soy una autómata sonámbula.
Tengo necesidad imperiosa de respirar libre.
Más que marionetas, somos soldaditos de plomo.
La ardiente parrilla del urbanizado desorden es broma
de muy mal gusto.
¿Dónde, dónde, ha ido a parar la risa que me hace libre?
Como un muro que se desmorona,
así yo subida en años y coturnos.
El tono lo hace todo… pero, ¿qué es eso?
¡Ay!, ¿qué es eso que en todo falta?
Esa ola de nada...
¡Falla sísmica!
¡El paisaje, está a punto de perderse el paisaje!
Síncopa…
… rítmica,
allí donde la evidencia esté aún por hacer.
 
CARMEN:
Bueno, Anna, sólo tienes que dar carta a tu luto.
El paso armónico, creativo, de la muy lacerante soledad.
La carne, si humana, te asfixia.
Sé, pues, hambrienta orquesta de concierto.
Sabes que al ritmo de los públicos vicios
sólo puede oponerse una olímpica voluntad.
Has conseguido hacer de tus achaques, música.
¿Qué más da lo que piensen de ti
si el tuyo es ya un goce radicalmente espiritual, anacorético, no fabril…?
Las sombras, las llamas, los gritos…
… SILENCIO.
Recuerda: Máscara es civismo.
¿Acepta tu perifrástica memoria sanguínes transfusiones?
Mi presencia, mi ausencia es testimonio de que en tu infancia hubo
pasión
sin vanidad.
Aquel olvido fraterno,
aquella exclusividad y abnegación
que sólo los niños son capaces de trocar.
Aquella inaudita ternura…
… es la platónica ignorancia que funda
el fondo de sabiduría prenatal.
Así que vuelve tranquila a tu púlpito en la vía láctea.
Cuenta las estrellas de los navegantes.
 
 
 
 
III
 
Esta vigorosa cosa desvaída, silencio
a cada cosa da
sombra.
Cuerpo presente, cuerpo
pesante de la incomunicación.
Antes del «ávido amor mortal»:
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte (…)
Por encima de toda soledad,
flota la luna…
Y el movimiento, desde Platón
nadie ignora, es amor.
Con ojos mundanos miramos el mundo,
pues mundo nuestra mirada sostiene.
Exterior: Espectáculo extemporáneo. Vacío, por tanto.
Cuando se viaja, hacia adentro se viaja siempre.
 
(…) La melancolía de tu mirada recuerda aquella alucinación
soñadora de las vírgenes de Botticelli (…)
 
La mémoire est-elle soluble dans l’eau?
Silencio, ventana de par en par
abierta
infinito –
Quiero que la carnosidad del paisaje inunde
mi silencio.
 
Intervalo de cuarta aumentada,
nota modulada de la tonalidad dominante.
O sea, Dios es y no es (…)
¿Y si Beethoven no fuese la ilusión subjetiva
porque es la objetiva…?
Es un sonar que ya es un decir.
Es el sonido que nos vuelve cuerdos, mundo cruel…
Altisonante, gravisonante Beethoven.
Dialécticamente, marcial, genial poseso
tras amoroso ruego, arrullo, beso.
Beethoven nunca se desmelena para deplorar a Beethoven…
Promete disolver el límite entre vida y paisaje,
pero el silencio, tiempo en barbecho, tierra sin labrar,
exclusivo lujo de las ruinas…
Ternura extrema de la flor.
 
Rápido, el instrumento, revolución de palacio.
Siempre que veo un vacío,
se me acelera el pulso.
Silenciosa mancha de aceite.
Ilusión subjetiva, mi libertad…
… NEVER EXPLAIN. NEVER COMPLAIN.
Todo ES
si callas.
Terciopelo irresistible, mudo.
Ése es mi demonio.
 
Si la fotografía revela el estigma de una disolución,
fueron la pintura, las piedras miliares de la poesía,
quienes detuvieron la hemorragia.
 
Vosotros y vuestra indolente impotencia:
Exprimiré vuestros ojos a cualquier precio,
con tal de oír la furtiva vibración de la materia.
 
La viscosidad de la materia,
sus lujosos decorados como de tapiz persa,
su vibración, sin embargo, que sólo el pintor capta.
Pintar para descondicionarse, como el anónimo
pincel del calígrafo chino.
 
Envejezco, me aferro al amour avat la lettre,
aunque no sea sino clavo
ardiendo.
Veo claro: Antojadizo, gratuito, despótico es Satán.
¡No existe, no existe!
Los escalofríos recorren mi cuerpo
como verdes lagartijas, pienso,
pues soy hiératica estatua.
La frase preferida de Satán: Mi alma desea tu cuerpo.
¡No existe, no existe!
Seductor civium,
impostor populi,
stuprator feminarum,
corruptor iuventus…
– Nevermind.
Never, never
mind –
 
Leyes contra lo suntuario impusieron góndolas negras,
música de vaivenes y botones.
Pero tú me amas:
Haces gravitar sobre mí la imperceptible
presencia de tu nada -otoñal, conciencia exaltada…-.
Hay muertos, los cuento, a tantos amé.
Crear: Sentir en el silencio de la mente
un objeto volador no identificado.
 
Máscara cómica veneciana. Nariz –

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