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Para Carmen Real Arribas |
– más que real, |
magnánima y verídica. |
(Sólo las virtudes que se derrochan ganan el sol. |
W.B. Yeats.) |
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I |
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Y dijo Madre Muerte: Acompañadme, acompañadme todos los que me amáis… |
Y el Fidalgo Extra respondió: Tú, Muerte, soberana negligente, |
dama de los ojos deshabitados, |
Tú y tu eterna canción: |
Ni sabe ni contesta. |
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ELLA: |
Soy la gran dama, prefiero que me adivinen |
a que se me describa. |
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ÉL: |
Alguna carta hay que jugar… |
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ELLA: |
¡Cartas… ay! Sólo tengo una: LOVE IS THE ONLY DRUG. |
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ÉL: |
Muy bien hemos comido, Madre Muerte… |
Los placeres son el sueño eterno de moverse |
sobre arenas movedizas… |
No cesar nunca de moverse. |
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ELLA: |
¡Placer, placer… olvido, anestesia soberana! |
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ÉL: |
¡Oh, sí, olvido…! |
Una anestésica devoción tan mayoritaria y extendida como Internet… |
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ELLA: |
Tumultuoso canto… |
Resuena mi pasado con la inquietante profundidad de las caracolas marinas…
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ÉL: |
Vengo de un prolongado sueño de hierro, pez en el agua soy. |
Como piedra enmudezco. |
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ELLA: |
En el abrazo de todo lo que amo, |
mis sombras caen en el extremo opuesto del mantel. |
Los muertos atraviesan los espejos de mi trémulo cuerpo. |
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ÉL: |
La afrenta de las cosas contrahechas es tan atroz… |
… imposible decirlas. |
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ELLA: |
Los muertos atraviesan los espejos de mi trémulo cuerpo… |
Color oceáno de sus ojos… |
-Stay, stay and speak! |
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Él: |
Me he despertado en unas viejas ruinas por las que aúlla el viento… |
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ELLA: |
Ni vosotros ni yo. |
Los muertos atraviesan los espejos de mi trémulo cuerpo. |
Incesante guerra civil. |
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Él (aparte): |
¡Señor, Señor, lo que sea con tal de huir de ésta, mi tribu desecante! |
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( Trémula es también mi espera, como trémulo tu cuerpo todo, madre. |
Linsonjera crueldad la vida: |
Tras el amor, tras la juventud, me perdí en la guerra… |
Me ha aburrido siempre el alboroto; |
he desconectado del mundo de los vivos para sentir la nada… |
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Fiesta de Epifanía… o El silencio de los corderos. |
Sí, fama es aquella ceremonia infame… |
Ignorancia supina y, no obstante, |
arrogancia extrema a parabólica velocidad; |
es decir, quien no corre, vuela. |
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Es largo el camino, muy silencioso el misterio. |
Es el silencio un espacio-gozne; |
silencio hay a ambos lados del espejo . |
El silencio nos permite ver las cosas de lejos o de cerca, |
como máquina de fotografiar que enfocase manualmente. |
La tragicómica realidad, la muy fotogénica realidad. |
El vacío, no. |
Como no es fotogénica la imaginación pura. |
La soledad ondulando despacio mientras despierta sueñas y miras el agua. |
Aquello que los espejos de mí reflejan, ¿qué es? |
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No hago caso de farándula alguna, ésa es la verdad. |
Algunas cosas equiparan el alma a piedra muda… |
La convicción de que fuera de la vida mental y vigorosa |
no hay sino repetición y necedad. |
A lo sumo, comicidad y afecto. |
En silencio no se miente porque no se escucha. |
Voz analógica: Callando fingimos sin mentir hablar. |
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Gran misterio: ¿Cómo se vincularon palabra y tono? ) |
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II |
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Reír cuando la vida es pura farra, |
eso dijo la Actriz Secundaria, zampándose un bombón. |
¿Quién ha puesto música en mi cara?, |
de espíritu amable, el Fidalgo Extra replicó. |
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ELLA: |
Si hago como que me da lo mismo, |
una cuerda suena en mí. |
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ÉL: |
El vértigo no se puede fingir, |
ir contra todo el mundo y contra nadie. |
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ELLA: |
No hay que ser fiel a los espejos diurnos del ayer. |
Benigna fidelidad. |
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ÉL: |
Aunque parezca un adorno, la música es siempre pura supervivencia. |
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ELLA: |
Sí, yo detesto los intervalos particularmente disonantes. |
Tutto fa brodo! |
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ÉL: |
¿Pretendes utilizar los intervalos vacíos como una suerte de alfabeto? |
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ELLA: |
¡Terrible papel me asigna usted! |
Soy mujer primaveral… |
Hay que matizar tanto la atmósfera como los colores... |
Desterrar vejez y penas… |
Porque los niños ignoran lo ocurrido, |
y toda palabra es un verdadero bien… |
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ÉL: |
Placer y amor a crear… |
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ELLA: |
Lo mórbido y lo sensual, impensables |
uno sin otro… |
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ÉL: |
Un vívido instante en el paraíso, |
jamás se paga caro con la muerte. |
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ELLA: |
¡Júralo! |
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ÉL: |
Jurar es pecado. Miro el gato y digo: |
Daré a esta bestia mi paz, |
y por paz no cazaré hoy más. |
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ELLA: |
¿Paz? Los inexplicables accidentes que me han hecho… |
¿Soy acaso yo quien se nutre de un cuento inhumano…? |
¡Salvaje y opulenta, Tú, Madre Muerte…! |
Todos estamos en un baile de máscaras |
y mientras dure este carnaval, |
respetaremos la mentira. |
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ÉL: |
Montes africanos de la luna… |
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ELLA: |
Soy bípeda, creo en lo que leo. |
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ÉL: |
¿Plumas? |
Las cosas bonitas agrandan las almas fantasiosas. |
¡Oh, sí, plumas, plumas, plumas! |
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ELLA: |
(Mira la Fidalga Principal, |
cómo callando mata… |
El cielo cría diablos para el vicio… |
¡Harto lo he dicho! |
Extraños los seres esquivos, misteriosos… |
¿Amigos o enemigos…? |
Precisamente hoy que le hemos regalado |
una pistolita de plástico…) |
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ÉL: |
¿Histerica passio de su propio vacío? |
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(El calor humano es como una maldición: |
Te abrasa, te congela, te vacía… |
¡Una pistolita de juguete! |
¿Qué habrán querido decirme? |
¿Qué significan todas tan quejumbrosas melodías? |
Cuanto más escaso el amor de los hombres, |
más ligera su ira… |
Su intención va a la deriva – |
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No, no quiero ansiar vehemente la verdad. |
–It always lies bellow! |
No, no la azuzo ya con ópticos cristales. |
Sólo el arte es un bien cierto. |
Canto – |
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III |
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Grito de guerra… |
ahogado – |
Conmigo ya no la podéis liar… |
Pensamientos muy fecundos me han helado hasta los huesos. |
Rechazo el papel que representar me toca |
en esta comedia insulsa. |
Es terrible la belleza. |
Más terrible aún envejecer con hielo en la sangre. |
¡Qué sobreactuación en la juventud tan sólo para ocultar |
el vacío que recíproco espejeaba! |
¡Qué horror vacui! |
Fue entonces cuando se vino abajo mi belleza |
consternada por tu imponente falta de ética -lírica. |
Tiempo ha que no la tenso como un arco… |
¿Existía entonces otra Troya que incendiar…? |
Más allá de vuestra siniestra línea de sombra, |
de vuestra biopolítica frontera … |
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Ardo, lo sé, en llamaradas de una lengua injuriosa. |
Pero si callas, te adopta el silencio. |
Aventurera hija pródiga, callada cuerda floja. |
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Ha desaparecido toda conversación cordial, sencilla, |
prosigue la vociferación sobre el dinero. |
Sabemos que es dinero la íntima cuestión |
porque dinero es la cuestión tabú. |
El vacío está acuñado en cada moneda: |
Sistemática forma de poder. |
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Soy cabeza borradora, |
mucho, mucho dolor y expulsar consigo |
personas sospechosas de ser sólo sopa |
boba para mi muy famélico corazón… |
Recuerdo el cálido amigo que sabiendo desvanecida |
la buena conversación, habla en retazos: |
Nuestras almas vacían juntas su soledad. |
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El tiempo perdido confuso quedó en la superficie del cuadro. |
Función rítmica del pensamiento, o sea, |
el tiempo es mío. |
La heroica manera de sostener lo humano, |
eso es lo que busco, |
lo que el poeta busca. |
Los ultrasonidos que en silencio tu ausencia ocasiona. |
¿Ratio interválica? |
-la escala musical se reproduce a sí misma en cada escala, |
semejanza que no es identidad-. |
¿Puede tener precio un habla escrita, |
pensamientos de águila, |
alas que alas evocan, |
y el encanto de lo excelso a lo excelso entretejido…? |
Pues, sí, lo tiene, sí. O por lo menos, |
se paga y se paga |
con una cabeza pronta a la cólera, |
con cóleras insomnes. |
Noche tras noche calcular |
cómo laten los corazones de mis pueblos. |
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Deplorable y fascinante, |
santa y maldita, |
augusta y abyecta, |
así soy yo. |
¿Adónde iba yendo a ninguna parte…? |
El ir hacia ti es siempre esperar. |
La naturaleza, bella porque inventada… |
Sólo la imaginación reina en el prado de margaritas |
-¡lo vi, lo vi!¿Cuándo? Lo sigo viendo… |
¡Ah, quién pudiera creer en la teurgia de la pobreza y la tierra, |
en la selva pánica, en el anima mundi! |
Por tu ausencia, la luz cela. |
Así vienen las tinieblas, |
y el poder de las tinieblas. |
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Elevo los ojos a lo alto, |
comunícome intensa con Satán. |
El país foráneo, suculento e inquietante, |
no es sino el propio temperamento, |
y acaso el carácter nos destemple, nos destierre… amor, amor, |
¡Horror sagrado! |
Al este del Edén, vez tras vez, me encontraréis |
en mística desesperación perdida, |
pasada, muy pasada yo de rosca… |
–¡Bailad, bailad, malditos!- |
¡Basta…! O Dios o el diablo está en el detalle. |
Pensamientos en fila india. |
Den un paso adelante, por favor, emblemas dignos de adversidad. |
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Hagamos, al modo occidental, una FIGURA VOTIVA: |
Mi poema se dirige siempre al desconocido |
dios que ayuda. |
Más bien semeja a una pintura que transmite gran |
sensación teatral predispuesta; |
de ahí las alas de quitaipón, el ángel, |
el acabado mate, el toque final. |
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Un barniz de sombra muy claro |
barnizar los ojos solamente. |
Es seguro para esto el barniz de clara de güevo, |
dado dos veces, |
porque, como todo lo restante está mate, |
parecen vivas figuras, |
luce lo cristalino dellos.) |