camino sin perdón
Para Andreï Tarkovski, il miglior fabbro |
(el mejor artesano, Purgatorio XXVI, 117.) |
TRAGEDIA MÍNIMA |
Intuición |
El futuro seguía al presente. Antes. En el pasado. |
Ahora presente y futuro están mezclados. |
Pero también el pasado fue ahora. |
También estaba noche y día gobernado por el ritmo de la sangre. |
¿Recuerdas…? |
No como un desarrollo. |
No con la secuencialidad reconstruida de los sueños; |
sino como la intacta, dulce o amarga momentaneidad de los sueños. |
También esta instanteneidad, esta fijeza de tan verosímiles fotografías es falsa. |
¿Sucedió? ¿Cómo sucedió? |
Como un acostumbrado espejismo, es de suponer. |
Era todo brillante. |
Me sigue atrayendo a rabiar lo brillante. |
Mas siento que yo ya no pertenezco a ello. |
Al otro lado del espejo, yo |
ahora. |
Y sigue desplegándose el espejismo en la superficie mutante del agua. |
Allá fuera.
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A mí me siempre me asombrará lo oscuro. |
Allí donde deja de oírse el suspiro del viento, allí me retiro yo. |
Tu cólera excedía en mucho al afecto que entonces otorgabas. |
Entregabas alma y cuerpo, |
ni siquiera podías imaginar que te pasarías la vida economizando afectos. |
Con frecuencia, rebosabas en lágrimas de cristal. |
Las regalabas a manos llenas. |
Tu astucia se abría brecha porque una y otra vez aparecía |
la hipocresía en hábito escarlata. |
¡Qué obscenidad la juventud! |
Como la imagen del sol negativo en la retina grabado, |
una y otra vez, el hábito escarlata. |
Tan provocativo y agresivo. |
Tan seductor. |
Catástrofe |
Súbitamente, no preguntéis cómo ni por qué, una grieta, una extraña rotura en la realidad. |
(Plano contrapicado de una multitud de personas, marionetas que imitan el pánico.) |
Un thriller de tensión insufrible, en el que nada se sabe, todo se intuye: |
Impunidad de la locura, metódica locura, en el ámbito público. |
¿Acaso no es nuestra concepción de la niñez una invención romántica del cuestionable, |
insoslayable biologismo? |
La náusea de tu alma mutó en horror colectivo. |
Formas biomórficas o humanoides y geometría: Son los cuerpos desmembrados por la guerra. |
Era uno de esos sábados que encierran siglos, púdicamente llamados hospitales. |
Huesos, sílex, conchas, diversos animales fósiles. |
Guerrero caído. Figura reclinada -las figuras reclinadas son y serán siempre reliquias… |
Disposiciones entrelazadas o formas yuxtapuestas. |
Máscaras para cubrir heridas faciales. |
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Sale un Judas y entra otro. |
No dorminos. Sabemos que el enemigo vela por nosotros. |
Todo el mundo me ha traicionado o va a hacerlo. |
Sueño que estoy muerta y que veo, o sobre todo siento, lo que ocurre a mi alrededor. |
Me siento sin fuerzas, sin voluntad. |
Sólo capaz de ser testigo de mi muerte, de contemplar mi cadáver. |
Desde el fondo de mi alma se origina, como una oleada, un sentimiento de piedad, |
de tristeza por mí misma; |
sentimiento extraño que de mí brota como sentimiento estético, como realidad. |
Cuando una siente esa autocompasión, |
es como si la tristeza fuese por algo exterior, por un amor perdido, nostalgia por el pasado…. |
Es como si la vida vivida fuese la de un niño, desprovisto de toda defensa. |
El tiempo deja de existir y también el miedo. |
Yerma eternidad de la tierra extenuada. |
Ves el lugar desde arriba, el espacio para tu cadáver, |
y la gente a tu alrededor, en círculo, emocionada por tu muerte. |
(Siempre hay más indiferencia en el mundo, en la naturaleza y en la sociedad, |
que la que podemos llegar a sospechar.) |
Prolongada tempestad de guerras. |
Se te extravió el orgullo como si fuese el hilo rojo de tu esencia. |
Me apliqué, no preguntes cómo ni por qué, |
en reconstruir algo más duradero que la frágil urdimbre de carne, nervios, huesos |
que un accidente cualquiera puede aniquilar. |
(Plano contrapicado de una multitud de personas, marionetas que imitan el pánico.) |
La única función de la conciencia es la creación de ficciones, te dijiste. |
Si llegamos a saber algo sobre la muerte, rápidamente lo ignoramos. |
-la horda humana malherida le cortó el aliento a tan melancólica sospecha-. |
Aceptaste las hierbas locas. |
Tallos de plantas desconocidas volvieron a obstaculizar tu marcha con sensual y absoluta indiferencia. |
Tú enmudeciste por toda respuesta. |
Ah, parafilósofos, intelectuales todos… ¡oh, Dios, esa gentuza que tiene atrofiado el órgano de la fe! |
Ellos y su hambre sensorial. |
Todo hijo de vecino y su hambre sensorial. |
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A aquél que lucha y guarda mis obras hasta la muerte, le daré el poder sobre el pueblo y la estrella de la mañana. |
(Apocalipsis) |
Ven sombra, ven, llévate esta sombra que es tu rival. |
Mi corazón está tan lleno de tristezas como de arenas el océano. |
Ven, ven, señor extraviado, te lo ruego, por favor. |
¡Cuán pequeña es la fuerza de los locos humanos y cuán débil su desconfianza! |
Por siempre jamás, sabedlo: es ridículo el tiempo baldío; |
pues el corazón es la más engañosa de todas las cosas, desesperadamente perverso. |
(Plano contrapicado de una multitud de personas, marionetas que imitan el pánico.) |
Treno |
No puedo hacer nada que no desprenda la energía de una montaña. |
(Esta es la antífona final. Salmodiando…amo, amabo te.) |
Porque la creación de túneles de nuevo sea transgresión. |
(Ora pro nobis.) |
Época curiosa ésta en la que los hombres no asumen ninguna cruz, pero andan por la calle orgullosos de sí mismos como |
purasangres preparados para la carrera. |
Ellos son los curiosos, los transparentes, no yo. |
Si una no marcha al mismo paso que sus compañeros, ¿no puede ser que oiga otra música? |
¡Cómo me engañan, ay, Dios los insensatos! |
Lo que vosotros llamais pasiones sólo es el roce del alma con el mundo, no es energía cósmica. |
Día llegará en que maldeciréis vuestra prisa. |
El tiempo será eternamente el ritmo. La memoria, el único argumento. |
Sé tan antiguo cómo haga falta, tiempo, tú que humilde emerges del viejo limbo para ser el tiempo, |
(Ora pro nobis.) |
Quienes vivieron el horror de la guerra en su carne, vieron perdidas sus emociones, |
dañadas sus esperanzas. |
Por eso resucitamos en esta vida olvidada, que te aspira como arenas movedizas; ya no soy nadie, |
y mucho menos una escultora de fama, un director de cine… |
(…) Cuando me pongo a tallar un pecho, siento que hundo el mío (…) |
Mas mía será siempre la cólera de no poder decir no. |
(Ora pro nobis.) |
Cuando vivía en el mundo, era dueña del uiverso… |
Ahora estoy, más bien, comiéndome mi propia culpa… este mundo es un perpetuo huracán |
que me arrebata los amigos. |
¡Ojalá que hartos de tan frecuentes guerras nos conmueva el deseo de paz! |
Descended, descended, simplemente al mundo de la soledad desnuda. |
Allí donde el camino serpentea en apatía de antigua guerra, |
cuando el exceso se acepta como vacío, allí aparece la serenidad. |
No hay fin sino adicción final. |
Así que no te lamentes por el pasado. Dispón tu mirada hacia el futuro. |
Mantén la intrépida disposición de un héroe, el corazón cariñoso de un niño. |
(Ora pro nobis.) |
En este viento frío que es el calor del corazón, reina soy de los espacios intermedios… |
¿A qué estáis esperando? |
¿A que nuestro reino salada marisma de lágrimas sea…? |
¡Devolvedme el grito! |
Pero, no, un gran y apocalíptico silencio por toda respuesta… |
Ya sé, ya sé, la belleza es la emoción, el silencio interior. |
Los hombres podemos falsificarlo todo menos el silencio. |
Cada segundo de silencio vale lo que vale una joya sin precio. |
Porque eternamente rimen humildad y silencio, más que profesión y aserción, |
porque siga siendo el silencio calor de influjo lento. |
(Ora pro nobis.) |
Con este viento vagabundo, he llegado a la edad sin savia, en la que mi fracaso es igual a mi éxito. |
Espero que mi esgrima de doncella jamás me traicione, |
pues jamás llegará el momento de desabrigar mi amor en palabras. |
Me basta una forma sencilla de vivir del drama, llevar el duelo, superar la pérdida. |
Las raíces del árbol de la paciencia son muy amargas, pero sus frutos muy dulces, dice Confucio. |
Y como describía la doma de la bravía el pintor del pelo rojo: |
Ruda tarea es dibujar terrones de tierra y conservar el vacío entre ellos. |
Plasmar la vida que se marchita, bastante delirio es eso como para entretener tragicomedias otras. |
Dejar de ser arrogantemente uno, por esto no-dicho (risitas, susurros, barcos por venir…). |
La creación es negación de muerte, en sí misma optimista, aunque sea trágica. |
En definitiva, sólo se presenta, lo que te representas. |
Que para mí quede la árdua tarea de transportar el tiempo alado sobre versos de pie quebrado. |
La blanca cicatriz de la playa y el agua, como una gema verde brillante. |
Si piensas que vas y vienes, ésa es tu ilusión. Yo ya no. |
No tengo ya nostalgia alguna. Debo ser ya el barranco del mundo… Lao-tsé, te eligo ducem. |