|
|
Confieso que el mío es un remolino sin consuelo. Me parece estar siempre escribiendo con el encarnizado rencor de alguien que ha sido maltratado; está demasiado trastornado para la cordura; se ha pasado días y semanas en hospitales de campaña contemplando a los que llegaban en situaciones demasiado terribles… |
|
(Cuanto más amas, más sufres, profetizó el loco de medio pelo -rojo-. Él pintó la catástrofe. Y me temo que yo también iré a para al mismo cajón de sastre: Malditismo… Mas, ¡ah, qué orgullosa estoy de la infamia que me embarca en la nave de los locos…! Permitidme que os diga la verdad -neurológica-: Para cualquier medio de comunicación -expresión-, es válida la maldita ecuación: Tanto más se elude, tanto mayor el escándalo; más violeta el epigrama… ) |
|
Ein Zeichen sind wir, deutungslos (Somos un signo, indescifrable, así en Hölderlin.) No seré yo, pues, quien se pille los dedos definiendo mi práctica estilizadora: Astucia e infantilismo van a la par, no nos engañemos, con una única y relativa ingenuidad… Aunque sólo se nos hará audible el simulacro si nos es posible escribir el intervalo entre varios estilos… |
|
Volvamos al lugar de los hechos. ¿Por qué se empeñó Nietzsche tanto en demostrar que la verdad es plural, cómo el mundo devino fábula… Medio año ha transcurrido desde que escribí ¡oh, diosa, tuyo es el compás!, y aunque aún me abstenga de fingir que pueda yo hacer justicia al olvido, percibo la tirantez de la distancia: Puedo, sí, mover a risa, puesto que advierto en el pasado reciente de mi escritura una manera cruel de hablar de mí misma como de una mujer muerta y no amada. Una manera postiza, irreal ya. |
|
Meditemos sobre el sentido. |
|
Por una parte, el sentido interno o reflexivo. El exterior es una broma de mal gusto, se comercia con el aire que precisamos. Nos envuelve un aire de melancolía, nos induce a exclamar: ¡Apartémonos y dejémoslo pasar! |
|
Sin embargo, nunca aprenderemos bastante del pintor de la corte. De su distanciamiento y dignidad ( J. Derrida, Aprender por fin a vivir…) La escritura, mil veces el maestro dejó escrito, es una Naturaleza Muerta -Stilles Leben-, no un grabado botánico… O sea, declamar, declamaremos todos por encima de nuestras posibilidades… ¡Eso está hecho, hombre! Nadie tiene la suficiente sagacidad para elevarse por encima de todos y todo lo que nos atrapa… Tampoco sirve de mucho transgredir las secuencias lógicas, porque nuestra adicta mentalidad vuelve a erigir con la osadía de los sueños un espacio magníficamente configurado.
Útil es releer y releer a los clásicos: Novalis, Después de una guerra desdichada, hay que escribir comedias…
|
Luego si el sentido es fruto de la reflexión (sólo pudre la fruta verde), perentóriamente debemos inquirir: ¿A precio de qué sangre comprada? ¿No será más bien el sentido, treno, canto mágico destinado a volver a la vida un muerto…? Si así fuera, veríamos originarse un tema musical en un tema por completo extramusical…
¿Debemos asimismo celebrar una época de tumultos guerreros con un rito colectivo de movimientos rítmicos del cuerpo…? |
|
|
|
|
|
|
|
No obstante, (parte primera de la segunda parte), tenemos el corazón demasiado lleno como para poder decir nada. Tan sólo pedimos que se nos conceda el don de tragarnos nuestros errores. Dios nos escucha -reconózcolo…-. Y ya que nada sale de nosotros, nosotros mismos entramos para extraer piedra filosofal (sentido no es más que orientación puramente mecánica…) Juzgar o apreciar con sangre fría; sinónimo de razón, medida, sentido común. Discrimina lo verdadero de lo falso… Faculta el discernimiento entre el bien y el mal. En suma, sentido se aprende. Es el conocido ciclo de una larga enajenación –El rapto de Europa…-. Nos empeñamos en llevar a jaque una desvaída partida de ajedrez… Nos dejamos mecer por el ritmo de rumorosas olas, acompasada cadencia/permanencia, mientras que en un silencio paroxístico, no acogido por voces parecidas a las nuestras, el crimen acontece, cara y nariz topan lastimosamente, como si se remedara un altercado de marionetas… ¿no es esto acaso el simple ensamblaje de las razones de la época…?
A pesar de la excitación colérica, de las incitaciones mímicas constantes al canto eólico, olímpico… la arena, ya lo decía Píndaro, escapa a la cuenta, la unidad única de cuerpo y espíritu que nunca retorna parece una pista de patinaje con líneas trazadas por las cuchillas de los patinadores: Zafarrancho de combate… y en sordina, puesto que tras un lance tal queda el lenguaje agotado, palabras impronunciadas que llegan al insulto, supremamente violentas, denigrantes.
|
|
Me niego -parte segunda y última de la segunda parte-. |
|
El camino de la desproporción conduce a la sabiduría – W. Blake. |
En bóvedas oscuras resuena la frase de un pensador cualquiera: ¡Ya no sabemos qué hacer con tanto cráneo…! Homínidos, filósofos históricos, románticos protofilósofos… ¡Cráneos… cráneos… cráneos y espectros!
Ruinas suceden a ruinas. Jamás se toca fondo, porque no hay fondo. Quien os lo promete, miente sin gracia ni arte alguno. Allí donde domina algo parecido a la mudez, transita una tensión emocional que es, con mucho, lo enunciable de la singularidad. Entonces, sólo entonces, el hilo rojo del sentido se revela, por así decirlo, descomprime, la densa fuerza del silencio. La llama de la eternidad es exceso de imaginación. No es, como se nos dice, medida, mesura, comedimiento.
|
|
Prodigiosa música verde. Euritmia de una rama que se dibuja en el cielo. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
¡oh, diosa, tuyo es el compás! |
|
|
|
|
|
|
|
ovillo nocturno, abismal |
decir |
destartalado salto rítmico que va |
de ti |
a mí |
(huele a azúcar quemado
|
desamor |
suena a disonancia tierna |
voz de falsete |
Soy yo, la misma |
tal vez, |
aniñada niña como el niño |
que acabo de ahuyentar… |
Miseria de la piedad |
socavón de la ternura en mi vida.) |
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas…! |
|
|
|
|
Mas sólo es rítmico el salto, el éxtasis |
si la fantasmagórica forma puede |
medirse |
-metro agonista. |
Only el lógos diversificando unifica: |
Only you. |
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas…! |
|
|
|
|
Holocausto que purifica. |
Holocausto, inútil sacrificio material. |
(Sólo pudre la fruta verde.)
|
(Culto a la distancia |
azules lejanías, |
mirilla telescópica, violencia cerebral, entra |
Friedrich Nietzsche y con soberbia esponja borra |
la raya del horizonte. |
Superstición rítmica, dice, |
como si así pusiera en jaque a todos los farsantes.) |
Murió la mente en el s. V a. de C. (…) |
¡Viva la mente! |
¡Mar de nubes, cántaro de mezclas…! |
|
|
|
|
El rayo gobierna todas las cosas. |
(Paradójico elogio de la humana ruina.) |
Destino es carácter. |
(El daímon de F. Nietzsche, |
dios, ángel protector, |
garante del propio destino trágico, primitivo |
argumento de la conciencia |
soberbio trágico Heráclito de Éfeso. |
|
|
Heraklit! |
Heraklit ist der Dichter! |
|
|