amigos son tan sólo los valientes

Para Estrella y Manuel. |
Dichoso aquel que ama lo que necesita (Pascal). |
Ella: |
He dejado mi cuerpo en una orilla. |
Herida abierta |
mi vida. |
Pájaros cantaban en la orilla… |
-quizás sea ésta la fraseología del crápula… |
No cantan pájaros, no… |
gemidos transformamos nosotros |
en melodía. |
Ningún animal puede ser tan snob como para conjeturar plausiblemente |
el nimio paso de su especie. |
Ningún animal ve el idilio natural: mirarse humanamente a los ojos. |
¡Triste y desprovista legión la de los sin ojos! |
¡Y están vivos! ¡En el mundo! |
Sufren el tiempo, la espera… |
-infinidad de mecanismos perceptivos… ¡me aterra! |
Desde mi laboratorio paratáctico o zona de excepción, |
contemplo con ironía al sapiens, sapiens, homo… |
¡Qué irremediable falta de dignidad la del camaleón humanista! |
Con la razón atajamos siempre toda desvitalización. |
La abertura, el sueño de libertad |
es la antropogenética máquina misma, la máquina óptica misma. |
Te lo advierto: voy a cortar el cordón umbilical que misteriosamernte |
la naturaleza ha trenzado. |
El sistema está cerrado. |
Voy a seguir el curso del caos al arte. |
Impersonalmente. |
He dejado mi cuerpo en una orilla. |
Herida abierta |
mi vida. |
Él: |
(…) El más sabio entre vosotros no es sino híbrido, |
fantasma, planta… |
Aciértalo tú, que yo lo diré. (…) |
(Milonga del ángel.) |
Olvídalo, Telly, olvídalo: |
el conjunto colectivo se alimenta de dolor. |
Si pudieses, adoptarías cada día una forma animal o vegetal distinta… |
Oh deseo que fluyes por ti mismo. |
Más lento yo, con imágenes rotas, |
te explicaré el largo trecho que recorrer nos queda: |
el dormir y el sueño, la simbiosis, |
paraísos azules y oscuros, |
materia viva, |
ritmo universal. |
¡Quiero sufrir contigo, corazón amado! |
Colérico iré al encuentro de los dioses. |
Reiré olímpicamente… ad libitum, |
aunque de ti sólo lánguidas aclamaciones consiga… |
Pues largo tiempo el miedo te ató las manos; |
largo tiempo la rabia anidó en tus ligaduras. |
El fuego de la alegría debe hablar con palabras audaces. |
Bien lo sabes, mi antípoda absoluta: |
mi verdad es vertical e inconmensurable |
con tu horizontal verdad, cuya vida |
se consume en pedazos de materia… |
Tu simiente esparcida está, |
con la fatalidad de las plantas aromáticas, |
en el paradójico modo de la llovizna, |
sin mojar cae, |
subyuga. |
Toda alimentación es transubstanciación. |
Lo real fue, desde el principio, alimento. |
El carnal éxtaxis, ¿recuerdas…? |
Entre helechos y juncos prehistóricos… |
Se ha de tejer esta trama hasta el fin. |
Y aún nos resta una obra por hacer; |
el camino es esta obra. |
Cuando más atento estás a una minoritaria forma, |
menos solo estás: luz. |
Haz sonar el sin-sentido de la vida. |
Intensidades subterráneas, |
densa pulsación de la realidad. |
¿Qué son esos gritos que la gente llama silencio? |
Tu alarido interior de rebeldía, |
el engranaje |
del proceso racional, CRISTAL. |
Como la stimmung en Novalis, |
estado de ánimo es afinación musical. |
Hay que darle al grito, sintaxis; a la existencia, su obligado drama. |
Colores nocturnos que |
respecto de las tinieblas, |
armonía frente al ruido son. |
Pintarás todos los fenómenos del mundo |
como enigmas. |
Porque, en tu cortesía esquizo, tú |
en tu ebriedad de agua pura, |
captarás la variación del espectáculo natural; |
como ejército y asambleas alucinatorias; |
como síntesis del proceso vivo; |
como dibujo que el pintor dispone, |
maneja por el perfilado de sus dedos, de sus palmas. |
Porque tu libro, Telly, |
consistirá en capas, sedimentos. |
En un puchero de lenguas, de ninguna manera un sistema. |
Una historia revuelta. |
Di: el amor y la verdad tocan revelando. |
¡Tócame distante, mide la violencia de que sería capaz! |
Toca en lo más vivo, toca en el punto de la muerte. |
He muerto, dices, |
Verdad-pasión-pasividad… |
Yo por ti resucito a cada instante. |
Soy el vacío de la presencia allí donde brilla la luz. |
Ella: |
He dejado mi cuerpo en una orilla. |
Herida abierta |
mi vida. |
Trágica y óptima nuestra felicidad, |
tan fiera como la pintas… |
La sangre nunca es feliz. |
Las entrañas, tortuosas. |
¿Qué es la verdad? ¿Acaso es muda la verdad…? |
¡Qué pregunta más sencilla! |
Verdad es aquello que nos consume. |
¿Fuente locuaz, tal vez… |
… en el corto lapso del humano paisaje? |
Verdad es profetizar el mundo |
a partir de la encina sagrada; |
a partir de los pájaros que en ella anidan; |
a partir de los gorgeos de las fuentes vecinas… |
Harto cuantiosos son los teórico-pensantes en nuestro planeta, |
ardiente como el infierno. |
Por eso es tan triste el mundo |
y está la luna siempre roja como acero |
ensangrentado; |
el dinero incluso acaba por pudrirse… |
Tema será cómo aúlla la existencia en un ser humano. |
El secreto fervoroso de la comunidad |
sobre los cuerpos, |
los temperamentos, |
las inspiraciones. |
Está bien, seré aprendiz en todo, pero |
me intriga saber por qué las personas ni idea tienen |
de su superfluidad: |
encajan sobre las ruinas que ahí se ven. |
Si soy oficial en maldita la cosa… |
¿existe una sola música feliz…? |
Cuando una se enfría, ya no vuelve a tener frío. |
Si ser escritora me desangrará aún más, |
¿qué puedo hacer sino guardar con celo mi serenidad? |
Humano es deambular, errar, penar… |
Muchos son los escenarios de la vida, pero |
¡Miserable quien no sabe morir! |
( Oigo lo que los otros ven, |
La pasión según San Juan. |
Un bajo baritono le dice a otro: |
¿qué es la verdad? |
Tal será, grandioso, mi diálogo. |
Tal será mi moderna novela. ) |
Él: |
(…) El más sabio entre vosotros no es sino híbrido, |
fantasma, planta… |
Aciértalo tú, que yo lo diré. (…) |
(Milonga del ángel.) |
La realidad espiritual nos envuelve, Telly, |
como al no-nato el líquido amniótico. |
Todo lo material es puro espejismo. |
El absurdo… un estado de ánimo. |
Muy justificado, por cierto… |
El estado de ánimo de la personal tragedia. |
Mas, tal estado es un error, |
cuando la alegría del pensamiento creador te embriaga. |
¿Con qué quieres pagar esa alegría |
sino con tu vida…? |
Buscaremos la escansión dramática del tiempo. |
La sintaxis dramática del fenómeno. |
Mira siempre adelante… |
… o hacia atrás. Caminos transversales. |
Allí está la muerte y eres libre. |
Sí, muy trágica es nuestra felicidad… |
tú… utiliza el óleo como vehículo de su translúcida representación; |
no como pasta viscosa que por entero el cuadro invade. |
Sueño oscuro de la vida, |
sigue fiel a la negra sombra que siempre te asombra, |
pues ésa es la pendiente que el pasado domina. |
Un baile de máscaras: la muerte es coqueta. |
Sonreiré en medio del sueño, |
¿crees que no me atrevo si ella nos mira…? |
¡Los arcos de medio punto de sus ventanas riman entre sí! |
Perder aún no se ha acabado… |
… el escritor sólo entra en el círculo de la verdad |
cuando sabe que lo pueden matar… |
Ella: |
He dejado mi cuerpo en una orilla. |
Herida abierta |
mi vida. |
Pájaros cantaban en la orilla… –que no cantaban pájaros, no… |
Nosotros transformamos gemidos en melodía… |
¿Es la verdad la diosa ausente… o es la muerte? |
La vida hercúlea y sin voz que reina bajo la corteza de los árboles… |
… sólo hay honor en la muerte. Sólo en ella. |
Aunque nadie osa nombrarlo: yo lo creo: |
MORS SOLA MAGISTRA. |
Bastante alejada estoy yo de las humanas pasiones, |
como para hacer desfilar aquí |
algunas de las figuras que Hamlet en las nubes dibujaba. |
Si conservo el gusto es ya sólo por las imágenes. |
(Naranjas artísticamente mondadas, hasta la mitad, en espiral. |
Manzanas de Cézanne, cuyo color, por así decirlo, rueda.) |
No sé qué delirio de felicidad y espanto esconde la alquimia del arte, |
sin el cual el mundo no puede ser entendido. |
¿Lo real puede ser mucho menos preciso que el arte? |
¡Toda fronda es gran invitación al vuelo! |
Déjame, déjame ser ya tan sólo fruto marchito, en sí mismo recogido. |
Lo más difícil, hombre hermoso, |
completa peregrinación de tus emociones solicito: |
déjame que como el pintor, |
espejo sea de color que enfrenta. |
Sé reverente con mi fecundidad, |
antaño corporal, espiritual ahora. |
El drama real de la nada concreta y el tiempo, |
sístole y diástoles de esperanza y desesperación. |
Textura vidriada de lo proyectivo. |
Amor: potencia musical contrastante |
Ternura, suplicación, ferocidad: ¡sálvanos! |
¡Sé tú, sé tú, dulce seductor, mi libre asilo! |
No hay más honor que el del poeta: |
poner en jaque a la muerte y el tiempo. |
Sólo queda un volverse sombra. |
Pero no temas: |
no cambiará con ello mi deseo de cambiar. |
Como si súbitamente se lo hubiese hecho aparecer |
del suelo mediante una trampa, |
mi microscomos, TAPIZ. Puesto que todos los modelos |
hacia adelante se impulsan desde una perspectiva plana. |
Variopinto despliegue umbroso. |
Las sombras chinescas de nuestro pasado, de nuestra infancia, |
las que conforman, se adecuan o complementan |
una serie de dibujos en copias sucesivas o degradadas… |
Gracias a su capacidad de producir ilusión, |
incluso lo terrible producirá placer. |
¡Disfruto con la risa de los antiguos poetas! |
Así como al soplo siempre el plexo mueve |
en las doctrinas de filosofía neumática, |
también Amor la realidad anticipa en estado de maravillosa |
alucinación. |
Su leyenda se remonta tanto al origen de la pintura como del dibujo: |
circunscripción de una sombra. |
Llevas razón, llevas razón, dulce seductor: |
perder no se ha acabado aún. |
Un buen día, sospecho, canción derivará en acción. |
Porque la acción se metamorfosea ya en ficción. |
(…) |
A quien me pregunte sobre la ULTIMATE REALITY: |
folie à deux. |
Folie à deux. |
Quelle folie! |